La Saga Crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer.
.
.
.
Beteado por Pulpi Mortensen, Beta EFF.
www facebook com /groups /elite . fanfiction
.
.
.
Me digo a mi mismo, tu no significas algo.
¿Pero lo que tenemos no puede mantenerte conmigo?
Pero cuanto no estas ahí. Yo me derrumbo.
Me digo a mi mismo, no me importas tanto,
Pero siento que me estoy muriendo hasta sentir tu toque.
Sólo el amor, sólo el amor puede herir así,
Sólo el amor puede herir así
Debió haber sido un beso mortal
Sólo el amor pude herir así.
Digo no podría importarme, si te fuiste lejos.
Pero cada vez que estas ahí, estoy rogándote porque te quedes,
Cuando te acercas, Yo me derrumbo,
Y cada vez, cada vez que te vas,
Es como un cuchillo que cortas justo a través de mi alma.
Tus besos queman mi piel.
Sólo el amor puede herir así,
y es el más dulce dolor,
Ardiendo caliente a través de mis venas,
El amor es una tortura que me vuelve más segura.
Sólo el amor puede herir así.
Only Love Can Hurt Like This- Paloma Faith.
.
.
.
Parte I
.
.
.
—Sólo faltan unas horas para que finalice el año. ¿Qué proyectos vienen para Edward Masen? —cuestiona el periodista.
Tiene toda la razón, estamos a unas pocas horas para que el año termine; pudo haber sido de los mejores en mi existencia, pero siempre hay alguna cosa que lo ensombrece y fue totalmente mi culpa.
—¿Proyectos? —Asiente el joven entrevistador—. No lo sé en realidad. —Una risa nerviosa es lo único que sale de mí.
—Está bien, supongo que con todos los galardones que recibiste durante este año posiblemente no los hallas asimilado aún; cambiemos de cuestión. ¿Qué le hace falta a Edward Masen para ser el hombre más feliz del mundo?
Ella...
—Estoy totalmente de acuerdo con lo que he tenido hasta el momento. —Gran falacia—. No podría decirte algo preciso.
Mi gran amigo Sam parece estudiar mi respuesta, no la acepta del todo, pero creo que se conforma con ello.
—Interesante, Edward —Ríe con desgano, él no parece contento con lo que he contestado—; y cuéntame, ¿cómo esta ese corazón?, muchas de tus admiradoras lo quieren saber. —Su risa ahora es malvada, quiere que lo confiese todo, veamos quien vence primero.
—Muy bien, gracias.
—Las chicas desean saber si pueden hacer algún tipo de casting, vamos chico sé que puedes decir más que esas tres palabras —me anima, si fuera cualquier otra persona me hubiera largado de aquí.
—Tengo novia —admito con desgano—; no creo que le emocioné mucho saber de ese casting.
—A eso queríamos llegar hombre, pues ¿qué tal con la relación? Supongo que a tus fans les gustaría saber que eres inmensamente feliz.
—Soy feliz. —Mi tono es ácido, en realidad no lo soy, pero ¿a quién le importa?
—¿Qué tiene esa mujer de quien tan enamorado estás? —Su pregunta es en un doble sentido, ambos sabemos de quien habla.
No puedo evitar que su imagen aparezca entre mis pensamientos, siempre con esa timidez tan de ella y esa sonrisa sincera que me dedicaba. Su esencia de rosas inunda mis sentidos, a pesar de que hace muchos meses no la tengo cerca parece como si esta mañana hubiera amanecido a mi lado.
—Ella es muy talentosa —Veo sus zapatillas girar ante ese inmenso escenario que parece ser nada ante ella—; es una chica muy noble. —A mi memoria viene aquella noche cuando encontramos a una mujer con su pequeño en brazos ambos temblaban de frío y ella de manera generosa le dio su abrigo y algunos billetes para poder comprar comida—. A pesar de ser de apariencia frágil en realidad es más fuerte que yo. —Esa noche de primavera me golpea con fuerza, cuando de manera equivocada terminé nuestra relación, ni siquiera un argumento pude ofrecerle; ella no lloró y mucho menos se rebajó, lo aceptó y se marchó.
¿Por qué la dejé ir?
Muy tarde me di cuenta que ella era lo que tanto buscaba en el mundo, volver con mi ex ha sido el peor error que he cometido; he comprendido que el supuesto amor que decía profesarle no era nada a comparación de mi chica bonita.
—Wow, pareces muy enamorado. —Sonríe, el bastardo sabe que ha conseguido sacarme la sopa—. Supongo que ese alegrará a todas esas fans verdaderas que tienes.
—Gracias.
—Muchas gracias Edward, esperemos que puedas ser feliz con esa mujer que amas y por supuesto más éxitos en tan maravillosa carrera.
El camarógrafo nos indica que hemos terminado.
—¡Hey viejo! Muchas gracias por la entrevista. —Sam me tiende la mano, la cual estrecho con afecto.
—De nada Sam, a pesar de tus incómodas preguntas —le reprochó, pero sabe que no lo estoy diciendo en serio.
—La vi hace unos cuantos días, está mejor que nunca. —Saca su teléfono.
Entre las sobras la he estado acechando, ella ha seguido avanzando. Me alegra que no haya sufrido, no merezco sus lágrimas.
—Lo sé, ella es muy fuerte y está rodeada de gente que en realidad la ama. —Siento un nudo en la garganta que no me deja respirar.
—Tienes mucha razón, hay un chico que la acompaña a todas partes; se dice que la pretende. —Sigue entretenido con su teléfono.
«¿Chico? Ella es mía... No la tocará, sobre mi cadáver».
—¿Quién es ese tipo? —Ríe con maldad, sabe de mi vena celosa.
—Pues es un nuevo músico, tiene una propuesta increíble en el mundo musical y ella siempre suele ir a escucharlo a sus conciertos. —Se encoge de hombros.
«¡No!»
—Y a ella. ¿Cómo la ves? ¿Crees que le interesa?
«¡Di que no, Sam! ¡Di que no!»
—Pues no podría afirmarlo, pero supongo que estarán en esa etapa de enamoramiento, él suele dedicarle canciones e ir a verla a sus presentaciones en la danza.
«¡No puede ser! Yo la amo...»
—Eso es romántico. —Trago en seco.
—Viejo, deberías de dejar a la señorita simpatía —Ese es el apodo a mi novia—; ella no sabe valorarte y lo más importante estás a tiempo de buscar a tu chica, ella sabrá escucharte y decidir si te quiere a su lado. Le hiciste mucho daño Edward, en realidad te amaba.
«Me... ¿amaba?»
—¿Y si es tarde? —Eso es lo que me detiene, no podría soportar ver su rechazo.
—Será tu culpa y tendrás que vivir con ello, así como ella te dejó ir, será tu turno para hacerlo.
—¿Crees que es fácil? —No sabe de lo que habla, no es su corazón el que está en juego.
—Entonces atente a esto. —Su asistente le entrega una revista, la cual me la tiende—. ¡Feliz año nuevo! —Se despide sin siquiera mirarme, dejándome solo.
«¿Nuevo amor en puerta?»
Ese es el encabezado del ejemplar, en la portada está mi chica, con esa mirada reservada y cierto misterio, pero lo que me deja sin aliento es la carcajada con la que es captada; a su lado camina un hombre de buen aspecto físico, alto, cabello castaño y sonrisa socarrona.
"Captamos a la bailarina en compañía del cantante del momento; según fuentes cercanas a los dos, parecen estar muy cómodos el uno con el otro. Recordemos que la joven no ha sido vista con nadie desde su rompimiento con el futbolista Edward Masen..."
Recuerda que esta revista no es seria... Son chismes.
"Al contrario del músico Riley Biebs, quien hace apenas unas semanas se le veía saliendo de un centro nocturno con la top model Victoria"
Mi chica linda está en peligro, es un gigoló en potencia.
"¿Será que los pasos de la bailarina han atraído a nuestro seductor?"
¡Mierda!
"Pues éstas son las pruebas que hemos reunido desde hace unas semanas".
Las fotos no dejan mentir, en realidad salen y aunque no hay un toque evidente, si hay sonrisas y complicidad. Hay varias de ella en el escenario, con sus zapatillas de ballet y él aplaudiéndole.
¡Cómo duele! Ese debería de ser mi lugar.
Sin importarme un demonio tiro la revista y con toda la rabia del mundo pateo la mesa de bocadillos, lo único que hizo esta entrevista fue abrir viejas heridas.
Salgo de la casa de Sam, me interesa muy poco si escuchó la rabieta que me ha hecho pasar. Él sabe perfectamente el daño que me haría con ello y no le importó; pero así de duro es, siempre tratando de que abra los ojos.
El clima de Nueva York parece adecuarse a mi corazón, con un sencillo gorro de lana y sudadera deportiva camino entre las calles, sin un aparente rumbo, no quiero llegar al departamento.
¿Cómo llegué a esto?
FlashBack
Lo sé muy bien, después de haber pasado los mejores tres meses de mi vida, tuve que encontrarme con la que fue mi ex novia, algo en mí se removió cuando nos saludamos y no pude sacarla de mi cabeza; mi chica bailarina pareció notarlo y puso todo de ella para traer al Edward que descubrió en meses anteriores. Pero todo fue en vano, porque en la fiesta de festejo del campeonato de mi equipo actual se apareció mi ex, no pude evitarlo y la besé; como aquello clichés que suelen pasar en la televisión mi chica ballet miró todo y como una dama se marchó con la cabeza abajo, sin siquiera avisarme de su arribo.
Al principio no lo noté, cuando culminamos el beso me di cuenta que había traicionado la confianza de mi bailarina y como el cobarde que soy me alejé corriendo y muy asustado.
Llegué a su departamento, dispuesto a confesarle lo sucedido y pedirle perdón por traicionarla, pero la decisión estaba tomada, yo aún amaba a la mujer de mi pasado y lucharía por retomar lo que teníamos.
Me sorprendí mucho cuando vi en el pasillo varias maletas y cajas. Ella bajaba de las escaleras con su bolso y llevando consigo un sobre.
—¿Qué pasa con las maletas? —Ni siquiera me molesté en saludarla.
—Vuelvo a casa, aquí ya no es necesaria mi presencia. —Se plantó frente a mí con decisión.
—¿A casa? Pero ésta es tú casa. —No comprendí en aquel momento lo que sus palabras ocultaban.
—Esta no es mi casa ni siquiera mi ciudad; hace un rato que regresé de tu fiesta y me encontré con que estabas con ella en el balcón. No quise interrumpir, pero me quedó muy claro cuál fue tu decisión y la respeto.
¡Mierda!
—Yo... —Sus labios sellaron los míos en un dulce beso que terminó muy pronto.
—No pasa nada, mi amor. —Me sonrió con completa adoración—. Desde aquel día en que la volviste a ver, te he notado muy raro y pensé que con mi dedicación podría hacerte volver, pero no fue así. Ahora comprendo que lo de ustedes es un lazo irrompible y lo entiendo, se muy feliz cariño que tú más que nadie en el mundo se lo merece. —Sus abrazos me sostuvieron durante un buen rato cerca de su calor.
—Mi chica arte... —Negó con lentitud.
—Soy la chica, pero ya no te pertenezco. Edward Masen yo te dejo libre, no tienes más que preocuparte por mí, gracias por todos los buenos momentos que me hiciste pasar durante el tiempo que duró, los llevaré conmigo hasta que alguien sea capaz de eclipsarlos y dejarte a ti entre las sombras. —Me tendió el sobre color manila—. Ahí están las llaves de la camioneta, las de tu departamento y las joyas que me diste como regalos; si gustas puedes revisarlos.
—Por favor quédatelos, no lo necesito. —Intente acércame a ella pero rápidamente se alejó.
—Y yo no necesito recordarte, es un trato justo. Bueno paremos de hablar cosas sin importancia y será mejor que me vaya. Con todo mi amor te deseo lo mejor. —Sin más salió de su departamento, entrando su manager por sus pertenencias.
—Si ella cae será tu culpa Masen, has dejado ir a una gran joya y estaré en primera fila para verte arrepentido —escupió con veneno James.
—Dile que me arrepiento por ello, pero mi amor por ella me obliga a dejarla libre.
—Masen será mejor que cierres esa boca, porque si no yo te voy a romper esas piernas. —Y sin esperarlo su puño chocó contra mi mandíbula.
—Le deseo lo mejor, ella lo merece tanto. —Con verdadero disgusto salió con un portazo.
—Adiós, mi chica hermosa.
Fin del flashback.
Ahora podía darse como bien servido, su declaración pocos meses después se convirtió un hecho; los celos y malos tratos acabaron con lo que supuestamente sentía, pero estúpidamente creí que se salvaría nuestra relación viviendo juntos.
«¿Y qué fue lo que sucedió?»
Todo se convirtió en un infierno; cada vez que salgo a una concentración me tiene vigilado, llamando constantemente a mi celular y por si algún motivo no le contesto se pone a investigar con mis compañeros.
Cada vez que intento salir ya sea con Sam o Seth a una noche de copas, hace berrinches y todo porque sabe perfectamente que ambos han estado en contra de ella, pero por respeto a mí se abstienen a la crítica.
«¿Cómo deje al cielo por un infierno?»
Y es el pago justo por esa mirada de decepción que causé en ella, por no darme cuenta que en tan solo pocos meses ella había cambiado mi forma de ser, algo que mi anterior pareja no fue capaz de mover.
Saco mi celular de mi bolsillo, un par de mensajes nuevos.
*Bebé, ¿ya vienes? Quisiera que me asesoraras con mi vestido de esta noche, pasé por una tienda y te compré un traje. Tu novia*
Olvidé decirlo, siempre tiene la manía de recalcar nuestra "relación" que ya olvidé como se llama.
*Ed, ¡feliz fin de año! ¿Podrías ir por mí al salón de danza? Tengo varias maletas y necesito ayuda, ¿sí?*
Como siempre Alice parece pensar que puede pedir mi ayuda cuando le plazca, pero lo tolero sólo porque es mi hermana consentida.
*Estoy cerca, no demoró mucho. E.*
En menos de diez minutos doy la vuelta a la cuadra y veo a mi duende sentada sobre la banqueta.
—¡Hermanito! —Como un resorte se levanta y me abraza con fuerza—. Siento interrumpirte pero ya sabes que no puedo manejar y los demás están ocupados, sólo me quedabas tú como opción.
—No pasa nada, duende. ¿Dónde están tus maletas? —No parecen estar aquí.
—Allá arriba Eddy, ¿crees que una dama puede cargarlos? No cariño, necesito la ayuda de un príncipe. —Besa mi mejilla, su sonrisa me lo dice todo.
—¿En el mismo salón de siempre?
—Sí Edward, estaré esperándote aquí, tómate todo el tiempo que quieras —me despide con una sonrisa que amenaza con romper su cara.
—Claro, Alice. —Ignoro su felicidad.
Sí, soy un amargado, envidio la felicidad de las personas que me rodean. No puedo conformarme con lo que decidí, añoro lo que dejé y pudo haber sido.
Saludo a la recepcionista del edificio y camino hacia los dichosos salones de danza. Miro a varias niñas practicar, chicas fumando en el balcón y profesoras ensayando sus coreografías.
«¿Dónde está el jodido salón?»
—Esto es todo por hoy, nos vemos la próxima semana, y feliz año nuevo. —Esa dulce voz.
«¿Puede ser cierto? ¿O mis alucinaciones me están llevando a otro nivel de locura?».
Y ahí está mi sueño, la chica de ojos verdes, sonrisa amable y pies de porcelana. Despidiendo a varias niñas con zapatos de ballet y leotardos.
Cuando el salón queda totalmente solo, la veo tomar su IPhone, poniendo una canción que desconozco quien se su intérprete.
"Feel your body closing, I can rip it open
Suck me up, I'm healing for the shit you're dealing..."
Con suma sensualidad suelta su cabello que cae en suaves ondas ante sus movimientos, sus brazos parecen llevar el ritmo de la canción al igual que sus caderas y sus pies; sus vueltas son realmente espectaculares, parece entregar su alma en ello y veo que su técnica ha mejorado.
"Smoke on your skin to get those pretty eyes rolling
My thighs are apart for when you're ready to breathe in..."
Me quedo hipnotizado ante su belleza, la libertad y seguridad que emana con esos sugestivos movimientos que sólo ella sabe ejecutar; porque detrás de esa loba dispuesta a comerse al mundo, está la dulce chica de la que me enamoré.
"Suck me up, I'm healing with all the shit you're dealing.
Motherfucker, get your mouth open, you know you're mine"
Su acto termina con ella en el suelo, en una pose digna de una modelo de revista para caballeros, tan bella y sensual como siempre. Su magia me ha envuelto entre sus pétalos... Y tiene razón la última parte de la canción... Yo le pertenezco.
Pequeñas gotas de sudor corren por su frente, pero su sonrisa me dice que el cansancio no significa nada en comparación con la felicidad de bailar.
¿Será buen momento para...?
¡Al demonio! Mi subconsciente actúa por pura inercia, haciendo que mis caminen hasta adentro del salón, bebiendo la imagen de mi dulce pequeña.
Como si nuestras fuerzas se llamaran, su mirada se encuentra con la mía y puedo ver que en ellos no existe el rencor ni el odio, su pura alma se ha mantenido intacta de tan venenoso medio.
Con la suma gracia de una bailarina, sus pies la llevan hasta quedar a un solo paso de mí, parece estudiarme de pies a cabeza mientras yo devoró su imagen.
—Chica bailarina. —No puedo evitar la sonrisa de cordero enamorado que dibujo en mis labios.
—Hey Masen —Su tono no revela nada—. Hace algún tiempo que no te veía. —Se limpia la cara con una toalla.
—Ni yo a ti. ¿Cómo estás? —Trato de acortar la distancia entre los dos, pero con suma gracia camina hacia el reproductor de música.
—Muy bien, gracias. ¿Tú? —Parece ser que el aparato tiene más gracias que el pobre idiota de su ex.
—Pasándola, tú sabes no soy muy interesante que digamos.
Asiente, un silencio incómodo se crea entre nosotros; pero es interrumpido por la alerta de llamada de su teléfono, revisa el número antes de contestar.
—¡Hola, chico sexy! —La bailarina ríe genuinamente, mientras baila suavemente.
Algo parece hacerla sonreír. ¿Será el tal Riley Biebs?
—Déjate de tonterías, no lo lograrás. —Parece pensar en algo—. ¿Así piensas conquistarme?
Me atraganto con mi saliva, provocando una tos intensa.
—Te veo allí, se un niño bueno. —Con ello cuelga.
Cada palabra es un puñal que se retuerce en mí ser, pero es la ley, tarde o temprano ella seguiría adelante.
Veo como comienza a guardar sus cosas en su maleta, con suma reverencia coloca sus zapatillas de ballet en un estuche, sé lo importante que son para ella, por lo que los cuida como su vida.
—¿Tienes un coche en cual irte? —Déjame llevarte a tú casa, quiero saber dónde estás escondida.
«¡Muy bien Masen! ¿En qué auto la llevarás?»
—No, suelo tomar un taxi o ir andando, no es mucha la distancia. —Se encoge de hombros.
—¿Me permites llevarte? Tienes esa gran maleta y parece que el clima no es muy bueno, pareciese que puede llover. —Claro, muy buena excusa, porque no tienes el coraje de decirle lo mucho que sientes todo el proceso de separación.
Sonríe con dulzura; su mano detiene el apretón que hago entre las mías, gesto que señala lo nervioso que estoy y conoce perfectamente mis manías.
—Está bien. —Pasa las manos entre su larga cabellera—. ¿Pero no se enojará tu novia? —Golpe, ¿Dos? ¿Tres? En verdad ya perdí la cuenta—. Perdón que te lo diga así, pero esas revistas de chismes lo dicen y no quisiera enfrentarme a su furia, ya sabes que las cosas no están muy bien entre nosotras como para darle motivos y lo principal no quiero causarte problemas.
¡Toda la jodida ciudad sabe de los celos de "mi novia"!
—No pasa nada con ella. —Esto casi lo digo con mucha vergüenza, no quiero que mi decisión del pasado, manche este encuentro. No veo tener suficiente ración de su aroma a rosas—. ¿Nos vamos?
—Está bien, deja ir a colocarme un suéter. —Me guiña el ojo, aunque después noto su sonrojo, es algo que hacía cuando estábamos juntos.
Desapareciendo detrás de una cortina, me quedo admirando mi figura en el enorme espejo que está frente a mí. A pesar de tener veintinueve años, mi rostro aparenta muchos más, mi cabello parece ser que es lo único que no ha cambiado ya que conserva la misma apariencia, cobrizo y sin manera de acomodarse... Aunque debería sentirme un muchacho joven y despreocupado, realmente ese no soy yo, tener en los hombros la responsabilidad de un equipo de fútbol y sumado a mis problemas personales, no sé quién rayos es ese hombre que se refleja ahí.
—Estoy lista.
Sonrió cuando veo a mi pequeña niña, vistiendo un abrigo a la altura de la rodilla, una bufanda a juego con guantes y gorro, todo ello resaltando sus piernas con unas botas de tacón; luce espectacular aunque le cueste creerlo.
Antes de que ella siquiera lo considere, tomo las maletas con su material de trabajo y siguiendo las fieles costumbres de ser un Masen abro las puertas para que pase la bailarina.
—¿Quién lo dijera? El jugador de fútbol Edward Masen, que no es simplemente el jugador, sino el capitán y goleador de su liga es todo un gentleman, todo lo contrario a muchas otras estrellas. Me da gusto que eso siga siendo parte de quien eres. —Sus palabras calientan mi corazón, no sabe lo feliz que me hace tener su opinión.
—Como siempre excediéndote en tus halagos, señorita —Rió, que bien se siente en verdad sentir alegría—; pero tengo que serlo para una dama como usted. —Tomándola desprevenida tomo su mano derecha y la beso con suma reverencia.
Su sonrojo me hace sonreír, sigo provocando en ella sentimientos complejos.
—Creo que será mejor que sigamos —Traga fuerte—; tengo que preparar la cena, mis padres vienen de visita a la ciudad.
—Por supuesto, vamos.
Salimos totalmente en silencio, con ella despidiéndose de unas cuantas personas y caminando con esa seguridad que tanto recordaba de ella, puedo ver como todas esas personas en verdad la aprecian por lo buena chica que es. Excepto tú, Masen, fuiste el ciego que la dejó marcharse.
Saliendo a la calle, noto como mi hermana ha desaparecido... Esa enana sí que me ha dado el mejor regalo en estas épocas, así que no me quejo de las mentirías que hicieron que yo viniera hasta aquí, inclusive lo tenía todo pensado porque su preciado Porshe 913 gt3 que es mucha excentricidad para mi gusto, pero así es mi hermana.
—Wow, ¿en realidad sueles pasear en esa extraña máquina? —pregunta mi compañía—. Eso no debería estar en una sala de exhibición, ¿por qué dejas las llaves conectadas? Estamos en esta gran ciudad, pudieron haberlo robado. —Alice, ¿a quién se le ocurren estas cosas?
—Supongo que lo olvidé, pero ahí está, tendré cuidado para la próxima. —Invento esa pobre escusa.
Asiente.
Olvidando el tema, abro la puerta del copiloto para que suba y cuando lo hace soy recompensado con una sonrisa. Coloco sus mochilas en el maletero, teniendo total cuidado con la repisa de este, cualquier cosa que le pase a esta máquina, Alice va por mi cabeza.
Subo al auto y con un suave ronroneo comenzamos la marcha, ¿pero a donde se supone que vive?
—Ahora que lo pienso esto es estúpido, mi casa está a solo cinco cuadras síguete todo derecho y te aviso cuando lleguemos. —Asiento.
Aprovecha Masen, no te quedes callado.
—¿Hace cuánto que regresaste a la ciudad? —Es una de las dudas que me carcome la cabeza, cuantas veces habremos coincidido pero nunca lo supe.
—En realidad yo no vivo aquí, sólo estoy por una temporada ya que pronto estreno una obra musical y aquí está todo el equipo. —Se encoge de hombros—. Como mucho llevo tres semanas por aquí, mi verdadero hogar está en París.
—¿Aún sigues viviendo allá? ¿No considerarías vivir en América?
—Realmente no, al menos que hubiese un motivo fuerte por el cual hacer ese cambio, pero como no existe soy feliz de solo venir de vez en cuando. —Sus palabras son concisas.
—¿Cómo va tu carrera? Por lo que pude ver hace un rato, has mejorado considerablemente desde la última vez que te vi y no es porque no fueras una gran bailarina antes. —No quiero que piense que no la admiraba en el pasado, como lo sigo haciendo hoy.
—Muchas gracias; en realidad todo parece ir maravilloso. He seguido preparándome día a día por mejorar mi nivel y calidad, inclusive ahora con esta obra no solo tengo que bailar sino actuar y cantar, por lo que desde antes de que terminara nuestra relación —Puedo ver como su rostro se descoloca, no me gusta verla así— estuve estudiando en Juilliard, por todo esto frecuentemente viajo hasta acá, donde afortunadamente se adaptan a mis tiempos y muy pronto podré graduarme.
Su emoción es contagiosa, claramente puedo ver como ella no necesita a nadie para abrirse las puertas de cualquier lugar por sí sola, ella nunca se rinde y lucha hasta conseguir sus objetivos. Todo lo contrario a lo que hice, me quedé estancado con una mujer que lo único que consigue es hacerme la vida imposible.
—Parece que tú hiciste mucho durante este año, al contrario de mí que sólo me quede pateando un balón, apareciendo en la prensa y con una gran sonrisa para todos ellos. Tratando de quedar bien con todas las personas que creen en lo que soy, ¿no es eso una estupidez? —Y eso que cuando se dio a conocer nuestra relación públicamente decían que ella era una fracasada, que lo único que buscaba era colgarse de mi fama. Y ¿cuál es la realidad? Ella triunfó por sí sola y aunque todo aparenta a que yo lo hice también, me siento totalmente opuesto a esa conclusión. Soy el más fracasado de todos.
—No lo creo en realidad, él Edward que recuerdo es auténtico y si no siente no lo que dice queda claramente a la vista de todos. Puede que haya veces en que crees no poder más con la carga que implica ser la figura de un gran equipo, pero eres más fuerte que ello, y todos esos galardones que has recibido lo avalan, eres lo mejor del mundo. —Sonríe abiertamente—. Así que no me vengas un año después tratando de engañar con eso, te conozco bien.
—Gracias chica arte, eres muy madura para tu edad. —Río.
—Hey sólo me llevas dos años, tengo veintisiete primaveras, por si lo has olvidado. No te creas superior, niño grosero. —Me da un golpe juguetón en el brazo.
—Eres muy gruñona para tu edad linda. —Le doy un guiño.
—¿Gruñona yo? —Su gesto es muy dramática, pero ambos sabemos que bromeamos—. Olvida lo que te dije sobre que eras un gentleman, eres un chico muy grosero con esta dama. —Su tono es tan gracioso que comenzamos a reír al mismo tiempo.
Su figura riendo es como una calada de aire fresco, en ella no existe la falsedad por ello mismo es una presa fácil cuando en peligro se habla, no porque ella sea así significa que la gente vaya a tener la misma cortesía. Ese es mi papel, defenderla de todo lo malo; no ser un simple espectador.
—Aquí para, por favor. —Estaciono en uno de los lugares indicados.
—Muy linda casa —señalo, observando la zona en la que está ubicado y no me sorprende que sea de lo más sencillo, esa es mi chica.
—Gracias —sonríe—. La vi en un catálogo de bienes raíces y me enamoré de ella, no me resistí en adquirirla. Es muy necesaria porque estaré viniendo muy seguido por el trabajo, ya sabes pasarla en un hotel y sola no me es agradable.
"No me interesa estar de un lado a otro, si tú estás conmigo..."
"¿No preferirías pasar tus vacaciones en la playa? Aquí hace frío, salgo a las presentaciones y es un hotel por debajo de tus expectativas..."
"No me interesa cariño, mis vacaciones son mejores aquí, que en el mejor hotel del mundo y sin ti..."
"Eres muy dulce, pero desde este momento declaro que odio los hoteles..."
"¿Aunque estés contigo?"
"Odio los hoteles y mucho más cuando estoy sola. Tu presencia ensombrece ese sentimiento."
Sonrió por su declaración, sigue pensando lo mismo que aquella vez en Bélgica, donde me sentí como una estrella de rock, las giras en distintas ciudades de Europa. Sin duda esas fueron mis mejores vacaciones en muchos años.
—Bueno será mejor que entre a casa, te invitaría a tomar un café pero creo que por hoy hemos abusado de los celos de tú novia —sonríe con ironía—. No quiero meterte en problemas, me temo que alguien haya tomado una foto y malinterpreten las cosas.
—No importa en realidad. —Su gesto detona sorpresa—. Ella se enoja de todo, además que aquí no ha pasado nada malo y se las interpreta de manera equivocada ese es su problema no el mío.
—Fingiré no haber escuchado eso. —Su semblante es serio—. Muchas gracias por traerme hasta casa, tal vez pronto volvamos a coincidir y cuando sea así tomaremos ese café. ¡Feliz año nuevo! —Besa mi mejilla—. No te molestes en bajar, sólo abre el maletero.
Sigo sus órdenes como un robot, sólo puedo pensar en el beso se siente como si volviera a ser un adolescente. Instantes después veo como se despide de mí con un ondeo de mano y desaparece cerrando su puerta.
Como un acosador guardo su dirección exacta, pronto se acerca su cumpleaños y me gustaría enviarle unas rosas rojas; su color favorito ya que para ella el arte está vinculado con ese color.
Con cierta desilusión sigo mi camino rumbo a mi departamento, con un poco más de ánimos para aguantar a la persona que me espera, ni siquiera tolero estar con ella durante cinco minutos seguidos, porque de alguna terminamos peleando. ¿Y qué decir de nuestra vida sexual?, muchas veces me veo en la necesidad de fantasear con que es mi chica arte, es embarazoso.
Prendo la radio y busco alguna canción que se adapte a mi ánimo.
My life is brilliant
My love is pure
I saw an angel
Of that I´m sure
She smiled at me on the subway
She was with another man
But I won´t lose no sleep on that,
´cause I´ve got a plan
Yeah, she caught my eye,
As we walked on by
She could see from my face that I was,
Fucking high,
And I don´t think that I´ll see her again,
But we shared a moment that will last till the end
La letra parece elevarme de nuevo a mi nube, donde todo es de un claro azul y acompañado de la chica de mis sueños, donde el miedo a que ella alguna vez me llegue a olvidar con ese tal Riley no existe ni mucho menos la novia que me espera en mi apartamento.
Sé que la respuesta obvia para este conflicto es dejar a mi verdugo, pero si ésta dice que se haría daño a sí misma si la dejo, ¿qué es lo correcto?
.
.
.
Con una última exhalación abro la puerta de mi departamento, en la zona más exclusiva de la ciudad y demasiado caro para mi gusto, pero no suficiente para mi novia.
—Amor, por fin llegas te tardaste mucho cariño, ¿dónde andabas? —Su tono es acusador.
—Me entretuve con un favor para Alice después de que salí de la entrevista con Sam. —Voy a la cocina en busca de una botella de agua.
—¿Pero no era más importante que vinieras con tu novia? —Hace un puchero, que antes me pudo haber engañado pero ahora sé que es su manera de ocultar su irritación—. Te estuve esperando durante mucho rato y sabes que tenemos una cena en pocas horas, ¿me ayudas a elegir mi vestido? —Se acerca hasta donde estoy con movimientos felinos, enredando sus brazos en mi cuello, me siento enfermo.
—No podía privar de mi ayuda a mi hermana, ya sabes cómo se pone si no lo hago. —Está comenzando a ponerme molesto y lo detesto.
—¿Y no sabías cómo me iba a poner yo bebé? —susurra, mordiendo mi oído—. ¿Por qué me castigas con tu indiferencia? —Muerde debajo de la mandíbula—. Yo te amo con locura Edward, soy la elegida para ser tu compañera de vida. —Muerde mis labios con rabia, puedo sentirla.
—No sé de lo que hablas. —No quiero comenzar un numerito, no tengo ánimos para hacerlo.
—¿Estás seguro, amor? —Me mira frente a frente.
—Seguro —miento.
Saca de sus jeans su celular, parece buscar algo y cuando lo hace me lo tiende.
—¿Me explicas esto, Edward? ¿Qué significa? —grita fuera de sí. ¿Qué tan grave es?
¡Mierda! Lo que temía mi chica arte, por algo es más inteligente que yo...
Una foto de la bailarina, mientras yo beso sus nudillos, ¿pero quién lo infiltró?
—¿Me puedes decir que haces con esa fulana? Juraste que no la habías visto Edward, que había quedado enterrada en el pasado. ¿Qué es esto?
—No la había visto, hasta hoy... —Me interrumpe.
—¿La amas? En verdad amas a esa mujer. ¡Dímelo! —grita fuera de sí, lágrimas pesadas cayendo de sus ojos.
—No es algo que te importe.
—¿Que no me importa? Yo soy tu novia desde hace más de siete años, sin contar la época en que nos separamos. Te conozco mejor que nadie, te he dado todo de mí para que esto funcione y camine como debe de ser, he estado para ti en todo momento. Y ¿sabes qué? No voy a permitir que una oportunista te arranque de mí, tú eres mío desde aquel día en que te fijaste en mí y no va a cambiar...
«¿Qué es esto? ¿Dónde quedo esa mujer que conocí?»
—Yo no te pertenezco —grito, me enferma pensar la manera en la que me ha manipulado durante estos años, ¿cómo pude haber estado tan ciego?—. Mi corazón no está aquí, yo no te amo.
—¡Detente Edward Masen! ¡Te puedes arrepentir! —Detrás de sus lágrimas, esas orbes que alguna vez amé, sólo transmiten odio y rencor.
Como la caprichosa que es sale de la cocina.
—De lo único que me arrepiento es de haber vuelto contigo, Isabella Swan —grito con fuerza, para que lo escuche.
¡Hola! ¿Que tal estamos?
Les dejo por aquí un Two-shoot que nació hace un año en mi mente, pero ha sido hasta hoy que sale a la luz en este ya fin del 2015.
¿Que les parece esta pequeña historia? ¿Será verdad eso de que el amor duele? ¿Los deseos de esta época tan mágica se cumplen?
Nos leemos el miércoles o jueves para la culminación de esta historia.
¿Review? Haran feliz a este pequeño corazón que poseo.
¡Muchos besos!
Slank.
