1/1/2019
-Dialogo humano-
-Recuerdos-
-Encantamientos y dialogo no Humano-
Capitulo 1: El encuentro
Las llamas danzaban en una fría noche, entre las ruinas de lo que antes fue un bello dormitorio, se hallaba un niño, con su mente divagando entre el presente y el pasado.
-Yo sere el Onmyouji mas fuerte-
-Lo siento... Tetsuji... Tatsuya-
-Ya lo veras, yo seré el que se convierta en el mas fuerte y exorcizare a todos los Kegare-
-...Kacchan, Ami...-
-Eso lo veremos, Rokuro-
-...Hikari... Yuna... Lo siento-
-Claro que si Yuto-
-(¿"El Onmyouji mas fuerte"?)- Pensó mientras las lagrimas brotaban sin freno desde sus ojos, el niño sujetaba su brazo derecho, el cual era... monstruoso. Era una enorme garra roja con lineas doradas, era del doble del tamaña de un brazo normal y, llegando al codo, tenia unas protuberancias en forma de cuernos, el cual junto a algunas lineas amarillas formaban una tétrica cara demoniaca -Estúpido, idiota- Encorvandose, se maldecía a si mismo mientras golpeaba el suelo con ambos puños -Si no fuera tan débil... Si solo hubiera sido un poco mas fuerte- Lentamente, sus ojos se cerraban, con la imagen del lugar que fue su hogar completamente destruido como un eterno recordatorio de ese día.
-(Devorar... Mas Poder... Devorar)-
Lentamente, en una obscura habitación, un joven castaño de ojos rojos y dientes puntiagudos como los de un tiburón despertaba, ligeras lagrimas escapaban por la comisura de sus ojos. Restregando su brazo derecho sobre sus ojos, borro cualquier prueba de existencia de dichas gotas de agua.
Este era Emnadou Rokuro, el sobreviviente de la "Tragedia de Hinatsuki", y, actualmente, uno de los actuales residentes del Dormitorio Seika.
Él quedó recostado en su cama, mirando su brazo derecho, un brazo completamente normal. Entonces se levanto, despojándose de su sudada camiseta, últimamente hacia un calor increible. En su torso podían verse ligeras cicatrices, algunas de cortes, pero una en particular, ubicada debajo de su costillar izquierdo, parecía mas bien la marca de garras de algún animal o bestia. Ignorando esa vista tan conocida por él, se coloco una camiseta negra, unos pantalones a juego y una sudadera gris, en conjunto con sus zapatillas. Viendo su despertador, eran las 5:30 am.
Fue hacia un baúl, del cual saco dos pequeños estuches, adheridos a lo que parecía ser un cinturón, el cual lleno de papeles con ciertos kanjis escritos. Esos eran talismanes, sus funciones eran variadas y su calidad era notable. También tomo lo que parecía ser un puñal hecho completamente de algún tipo de piedra. Se coloco el cinturón con los "Porta-talismanes" (No recuerdo si tienen un nombre propio pero los llamare asi... es mas facil que buscar) y coloco la "piedra" en lo que parecía ser una funda hecha exactamente para ello.
En silencio, para no despertar a nadie, salio de su habitación, pasando por un pasillo de madera y bajando unas escaleras, salio de una casa de dos pisos antes de comenzar a correr, inconsciente de que un hombre anciano junto a tres jóvenes unos años mayores a él lo veían.
Estos eran Zenkichi Otomi, encargado del dormitorio, Ryogo Nagitsuji, el mayor de los cuatro jóvenes, Atsushi y Shinnosuke, dos jóvenes un par de años mayores a Rokuro. Los cuatro se hallaban mirando como Rokuro marchaba, todos con cierto nivel de preocupación, aunque Atsushi intentaba disfrazar su preocupación con molestia.
-Ahí va, haciendo siempre lo mismo- Comento, recibiendo un asentimiento de Shinnosuke -Deberian hablar con él- Dijo antes de voltear y volver a su habitación, sabia que el mocoso volvería en unas horas, apestando a sudor y con heridas que él mismo trataría solo y después intentaría aparentar que nada sucedió, como había dicho, eso sucedía siempre, día tras día lo mismo, por lo que solo fue a dormir mientras maldecía el calor que hacia últimamente.
-Ryogo- Llamo Shinnosuke, logrando que su amigo dejara de mirar la calle ya vacía -Tú eres el mas cercano a Rokuro, deberías hablar con él. No es bueno que siga escapando todos los días-
-(Suspiro) Lo intento sabes?, Pero... no es fácil, él... Simplemente no me deja ayudarlo a entrar en razón. Ya no es el niño que una vez me vio como su hermano mayor- Un notable sentimiento de nostalgia y culpa envolvían sus palabras, mientras miraba de nuevo a la calle, imaginando al joven que acababa de irse correr hacia él como cuando solo era un niño.
-Te equivocas- Dijo de repente el anciano, llamando la atención de los jóvenes -Ese niño sigue ahí, solo necesita ayuda para volver a salir... El peso de los muertos es demasiado grande para unos hombros tan pequeños- Los tres hombres simplemente bajaron la cabeza y volvieron a sus habitaciones, al igual que el chico que se mantuvo en el pasillo aun cuando había dicho que volvería primero a la suya.
-Puerta a Magano Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo[La traducción del anime es "Ven de Inmediato" y en el manga lo tradujeron como "Activate ahora mismo"pero me gusta mas así]- Exclamo Enmadou Rokuro, lanzando uno de sus talismanes al aire, el cual se convirtió en un enorme circulo de energía dorada, que luego se transformó en una puerta de luz, la cual el joven atravesó, mirando lo que cualquier persona normal fácilmente confundiría con el infierno... Y tal ves no estaría tan equivocado.
Magano es un mundo alternativo con la apariencia de una tierra estéril y ruinas de edificios. Aquí, las emociones negativas de los seres humanos se reúnen y crean a las bestias conocidas como "Kegares", unos monstruos cuyo exterminio era encomendado a los exorcistas.
Los exorcistas eran personas capaces de utilizar la energía Yang, energía que purificaba a los Kegare, destruyendolos definitivamente.
Mirando aburrido el lúgubre paisaje, Rokuro se volteo, oyendo las características "risas" emitidas por los Kegare. Los Kegare(Impureza) eran monstruos de piel oscura, tenían una marca similar al símbolo numérico [#] en el pecho o el estómago. A veces su apariencia asemejaba a la de de insectos o animales, otras, en cambio, tenían una apariencia semi-humana. Con calma, comenzó a caminar hacia ellos, tomando la "piedra con forma de daga" para luego lanzarla sobre él mientras con su otra mano tomaba uno de los talismanes y lo lanzaba frente a él, el talismán se activo, convirtiéndose en una inscripción hecha de energía pura. Tomo la piedra y la empujo en la inscripción, la cual la envolvió convirtiendo la roca en una espada del mismo largo que su brazo. Esa era una de las muchas armas que utilizaban los Onmyouji, armas especialmente creadas para activarse con la energía Yang de los talismanes.
Clavando la espada en el suelo, tomo otros tres talismanes y los lanzo al aire frente a él viendo como los encantamientos se manifestaban mientras él colocaba su mano derecha frente a su rostro con los dedos pulgar, indice y medio levantados[Como si hiciera una pistola con la mano, solo que apuntando hacia arriba].
-Go Wanfu (Talismán de poder) León destructor de Rocas Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- El Go Wanfu era un encantamiento que dota al usuario una fuerza muy superior a la del humano promedio, centrándose en los brazos. Él extendió su brazo derecho, el cual fue envuelto por el encantamiento al igual que el izquierdo -Ida Tenfu (Talismán de Velocidad) Velocidad Divina Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Este era un encantamiento que amplifica la velocidad de quien lo porte, el encantamiento envolvió las piernas de Rokuro -Kon Goufu (Talismán de Diamante) Vestimenta Adamantina Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Ofrece una protección que un Kegare normal no podría atravesar, envolviendo el torso del usuario.
Una vez recitado los encantamientos. Tomo de nuevo su espada y desapareció de la vista de los Kegare, apareciendo frente al primero, al cual atravesó de lada a lado con su espada, viendo como este desaparecía para seguir con el siguiente, al cual levanto del suelo de una patada antes de realizar un corte vertical, partiendo al Kegare en dos. Tres Kegare se lanzaron contra él, pero Rokuro se agacho, evitando los brazos del primero, al cual golpeo con fuerza en medio de lo que seria su torso, levantandolo unos metros en el aire, para así escapar por la abertura a tiempo para evitar una mordida del segundo, el tercero reacciono a tiempo y se lanzo contra él, pero solo encontró su espada clavándose entre sus ojos, acabando con su existencia. Enmadou se alejo, llendo a una llanura vacía de lo que posiblemente, en su mundo, sea algún parque, los Kegare siguiéndole de cerca. De un salto, se situó en medio de esta con los Kegare no muy lejos de él, contó alrededor de 15. Con una sonrisa, golpeo el suelo, tomando un puñado de rocas mientras recitaba un corto encantamiento y lanzaba un talismán frente a él, nutriendo las rocas en su mano con energía -Rekkun Madan(Balas Desgarradoras de Vació) Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Con su pulgar, lanzaba las rocas a gran velocidad, golpeando a los Kegare en la cabeza o el torso, a algunos les daba en los brazos, desgarrando las extremidades y atravezando todo lo que estuviera en su camino.
De los 15 Kegare que lo perseguían, solo 7 de ellos habían sobrevivido, dos de ellos carecían de alguna extremidad, pero aun así continuaban su ataque.
-(Dejar... de jugar Rokuro... ¡Tener Hambreee!)- Gruño una voz en la cabeza del castaño, haciendo que este suspirara y sacara del bolsillo de su pantalón un talismán completamente negro.
-(Sabes que no puedo depender de ti, debo luchar por mi mismo también)- Renegó el castaño antes de alzar el talismán y extender su brazo derecho -Devora, Purifica- Exclamo, sobre su brazo apareció un encantamiento, el cual con lentitud se desprendió de este y desapareció, apareciendo de repente en el talismán -Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Entonces, su brazo fue rodeado de energía, cambiando su forma de manera descomunal, ahora, su brazo derecho era una enorme garra roja con lineas doradas, era del doble del tamaña de un brazo normal y, llegando al codo, tenia unas protuberancias en forma de cuernos, el cual junto a algunas lineas amarillas formaban una tétrica cara demoniaca. Apretó su puño, viendo como los Kegare sobrevivientes daban un paso atrás, asustados del aura que su nuevo brazo exudaba.
-Itadakimasu/Itadakimasu- Murmuraron ambos en sincronía antes de que Rokuro se lanzara de frente contra los Kegare, quienes no vieron otra alternativa mas que atacar al humano con brazo monstruoso.
Mas tarde: Dormitorio Seika
Rokuro volvió al dormitorio sin daños aparentes, solo algo de tierra en sus ropas, ignoro las miradas preocupadas del anciano y de Ryogo y fue a su habitación a buscar su uniforme para luego ir a tomarse una ducha. Una vez hecho eso, comió junto a los demás en silencio, agradeciendo su comida antes de partir a la escuela.
En el camino, se desvió para comprar un refresco, tomándolo tranquilo mientras seguía su camino, pasando por un puente cuando sintió una agradable brisa, alzando la cabeza al cielo con una sonrisa. Sonrisa que murió en cuanto noto a una chica pelinegra caer inconsciente junto a él, por puro instinto, se lanzo al agua, intentando rescatar a la chica, la busco desesperado bajo el agua, pero, al no encontrarla, emergió, viendo que ella se encontraba en la orilla.
-(En qué momento llego a la orilla?)- Pensaba sorprendido mientras nadaba hacia la orilla. Nadar no era lo que mejor se le daba pero en un arrollo con poca corriente como esa no tenia problema alguno para llegar a la orilla.
Por el rabillo de su ojo, pudo ver como su mochila se iba con la corriente, eso lo alarmo un poco pero, de momento, la chica era mas importante.
-Oye, ¿Estas bien?- Pregunto mientras se sacaba la chaqueta de su uniforme, estrujandola para sacarle el agua. Ella no le respondió, simplemente estaba haciendo lo mismo con su falda, Rokuro no pudo evitar mirarla fijamente, quedando mudo por un momento -(Ella es... muy linda)- Pensó, la chica no respondió a su pregunta, simplemente saco un papel completamente mojado del bolsillo de su falda y se lo tendió al oji-rojo, quien lo agarro extrañado.
Abriéndolo, vio que lo antes hubiera sido un mapa poco especifico, sin nombres de calles ni direcciones, solo un punto marcado con una estrella, lo que debía ser su destino, pero ahora era casi ilegible, la tinta con la que estaba dibujado se había corrido, haciendo aun mas difícil el guiarse por él.
-(Quien demonios haría un mapa tan poco confiable?)- Se pregunto extrañado, mientras, en otra parte de la ciudad, una anciana estornudaba, tal vez Benio-sama estaba pensando en ella.
-¿Estas perdida?- Pregunto, la chica asintió -¿Quieres que te ayude a llegar aquí?- Ofreció, la chica volvió a asentir -(Supongo que esta bien, de todas formas ya no puedo ir a la escuela)- Pensó, comenzando a caminar -Por tu uniforme no eres de aquí ¿Acabas de mudarte?- La chica volvió a asentir. Le extrañaba que no halla dicho nada, por un momento, Rokuro pareció haberse dado cuenta de algo -Acaso... ¿No puedes hablar?- Pregunto algo preocupado, después de todo, ese podía ser un tema delicado para la chica.
Pero esta solo negó con la cabeza, haciendo que cayera una gota en la nuca del castaño -Entonces?- Pregunto.
-Hablar... Cansa- El castaño no dijo nada, solo la vio con una cara de poker antes de darse la vuelta y seguir caminando.
-(Mi... agradar)- Resonó la gruesa voz dentro de la mente de Rokuro, quien solo gruño dentro de su mente -(Olvidalo, ya tengo suficiente contigo, no quiero escuchar a alguien mas hablar así)- No era que le molestara la forma de hablar de la chica, era solo que era demasiado similar a la voz que resonaba en su cabeza como para querer escucharla fuera de ella.
Media Hora después
Estaban perdidos.
Rokuro había hecho su mayor esfuerzo para leer el mapa, prácticamente adivinando hacia donde debían ir, pero eso no había servido para nada, en ese momento, estaban sentados en un banco mientras Rokuro suspiraba mirando a la chica a su lado. Había intentado preguntar a algunas personas en el camino pero el mapa era ilegible por lo que siguieron intentando.
-Ahora que lo pienso, en las estaciones usualmente hay mapas- Comento, una sonrisa sonrisa lentamente surco sus labios mientras se levantaba ya con ánimos renovados -¡Vamos!- Exclamo contento. Contrario a su entusiasmo, la chica mantenía su mirada plana, limitándose a asentir mientras él la veía con una gota de sudor en su cien -(Que manera de matar el ambiente)- Pensó, comenzando a caminar cuando sintió un tirón en su manga, volteando, vio a la pelinegra sujetar su manga, antes de que pudiera preguntar que sucedía, ella señalo una tienda de dulces al otro lado de la calle -Tienes hambre?- Ella asintió -Tienes dinero?- Ella negó -Quieres que yo te compre?- Ella volvió a asentir.
Rokuro sujeto el puente de su nariz. Había sido así todo el viaje, solo había podido obtener su nombre, Adashino Benio, no le dijo a que vino a la ciudad, si vino con alguien, ni siquiera de donde venia, en parte era entendible, eran completos desconocidos, ¡Pero al menos tenia que decirle a donde iban!.
-Esta bien- Dijo rendido, no quería comenzar una discusión donde solo él hablaría, eso se veria patético -Mientras que solo sean algunos- Dijo, yendo junto a Benio a la tienda.
-¡DIJE ALGUNOS!- Grito, después de todo, le había dado su cartera a Benio mientras él usaba el baño del local, volviendo solo para encontrar a la pelinegra con un plato repleto de Ohagi[Un dulce de arroz bañado con frijoles rojos dulces], comiéndolo con una cara de felicidad que solo lo molesto mas, sobretodo cuando vio junto a ella su cartera[Cartera, Billetera o como sea que ustedes les digan, es donde guardan la plata] completamente vacía -(Mi mesada)- Pensó abatido, apenas había recibido ese dinero y una completa extraña se lo había gastado en dulces.
Grrrr
Rokuro sujeto su estomago, el cual renegaba por alimento -Creo que tomare uno- Dijo, acercando la mano cuando Benio le dio un manotazo, alejando el plato con una mirada amenazante.
-¡Fu!-[Es el sonido que hace un gato al bufar]
-¡"Fu" Ni que nada! ¡¿Acaso no fue mi dinero el que gastaste?!- Exclamaba molesto.
Al final, no había podido comer ningun Ohagi, ahora se limitaba a caminar unos pasos frente a Benio, quien tenia una sonrisa satisfecha que él intentaba ignorar para no explotar y dejarla que se perdiera por la ciudad [Eso si que es paciencia O-O].
Tal era su molestia que ignoro a un par de niños que iban en bicicleta, pasando junto a él. Tomando una corta respiración volteo el rostro -¿Puedes decirme por qué caíste del...- Antes de que pudiera terminar de hablar ambos sintieron una familiar presión que hizo que ambos tensaran por completo sus cuerpos. Rokuro llevo su mano a su espalda, esperando tomar su mochila, donde guardaba sus talismanes, pero entonces recordó que había caído al rió, chasqueo la lengua mientras movía su mano a un bolsillo secreto, colocado en su chaqueta, donde sintió su talismán negro, si bien ese talismán no le serviría en ese momento, era mejor no perderlo.
-...Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Abrió los ojos sorprendidos y volteo la cabeza para ver como, a su espalda, Benio lanzaba un talismán al aire, el cual los tranporto a Magano.
-¿Tú eres una/Kyaahhh- Olvidando lo que iba a decir, Rokuro volteo la vista, viendo a la niña que había pasado junto a él en el suelo, sujetando a su hermano, quien estaba herido de gravedad, frente a ella había un gran Kegare, parecía reirse de ella mientras acercaba su repugnante boca a la niña, a punto de devorarla. Antes de que Rokuro pudiera actuar, Benio se había lanzado hacia ellos, sacando de su bolso dos talismanes, los lanzo frente a ella, que se activaron a algunos metros del Kegare, mientras tomaba dos espadas y las lanzaba hacia ellos, por ultimo, tomando una mascara de su bolso y colocandola en su rostro, sin dejar de correr. Las espadas atravesaron los encantamientos, adoptando su verdadera forma antes de clavarse en la cabeza del Kegare, el cual grito de dolor mientras Benio saltaba para tomar las empuñaduras de las espadas y se impulsaba con el cuerpo del Kegare para dar un giro, rebanando limpiamente su cabeza.
-(Ella... Es una Onmyouji)- Pensó Rokuro, sorprendido por la rápida reacción de la chica.
-Estas... Bien?- Pregunto Benio, la niña estaba por hablar antes de que, del suelo, emergieran una gran cantidad de Kegares, "riéndose" mientras la niña negaba en llanto.
Sin perder tiempo, la pelinegra lanzo cuatro talismanes frente a ella.
-Go Wanfu (Talismán de poder) León destructor de Rocas Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Benio extendió su brazo derecho, el cual fue envuelto con el encantamiento junto al izquierdo -Ida Tenfu (Talismán de Velocidad) Velocidad Divina Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- El encantamiento envolvió sus piernas -Kon Goufu (Talismán de Diamante) Vestimenta Adamantina Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Su torso fue envuelto con el encantamiento protector -Seidou Dokufu(Amuleto de Lectura de Movimiento) Vista de la Calamidad- Este era un encantamiento que da al usuario una mejor visión cinética de los ataques enemigos. Lo cual le permite prevenirlos y actuar en consecuencia, ya sea para esquivar o contraatacar.
-¡¿Seis talismanes al mismo tiempo?!- Dijo/Pregunto sorprendido Rokuro. Usar encantamientos en conjunto era algo extremadamente difícil, él mismo podía usar eficientemente 4 talismanes, incluso 5, pero su efectividad en combate era menor porque tenia que estar pendiente de que no se desactivaran, algo que tenia que mejorar. Ver a alguien de su edad poder usar 6 encantamientos conjuntos era algo sorprendente.
Benio vio a todos los Kegare a su alrededor, agachándose mientras tendía las espadas a sus lados -Izayoi Higan No Mai(Danza de 16 Días en el Nirvana)[En el anime es "Danza en el Umbral de la Iluminación", pero me baso mas que nada en el Manga si que quedara así]- Tomando un leve impulso, ella desapareció de la vista de los Kegare. Desde donde estaba, Rokuro podía verla moviéndose a una increíble velocidad, dejando solamente una estela de energía verde marino detrás de ella, mientras rebanaba uno por uno a los Kegare. En cuestión de segundos, mas de una decena de Kegares habían sido exorcizados por la pelinegra, quien freno junto a la niña, quitandose la mascara.
-Eres increible- Benio se sobresalto al oír la voz de Rokuro, volteando a verlo sorprendida.
-Tú, ¿Por qué estas aquí?- Pregunto sorprendida, viendo como una de las venas sobresalía en la frente de Rokuro.
-¡PORQUE TÚ ME ARRASTRASTE AQUÍ!- Grito molesto el castaño -No quería venir a Magano- Murmuro, viendo con molestia el cielo rojo sobre su cabeza.
-Tú sabes de Magano?- Pregunto sorprendida Benio.
-O-oigan- Llamando la atención de ambos, la niña los miraba con los ojos llorosos -Ayuden a mi Oni-chan, por favor- Al verla, Benio rápidamente olvido lo dicho por Rokuro, concentrándose en usar un talismán con encantamiento curativo para sanar al niño, el cual recupero la conciencia y fue rápidamente abrazado por su hermana.
-Tú, no solo sabes que es este lugar, sino que hasta pareces tranquilo al estar aqui, dime, eres un... ?!- Antes de completar su pregunta, del suelo detrás de ellos surgió un enorme Kegare, su tamaño no se comparaba a nada que ninguno de los dos hubiera visto antes.
Este Kegare era fácilmente tan grande como una casa, la parte inferior era similar a la de una araña, mientras que la superior tenia una forma humanoide. Cuatro grandes patas mantenían su desproporcionado cuerpo en el aire, ademas contaba con tres pares de manos pares de manos, un par era casi tan grande como sus patas, mientras que los otros dos eran mas pequeños , ubicados cerca de su cabeza. La cual poseía tres ojos cuyos parpados parecían estar cocidos y una boca con solo dos incompletas hileras de dientes, los cuales eran completamente negros. Benio y Rokuro lo veían con algo de sorpresa en sus miradas, nunca habían enfrentado a un Kegare tan grande, era raro verlos en una ciudad pequeña como esa. Por otro lado los niños estaban seriamente asustados, lo unico que querian era correr hacia sus padres y olvidar esta pesadilla.
Reaccionando rápido, Rokuro tomo a la niña y una de las espadas de la pelinegra, mientras que Benio sujeto al niño y tomo su otra espada del suelo, sujetándola con sus dientes. Benio tomo a Rokuro de su chaqueta, dando un gran salto para alejarse de la criatura, lo que ninguno esperaba era que el Kegare usará uno de sus brazos mas largos para golpearlos, lanzándolos unos metros en el aire, para luego aterrizar en una colina con la pelinegra usando su cuerpo para proteger a los otros tres.
-Estas bien?- Pregunto preocupado Rokuro, viendo como Benio se levantaba, solo para caer de rodillas.
-Estoy Bien (Es mucho mas rápido de lo que esperaba y... muy fuerte, si no tuviera mi recubrimiento estaría acabada)- Dijo/Pensó Benio, poniendose de pie nuevamente.
-Nunca había visto un Kegare de ese tamaño- Comento serio el castaño, sin apartar la vista del Kegare que, extrañamente, se mantenía en el mismo lugar, como si los incitara a atacarlo.
Benio se levanto, tomando un talismán y dándoselo a Rokuro, quien lo miro un momento antes de ver a Benio sorprendido -Este talismán...-
-Llévate a los niños de aquí- Ordeno Benio, caminando hacia el Kegare.
-Tú... Puedes purificar a esa cosa?- Pregunto, apretando el talismán, se sentia inutil, si tuviera sus otros talismanes podría ser de ayuda pero... esa cosa era demasiado grande como para usar su brazo izquierdo.
-... ¿Quien sabe?- Respondió, sin ver como Rokuro apretó los dientes.
-¡No bromees!- Exclamo. Benio se detuvo, como si estuviera considerando que decir.
-Es verdad que... esta es la primera vez que veo un Kegare tan grande...-
-Entonces por qu/Mi familia- Interrumpió la pelinegra -Mi familia desde hace muchas generaciones a generado una gran cantidad de Onmyoujis poderosos... Por el honor de mi familia, no puedo huir... además- Lentamente, Benio volteo su cabeza -Esto... Lo hago por un propósito personal. Tú... la "Tragedia de Hiinatsuki" ¿Sabes algo sobre eso?- Pregunto, viendo como Rokuro abría los ojos en shock.
La llamada "Tragedia de Hiinatsuki" había sido un gran incidente para el mundo de los exorcistas, Hiinatsuki era un dormitorio donde niños si hogar eran entrenados para combatir impurezas[Ire variando entre Kegare e Impureza porque ya he repetido demasiado "Kegare"]. Una noche, decenas de impurezas salieron de Magano y atacaron a esos niños, 17 niños murieron, dejando un único sobreviviente.
Enmadou Rokuro.
-Las Impurezas atacan a niños inocentes, sin importar su ascendencia o su estatus social... atacan a cualquiera que tenga siquiera un poco de poder de encantamiento... Para evitar que una tragedia como esa ocurra de nuevo... Y para crear un mundo donde las personas ya no sufran por las impurezas... Yo eliminare a todos los Kegare, ese es mi sueño- Sus palabras eran firmes, uno casi podía sentir su resolución, esa era una meta que ella, sin importar el costo, cumpliría.
Pero esas palabras afectaron de otra manera a Rokuro.
-Purificare a todos los Kegare malvados-
Esas palabras, las palabras de un niño que no sabia nada del mundo, pero esa chica era diferente, lo sabia, ella llevaba años luchando contra las impurezas, aun asi, podia decir esas palabras con tanta facilidad que hacia que Rokuro apretara con fuerza sus dientes.
-Te encargo a los niños- Dijo repentinamente Benio, saltando de la colina y corriendo hacia el Kegare, Rokuro quízo detenerla pero ya era tarde.
Benio corrió hasta estar frente al Kegare, agachándose y cruzando sus espadas frente a ella. Desapareciendo en un instante, golpeando al Kegare a un lado de la cabeza y cayendo de nuevo en el mismo lugar.
-(Es mas duro de lo que parece)- Pensó. La apariencia gelatinosa del Kegare la había engañado, su exterior era muy duro, al punto de que su golpe solo había provocado unas pocas grietas -(¡Sera una prueba de resistencia!)- Pensó decidida, apretando con mas fuerza las empuñaduras -Oboro Renge no Mai(Danza del Loto Efímero)- Exclamo, desapareciendo mientras numerosos golpes aparecían por toda la parte delantera del Kegare.
-(¡¿Una serie de ataques a alta velocidad?!)- Pensó sorprendido Rokuro, él apenas era capas de ver los movimientos de Benio, sorprendido de su velocidad -(De esa forma el Kegare no podrá moverse pero...)- El sudor corría por su frente, a su espalda, oía como la niña estaba llorando mientras que su hermano intentaba aparentar fuerza, pero él entendía que estaba tan asustado como la niña -(Esa cosa es demasiado grande, ¡A este paso ella caerá antes que el Kegare!)- Estaba nervioso, sabia que debía ayudar a los niños pero, si se iba y buscaba ayuda, lo mas probable era que, al volver, ella ya estuviera muerta. Por otro lado, solo contaba con su talismán negro, pero Benio no tenia el poder suficiente para matar a esa cosa aunque le diera la oportunidad y si él mataba a esa cosa con su brazo Impuro entonces todo su poder encantado seria absorbido por su brazo.
La situación era muy estresante, sobretodo con la niña llorando a su espalda y la incomodidad en su brazo, su brazo quería que luchara, queria devorar el poder encantado de esa cosa. Su cabeza dolia, dolia mucho.
-ROKU- Sus ojos se abrieron en shock al escuchar el grito de una niña pequeña -¡No quiero esto Ruko, por favor, ayudame!-
-No- Murmuro Rokuro, sujetando su cabeza.
-Rokuro... ayúdanos... por favor-
-Duele, Roku, duele mucho-
-Ahora no-
-No quiero, Roku, por favor-
-(Callense, por favor, ahora no)- Pensaba el castaño, intentando callar esas voces que atormentaban sus sueños. Levantando la vista, vio a Benio en el suelo, jadeando frente al Kegare. Sus rojos ojos brillaron con decisión antes de tomar a los niños y alejarse.
Su ataque no había sido en vano, sus brazos mas grandes y dos de los mas pequeños habían desaparecido, ademas de que tenia una gran cantidad de heridas en su cuerpo, pero ella no podía seguir, sus encantamientos habían desaparecido y se sentía terriblemente cansada -No puedo... caer en un lugar como este- Se dijo a si misma, forzando a su cuerpo a levantarse usando su espada de soporte, cuando iba a dar un paso, sus piernas fallaron, haciendo que cayera al suelo de nuevo. Entonces una sombra paso sobre ella, alzando la vista, se sorprendió de ver la espalda de Rokuro.
-¡¿Tú...?!- Dijo ella sorprendida, haciendo que Rokuro la mirara de reojo -¿Por... Por qué estas aquí?- Pregunto incrédula.
-Ya me encargue de sacar a los niños de aquí- Respondió el castaño, mirando hacia la impureza, la cual avanzaba lentamente.
-No me refiero a eso- volvió a decir Benio, recuperando el aire lentamente -¿Por qué no escapaste junto con ellos?...- Al oirla, Rokuro apretó sus puños. Volteando a verla a los ojos.
-Mira como estas, ¿Acaso no dijiste que purificarías a todos los Kegare?- Dijo él, sin voltear a mirarla.
-¡¿Qué...?- Pregunto frunciendo el ceño Benio, pero, antes de que pudiera decir algo mas, vio los ojos de Rokuro. En sus ojos no había burla, arrogancia, ningún otro sentimiento parecido, solo había tristeza y un dolor que ella no podía comprender.
-Si mueres... ¡Nunca podrás volver a comer ohagi de nuevo!- Benio lo miraba sin comprender, ella aun intentaba descifrar que era lo que escondian sus ojos. Pero ambos fueron devueltos a la realidad cuando el Kegare comenzó a aproximarse a ellos.
Los ojos de Rokuro borraron su dolor, regresando esa fiereza y desición mas común en él, volteando, comenzó a caminar hacia el Kegare -Tomare tu lugar, déjame el resto a mi- Al oírlo, Benio se forzó a si misma a pararse en un afán de detenerlo.
-Es imposible que puedas hacerlo tú solo- Dijo ella, tomando su espada, la cual perdió el poder encantado, volviendo a su forma sellada.
-Mira quien habla- Respondió, sin frenar su caminar.
-No puedes, no tienes ningún talismán- Volvió a decir, forzando su poder encantado para darle forma a su espada, sin excitó.
-Claro que tengo, aunque solo uno- Respondió Rokuro, tomando su talismán mientras Benio lo miraba sin entenderle.
-(Es negro... ¿Un talismán sin escritura?)- Se pregunto ella, era un suicidio llevar un talismán sin escritura a un combate, pues los talismanes funcionaban cuando alguien imbuia poder encantado en los encantamientos escritos en los talismanes, un talismán sin escrituras era algo completamente inútil en batalla. Trato de detenerlo, pero sus piernas apenas lograban sostenerla, por lo que no pudo dar un solo paso.
-Purificare todos los Kegare malvados-
Rokuro apretó su mandíbula, no era momento para recuerdos inútiles como ese, remango su chaqueta y concentró su poder en su brazo derecho -Devoralo, purificalo Kyuu Kyuu Nyo Ritsuryo- Canto, liberando el verdadero aspecto de su brazo. Un aura roja rodeo al castaño, haciendo que la impureza frente a él retrocediera asustada.
-(El Kegare... ¿Esta asustado de él?)- Se pregunto sorprendida Benio, pero entonces se dio cuenta de algo, la impureza no había mostrado miedo hasta que el castaño uso ese talismán en su brazo, ¿Podría ser que lo que asustara a esa enorme cosa fuera el brazo de Rokuro?
-¡VEN!- El grito de Rokuro la saco de su mente -¡Pecados e impurezas! LAS DEVORARE TODAS- Exclamo, en respuesta, el Kegare ataco con una de sus patas, pero Rokuro dio un gran salto hacia adelante, pasando junto a la pata, yendo directamente a la cabeza. Apretando con fuerza su puño, golpeo al Kegare directamente en el rostro. Su poder fue tal que atravesó al Kegare destruyendo casi la totalidad de la parte superior de este. El Kegare lentamente se deshizo en lo que parecía ser humo, humo que lentamente entro por la "boca" del brazo del castaño.
-(Gracias... Por la comida)- Oyó Rokuro en su mente, haciendo que chasqueara la lengua.
-(De... De un solo golpe?)- Pensó en shock Benio, ella con un golpe apenas había hecho algunas grietas en el exterior del Kegare, en cambio Rokuro lo había acabado por completo con un único golpe. Con algo de esfuerzo, se puso de pie, ya había descansado suficiente, tenia la energía suficiente para caminar -Es increíble- Dijo, llamando la atención de Rokuro -Nunca había visto un poder como ese- Por alguna extraña razón, Rokuro oculto su brazo mientras tenia una expresión de desagrado en su rostro.
-Este poder... No es mas que una maldición- Respondió él, su mirada estaba ida, como si estuviera perdido dentro de su propia mente.
-Maldita sea esa chica- Mascullaba molesto Rokuro, él se encontraba caminando de vuelta hacia el dormitorio Seika con su mojada mochila al hombro, había tenido que rescatarla del rió hacia poco, era una fortuna el haberla visto, pues, al saltar para ayudar a Benio, la corriente se la había llevado. Por suerte la había recuperado pero sus talismanes y cuadernos se habían arruinado, tendría que pedirle el suyo a Mayura y tomarse el dia mañana para completar todo lo que perdió.
¿Por qué maldecía a la chica que hacia poco había salvado? Pues sucede que, luego de salvarla y pedirle que guardara en secreto el poder de su brazo derecho, la chica había intentado pisarlo, para luego renegar de su ayuda, alegando de que ella podría haber derrotado a la impureza por su cuenta, en medio de esa discusión unilateral[Pues él era prácticamente el único que hablaba], habían abandonado Magano, volviendo al mundo real. En ese momento los alcanzo una anciana que parecía ser conocida de Benio, por la que la dejo a su cuidado y tomo su camino de vuelta al dormitorio Seika
Por ello, mientras maldecía a Benio, entro a su casa -Estoy en casa!- Exclamo, llamando la atención de Ryogo, quien se encontraba en el pasillo.
-Bienvenido, ¿Sucedió algo? Es bastante tarde como para que estés volviendo de la escuela- Pregunto el pelinegro, Rokuro solo desestimo su pregunta, no tenia ganas de hablar de su loco día, en cambio, se concentro en el inusual escándalo que los otros tres ocupantes de la residencia hacían.
-¿Acaso vino alguien?- Pregunto, no gustándole la sonrisa de Ryogo.
-Esto te sorprenderá- Comento divertido, abriendo de repente la puerta corrediza hacia la cocina, donde Rokuro vio en shock a Benio sentada comiendo Ohagi mientras el anciano le ofrecia mas y Atsushi le ofrecía un té que Shinnosuke prepararia. Todo entre los gritos de la anciana sobreprotectora -Ella es Adashino Benio y vivirá con nosotros a partir de hoy- Dijo mientras Rokuro palmeaba su frente rendido y Benio lo miraba de manera hostil.
-¿Por qué demonios me miras con esos ojos?- Pregunto molesto, mientras todos los demas veian rayos salir de los ojos de ambos, chocando entre si.
Asi, la historia de la pareja que heredaría el titulo de "Estrellas Gemelas" inicio.
Bueno, este fue el primer capitulo de esta nueva historia que comenzare a escribir, espero que la sigan, la agreguen a favoritos y dejen comentarios.
Como han visto, abra algunos cambios con respecto al Canon, (Si no los hubiera no tendría gracia). Para empezar, Rokuro no se negara a ser Onmyouji pero su motivación es una completamente diferente, ademas de que aquí no dejo de entrenar, por lo que es mas fuerte y habilidoso que en el Canon, como ya pudieron ver. Benio no tiene ningun cambio de momento, al igual que los otros personajes aqui mostrados.
Espero que les gustara y aquellos que no hallan visto Sousei no Onmyouji vallan a ver tanto el anime como el manga.
