Título: Último aliento

Pairing: Tywin Lannister x Joanna Lannister

Disclaimer: Todos los derechos son de George R.R Martin, yo tan sólo me dedico a fangirlear un poco.

"Este fic participa en el reto 'Drabbles de Casas Mayores' del foro Alas Negras, Palabras Negras"

Casa seleccionada: Lannister

Es imposible que alguien como yo, un león de Roca Casterly se vea tan débil en estos momentos, intentando aguantar las lágrimas como un león magullado intentando huir de su atacante que en este caso era la muerte…

Aún sigo pensando en que momento todo se desmoronó y por más que miro aquellas ventanas golpeadas por la fría lluvia no puedo entenderlo. No puedo comprender como uno de mis futuros sucesores, mi legado, me está traicionando y arrebatándome a la persona que debía estar a mi lado.

Allí se encontraba, en nuestra cama con aquellas mejillas que una vez fueron sonrojadas, pálidas, sin ningún ápice de vida ¿Realmente esa era la mujer que alguna vez intentaba relajarme a pesar de mi posición?

Su respiración era tan débil y pausada que me recordó ver por unos momentos como era cuando nos conocimos: Risueña y cortés, obediente y sonriente ¿Dónde ha quedado esa mujer? Se estaba yendo de mi lado…

- Tywin… - Me miró con cierta ternura tan típica de ella, alzó su mano para entrelazar la mía – El legado es lo más importante de nuestra casa, tendrás a nuestros tres pequeños que te darán eso que tanto ansías… - Se incorporó tosiendo adolorida – Ya hice todo lo que podía hacer por ti.

- Si te marchas estarás traicionándome – Quise enfrentarla, mirarla serio con aquella rabia acumulada que afloraba en mi rostro – Jamás te lo perdonaré Joanna.

¿Cómo se atrevía a volver a sonreír como si se tratara de una broma? Aquella mujer… Cuando quería ser irascible lo conseguía… Era tan… ella. Maldita sea…

- No soy una leona tan fuerte, perdóname por no poder estar a tu altura – Las fuerzas en su mano iban desapareciendo, tanto que su agarre se debilitaba, se acercó como pudo a mí, respetuosa y educada, sin querer perder las formas como nunca quiso hacerlo conmigo. Aquellas palabras en su último aliento en mi oído me hicieron abrir los ojos desmesuradamente…Cuando quise darme cuenta, ella yacía muerta en aquella cama donde una vez fuimos uno… Alcé la mirada a aquel bebé que me la había arrebatado, aquel monstruo que había hecho que muriera y ese suave susurro hicieron que jamás pudiera mirarle.

"Te quiero mi león."