DISCLAIMER: Yuri! On Ice, así como todos sus personajes, son propiedad de Studio MAPPA y sus creadoras (Kubo Mitsurou, Sayo Yamamoto).
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NOTA DE AUTOR: Serie inconexa de drabbles/OS Victuri inspirados en Disney. Ojalá la disfruten :)
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El príncipe que fue Dios
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Llovía.
Por encima del zumbido en sus oídos, era capaz de distinguir el incesante murmullo del viento que escalaba montañas y serpenteaba entre las nubes teñidas de plomo, reuniéndolas como a un rebaño de ovejas en la infinidad del cielo.
Una noche oscura y tormentosa.
No hacía mucho tiempo que él mismo habría considerado aquel espectáculo como el más horroroso que alguna vez pudiese contemplar, siendo un recuerdo permanente y mortificante de la noche que marcó su propia desdicha aunque, al final, si se sinceraba consigo mismo, en lo más profundo de su ser aún continuaba pensando de esa manera.
Sin embargo... algo había cambiado.
Llovía, aunque el cielo gris aún no se deshacía en gotas de tormenta. Llovía, aunque lo único húmedo en aquel momento fuese su camisa destruida y la piel del pecho oculta bajo el espeso vello. Llovía… llovían lágrimas frías y saladas que escapaban de un par de ojos que jamás debían haber llorado.
Encima de él, sin saber qué hacer y tocándole la ardiente herida con pánico y desesperación, se encontraba la criatura más hermosa que jamás, ni en sus anhelos más profundos, había soñado con conocer. Su rostro estaba pálido a la luz de la luna, tan blanco como la porcelana de la vajilla más fina, y sus labios temblaban mientras luchaba por esbozar una sonrisa tranquilizadora.
Cuando se fijó en los rasgados ojos oscuros, brillantes por la humedad, inevitablemente sonrió. Era él, aquel chico que hacía que una noche de tormenta se convirtiera en una cálida oportunidad de leer un libro junto a la chimenea bebiendo chocolate caliente; aquel que lograba hacerle ignorar el frío con el pretexto de hacer un muñeco en el gran jardín y lanzarle bolas de nieve.
Aquel que había golpeado su vida con la fiereza de un sol y la tranquilidad de una estrella, regalándole la luz que no sabía que necesitaba.
—Has… regresado.
La voz surgió ahogada, muy suave, pero sirvió para despertar en el otro muchacho un sentir que lo orilló a inclinarse más y a sonreír.
—Por supuesto, Víctor… —murmuró, temblando ante sus palabras. Pronunciar su nombre le quemaba—. No quería que… —Sin pensar, las manos de Yuri se aferraron al borde de la enorme camisa blanca que poco a poco enrojecía bajo sus dedos. Su autocontrol colapsó. Ahogó un sollozo en su garganta y extendió los brazos, rodeando con torpeza el gran cuerpo, acomodando su cabeza bajo la barbilla de aquel ser de facciones bestiales que inevitablemente moría a su lado—. ¡Fue culpa mía! S-si… Si tan solo hubiera llegado antes…
La mano del herido se movió de forma instintiva, rozando los cabellos castaños del chico. Pese al dolor del costado y su respiración entrecortada, su corazón continuaba irradiando esa calidez que solo era capaz de encontrar cuando estaba con Yuri. La nobleza de aquel chico tendía siempre a obligarlo a culparse del sufrimiento ajeno. No podía permitirle hacerlo más.
—Tal vez… sea mejor… que así sea…
Trató de sonar optimista, pero no resultó. Yuri se elevó para mirarle, negando con suavidad.
—No digas eso. ¡T-te pondrás bien! Estamos juntos ahora, y todo va a salir bien, ya verás…
Pero Víctor sabía que no sería así. Podía sentirlo, el entumecimiento comenzaba a consumir su cuerpo, acarreando un frío intenso tras de sí. Ya no se creía capaz de mover las piernas, y menos de arrastrar todo su peso para bajar del balcón. Lo único que le quedaba era rezar a alguna divinidad, quien fuera, para que el corazón de Yuri pudiese soportar la muerte de alguien a quien, aunque fuese un poco, hubiese llegado a apreciar, y que no lo dejase solo.
Levantó la mano, dedos gruesos, piel moteada, para tocar su mejilla. Yuri acercó el rostro a su palma y le acomodó sobre su piel, sosteniéndole con fuerza con sus propias manos.
Una ola de emociones invadió a Víctor en cuanto sintió el calor del rubor alcanzándole. Iba a extrañar tanto eso. Habían sido pocas —y muy recientes— las ocasiones en las que Yuri había sido tan audaz como para tocarlo y permitirle hacer lo mismo, o en las que le había sonreído de manera furtiva cuando pensaba que no le miraba, o en las que se había ruborizado ante algún comentario que bien podía considerarse como flirteo antes de darle un golpecito con lo primero que encontrara. Conocía bien cada particularidad de él, sus regaños y sus penas, sus inseguridades y los temores que escondía, pero ser consciente de todo eso no hacía que le quisiera menos; lo amaba tal y como era, en su perfecta imperfección.
Sí, iba a extrañarlo tanto…
—Al menos… pude verte… una vez más…
La frase había surgido entre respiraciones forzosas y signos de evidente debilidad, pero Víctor había procurado ser lo más sincero posible. Habían muchas cosas que quería expresar, y sin embargo… ¿decirle que lo amaba estaría bien, aún tratándose de alguien como él?
Yuri abrió la boca repetidas veces, como si quisiera hablar, pero no emitió sonido alguno. Su gesto se descompuso y lloró, rindiéndose ante un evidente dolor que Víctor añoraba desvanecer.
"No llores. Por favor, no llores más…"
Sus ojos se cerraban, con los párpados tan pesados como cortinas de acero, y cuando Yuri se percató de ello, se desesperó. Sintió las manos del muchacho en su rostro, hablándole, pidiéndole a gritos que no le dejara, pero él no podía hacer nada. El aire hervía en su garganta, quitándole el aliento. Nunca pensó que la muerte sería tan tranquila y desesperada a la vez. Entonces, cuando el oscuro mar se alzaba sobre su cuerpo para arrastrarlo, con abrumadora claridad le escuchó confesar lo más dulce que jamás hubiese deseado oírle pronunciar.
"Te amo".
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Si alguien llegó hasta aquí, le doy infinitamente las gracias. No hay mucho que contar, la verdad. Soy super fan de Disney y al ver tantos fanarts de los hermosos Víctor y Yuri en esas grandes historias, no pude evitar preguntarme si había algún fic. Comienzo con "La bella y la bestia" porque es de mis favoritas de siempre; lo admito, lloré al escribirlo, más aún porque estaba escuchando el soundtrack al hacerlo. Espero continuar así con más historias, aunque si tienen alguna sugerencia también es bienvenida jaja.
Y pues nada, espero que lo hayan disfrutado, y si así fue les estaría eternamente agradecida que me lo hicieran saber en un comentario :D
Nos leemos en la próxima.
Mina.
