Todos los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi, la historia es mía.

Capítulo 1: Cuando te conocí.

Llegué a casa de Seiya a eso de las 11 de la noche. Sabía que estaría muy enojado conmigo por llegar tarde y que la fiesta (que por cierto era en honor a su cumpleaños) había comenzado desde las 9, pero tenía una junta muy importante del trabajo que se extendió más de lo debido.

Entré sin tocar la puerta como era usual en mí, ya que era la casa de mi hermano no me importaba para nada. Me sorprendió ver a tanta gente en el departamento, no tenía idea de que Seiya tuviera tantos amigos ya que siempre tuve la idea de que era algo retraído, pero al parecer los años habían pasado sin darme cuenta y ahora era él quien socializaba más que yo, lo cual ya era mucho decir. Saludé a algunos conocidos y por fin pude ver a Taiki en la cocina junto a su novia Amy.

-¡Yaten!-dijo Taiki emocionado.-Ya te dábamos por muerto.

-No tienen tanta suerte.-reí.

-¿Qué pasó? Seiya está enojado.

-Lo sé, pero tenía una junta importante.

-¿Esa junta era con una chica?-dijo Amy sonriendo divertidamente.

-Lo siento, Amy, era con 5 hombres.

-Oh, por los dioses…

Reímos durante un rato más hasta que Taiki fue a recoger algo de comer para mí y Amy fue a charlar con unas amigas. Me quedé bebiendo mi cerveza mientras observaba a la gente, la verdad es que hubiera preferido estar en mi casa descansando pero Seiya tenía que cumplir años justo ese día, comenzaba a sentirme aburrido y la verdad era que desde que ella me había dejado no podía evitar sentirme así cada vez que me quedaba solo, los recuerdos regresaban a mi cabeza una y otra vez.

-Disculpa.

La voz que venía de mis espaldas hizo distraerme de mis absurdos pensamientos y busqué la procedencia de la voz femenina. Lo primero que vi fue a una chica rubia de cabello muy largo con unos ojos enormes que me miraba directamente a los ojos y sonreía torpemente. Por un momento me quedé idiotizado.

-Creo que estás sentado sobre mi saco.-rio.- ¿Podría tomarlo?

-Eh… ¿yo?

Me di cuenta de que un saco rosado estaba bajo mi cuerpo y me avergoncé un poco por no haberlo notado. Lo tomé y se lo entregué apenado.

-Lo siento, creo que no me fije…

-Oh, descuida, uno a veces se sienta sobre los objetos de los demás… es normal.-dijo ella bromeando.

Sonreí sin darme cuenta.

-¿Te molesta si me siento aquí?-preguntó al tiempo que se sentaba sin esperar mi respuesta.- La verdad es que estoy algo aburrida y ya me cansé de estar parada, la cocina parece ser el lugar menos aglomerado del lugar.

Todo sucedió tan rápido que apenas me di cuenta.

-¿Tú crees? ¿Lo dices por mí y mi múltiple compañía?-bromeé.

-¿Te conozco? Me pareces bastante familiar.- dijo la rubia antes de darle un enorme trago a su cerveza.

-Oh, hmm, no lo creo… tal vez te parezca eso porque soy hermano de Seiya.

-¡Oh! ¿De verdad? ¡Qué divertido!

-No entiendo qué es lo divertido.-dije riendo.

-Yo soy su compañera de trabajo, nos conocemos desde hace muchos años.

-Ya. Eso explica por qué eres tan rara.-sonreí.

¡Hey! No soy rara, amigo, soy diferente, que es otra cosa.-guiñó el ojo.- Por cierto… creo que no sé tu nombre, ¿cuál de los dos hermanos eres?

-Yaten. Yaten Kou.

-Yo soy Minako Aino, pero puedes llamarme Mina si quieres, en realidad casi no me gusta que me digan Minako.

-Ah, ya, Minako. Lindo nombre.-guiñé el ojo.

-¡Mina!

-Minako, ¿quieres otra cerveza?

Sus enormes ojos azules me miraron con severidad y luego asintió fervientemente. Continuamos platicando durante un largo rato hasta que Seiya apareció en la cocina.

-¡Vaya, vaya! Yaten Kou en persona, ¿dónde estabas, idiota?

-¡Respeta, tonto! Estoy con una chica.

-Hm, veo que ya se conocieron, querida Mina, lamento cualquier idiotez que mi hermano haga o diga.

-No te preocupes, Seiya, hasta ahora no ha sucedido nada de eso.-ella rio.

-¡Mina!

Otra voz desconocida llegó a mis oídos y me di cuenta que provenía de otra chica rubia que se parecía mucho a Minako pero al mismo tiempo era muy diferente.

-¡Serena! Creí que ya te habías ido… me aburrí de la plática con el tipo ese, lo siento… Mira, él es…

Pero Minako no terminó de hablar porque Seiya y la tal Serena ya se comían con la mirada, ni siquiera nos estaban mirando.

-Mucho gusto, señorita, ¿le parece si vamos al balcón a platicar más a gusto?

-Por supuesto, tenía muchas ganas de saber quién era el famoso Seiya…

Ambos se alejaron de la cocina mientras que Minako y yo nos miramos confundidos y divertidos al mismo tiempo.

-A eso le llamo no perder el tiempo.-dije.

-Oh, ¡así son esos dos! Oye, ¿qué te parece si caminamos por ahí? Esto me aburre un poco.

Minako y yo salimos del departamento y comenzamos a caminar en dirección al parque. Ella no paraba de hablar y se reía de todo lo que yo decía. Me parecía una chica espléndida, su mirada brillaba bajo la luz de la luna y su cabello su balanceaba de un lado a otro en cada paso que daba.

-¿Y qué haces en la oficina de Seiya?-pregunté queriendo saber más acerca de su vida privada.

-Soy la diseñadora de campañas y todo eso… ¡me encanta diseñar! Realmente me sale muy bien, no quiero presumir pero, ¡vaya que soy buena!

-Sí que eres muy modesta.-reí.- Se nota que eres creativa.

-¿Ah, sí? ¿Por qué dices?

-Bueno, es que… ahm, no sé cómo explicarlo, simplemente puedo notar que eres de esas personas que pueden hacer de algo simple algo maravilloso.

-Vaya, qué lindo.-dijo sonriendo.- ¿Y tú qué haces de tu vida?

-Tal vez te burles de mí.

-¡Vamos! Prometo no burlarme… tanto…-sonrió.

-¡Eres mala!-dije.- Soy escritor. Trabajo para el Times Tokyo y además soy escritor independiente. Actualmente trabajo en lo que podría ser mi primer libro.

-¡Vaya! Eso suena genial, ¿cuándo me dejarías leer algo?}

-Oh… no lo sé… ¿te gusta leer?

-Me encanta, es mi hobby favorito después de diseñar cosas y dibujar… tengo toneladas de libros.

-Me alegra, yo también, cualquier día puedo invitarte a mi departamento a ver mi colección, te encantará.

-Eso me gustaría mucho. Oh… creo que yo aquí me quedo.-dijo Minako cuando pasábamos frente a un edificio.- Aquí vivo.

-Ah, ya veo. ¿Quieres que te acompañe?

-Descuida, así está bien. Ya es tarde y mi novio debe estar preocupado.

De pronto todo me pareció confuso. ¿Su novio? No entendía nada. ¿Desde cuándo ella tenía novio? Mi pulso comenzó a acelerarse y no supe qué decir.

-A él no le gusta salir ni hacer cosas divertidas… en fin. ¿No te molesta? Es decir, muchas personas creen que no deberían existir las amistades entre hombre y mujer pero yo creo que sí se puede y que…

-Sí, sí.-la interrumpí.- Descuida… no hay problema… es decir, no tengo problema, somos amigos.-traté de sonreír.

Minako sacó un pedazo de papel y una pluma y comenzó a escribir algo.

-Toma, este es mi número, podemos vernos cuando quieras.-sonrió.-Me dio gusto conocerte, Yaten, eres genial.

Me dio un abrazo fuerte de sorpresa y entró al edificio.

Me quedé durante varios minutos ahí de pie sin saber qué hacer. Regresé hasta el departamento de Seiya y me subí a mi carro. ¿Por qué me sentía así? Durante todo el tiempo que había estado con Minako ni siquiera me había cruzado por la cabeza el preguntarle si tenía novio, pero uno no va por ahí anunciando esas cosas… Me sentí estúpido, ¿qué pensaba? ¿En qué momento se me pudo ocurrir que ella podía ser una cita? ¿Amigos? Eso sonaba razonable pero de pronto me sentía muy confundido. También me daba cuenta que durante todo el tiempo que había estado con Minako ni siquiera me había acordado de ella para nada, lo cual era algo incluso más impresionante.

Cuando llegué a mi casa me quedé viendo el papelito donde estaba anotado su teléfono durante un muy largo tiempo. Luego de mucho tiempo decidí que lo mejor era deshacerse de él. Dejé ir el trozo de papel por el inodoro y me preparé para dormir.

A veces la vida nos jugaba bromas pesadas, pero últimamente conmigo se estaba divirtiendo de más.