Holaaaa a todos!!
Aquí esta mi primer fic!! antes que nada quiero aclarar que en numerosas ocasiones apareceran fragmentos del 7º libro, pues mi historia se basa en algo que "ocurrió" durante el 7º libro. No quiero decir más porque temo que si digo algo toda la historia pierda interes...
Solo decir que ninguno de los personajes me pertenece, simplemente los tomo prestados para satisfacer la necesidad de los Harry Potterianos desesperados que como yo necesitan mas Harry Potter y se lamentan de que haya acabado tan pronto. Y si yo fuera J.... ufff! que mas quisiera!!
Disfrutad y dejadme reviews pleaseeeeeeeeeeeeeeee!!
PRÓLOGO.-
-¡Sí tienes razón! –Harry se alegró aun más de pensar que el anciano profesor había tenido ciertas reservas, aunque débiles, acerca de la honradez de Snape-. Entonces, ¿crees que decidió esconder la espada muy lejos de Hogsmade? ¿Qué opinas tú, Ron? ¡Eh, Ron!
Harry lo buscó, y, por un instante, creyó que había salido de la tienda, pero entonces vio que se había tumbado en la litera de abajo, con cara de pocos amigos.
-Ah, ¿te has acordado de que existo?
-¿Cómo dices?
Ron dio un resoplido sin dejar de contemplar el somier de la cama de arriba.
-Nada, Nada. Por mi podeis continuar; no quiero estropearos la fiesta.
Harry, perplejo, miró a Hermione buscando ayuda, pero ella estaba tan desconcertada como él.
-¿Qué te pasa? –preguntó Harry.
-¿Que qué me pasa? No me pasa nada –respondió Ron, que seguía sin mirarlo a la cara-. Al menos, según tú.
Se oyeron unos golpecitos en el techo de la tienda. Había empezado a llover.
-Oye, es evidente que algo te ocurre –insistió Harry-. Sueltalo ya, ¿quieres?
Ron se sentó en la cama; tenía una expresion ruin, nada propia de él.
-Está bien, lo soltaré. No esperes que me ponga a dar vueltas por la tienda porque hay algún otro maldito cacharro que tenemos que encontrar. Limítate a añadirlo a la lista de cosas que no sabes.
-¿De cosas que no sé? –se asombró Harry-. ¿Que yo no sé?
Plaf, plaf, plaf; la lluvia caia cada vez con más fuerza, tamborileando en la tienda, asi como en la hojarasca de la orilla y en el río. El miedo sofocó el júbilo de Harry, porque Ron estaba diciendo lo que él se temía que su amigo creía.
-No es que no me lo esté pasando en grande aquí –dijo Ron-, con un brazo destrozado, sin nada que comer y congelándome el culo todas las noches. Lo que pasa es que esperaba… no sé, que después de varias semanas dando vueltas hubiéramos descubierto algo.
-Ron –intervino Hermione, pero en voz tan baja que el chico hizo como si no la hubiera oido, ya que el golpeteo de la lluvia en el techo amortiguaba cualquier sonido.
-Creía que sabias dónde te habías metido –insinuó Harry.
-Sí, yo también.
-A ver, ¿qué parte de nuestra empresa no está a la altura de tus expectativas? –La rabia estaba acudiendo en su ayuda-. ¿Creías que nos alojaríamos en hoteles de cinco estrellas, o que encontraríamos un Horrocrux un día sí y otro también? ¿O tal vez creías que por Navdad habrías vuelto con tu mami?
-¡Creíamos que sabías lo que hacías! –replicó Ron poniendose en pie, y sus palabras atravesaron a Harry como cuchillos-. ¡Creíamos que Dumbledorte había explicado qué debías hacer! ¡Creíamos que tenias un plan!
-¡Ron! –gritó Hermione, y esta vez se la oyó perfectamente a pesar del fragor de la lluvia, pero el chico volvió a hacer oídos sordos.
-Bueno, pues lamento decepcionaros –dijo Harry con voz serena, aunque se sentía vacío, inepto-. He sido sincero con vosotros desde el principio, os he contado todo lo que me dijo Dumbledore. Y por si no te habías enterado, hemos encontrado un Horrocrux…
-Sí, y estamos tan cerca de deshacernos de él como de encontrar los otros. ¡O sea, a años luz!
-Quítate el guardapelo, Ron –le pidió Hermione con inusitada vehemencia-. Quítatelo, por favor. Si no lo hubieras llevado encima todo el día, no estaías diciendo estas cosas.
-Sí, las estaría diciendo igualmente –la contradijo Harry, que no quería que su amiga le facilitara excusas a Ron-. ¿Creeis que no me doy cuenta de que cuchicheáis a mis espaldas? ¿Que no sospechaba que pensabais todo esto?
-Harry, nosotros no…
-¡No mientas! –saltó Ron-. ¡Tú también lo dijiste, dijiste que estabas decepcionada, que creias que Harry tenia un poco más de…!
-¡No lo decía en ese sentido! ¡De verdad, Harry!
La lluvia seguía martilleando la tienda. Hermione fue presa del llanto, y la emoción de unos minutos atrás se desvaneció por completo, como unos fuegos artificiales que, tras su fugaz estallido, lo hubieran dejado todo oscuro, húmedo y frío. No sabían dónde se hallaba la espada de Gryffindor, y ellos eran tres adolescentes refugiados en una tienda de campaña cuyo único objetivo era no morir todavía.
-Entonces, ¿por qué seguimos aquí? –le espetó Harry a Ron.
-A mi, que me registren.
-¡Pues vuelve a tu casa!
-¡Sí, quizá lo haga! –gritó Ron dando unos pasos hacia Harry, que no retrocedió-. ¿No oíste lo que dijeron de mi hermana? Pero eso a ti te importa un pimiento, ¿verdad? ¡Ah, el Bosque Prohibido! Al valiente Harry Potter, que se ha enfrentado a cosas mucho peores, no le preocupa lo que pueda pasarle a mi hermana allí. Pues mira, a mi sí: me preocupan las arañas gigantes y los fenómenos…
-Lo único que he dicho es que Ginny no estaba sola, y que Hagrid debió de ayudarlos…
-¡Ya, ya! ¡Te importa muy poco! ¿Y que me dices del resto de mi familia? "los Weasley ya han sufrido suficiente con sus otros hijos", ¿eso tampoco lo oíste?
-Sí, claro que…
-Pero no te importa lo que significa, ¿verdad?
-¡Ron! –terció Hermione interponiéndose entre los dos chicos-. No creo que signifique que haya pasado nada más, nada que nosotros no sepamos. Piénsalo, Ron: Bill está lleno de cicatrices, mucha gente ya debe de haber visto que George ha perdido una oreja, y se supone que tú estás en el lecho de muerte, enfermo de spattergroit. Estoy segura de que sólo se referian a que…
-Ah, ¿estás segura? Muy bien, pues no me preocuparé por ellos. A vosotros os parece muy fácil, claro, porque vuestros padres están a salvo de…
-¡Mis padres están muertos! –bramó Harry.
-¡Los míos podrían ir por el mismo camino! –replicó Ron.
-¡Pues vete! –rugió Harry-. Vuelve con ellos, haz como si te hubieras curado de spattergroit y tu mami podrá prepararte comiditas y…
Ron hizo un movimiento brusco y Harry reaccionó, pero antes de que cualquiera de los dos pudiera sacar su varita mágica, Hermione sacó la suya.
-¡Protego! –chilló, y un escudo invisible se extendió dejándolos a ella y a Harry de un lado y a Ron del otro; los tres se vieron obligados a retroceder por la fuerza del hechizo, y Harry y Ron se fulminaron con la mirada desde sus respectivos lados de la barrera transparente, como leyéndose con claridad sus más íntimos pensamientos por primera vez. Harry experimentó un odio corrosivo hacia Ron; se había roto el lazo que los unía.
-Deja el Horrocrux –ordenó Harry.
Ron se quitó la cadena y dejó el guardapelo encima de una silla. Entonces se volvió hacia Hermione y dijo:
-Y tú, ¿qué haces?
-¿Cómo que qué hago?
-¿Te quedas o qué?
-Yo… -Parecía angustiada-. Sí, me quedo. Ron, dijimos que acompañaríamos a Harry, que lo ayudaríamos a…
-Vale. Lo prefieres a él.
-¡No, Ron! ¡Vuelve, por favor! –Pero el encantamiento escudo que ella misma había hecho le impedía moverse; para cuando lo hubo retirado, Ron ya se había marchado de la tienda.
Harry se quedó quieto donde estaba, callado, escuchando los sollozos de hermione, que repetía el nombre de Ron entre los árboles.
Pasados unos momentos, ella regresó con el cabello empapado y pegado a la cara.
-¡Se ha… ido! ¡Se ha desaparecido! –Se dejó caer en una butaca, se acurrucó y empezó a llorar.
Harry estaba aturdido. Recogió el Horrocrux y se lo colgó del cuello; luego quitó las sabanas de la cama de Ron y tapó a Hermione. Finalmente subió a la litera de arriba y se quedó contemplando el oscuro techo de lona, escuchando la lluvia.
N/A: ¡¡Que bien escribo!! Parezco la mismisima Rowling..... ejem... pequeña broma...
A partir de aqui chicos todo es obra de mi imaginacion menos algún que otro párrafo...
Espero que os guste!! dejar reviews!! Besos!!
