Título: Primer beso

Autor: Rina Sayata

Comentarios: Aunque "las sombrías aventuras de Billy y Mandy" me ha dejado muchos traumas (como el miedo a los conejos) me he dado cuenta que en serio creo que la pareja de la que hablo en este fic es real. Son demasiadas pruebas sin nada que las contradiga. Así que espero que a muchos les guste esto que he escrito.

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Billy también lo sabía. Lo sabía y nunca lo había comentado. Era un idiota y ahora lo confirmaba. Sólo le faltaba encontrar el puente más cercano y tirare de él para olvidar todo lo que por su mente había tres minutos atrás, uno, diez segundos. Cambió de parecer. Por primera vez en la vida, la salida fácil, el camino corto, no le atraía; quería evolucionar, innovar, hacer lo que los otros –incluyendo a uno de sus tontos amigos- no pudieron.

Se levantó. Ya no era el niño asqueroso e inmaduro que todos veían en él. Había cambiado. A su edad, podía llamarse hombre; ya no "el hombre smoking", como cuando jugaba en el lodo, ahora era hombre a secas. Debía hacer lo que el corazón le mandaba, lo más indicado… él debía… No, no se atrevía a decirlo, ni siquiera podía pensarlo. ¡Era sacrilegio!

Se miró al espejo, se quitó la gorra y arregló su cabello, rojizo y un poco desaliñado. Se dijo que estaría mejor si sólo… Y quitó esa cara de idiota, la que le había estorbado por años. Hasta atractivo parecía. Su gran nariz parecía ya no ser un obstáculo si sus ojos se mantenían activos, como aparentando inteligencia. El momento había llegado. Era tiempo de hacerlo.

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De repente, se encontró frente a la puerta de esa casa que tan bien conocía, tanto como a quien allí vivía. Tocó levemente y comenzó a sentir cómo cada glándula sudorípara de su cuerpo se ponía a trabajar. Esperaba no sudar de más para no asustar a quien visitaba. Esperaba no oler mal, no tartamudear, no parecer idiota, no…

Dejó de darse consejos pues la puerta comenzó a abrirse lentamente. Sudó más. Apretó las manos y le ordenó a sus pies que no se movieran de allí; era mejor quedarse como estatua que salir corriendo. Entonces Huesos salió. ¡Demonios! Casi daba en el blanco.

"Hola Huesos –su voz se oía diferente. Eran los mismos graves y agudos pero la fuerza era diferente".

"Ah, Billy… eres tú –respondió, apático".

"Busco a Mandy".

"Pasa. Para variar, está de mal humor. ¿Sabes que debo hacer todos…? –pero Billy ya no oía, pues estaba ya cerca de Mandy".

"Se acercó sigilosamente, sin embargo, Mandy se percató de su presencia".

"¿Qué quieres, idiota?"

"Vengo por un beso –murmuró".

La expresión de Mandy no varió. En sus ojos no se veía más que aburrimiento y sus labios no se movieron ni un milímetro. Billy se acercó y, sin decir nada, besó lentamente a Mandy.

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Si quedó corto, es porque ya es 31 de julio, último día del mes y por lo tanto fecha límite para mí. Comentarios, dudas, sugerencias, etc. Son bienvenidos (as). Gracias por leer.