Al abrir la puerta de la casa que de nuevo compartía con Noodle, Murdoc se esperaba otra tediosa pero comprensible -dependiendo de quién- visita de otro fanatico loco, que venia a tomar fotos, o a felicitarlos, estresandolo. De buen talante recibió a Russel, que lo amonestó adelantadamente por cualquier daño que pudiera hacerle a Noodle, viniendo de él, sabia que cumpliria su palabra.
Soportó también la mirada dura de Damon, esquivó sin dificultades la amenaza la cyborg , también se limitó a alzar una ceja cuando Del aparecio repentinamente.
Días ajetreados. Murdoc pensó que ya había tratado con todos los pobladores del lugar, -y sus alrededores- que los conocieran a ambos y su historial, precisamente. No contaba a su padre, que no aprobó su decisión, aunque eso ni le importara, ni después de enterarse de sus problemas en Mexico. Al oír el timbre, supuso que habría pasado por alto a alguien pero ya se preguntaba a quién al girar el pomo.
No pequeña fue su sorpresa al encontrarse cara a cara con 2D y cuyo rostro estaba surcado por lo que reconoció como...un semblante...¿situacional? Parecía incómodo, un poco desafiante, quizás hasta escéptico.
-Felicidades.-comentó ofreciéndole como regalo un videojuego, de los que Noodle acostumbraba a jugar.
-Gracias.-contestó, sin poder evitar alzar con levedad la ceja, solo de modo menos pronunciado que ante Russel.
-Apuesto a que vas a hacerla feliz.
No podía ver los ojos de Stuart, que agachó la cabeza ni bien Murdoc aceptó su obsequio. La voz le temblaba y un poco las manos, al depositar el juego sobre las palmas de Murdoc, que no comprendía nada pero tenía un inexplicable nudo en el estómago. Trató este de sondear posibilidades...¿estaría 2D interesado en Noodle como más que amiga o compañera de banda?
Recobrar la confianza entre ellos había tardado semanas de acercamientos ligeros hasta que Murdoc le demostró que ya no cambiaba. Los testimonios de los demás sirvieron para corroborarlo y pese a temblar durante los primeros encuentros, Noodle terminó por cederle el viejo espacio arrumbado en su corazón, redecorándolo para que cobrara vida de nuevo. Charlaron en numerosas ocasiones hasta tarde y no recordaba que su trato referido con Stu hubiera sido más remarcable y mayor motivo de secretos celos injustificados, ¿Entonces?
-Que ustedes...sean felices.
Se fue caminado casi sin despedirse, dejando a Murdoc con una expresión pasmada y el videojuego todavía entre manos. ¿No era él, el psicótico de esas tierras? El más perturbado, al menos.
Aquel suceso fue tan extraño, pero no tanto como las palabras dichas por la japonesa antes de irse a dormir. A su habitación, claro, ya que esta no se sentía demasiado cómoda durmiendo con alguien tan..sucio y pervertido en cierto aspecto.
-Lo vi venir...- Lo ultimo que escucho antes de sumergirse en sus propios pensamientos y caer rendido ante el sueño.
Sintió una presión en el cuello, mientras sus mejillas se llenaban de lagrimas ajenas, y un ¿porque? rompía con el silencio, perturbandolo.
¿Y a quién aprisionaba contra una cama desconocida, de sábanas de satén azul y frazadas color vino? 2D que gemía como una mujer, acariciándole la nuca, llorando por las embestidas, el calor insoportable envolviéndolos a ambos en dolor y placer.
