Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! pertenece a Akira Amano.

Claim: Tsuna/Chrome (bastante suave), Haru-Tsuna (Sí, one-side). También un poco de Bianchi/Reborn.
Advertencias: La cutedad del primer pairings, y no me arrugo en decir que hay bashing mal disimulado.
Notas: Chrome. Es. Cute.


La música se dejó caer en la habitación, armoniosa y lenta que le sacó a más de uno una sonrisa. Tsuna relajó los hombros contra el respaldo de la silla, contento de estar pasando unas fiesta de navidad tan amena con su familia, algo le hizo dirigir su mirada hacia una improvisada pista de baile, en la sólo Bianchi sacó a bailar a Reborn.

Los miró contento, mientras ella continuara mimando al Arcobaleno, no tendría que preocuparse de encontrar algunas galletas y muffins envenenados.

Pero no dejó de mirar la pista de baile. Algo le decía que…

—¡Tsuna-san, vamos a bailar! —sorpresivamente, la joven le tomó de un brazo, haciéndolo chillar del susto. Exactamente por eso su híper intuición le decía que saliera huyendo de allí. Haru podía tener complejo de lapa bastante seguido. Tsuna disimuladamente comprobó que mantenía vivo su oído luego de aquel grito.

—No, yo no…

Desesperado, notando que el agarre de la chica se hacía más insistente, buscó algo que lo pudiera salvar de aquello. No, sus amigos estaban demasiado enfrascados en divertirse como para notar su genuina mueca de auxilio. Alguien…

Sus ojos se iluminaron de alegría al verla en un rincón, casi escondida. Tenía la mirada gacha y tímida, por supuesto que Chrome no había rechazado la invitación de Nochebuena.

Se levantó de la silla, y sin mirar hacia atrás, bajo una atónita mirada de Haru, se acercó hasta su guardiana de la niebla, extendiéndole una mano gentilmente.

—Chrome, deberías divertirte más —saludó mirándole cálidamente. Chrome dio un leve respingo en su asiento, sonrojándose al verlo frente suyo. Sus dedos juguetearon nerviosamente mirando a quien quiere como un hermano mayor.

—Jefe…

—¿Un baile? —propuso él extendiendo más su palma, envolviendo delicadamente la fina mano de la ilusionista, a lo que ella respondió atropelladamente un 'sí'. En menos de un suspiro ya la había llevado hasta el centro, sonriéndole con cariño.

Tsuna se relajó, no sólo por haber escapado. El aura de Chrome era gentil, siempre amable. No se arrepentía en lo más mínimo de haberle hecho la invitación ni de sacarla a bailar.

Además había dejado de sentir una mirada taladrante en su espalda, que se había intensificado al ponerle una mano en la cintura a la joven mientras enlazaban las manos al compás de la música. Curioso, observó de reojo cómo Bianchi ya no compartía ese momento con Reborn, sino que estaba parada justo enfrente de la castaña sonriendo simpática con el pulgar hacia arriba.

Tsuna sólo atinó a reír nerviosamente al leer los labios de la mujer.

"Bien hecho, galán" le dijo en silencio. Y él no pudo estar más de acuerdo, sintiendo como Chrome también se relajaba, e incluso sonreía tímidamente con la cabeza apoyada en su hombro.

Se respiraba armonía… hasta que Mukuro se materializó con tridente en mano y mirada psicópata, únicamente diciendo:

—A ella no.


Esta es la promoción de "Compre una piña y se lleva dos" :D...