Elsa sentada y aburrida en la sala del trono conversaba con el jefe de los guardias, cuando, de la nada aparecieron un grupo de muchachos, el cabecilla parecía ser un muchacho pelirrojo y con ojos verdes , pecas esparcidas en el rostro
— Pero que demonios ?
El pelirrojo camina altaneramente hacia Elsa que lo fulmina con la mirada, este les susurra algo a los pequeños, sonríe arrogante
— Como se atreve a invadir la sala del trono
Este se acerca lo suficiente a elsa y le susurra con una voz que hizo que se ruborizara de golpe
— Me permite su majestad ?
Antes de que pudiera decir algo, el muchacho tomó entre sus grandes manos, el delicado rostro de Elsa y rozó sus labios con los de ella, lamió el labio inferior de ella y esta soltó un pequeño gemido, él aprovecho eso y se adentró en la boca
Elsa abrumada por ese beso, lo apartó de golpe, él la miró a los ojos y le susurró
— Besa increíble Elsa — se giró hacia los niños — Ven ? Denme ahora mis canicas para seguir jugando, ya me quiero largar de esta mierda
La reina se levantó airada y con los ojos llorosos pues ese fue su primer beso, lo agarró del brazo bruscamente
— Quien demonios te crees que eres para robarte mi primer beso ?
Él que no se deja de nadie se suelta y le da una mirada de enojo
— Y usted quien se cree que es para hablarme así ?
— La reina — . Gritó roja de la ira que sentía
— Pues su majestad, mi nombre es Christian y no me toque
Christian regresó con sus amigos, que le regresaron sus canicas y este sonrió de felicidad. Elsa furiosa, mientras el caminaba activó sus poderes para que este cayera de bruces contra el suelo, se levantó con la mano quemada y se la enseñó
— Me hiciste lastimar la mano
— Usted .. Me robó mi primer beso
— Quiere que se lo devuelva ? — preguntó
Elsa se puso de los mil colores enseguida al recordar como se le erizó la piel al sentir los labios de él contra los de ella y las manos toscas y fuertes de este al sujetarla con delicadeza al besarla. Pero al verle lo callejero que era se puso de puntillas y le dio una bofetada que resonó por todo el castillo
— Quieres que te la devuelva ? — sonrió astutamente
— No gracias... — se sopló la mano —¿ tienes fiebre? O será que yo le aumento la temperatura
— Usted habla estupideces, además, no le permito que me tutee
— Lo que sea, adiós ELSA
