Era una mañana nublada en los patios de la Academia Mágica Beauxbatons, a pesar de ser un clima fresco y relajante todas las personas en aquel lugar se encontraban bastante agitadas, especialmente las estudiantes de los últimos cursos.
El ambiente estaba colmado de un revoloteo y mucho desorden por parte de las chicas de aquella institución en lo que cada una checaba que su equipaje estuviese completo o mientras hablaban emocionadas con su grupo de amigas.
Éste no era el caso de Hermione Granger. Una chica de 17 años, estatura promedio, piel pálida, ojos color chocolate y cabello castaño algo alborotado. Estudiaba en aquel colegio desde que se enteró que era una bruja y sus padres no dudaron en enviarla a la mejor institución, aunque por más tiempo que estuviese ahí tenía su propio estilo en comparación con las otras chicas.
En lo que las otras estaban emocionadas y excitadas por ese viaje, a Hermione le daba muy igual ya que era nada más unas semanas y al fin y al cabo verían clases pero en otra escuela.
-Atención Señoritas – Habló la directora Madame Maxime ganándose la atención de sus estudiantes – Los equipajes ya se encuentran en los carruajes y por lo tanto nos iremos en cuestión de minutos, pero antes de eso quisiera pautar algunas normas.
Las chicas miraron con seriedad a su directora, ella solía ser una mujer amable pero cuando debía imponer respeto lo hacía muy bien – Sé que todas están muy emocionadas por este viaje a la Escuela de Hogwarts de Magia y Hechicería ya que es una de las más prestigiosas así como nuestra institución, así que por favor pido toda su buena educación, responsabilidad y respeto tanto a profesores como alumnos. Quiero que sepan que este viaje no tiene como finalidad solamente ampliar sus conocimientos si no también que logren hacer otros amigos magos.
Se escuchó un pequeño bullicio al que Hermione no prestó atención, estaba inmersa en sus propios pensamientos hasta que una chica rubia decidió hablar – Disculpe Madame – dijo ella dirigiéndose a la directora – No quiero sonar inoportuna pero quería saber si ¿se puede tener algún tipo de relación más allá de la amistad con algún estudiante de Hogwarts? – esto lo dijo muy avergonzada.
Lo siguiente fueron leves risas de parte de las demás a excepción de Hermione que optó por rodar los ojos –estas chicas solo piensan en eso- pensó ella.
Madame Maxime la miró seriamente y luego dijo – Señorita Maxwell debo decirle a usted y a todas las estudiantes que ese tipo de cosas no me incumben pero por favor les pido que sean conscientes de sus actos y que no armen escándalos en Hogwarts por ese tipo de cosas. Si deciden tener una relación con algún estudiante les pido que sean discretas.
-Ja, estas chicas son todo menos discretas, si llegan tener novio en Hogwarts se asegurarán de que todos los sepan- pensaba Hermione.
-Por esta razón sólo he dejado que asistan estudiantes de 5to, 6to y 7mo año – continuó la directora – ya que en vista de que son las mayores considero que serán responsables y que les puedo dar confianza, espero que no me decepcionen.
-Sí Señora – Dijeron a unísono las estudiantes.
-Muy bien – Dijo Madame Maxime – Dejando todo esto claro, les pido que suban ordenadamente a los carruajes que se les asignó.
Tal como lo indicó la mujer, todas las estudiantes subieron a los carruajes los cuales serían llevados por pegasos por los cielos hasta Hogwarts.
Todas las chicas iban hablando e imaginando como sería la estancia en aquel lugar. Hermione a veces participaba en ciertas conversaciones pero a decir verdad prefería evitar todo eso, tenía unas pocas amigas y para su desgracia había tocado en otro carruaje así que no le quedó de otra que tomar uno de sus libros favoritos y evitar la conversación de esas chicas a toda costa.
A medida que pasaban las horas la charla se hacía más intensa a tal punto que a Hermione se le hacía difícil concentrarse pero no había dejado de leer. Fue sacada de su actividad cuando una de las chicas se dirigió a ella y la obligó a apartar la vista de su libro.
-¿Y tú qué dices Granger? – Preguntó intrigada Sarah.
La castaña la miró confundida, no tenía la menor idea de lo que estaban hablando - ¿A qué te refieres?
El grupo soltó unas leves risas, a lo cual Hermione no le hizo gracia – Sobre el viaje ¿Cuántos chicos crees que puedes atraer?
-No me interesa atraer a ninguno Sarah – Respondió ella indiferente tratando de volver a su lectura.
-No seas así Granger – Interrumpió la chica haciendo que no pudiera retomar el libro – Son chicos extranjeros, podrían ser buen partido.
-Da igual.
-¿Tienes novio Granger?
Hermione básicamente se estaba cansando de esto así que solo se limitaba a responder monótonamente – No.
-Pues no me sorprende – el resto de las chicas volvió a reír – Digo no es que seas fea ni nada por el estilo, sólo que tu actitud no es del tipo que le gusten a los chicos.
-¿De qué hablas?
-Pues es obvio ¿no? Sólo te la pasas leyendo y estudiando, nunca te he visto en alguna fiesta durante las vacaciones.
-No todo en la vida son fiestas Sarah.
-No, pero tampoco digamos que te arreglas mucho. Digo no usas maquillaje ni ropa glamurosa. Por Merlín las chicas de Beauxbatons nos representan nuestra feminidad y buen gusto.
-No lo creo así.
-Bueno en fin, creo que estará muy difícil que te ligues a algún chico de Hogwarts.
-Te dije que no me interesan esas cosas.
-Pues deberías, no serás joven para siempre. Cuando menos lo esperes ya serás vieja y ningún chico te mirará.
-No todo en la vida es tener novio o estar linda para los chicos. Con ser tú misma es más que suficiente.
-Linda, por eso no tienes novio – esto hizo que el grupo riera aún más fuerte.
A Hermione ya se le había agotado la paciencia y cada vez fruncía mas el seño – Al menos no soy una zorra.
Las risas cesaron y Sarah se puso muy seria – Escucha Granger, que te quede claro que soy mejor que tú, todos los chicos se pelean por mí, cosa que a ti no te pasará nunca. Puedo apostar todo lo que tengo a que aún eres virgen.
Hermione ya estaba realmente furiosa – Deberías callarte.
-¿O qué harás? ¿Golpearme con la fuerza de un chico? No lo creo.
-No veo porque no intentarlo – Dijo la castaña desafiante.
Ambas chicas se miraban echando chispas por los ojos y justo antes de que alguna hiciera algún movimiento el carruaje aterrizó.
-Hemos llegado – Dijo una de las amigas de Sarah.
-Magnifico, chicas que empiece la cacería – dijo refiriéndose a todas – En cuanto a ti Granger – miró a la castaña desafiante – Nos veremos luego.
-No te rompas una uña en lo que masturbas a tus ligues.
Sarah miró por última vez seriamente a Hermione antes de bajar del carruaje. La chica decidió quedarse de última, al fin y al cabo no estaba emocionada por llegar.
Al bajarse pudo observar la edificación de la escuela, era un castillo. Quedó impresionada por su magnitud y le dio curiosidad que tanto secretos podría esconder aquella institución tan enorme.
-Estudiantes de Beauxbatons síganme – Dijo un hombre enorme y gordo con una barba poblada.
Todas las chicas lo siguieron a excepción de Hermione ya que ni siquiera lo escuchó. La castaña avanzaba por aquel lugar mirando aún toda la edificación y pensando en todos los lugares que podría tener el castillo, ansiaba con recorrer cada pasillo en busca de respuestas a su incertidumbre.
Suspiraba y respiraba el olor de aquel lugar. La Academia Mágica Beauxbatons era un lugar grande y bello pero Hogwarts en definitiva la dejaba sin palabras. Si al principio no estaba emocionada por el viaje pues ahora si lo estaba con solo ver aquel paisaje.
Su vista se posó en un enorme lago con una pradera y sólo pensó en cómo sus tardes de lectura podrían ser simplemente perfectas en aquel lugar tan pacífico alejado de toda la gritería de sus compañeras de clases. Cada vez le gustaba más Hogwarts, y aún no había visto la biblioteca.
Hermione decidió apartar su vista del lago y mirar al cielo y ver como los pegasos que las había transportado a la escuela ascendían poco a poco por los cielos hasta perderse entre las nubes. Ella avanzaba mientras aún miraba el cielo y sin darse cuenta de un momento a otro sintió un impacto con otra persona dejándolos a ambos en el suelo.
Un fuerte dolor de cabeza empezó a surgir y cuando abrió los ojos vio frente a ella a un chico con el cabello rojo y con muchas pecas en la cara, se veía como de su edad y llevaba el uniforme de Hogwarts.
Estaba realmente apenada así que decidió hablar - ¡Oh disculpa no fue mi… - Pero se vio interrumpida.
-¡Demonios! ¡¿Acaso no te fijas por donde caminas niña?!
Hermione abrió la boca impresionada por el lenguaje y mala educación del chico y no pudo evitar reaccionar - ¡Me estoy disculpando contigo! No deberías ser tan grosero ¡Y no me digas niña!
El chico estaba rojo de la rabia - ¡Eres una descuidada! Por andar viendo el techo hiciste que esto pasara.
-¡Oye! ¡Tú también debías venir distraído como para no verme!
-Venía apresurado ¡y tú te cruzaste en mi camino!
-¡Pues es culpa de los dos!
-¡Fue tu culpa por descuidada!
-¡Ya me disculpe y ni siquiera lo mereces!
-¡Eres una distraída! – Dijo él mientras ambos se levantaban y sacudían sus uniformes, él miró su reloj - ¡Demonios! ¡Por tu culpa llegaré tarde a la cena!
-¡Deja de maldecir! Eres un grosero y mal educado ¡No sabes cómo tratar a las mujeres!
-¡Y tú necesitas mirar al frente cuando caminas!
-¡Eres desesperante!
-¡Y tú una insufrible!
-¡Eres un idiota!
Ambos estaban rojos de la ira y se miraban incandescentemente. El chico fue quien habló – Sabes estoy perdiendo mi tiempo y mi cena aquí discutiendo contigo. Mira al frente la próxima vez.
-Y tú aprende modales.
Se miraron por última vez y cada uno tomó su camino. Hermione avanzaba furiosa ¿Cómo se atrevía a llamarla insufrible? Era un odioso y mal educado que le había arruinado su llegada a aquel maravilloso lugar. Esperaba no encontrárselo mucho o lo molería a golpes sin importarle nada.
La chica caminaba hasta que se paró en seco y se dio cuenta de que no tenía la menor idea de dónde estaba el resto de Beauxbatons o por lo menos a donde tendría que ir. Ese chico pelirrojo la hizo perder toda la concentración y ahora estaba perdida. Magnifica llegada.
Hermione caminaba por el patio en busca de sus compañeras pero no había señal de ellas, así que decidió pedir ayuda. Ella era realmente tímida y por eso no era muy social que digamos, trató de divisar a alguien hasta que se fijó de una chica con el cabello rojo que tenía cara amable.
Se acercó a ella penosamente – Eh, hola.
La pelirroja se sobresaltó un poco ya que la tomó desprevenida pero luego le dedicó una sonrisa – Hola.
-Disculpa mi atrevimiento pero es que estoy perdida. Verás soy de…- pero se vio interrumpida por la chica.
-Eres la Academia Mágica Beauxbatons, lo sé. Tu uniforme te delata – dijo ella graciosa.
La castaña le dedicó una sonrisa amable – Sí. Bueno, bajé de última de los carruajes y me distraje mirando el lugar, me tropecé con un chico muy descortés y ahora estoy perdida, no sé a dónde debo ir o a dónde está el resto de mi escuela. Quería saber si podías ayudarme.
-Por su puesto. Este lugar es enorme y la primera vez asusta pero es fantástico. Normalmente aquí somos muy amables pero hay chicos idiotas así que lo más probable es que te topaste con uno de esos. En fin, todos deben estar en el Gran Comedor para la cena, y como es de esperarse Dumbledore lo más probable es que anuncie su llegada.
-Oh Claro Dumbledore, Madame Maxime nos habló de él.
-Es un gran hombre, pero andando, ya es tarde y no queremos demorar más – La pelirroja la tomó del brazo y avanzaron por la escuela – por cierto, mi nombre es Ginebra Weasley, pero todos me dicen Ginny, no me gusta mi nombre completo.
-Yo me llamo Hermione Granger.
-Es un placer. A decir verdad me siento muy feliz de ser yo quien te guie el primer día, es emocionante.
-Eres muy amable. He leído que aquí en Hogwarts están divididos por cuatro casas ¿a cuál perteneces?
-Soy de Griffyndor. Tienes cara de ser buena estudiante.
Hermione se sintió un poco apenada – Digamos que adoro la lectura.
-Eso fantástico, creo que te encantará la biblioteca.
-Estoy ansiosa por ir.
-Te muestro el lugar cuando quieras. Hogwarts no tiene fin, estoy en 6to año y aún no lo conozco del todo.
-Vaya, es un lugar muy amplio por lo que veo.
-Y que lo digas – las chicas se pararon frente a una gran puerta dorada – Es aquí, entremos en silencio. Lo más probable es que Dumbledore debe estar dándoles la bienvenida. Yo iré a mi mesa y puede que a tu escuela le hayan asignado una.
-Gracias por traerme, me salvaste la vida.
-No fue problema. Te veo luego Hermione. Y bienvenida a Hogwarts.
-Gracias Ginny, espero verte luego.
Se dedicaron una sonrisa para luego pasar por aquellas puertas doradas.
N/A: HOLAAAA! He vuelto con mi cuarta historia Ronmione! No saben lo feliz que estoy de volver con esta historia que tenía desde hace tiempo planeada. Tengo varias ideas y espero que la historia les guste a pesar de ser un poco diferente a como he venido trabajando. Acá el primer capítulo. Disfrútenlo y comenten, un beso enorme.
