Te Seguire
Capitulo 1
La Tormenta
El atardecer estaba en su esplendor, el clima contribuia para la melancolia que flotaba en el ambiente, la lluvia no cesaba de caer mientras el viento soplaba del norte despeinando la poca vestimenta de los arboles, la mayoria de las hojas ya habian abandonado las ramas que ahora ya hacian en el suelo, el aire que soplaba constante alcansaba a escurrirse entre las fisuras de las ventanas haciendo la habitaciones aun mas frias, sinembargo esto no inmutaba a la joven rubia que mantenia la mirada perdida a traves de la ventana, no habia mucho que contemplar de hecho todo era gris y hasta lugubre.
Afuera en el jardin, los rosales ya se habian desvestido y tan solo los tallos parecian pelear contra el viento y espigarse con orgullo ante el inclemente temporal que amenazaba con convertirse en una feros tormenta.
Candy habia pasado todo el dia en su habitacion, no se sentia con energias de enfrentar a nadie, no tenia siquiera la fortalesa para hablar, desde que desperto despues de un par de horas de descanso abandono la cama para tomar la misma posicion en la que se encontraba en esos momentos, en un sillon frente a su ventana con la mirada perdida en la nada, su corazon lloraba internamente, tenia un dolor que le atravesaba el pecho y se extendia a todo su cuerpo, limitando sus movimientos, la cabeza estaba a punto de estallarle , pero no lo habia advertido del todo pues el pesar que tenia en su corazon era mayor, su habitacion estaba en penumbras y bastante fria, la servidumbre habia decidido dejarla tranquila y avisar a su patron sobre el comportamiento de la joven.
Albert habia llegado retrasado por culpa del clima pero apenas habia entrado en la mansion escucho la historia de las mucamas y subio cuan rapido daban sus largas piernas hasta la habitacion de su protegida, vio que por debajo de la puerta no se asomaba ningun destello de luz, por lo que imagino que tal ves estaria dormida, aunque aun era temprano para meterse en la cama especialmente para alguien tan activa como su pequeña, decidio tocar a la puerta no recibiendo respuesta, lo intento un par de veces mas, suspiro profundo y dio media vuelta aunque queria ayudarla tenia que respetar su intimidad, ya hablarian despues dio un par de pasos para alejarse, pero algo en su corazon lo hizo detenerse un fuerte escalofrio recorrio su cuerpo mientras su corazon se encogia......... si la servidumbre no estubiese exagerando y ella... no Candy jamas cometeria una tonteria que pusiera su vida en peligro, sinembrago....., apreto los puños y volvio sus pasos hasta la puerta de su protegida, tocando con mas insistencia.
-Candy estas ahi, pequeña?.......
-Candy? respondeme.
Al no escuchar ni un suspiro decidio entrar, si estaba dormida la dejaria descansar pero tenia que serciorarse que estaba bien.
-Candy, voy a entrar.
Dio vuelta al picaporte suavemente empujando la puerta con gentileza al no escuchar ni un murmullo termino de abrir la puerta de par en par, no pudo distinguir nada, la tarde comenzaba a dejar pasar la noche y con lo nublado del cielo no habia ninguna luz natural, el silencio reinaba en la habitacion solo se dejaba escuchar la fuerte lluvia que caia afuera, el viento chiflaba entre los arboles y al luchar por entrar entre las ventanas, por un momento penso que nadie estaba en la habitacion, sinembargo a lo lejos un rayo se dibujo en el cielo dejando ver la silueta de alguien sentado en el sofa frente a la ventana, una rafaga helada entro por la puerta traspasandolo y desapareciendo frente a la ventana, sintio un escalofrio que viajo desde la punta de su cabello hasta la punta del pie, por una fraccion de segundo se quedo inmovil, despues de sacudirse el miedo que lo invadio continuo su camino hasta llegar al sofa frente a la ventana, estudio el rostro de la rubia sin encontrar expresion alguna sus ojos estaban perdidos en la distancia y parecia no haber notado su presencia, estaba fria y palida, sus mejillas aun guardaban residuos de lagrimas.
-pequeña? Que sucede? Por que estas asi?
-..........- no hubo respuesta ni movimiento alguno, Albert comenso a inquietarse aun mas.
-Candy respondeme, que te pasa? – su voz sono mas grave y demandante, al ver que ella no se movia un apice, la tomo de los hombros agitandola firmemente. – contestame Candy, Candy.
La rubia despertaba como de un transe parpadio un par de veces y miro fijamente a Albert como tratando de reconocerlo, sin poder controlarlo o sin siquiera darse cuenta sus ojos volvieron a mojarse derramando gruesas lagrimas, inquietando al ya peocupado Albert.
-que pasa pequeña, por que lloras?
-Albert.......- sin decir ma comenso a llorar desconsoladamente, a lo que el rubio solo atino a abrazarla y acariciar su cabello.
-Candy, que sucede por que estas asi? Me estas asustando, dime por favor que pasa?
- no lo se...... – entre sollosos contesto entrecortadamente.
-como que no lo sabes, por que lloras?
-yo....- tratando de recobrar la cordura y la calma se sento apartandose del rubio, suspiro profundamente y continuo- no se que sucede Albert, desde anoche comence a sentirme inquieta, para despues sentir esta inmensa tristeza, no se que me sucede Albert, me siento sumida en un luto.
-por que pequeña? con quien hablaste?, que te dijeron? que paso para que te sientas asi, no es logico que de la nada te atormentes de esta manera.
-desde que llegue a la mansion no he hablado con nadie y nada sucedio todo estaba normal, solo me sentia un poco decaida pero de pronto me siento triste mi corazon llora una gran perdida........ ya se me pasara.
-tendras que ver al doctor, esos ataques de ansiedad no son normales y tus depresiones ya me preocupan.
-no es necesario, estare mejor, solo tengo que descansar.
Albert se puso de pie para encender la chimenea, prendio algunas lamparas para iluminar la habitacion y se sento nuevamente al lado de Candy.
-pequeña creo que nos hace falta un viaje, tienes que distraerte, desde hace tres años que te enterraste en el Hogar de Pony, renunciaste a la enfermeria, ya no nos visitas, solo cuando te obligo vienes aqui, que pasa contigo? Donde esta esa chiquilla animosa y alegre.
-no he renunciado a la enfermeria aun la ejerso en el hogar y ademas ayudo a la hermana Maria y a la Señoriya Pony.
-si ya veo, creo nadie mas podria curar raspones y moretones como tu.
-ahi me siento tranquila – bajo la mirada y la volvio a clavar en la ventana, la tormenta se acercaba los rayos iluminaban con mas fuerza y los truenos comensaban a retumbar haciendo vibrar los ventanales.
-de que huyes Candy, a que le tienes miedo.
-ya te dije que ahi me siento tranquila y soy util.
-y por eso has caido en estas depresiones? Sabes que fue la Hermana Maria quien me insistio en que fuera por ti para sacarte del hogar? – candy solo voltio su mirada para clavar sus ojos en el azul de los ojos de Albert – estan tan preocupadas por ti como yo, tu no eres asi, tu eres optimista.
-yo........- no pudo hablar mas llevo sus manos al rostro para cubrirlo y comensar a tener otra crisis de llanto.- yo estoy cansada, me siento muy sola y profundamente triste.
Albert no dijo mas y la volvio a tomar en sus brasos para consolarla, despues de unos minutos se controlo y sin separarse del abraso trato de reanimarse.
-este clima arruino el Halloween.
-asi parece pequeña, y yo que venia dispuesto a llevar a mi hija a pedir caramelos.
-me conformare con vestir mi disfras.
-y ya lo traes puesto , no?
-Albert!... – ambos rieron espontaneamente.
-asi me gusta verte, vamos levantate y cambiate esa pijama, cenaremos algo y despues quemaremos bombones en la fogata, mientras te cuento algunos cuentos de terror, te espero afuera no tardes.
-si papa. –ambos sonreian en complicidad ante su juego de palabras
Albert salio de la habitacion dejando a Candy sola para que se cambiara de ropa, mientras ella ya se sentia un poco mas tranquila aunque su corazon seguia encogido de dolor, aun tenia el mismo sabor amargo en la boca y la misma pesades, pero almenos habia salido del transe en el que Albert la habia encontrado, se acerco a la ventana para cerra la cortina, afuera la tormenta llegaba de lleno al area de lakewood, con fuertes relampagos y tronidos, miro por unos segundos el baile de los arboles con el viento, parecia que los iba a arrancar en cualquier racha de ventisca, estaba por terminar de cerrar las cortinas cuando algo llamo su atencion a pesar que estaba totalmente obscuro y no distinguia nada sentia como si hubiera unos grandes imanes que atrajeran sus ojos a una esquina del jardin, no ditinguia nada mas que obscuridad, sinembargo un rayo ilumino la noche dejando ver la sombra de una persona justo donde sus ojos estaban clavados, brinco por la vision sintiendo un frio recorrer su cuerpo, queria gritar y salir corriendo sinembrago se quedo inmovil a pesar que el tronido habia retumbado haciendo vibrar toda la cristaleria exterior e interior de la mansion, casi sin respirar clavo su mirada en aquella sombra que estaba segura habia visto y sentia que tambien la miraba en esos momentos, una ves mas el cielo se ilumino dejandola ver por breves momentos la misma sombra que daba la vuelta para caminar entre la espesura del bosque no sin antes voltear su mirada hacia donde estaba ella, la obsuridad cayo nuevamente en el exterior trayendo consigo un par de segundos despues un trueno aun mas potente que el anterior lo que hizo que Candy ahogara un grito en su garganta, cerro completamente la cortina y respirando agitadamente se alejo de la ventana para cambiarse rapidamente el pijamas por unos jeans viejos y una camisa de franela a cuadros, cepillo sus cabellos probocando algunos jalones, entro al baño para lavarse la cara y cepillarse los dientes, se miro al espejo y vio sus ojeras y su palides, se decepciono de lo que reflejaba el espejo, habia adelgasado mucho.
-que pasa contigo Candy, primero lloras por nada, ahora ves visiones, te estas volviento loca?, vamos despierta. – con un golpe en su cabeza trato dedespejar sus pensamientos.
Bajo lentamente las escaletar para dirigirse al comedor donde Albert platicaba en casi un murmullo con una de las mucamas al verla se puso de pie para ofrecerle la silla mas cercana a el, por su parte Ethel la mucaba con la que hablaba Albert, salio a la cosina para disponer la cena.
-te sientes mejor Candy?
-.........-por toda respuesta la rubia bajo la mirada, queria contarle lo que acababa de ver, arrepintiendose al instante, no era buena idea que supiera que ahora veia visiones.
-que pasa pequeña?
-nada, yo.... ya me siento mejor, gracias por preocuparte Albert.
La cena paso sin mayor contratiempos, platicaron de los tiempos en los que vivian juntos en el pequeño departamento de Chicago, reian al recordar lo mala cocinera que siempre habia sido Candy.
-ho Candy... quien diria que una chica tan hogareña como tu sepa como poner una venda, pero necesita manual para encender la estufa, jajjajaja
-no te rias Albert, he mejorado y para probartelo yo te preparare el desayuno mañana.
-y dices que aun recuerdas tus dias de enfermera verdad? – reia a carcajadas de la cara de su protegida.
-Albert!!!! - se hacia la ofendida pero sonreia disimuladamente.
-asi me gusta verte pequeña, por cierto que no te habia dicho que Archie y Annie vendran mañana.
-que bien, no recuerdo cuando fue la ultima ves que los vi, en su boda creo...
-este fin de semana nos vamos a divertir.
-volveras a Chicago para el lunes?
-por unas horas tengo que firmar unos documentos muy importantes, pero volvere temprano.
-no te tomes tantas molestias, yo estare bien si tienes que quedarte en Chicago lo entendere, ademas no quiero que tengas problemas con la Tia Abuela, yo volvere al Hogar en unos dias.
-no Candy, no quiero que vulevas tan pronto, quedate un par de semanas por lo menos, hasta que te sientas mejor.
-yo no estoy enferma Albert,
-no, no lo estas y no quiero que lo estes asi que te quedaras unos dias aqui y me dejaras consentirte no se lo digas a nadie, pero tu eres mi hija consetida.
-y la unica.
-que dices traviesa te quedas aqui unas semanas.
-esta bien, pero entiende que no estoy enferma.
La velada continuo con un poco de charla, los pensamientos de Candy se distrajeron un poco sin en realidad dejar de tener la misma oprecion en su corazon, casi a la media noche se despidieron para ir a dormir, Albert la dejo en la puerta de su recamara, se inclino para besar su frente, le regalo una sonrisa sincera y una mirada llena de cariño.
Candy al entrar en su recamara volvio a sentir la misma tristesa que habia sentido cuando dejo la recamar es como si hubiera estado esperando su regreso, el mismo frio la asalto, se movio lentamente en la obscuridad de la habitancion hasta llegar a su cama, sin cambiarse de ropa se acosto a escuchar la lluvia que asotaba afuera en el jardin, el aire soplaba fuerte, silvaba en un suave compas, como un iman Candy giro su cabeza hacia la ventana cuando un rayo ilumino el cielo, lo que le permitio ver la figura de un hombre en su balcon tras las cortinas, se sento en la cama tan rapido que la luz del rayo aun iluminaba el cielo, el silbido del viento iba incrementando su sonido hasta asotar el ventanal de Candy abriendolas de par en par dandole paso a un aire helado que fue directo a la rubia bañandola en el, el escalofrio que experimento era algo que jamas habia sentido, la tristesa se convirtio en una inmensa melancolia, mesclada con dolor y miedo, miedo a algo diferente a lo que estaba experimentando, paralisada por un rato solo miraba el balcon vacio en donde antes vio la silueta de alguien, luchaba contra ella misma por aclarar su mente y descubrir si eran alucinaciones suyas o de verdad alguien estaba tras las cortinas cuando el rayo ilumino el cielo, cerro los ojos para revivir la escena y concentrarse en las pistas que le dijeran que tan real era su vision, aun con los ojos cerrados trato de respirar profunda y pausadamente concentrandose en su experinecia que habia pasado en cuestion de segundos pero ella la recorria en camara lenta buscando cualquier rastro, de pronto el ambiente se lleno de un aroma conocido una mescla de maderas y una escencia especial, respiro profundo dejo pasar el aire por su naris, pasando por sus pulmones oxigenando su sangre y cuando al fin llego a su cerebro el aroma fue identidentificado junto a un grito ahogado por la mano de Candy en su boca, se paro al instante cerro su ventana y corrio a su baño, se miro al espejo estaba aterrada, trato de calmarse no entendia nada de lo que estaba pasando y eso la asustaba, despues de correr el agua para mojar su rostro y cepillar sus dientes volvio a su recamara encontrando su lampara y un par de jarrones rotos en el suelo o al menos eso era lo que alcansaba a distingui r en la obscuridad, llego hasta su cama para cambiar sus jeans por sus pijamas, se metio en la cama y cerro los ojos obligandose a dormir, cerca del amanecer por fin cayo en un profundo sueño estaba tan cansada que no pudo evitar perder la conciencia, cuando sus ojos se abrieron el sol ya habia hecho su aparicion , aun estaba somnolienta sabia que ya era tarde por la altura del sol, se estiro sobre la cama para animarse a levantar, tenia que comensar el dia no queria preocupar mas a Albert asi que se obligo a comensar el dia y salir de su recamara, pero al ponerse de pie vio su recamara toda revuelta parecia que un tornado hubiera pasado por ahi, fue entonces que el recuerdo de la noche anterior lleno de golpe su mente, no habia sido un sueño todo habia sido real, corrio a la ventana para abrirla, afuera el dia estaba esplendoroso, corria una ligera brisa fresca pero el sol resplandesia en el cielo, parecia mentira que la noche anterior una tormenta tan feros los hubiera azotado, sin poder evitarlo su mirada se dirigio a la misma esquina del jardin donde la noche anterior habia visto la silueta de aquella... persona, no habia nadie sinembrago vio algo tirado en el suelo, desde la distancia en donde se encontraba no alcansaba a definir que era, automaticamente cerro la ventana se adentro en su recamara para cambiarse rapidamente de ropa, se coloco los mismos jeans y camisola de la noche anterior,sin cepillarlo recogio su cabello en una coleta, salio corriendo de su recamara dejando en el camino a Ethel que iva a buscarla a su recamara para despertarla.
-Señorita Candy, adonde va vestida asi?
-buenos dias Ethel, - Candy la paso de largo, bajo corriendo las escaleras ignorandola completamente.
-Señorita!.......
al llegar al jardin giro su vista hasta su ventana para identificar el lugar exacto, al encontrarlo corrio hasta lo que ya hacia en el suelo, a simple vista era un pedaso de tela, cautelosamente se inclino para recogerlo, cuando su mano hizo contacto con el objeto una electricidad recorrio su cuerpo, extendio el pedaso de tela dandole forma, era la capa de un hombre...como la que Terry usaba el dia que lo conocio, era extraño encontrar una pieza asi en el jardin, quien hubiera podido dejarla ahi, era evidente que era fina la tela no era ni siquiera facil de conseguir en America, un ruido detras suyo la saco de su meditacion volteo a ver los matorrales que delimitaban la entada al bosque no logro ver a nadie, pero se escucharon pasos que se alejaban rapidamente, sin pensarlo Candy corrio detras.
-quien esta ahi?......
-..................- los pasos se hicieron mas veloces, pero mas faciles de distinguir.
-espere tiro su capa, no tiene por que huir.
Candy corrio velosmente sin poder llegar a alcansar a nadie , ni siquiera podia distinguir a nadie, de pronto las pisadas se perdieron dejandolas de escuchar, Candy siguio su carrera un poco mas llegando a la cascada que guardaba el portal de Archie, no habia nadie giro a su alrededor sin poder ver a nadie ya tompoco se escuchaba un solo ruido,camino hasta la orilla del lago vio su reflejo en el agua moviendo su cabeza de forma negativa.
-que pasa contigo Candy?, me estoy volviendo loca, por que me esta pasando esto? No puedo seguir asi.
Se miro para ver su atuendo parecia un chico si la tia abuela la viera le provocaria un ataque, no habia cepillado su cabello estaba enmarañado en una coleta mal sujetado, ni siquiera habia lavado su cara o sus dientes y habia corrido hasta ahi en pantunflas, era una calamidad, se giro para volver a la mansion, al dar el primer paso se tropeso con una rosa roja que un minuto antes cuando llego no estaba, se inclino para levantarla era una rosa hermosa pero no era del jardin de Anthony pues esta era roja y no blanca o rosa como las que el habia cultivado, busco con la mirada al autor de tal hecho pero el silencio del bosque se hizo complice de aquella visoon pues no encontro rastro de nadie, sin darse cuenta ya habia tirado la capa para sotener la rosa con la dos manos, aspirando su aroma y admirando su bellesa inicio su camino de regreso, al llegar a la puerta de la mansion se encontro con Albert que la veia enojado, preocupado hasta algo de miedo encontro en el azul reflejo.
-Candy se puede saber que esta sucediendo contigo? – Ethel permanecia de pie un par de pasos atras del señor de la casa con la angustia reflejada en la cara.
-Albert! Por que estas tan enojado? –el rostro de Candy era de inocencia total, no lograba entender la actitud de su amigo.
-vamos a tu recamara Candy – la tomo del braso como si fuera una chiquilla, para guiarla hasta su recamara , al pasar junto a Ethel la miro para darle instrucciones - Ethel cuando mi sobrino y su esposa regresen de montar por favor diles que pasen al comedor que Candy y yo los alcansaremos despues.
Los ojos de Candy se abrieron por la sorpresa de todo lo que escuchaba, por que Albert estaba tan molesto y autoritario con ella, al entrar en su dormitorio acompañada de su benefactor volvio a recorrer con la mirada lo que era ese lugar.
-Candy que significa este desastre... esta catastrofe en tu recamara? – sus azules ojos la miraban directamente tratando de encontrar un rastro de lo que pasaba por la mente de la rubia.
-bueno yo..... yo...
-que pasa contigo Candy, mira tu reacamara mirate como estas vestida sin mencionar que desapareciste toda la mañana sin decir adonde ibas, que te esta pasando? Confia en mi , prometimos compartir todo lo que estubiera pasando con nostros, es un buen momento dime que sucede, que te tiene asi?
-Albert no pasa nada, la tormenta de anoche abrio las ventanas tirando algunas cosas, eso es todo, yo no proboque nada de esto.
-........- el rubio la estudio detenidamente desde el tono de su voz, sus movimientos, de verdad queria entender que sucedia.- me estas diciendo que todo esto lo hizo la tormenta?.....creo que me estas subestimando
-por que no me crees , te digo que la ventana se abrio de pronto tirando los jarrones y la lampara.
-supongo que eso explica lo de la recamara, ahora explicame lo de tu aparinecia, - le señalaba con el dedo indice su cabello su vestimenta y el calsado- no sigo las lineas de etiqueta de la Tia Elroy, pero si estoy seguro que este no es tu estilo.
-es solo que ... bueno yo..... Sali a caminar y perdi la nocion del tiempo, no se suponia que nadie tuviera que verme asi, eso es todo.
-pequeña no voy a obligarte a confiar en mi, es solo que pense que habia algo especial entre nosotros, ya veo que me equivoque..........
-Albert........no me trates como una niña, tu psicologia inversa no va a afuncionar, te estoy diciendo la verdad lo que paso anoche aqui fue extraño pero yo no lo proboque y esta mañana quise tomar un poco de aire fresco para animarme y no me vieran deprimida, camine un rato y me distraje en el bosque pensaba regresar pronto antes de que volvieras de cabalgar y de que llegaran Archie y Annie, pero me distraje ya me conoces y aqui estoy.
-y esa rosa? – Candy aun sostenia la rosa roja entre sus manos.
-la encontre cerca del lago, yo creo que alguien la perdio.
-mandare a revisar los linderos, no me gusta que haya extraños alrededor cuando tu estas en la mansion.
-exageras Albert
-tal ves, pero mi deber es cuidarte, eres mi responsabilidad y no voy a permitir que nada malo te suceda,- acercandose a ella para tomarla por los hombros - si hay algo de lo que quieras hablar ahora o despues, sabes que estoy disponible para ti, arreglate un poco, me gustas natural pero no quiero que los elegantes señores Cornwell queden en shock y corran con la noticia con la Tia Elroy y venga a darnos una catedra de elegancia.
-bajo esas amenasas me pondre lo mas elegante que encuentre.- ambos rieron deshinibidamente, como era costumbre entre ellos.
-te espero abajo con Archie y Annie, iremos a pasear al pueblo, nos divertiremos.
-esta bien no me tardo.
La tarde paso rapidamente y sin ninguna contrariedad, al dia siguiente los visitantes tendrian que marchasre de nuevo a Chicago y Candy quedaria sola en la mansion nuevamente, algo que esperaba con ansia,no era que no quisiera a sus amigos cerca era solo que se sentia abrumada y despues de los ultimos sucesos preferia estar sola para encontrarle algun sentido a lo que estaba pasando.
-Estas segura que no prefieres que Annie se quede contigo?
-no Archie gracias, estare bien sola ademas Albert vendra pronto, no es asi Albert?
-asi es Candy tratare estar de regreso el proximo martes a mas tardar, pero tal ves no es tan mala idea que Annie se quede contigo, para hacerte compañía.
-yo no tengo ningun problema de quedarme contigo Candy, de hecho el aire fresco me caeria muy bien.
-no Annie tu deber es estar con tu marido y no voy a ser yo quien te aparte de el , asi que lo mejor sera que entren al auto y terminen de despedirse antes que les caiga la noche en la carretera, yo estare bien. – empujo suavemnete a su amiga obligandola a entrar en e auto.
-esta bien pequeña regresare lo mas pronto posible, cuidate y si necesitas algo no dudes en mandar a alguien a buscarme regresare enseguida.
-si papa – le contestaba Candy en son de burla
-mocosa malcriada – Albert le regalo una esplendida sonrisa como siempre y enseguida entro al auto que arranco con rumbo a la mansion Andrey en Chicago.
Apenas desaparecio el auto por el portal la rubia entro a la mansion para subir a su habitacion, la noche llegaria pronto, las sombras ya descansaban sobre el jardin de las rosas abrasadas de un frio viento que por todos los medios trataba de colarse por entre las ventanas, las nubes avansaban amenasadoras parecia que otra tormenta los azotaria aunque por el frio que hacia esta tal ves caeria en forma de copos de nieve, la mansion se habia sumido en un lugubre silencio lo unico que se escuchaba era el viento que silbaba a su paso, Candy subio las escaleras lentamente no tenia prisa por confinarse en su habitacion, de hehco ante de llegar hasta su destino paso asomandose a un par de habitaciones que en el pasado habian pertenecido a Anthony y Stear, sonrio tristemente al cerrar la ultima habitacion, preguntandose que esperaba encontrar. Al llegar hasta su habitacion giro la perilla y abrio la puerta un frio intenso la recibio, entro sigilosamente, recorriendo el lugar con la mirada, todo estaba en su lugar eran solo las ventanas que estaban abiertas, suspiro aliviada, seguramente Ethel habia limpiado su habitacion y se habia olvidado de cerrar las ventanas, cerro las ventanas y las cortinas no sin antes lanzar una furtiva mirada al jardin , se acerco a su cama para tomar su pijama y dirigirse al baño donde se cambio la ropa, cepillo sus dientes y libero su cabello de la apretada coleta que habia lucido todo el dia, se miro en el espejo tratando de reconocer a la persona que ahora era, todos tenian rason habia cambiado mucho, ni ella misma lo reconocia, su animosidad y alegria se habian quedado en el camino junto a la muerte de Anthony primero, la de Stear despues, las maldades de Eliza, las multiples separaciones con Terry y aun peor su rompimiento con el, y por si eso fuera poco haber perdido su trabajo y estar betada en todos los hospitales de Chicago todo por culpa de Neal que encima queria forsarla a casarse con el, la unica sorpresa amable habia sido descubrir que Albert su gran amigo era su benefactor y aunque le agradecia con el alma por cuidar de ella no dejaba de sentirse rara y hasta un poco engañada, habian sido tantas cosas para su corta edad que aun no podia poner sus emociones en su sitio, trato de sonreirle a su reflejo pero no salio mas que una mueca muy lejana a ser una sonrisa.
-animo Candy, recuerda que candice White es indestructible.- entonces es que pudo esbosar algo mas parecido a una sonrisa.
-todo va a estar bien, tal ves Albert tenga razon y deba volver a Chicago para buscar un trabajo de enfermera, debo seguir por el camino que elegi, prometi ser feliz y no estoy cumpliendo.
Respiro profundo, tratando de exalar toda la trsiteza que habia dentro de ella, comensaria por descansar y dormir lo suficiente para el dia siguiente comenzar a reorganizar su vida, dejo el baño para irse a dormir, se encontro con que la habitacion estaba demasiado fria nuevamente, al sentir una corriente de aire que movia sus cabellos miro hacia la ventana para descubrir que estaban abiertas de par en par con la cortinas corridas, la sorpresa la clavo en el suelo mientras un escalofrio subia y bajaba por su espina dorsal, un toquido en su puerta la hizo lanzar un grito, la persona del otro lado de la puerta entro sin mas anuncios.
-señorita candy se encuentra bien?
-Ethel, eres tu......
-quien mas podria ser? Se siente bien señorita?, - Ethel miraba a Candy preocupada, tratando de entender sus palabras y su comportamiento – Señorita por que tienes las ventanas abiertas, esta muy frio se va a enfermar.
Entro a la habitacion para cerrar la ventana y las cortinas, enseguida prendio la chimenea en la habitacion junto con unas lamparas para alumbrar.
-acerquese al fuego para que se caliente señorita.
-haciendo caso omiso a las palabras de la mucama, Candy fue directo hasta su cama donde con sorpresa vio una rosa roja justo como la que habia encontrado el dia anterior y una nota adjunta, la vision la petrifico no sabia que hacer, si la mucama la veia corerria a avisarle a Albert y se crearia un caos, por lo que tomo su bata que colgaba por un lado de su almoada y se acerco al fuego alejando la mirada de Ethel de la cama.
-se le ofrece algo mas señorita? Quiere que le traiga un chocolate caliente con malvabiscos? - modulaba su voz mas maternal, sentia verdadero cariño por aquella rubia a pesar de que la conocia de poco tiempo.
-no Ethel gracias, ve a descansar te veo mañana, yo voy a estar bien.
-Esta bien señorita Candy, pero si me necesita por favor llamame.
-gracias Ethel, que tengas buenas noches.
-usted tambien señorita.
Ni bien habia cerrado la puerta la mucama cuando Candy corrio hasta su cama para verificar que la rosa y la nota aun siguieran ahí y no se hubieran desvancesido junto con su cordura, pero no ahí seguian tal y como las habia visto antes, tomo la rosa con una mano para mirarla de cerca y aspirar su aroma, era hermosa, pero como diablos habia llegado hasta ahí, " la ventana, la ventna estba abierta " camino con paso firme hasta ella y entre abriendo las cortinas miro meticulosamente el jardin, no habia nadie todo estaba en silencio y en total obscuridad, apenas y unas gotas de lluvia comensaban a aparecer. Cerro las cortinas y regreso hasta su cama, tomo la nota y la llevo hasta su naris, ese aroma a maderas que habia percibido el dia anterior, pero no era posible, se acerco al fuego para aprovechar toda la luz, con miedo de lo que puediera encontrar desdoblo el papel lentamente , un mareo casi la tira del sillon en el que se encontraba sentada al reconocer la letra..........
