Disclaimer: No soy Hima-papa. Pero, entre nos, no se lo digan a él.
Comentarios: Este fue, quizá lo primero que pensé de Hetalia. Mi hermana estaba obsesionada con un ship de otro Fandom y no paparaba de escuchar "Entre tú y yo tenemos un secreto," no recuerdo el nombre de la banda.
Entre Alemania e Italia hay un secreto.
Lo he notado por la forma en la que se miran. Las risas cómplices entre ambos lo dicen todo. El trato diferente que hay entre ambos… la forma en la que hablan de ellos y la forma en la que se defienden cuando el otro no está y se encuentran hablando con los demás.
Su forma de desenvolverse.
La manera en la que sus ojos brillan cuando se fijan en el otro. La forma en la que se toman las manos cuando creen que no estoy viendo.
Desearía poder descubrir qué exactamente esconden ambos.
— ¡Nihon~! —Escuché que gritó Italia. Al instante, mi cuerpo se tensó preparándose para cuando él viniese a lanzarse a mí.
—I-Itaria-kun —murmuré apenas por el hecho de que, efectivamente se había lanzado hacia mí.
—Al menos ya no te alejas cuando intento abrazarte. —Dijo a lo que yo rodé los ojos. Escuché otros pasos aproximarse lo cual me sorprendió. Usualmente, los únicos que venían a visitarme eran Italia, China-niisan e Inglaterra. El primero de la lista se encontraba aquí y los otros dos se encontraban de viaje en América.
Curioso, volteé a ver quién podría ser, me sorprendió demasiado ver que el visitante que recibía era nadie más ni nade menos que Alemania.
—Doitsu-san —Dije denotando mi sorpresa. Y no podía ser para menos, ya que el nunca venía aquí.
—H-hola Japón. —Saludó observando curiosamente a Italia quien se mantenía pegado a mí.
Silencio incómodo después de saludar.
— ¡Obligué a Doitsu a venir porque nunca viene a visitarte! —Ya veo… quise decir—. ¿No debí hacerlo?
— ¡Ah, no hay problema! Si quieren entren a la casa, iré a preparar algo de té. —mencioné intentando ser hospitalario a lo que Italia asintió con la cabeza.
— ¡Sabia que no te enojarías! —Dijo con un mohín juguetón. Sonreí frente a eso y después esperé a que se fuesen dentro para suspirar. Alemania me dirigió una mirada sospechosa antes de ir detrás de Italia-kun. Arqueé una ceja pero me dirigí a mi jardín para recoger un par de hojas Sakura y después de eso prepararlas como té. Después de recolectarlas, me encaminé a la casa. Al ver los zapatos de Alemania en el Gekan resumí que Italia-kun debió haberle mencionado sobre mi regla de no tener zapatos dentro de mi casa. Era algo muy vago, pero para eso existían las pantuflas.
Caminé hacía la cocina y llené una tetera con agua para poner en tazas una flor en cada una y comenzar a molerla. Encendí el fogón debajo de la tetera y busqué un par de aperitivos que tenía guardados por si ocurría la ocasión. Después de ver que tenía un par de Onigiris (que preparé hace dos horas) los puse en un plato de porcelana y caminé fuera de la cocina. El agua tardaría un poco en hervir así que caminé a la habitación en la que esperaban Italia y Alemania.
— ¡Espera, Italia! ¡Esta es la casa de-
Me asomé y observé a Italia sobre Alemania, besándolo. Escuché el plato caerse bajo mis manos.
Acababa de descubrir el secreto de Alemania e Italia.
—gem—
