Reto: "Mystrade, el musical" del foro I am SHER locked.
Canción: In Demand – Texas
Fuego:
Recordó cuando de pequeño le mandaban estudiar las horas mirando agujas y no en un reloj digital y se sintió estúpido. Ahora era un adulto que no sabía leerlas.
Miró a sus subordinados y se sintió algo acomplejado cuando cogió su móvil y miró la hora en vez de mirar el reloj de aguja que tenía enfrente suya.
Era tarde y necesitaba aire, iban a estar mucho más por la comisaría y si no tomaba aire y se fumaba un cigarrillo no era persona. Además necesitaba aclarar las ideas.
Se levantó de la silla sin decir nada, bueno si, dijo que siguieran trabajando mientras él iba a fumar.
Salió de la comisaría y se apoyó en una barandilla; en la cual se puso a fumar un cigarrillo, debía dejarlo pero no podía, le calmaba los nervios cuando más lo necesitaba.
Buscó en su chaqueta su mechero y se dio cuenta de que se lo había olvidado a dentro y no quería volver.
Cuando se dio por vencido, un hombre apareció y le dio fuego. Amablemente le dio las gracias y el hombre se quedó a su lado fumando.
El silencio era incómodo, que el inspector habló para romperlo.
— ¿Quién es usted? - aquella pregunta fue tan directa que al hombre misterio no le extrañó nada.
— Greg Lestrade tratando así no se trata a gente que le aprecia – Lestrade miró y no entendió nada – soy Mycroft Holmes, me gustaría saber si mi hermano está a dentro.
— Pensé que era un acosador, me alegra saber que no – pero lo que no sabía Lestrade es que si era un acosador, ya que Mycroft Holmes estaba allí porque sentía algo por el inspector y no por su hermano – no, él no está aquí, volvió a la escena del crimen a volver a examinarla.
Mycroft miró a Lestrade que se sentía algo nervioso y sonrió. Llevaba tiempo observando al inspector, tanto que sabía toda la vida del inspector, que había sido abandonado por su mujer y que ahora le gustaban los hombres, esto último lo descubrió haciendo un día un experimento con un chico de compañía al que pagó para que se camelara a Lestrade cuando estaba pasando los baches de la ruptura y la separación.
Aunque había conocido a Lestrade en alguna ocasión había sido cuando habían sido estudiantes y Lestrade le llevaba dos años y Mycroft sentía por aquél entonces que no iba a conseguir hablar con él ni que se fijara. Pero ahora parecía que sí.
Recordó aquel día en el que en el instituto Lestrade lo metió en una papelera y se sintió triste y sobre todo cohibido.
— Nada, recordaba mis años de instituto cuando los matones me metían en papeleras – Lestrade al escuchar aquello se dio cuenta de quién era Mycroft Holmes.
— Siento todo aquello, siento cuando te metíamos sin razón alguna mis colegas y yo en la papelera o en el váter sin saber tú nombre ni nada – Lestrade se acercó al mayor de los Holmes cuando acabó su cigarrillo y le acarició la mejilla.
Un deseo de parte de Lestrade hizo que fuera acercando sus labios con los de Mycroft hasta que ambos se fundieron en un beso, el cual culminó con una declaración de amor.
— Tú estás pensando de la forma en la que vas a sostener mi mano. Y todos los tiempos que dijiste que no comprendiste. Tú nunca tuviste tu amor escrito en tus planes, pero ahora si – y otro beso hizo que Lestrade se callara y disfrutara del momento.
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