CAPITULO 1: Otro año en Hogwarts

James podrías dejar de alborotarte el pelo, sólo por un minuto- rogó un chico rubio de ojos claros color miel.

Claro que no, Remus!! Desordenarlo me hace ver más sexy.- respondió el chico de pelo negro azabache que usaba unas gafas redondas.

Mira quien viene ahí, james.- dijo Sirius mientras se paraba de los tranquilos jardines de Hogwarts.- hey! Quejicus!!

Un chico flacucho con dos cortinas de cabello negro y grasoso pasaba frente al grupo de 4 amigos que se hacían llamar "los merodeadores".

Peter, ven aquí- ordenó james. Un muchacho bajito y regordete corrió a pasitos cortos al lado del moreno.- dame tu varita, por favor- Peter sacó su varita del bolsillo interior de la capa y se la entregó.

Qué haces? Acaso perdiste tu varita?- preguntó incrédulo Sirius.

Claro que no! Solo pruebo otra forma de hechizar y por supuesto mi ratón de laboratorio será Quejicus...dame la tuya también y la de Lunático- cuando James consiguió tener las 4 varitas se dirigió a Severus- oye, Quejicus, a que no conoces mi nueva táctica?

No me interesa, Potter.- dijo el chico, fulminándolo con la mirada.

No importa, te la enseñaré de todos modos.- contestó james alzando un poco la voz, lo que provocó que unas risueñas y tontas chicas se acercaran a observar. El moreno tomó las 4 varitas y con un simple movimiento, dijo- CRECE UÑAS!- un rayo de luz anaranjado se explayó de las 4 varitas y dieron directo en el pecho del Snape. En ese mismo instante los largos dedos del afectado desaparecieron detrás de unas exageradamente largas uñas. Sus zapatos se rompieron en la punta y en sus pies ocurría lo mismo. El crecimiento de la uñas no cesaba y el chico flacucho cayó al suelo sin poder soportar el peso ni de sus manos ni de sus pies.

Bien hecho, cornamenta!- lo animó Sirius- ni siquiera en mi tan brillante mente hubiese existido una idea así!!

Para que veas que soy mejor que tú no solo con las chicas- contestó James, a la vez que le guiñaba un ojo a una chica rubia que reía de la situación.

Peter se encontraba al lado de ambos chicos morenos, si bien no poseía gran valor, intentó que la broma terminara, y con voz insegura, dijo:

Ja...Jam...James...yo creo...que ya es suficiente.

Vamos Peter! Es Quejicus!- respondió el moreno.

James, ya basta.- dijo con voz autoritaria Remus- no crees que 8 metros de uña es suficiente?

Lunático tiene razón, James- siguió Sirius, sin preocuparse en disimular su sonrisa.

Está bien, está bien.- cedió el muchacho. Detuvo el hechizo y le entregó las varitas a sus respectivos dueños. En cuanto volteó a ver a su víctima favorita, su rostro se transformó completamente.

Qué haces, Evans?

A ti que te importa, Potter... vamos Severus, levántate- continuó una chica colorina, muy guapa a los ojos de james.

No necesito que me ayudes, Lily. Yo puedo hacerlo solo- contestó Severus, quitando violentamente el brazo de la colorina.

Hey! Cuidado, flacuchento. No te atrevas a tocarla!- saltó Cornamenta.

Déjame tranquila, maldito ególatra.- contestó con un bufido Lily.- por qué mejor no te vas a revolcar con una de tus tontas admiradoras?

Fácil, Evans. Siendo tu tan aplicada e inteligente, no lo sabes? Es obvio que te quiero a ti. Cuándo aceptarás mi cita?

Una y mil veces...NUNCA!!. vamos Severus, yo te ayudo...no seas terco.- insitio la chica, ayudando a Snape a pararse. Éste cedió después de bufar.

James vio como Lily y Snape se alejaban en direccion a la enfermeria y escucho las burlas de sus amigos.

ésta si que te salio dificil, eh?- comenzó Sirius- cuanto es que lleva intentando salir con ella, Remus?

Si mi memoria Licántropica no me falla...creo que desde quinto.

Llevas...2 a...años...James- tartamudeó Peter.

Nuestro camarada merodeador tiene razón, amigo- siguió Sirius.

Es que ya te has ligado a casi todo Hogwarts y no puedes con Lily, James. Me impresiono de verdad. Es bastante más lista de lo que los 4 pensamos- continuó Remus- con ella si que no puedes.

Al menos lo he intentado, tu no te atreves ni siquiera a mirar a tu metamorfomaga Tonks- atacó el chico de ojos castaños.

No se van a poner a pelear, verdad?- interrumpió Sirius- mejor vamos a cenar, que tengo un hambre de perro- exclamó bromeando.