Disclaimer: Nada aquí me pertenece todo es de S. Meyer, yo solo me adjudico la trama y la frase de más abajo.
Mirror
«Los espejos,
al igual que los verdaderos amigos,
nos muestran lo que es,
no lo que queremos ver.»
Observó nuevamente el viejo espejo que se encontraba frente a sí.
La imagen de un joven de cabello broncíneo y ojos dorados no había cambiado desde la última vez que se había visto reflejado en dicho espejo, hace casi 50 años atrás.
Todo en él se mostraba igual, los mismos rasgos, el mismo cuerpo, el cabello cobrizo desordenado, las ojeras malvas bajo aquellos ojos color topacio. El tiempo nunca había tocado a su puerta.
Le resultaba algo deprimente, repetitivo.
Jamás cambiar. A eso estaba destinado con aquella condena inmortal, vivir hasta que el tiempo se extinguiera, hasta que los años se agoten y el juicio final sea inminente, estancado en la misma edad por el resto de la eternidad.
Poso su mirada sobre aquel espejo oxidado. Esme lo adoraba, el día que lo había comprado inmediatamente le hizo un lugar en el lugar en que residían, fue entonces cuando se topó con aquella mirada fría y vacía, la misma que observaba en ese instante.
Sonrió de forma nostálgica. El chico del otro lado imitó su expresión a la perfección, para luego ser reemplazada por un rostro inexpresivo.
Nunca le habían gustado los espejos. No como a Esme y su adoración por la decoración o como a Rosalie y su adoración por sí misma. Estos le recordaban vagamente aquella vida que tuvo y pudo haber acabado, tan rápida como un parpadeo, tan silenciosa como un suspiro.
Era como sellar la sentencia que había firmado su madre por él, y no es que la odiara por ello y mucho menos a Carlisle. Era solo... abrumador; verse a sí mismo en los pensamientos de otros no era lo mismo que estar allí de pie, observando en lo que se había convertido.
Cerró los ojos con fuerza y suspiró con frustración.
Jamás debió haber entrado a aquel sótano, jamás debió haber quitado la sábana que cubría ese espejo.
Pero no podía lamentarse.
No podía mostrarse débil ante una estúpida imagen, aunque supiera muy bien que aquella imagen era una verdad irrefutable.
Abrió los ojos nuevamente, se inclinó a recoger la sábana que yacía en el suelo polvoriento apretándola contra su marmóreo pecho mientras por última vez observaba su reflejo.
Suspiró nuevamente. Aquel espejo era la prueba infalible de que aquella maldición era cierta y no un largo y horrible sueño del que podría despertar. Porque desde el día de su muerte el tiempo había dejado de correr...
Nota:
Muy largo para ser Drabble, muy corto para ser One-Shot, así que dejémoslo en una Viñeta (?)
Espero que les haya gustado y, que si se molestaron en leer, no haberlos decepcionado con el resultado.
Un beso
S.S.
