Hola vikingos!
Les traigo una historia que es de las que más me ha costado pensar y redactar, especialmente porque no me gusta mucho lo AU, pero este es un fic a petición, debido a un concurso que realicé hace varias semanas. Este lo ganó mi amiga Alexandra, en lo que ella pidió lo siguiente: "Hola, me gustaría un fic donde los personajes se enfrenten a sucesos paranormales (digamos que me he obsesionado con Stranger Things :v)... Algo de misterio y cosas por el estilo".
Por lo que aquí está el resultado, originalmente era un One-Shot, pero resultó en un pequeño conjunto de Drabbles.
Así que Alexandra, este es tu fic, espero que lo disfrutes, que lo disfruten todos a quienes les guste Dragones y Stranger Things.
Lo que está en Cursiva son "pasado" y lo que está en Script es el "presente" XD, ya lo entenderán.
Por último, Stranger Things no me pertenece ni tampoco How to train your dragon, hago esto sin fines de lucro.
.
.
.
STRANGER DRAGONS
"Actúas como si estuvieras solo en el mundo, pero no lo estás.
¡No estás solo!"
.
.
.
Parte 1:
La historia, la chica y la desaparición
.
.
.
Nadie ha creído esta sarta de argumentos que hemos dicho.
Cada palabra, cada punto, cada acento de esta confesión es verídico.
Mis amigos, los vieron.
Yo lo vi.
Ella lo vio.
Ella lo vivió.
Ella lo sufrió.
Toda nuestra pandilla fueron testigos de lo que pasó.
Ella fue y es la razón de todo lo que ha acontecido en este pequeño pueblo llamado Berk.
Ella, la número 7, la Nadder, la chica que encontramos en el bosque mientras buscábamos desesperados a nuestro buen amigo Tuffnut quien desapareció dejando sólo su vieja patineta.
Ella es la razón por la que cambió mi vida… y mi corazón siempre vivirá agradecido por eso, porque nada vuelve a ser igual, todo ahora es mejor y lucharé para que siempre siga siendo así.
Lucharé por este mundo del que ahora soy parte.
.
.
.
.
La patineta de Tuffnut había sido encontrada cerca de un risco. Nadie vio al chico extrovertido.
Al principio pensamos que era una de sus pesadas bromas, pero cuando notamos que no era así; que por el contrario, que se trataba de un verdadero momento de crisis, principalmente porque Ruffnut, su gemela, no tenía idea de lo que ocurría, decidimos hablarle a la policía.
Hicimos brigadas.
Buscamos durante horas esa noche.
Días y semanas posteriores.
Todo el pequeño pueblo de Berk se unió a la isla para ayudar en la búsqueda de nuestro amigo. Nadie se explicaba cómo era que un muchacho de 19 años de edad desapareciera sin dejar rastro.
La más afectada era Ruff. Snotlout, su novio y mi primo (un raro vínculo familiar), trataba de consolarla. Pero no era posible, era su mitad que estaba desaparecido, como si hubiera sido tragado por algo.
Según ella presentía que él trataba de comunicarse, lo peor era que Fishlegs y Heather hasta llegaron a creerlo por una tal "gementuición" que ambos gozaban desde que nacieron.
Pero en este caso era incierto y totalmente inservible porque llevábamos días buscándolo, hasta que una noche algo nuevo y misterioso hizo que nuestras vidas cambiaran de rumbo y para que la mía fuera diferente también.
Si la policía no nos iba a ayudar, nosotros teníamos que intervenir. Así que tomamos nuestros vehículos, nos sentimos niños de nuevo con las bicicletas, debido a que habían menos ruido y fuimos a buscar rastro de nuestro buen amigo, sin embargo, encontramos algo diferente, algo inusual.
-Chicos… -la voz asustada de Fishlegs nos hizo movernos de nuestro lugar hasta girar nuestras miradas.
Allí, en medio de la tormenta que acontecía, los rayos y los truenos siguientes solo fueron el complemento místico que había falta en la escena.
Mojada, terrosa, temblante, semidesnuda y asustada fueron las primeras impresiones que obtuve de ella.
Con el tiempo cambiaron de calificativo porque ahora es valiente, entera, con un porte digno de cualquier majestad…
En esa noche las chicas le taparon los ojos a sus respectivos novios. Yo traté de desviar la mirada, pero sus penetrantes ojos azules no ayudaban mucho a decir verdad.
-Hola… hola… ¿estás bien? Nosotros somos buenos, no te haremos daño. –se aventuró Heather, una de las más cuerdas del grupo, demostrando su vocación de futura psicóloga (carrera que estudiaba mientras trabajaba a doble turno en la cafetería), en ese momento se encontraba en sexto semestre de su licenciatura.
-Hay que pedir ayuda. –sugirió Fishlegs, quitándose su chamarra para colocarse a la chica que seguía abrazando sus piernas.
Asentí y saqué mi celular, intenté marcar pero en definitiva no podía siquiera desbloquearlo.
-No sirve el mío, creo que… alguien más debe intentarlo.
-Idiota, por eso no tienes novia, descuida hermosa, yo te salvaré. –mi primo alegó por mí, pero la verdad es que después de ver su cara, supe que tampoco funcionó el suyo.
-¡Qué raro! –se quejó Ruff. –Cuando Tuff desapareció también fallaron así los aparatos electrónicos. –recordó, después ella se colocó delante de la muchacha. -¿Has visto a un chico? ¡Es igual a mí! –la zarandeó un poco.
De inmediato las separamos.
-Calma, calma, Ruff… ¿no ves que está asustada? –le reclamé. Algo en ella me despertaba un sentido indescriptible de protección, y no me equivoqué, porque desde entonces lo único que hice fue cuidarla, pero en realidad ella fue la que cuidó mi corazón al poco tiempo.
-Te llevaremos a otro lugar. –animó Heather. –Vamos, de seguro tu familia te está buscando.
La chica se puso de pie rápidamente. La chamarra de Fish le cubría justo debajo del muslo, tapando lo necesario y cubriendo la casi nula ropa que llevaba.
-No… -negó temerosa. –No me lleven con ellos.
Eso fue lo que nos hizo darnos cuenta de que posiblemente había sido torturada por sus allegados, eso me hizo rabiar interiormente.
-Está bien, está bien. En ese caso dinos cómo ayudarte. –traté de tranquilizarla, pero era claro que con todo el trauma que sufrió, raramente iba a confiar en nosotros.
Me asusté porque empezó a sangrar de la nariz.
-¡Aléjense de mí!
Empezó a temblar, al principio creí que era por el frío, pero a pesar de la oscuridad de la noche me di cuenta que se no era así, el sangrado de su nariz incrementaba, y poco a poco noté que sus manos se tornaban naranjas.
-¡Va a haces un kame hame ha! –gritó Snotlout, abrazando a su novia.
La rubia temblaba, pero era por miedo.
Quizá fue mi temerario corazón pero me motivó a acercarme a ella.
-Tranquila, queremos ayudarte.
-Nadie me puede ayudar. –sollozó, tratando de controlarse. En ese momento me causó una inexplicable e imprudente ternura. Creo que ni ella, ni nadie imaginó la magnitud de alcance que tendrían mis palabras próximas.
-Nosotros, sí. Yo sí. Confía en nosotros.
-Todos los humanos son iguales. –reprochó dolida, mirándonos con dolor.
-Sí, pero habemos mejores. Confía en nosotros. –le repetí en una súplica.
Ella negó y concretó una extraña masa de fuego de sus manos, aventándola lejos, golpeando de lleno en uno de los árboles.
-Tiene superpoderes de Dragon Ball. –observó Fishlegs, igual de desconcertado que todos.
Me había agachado, cuando lo hice, me percaté de un brazalete que estaba en su pie, arañado, y a punto de desprenderse.
-Tranquila, tranquila… te quitaré eso, de seguro quien te encerró te lo puso, ¿verdad?
La chica estaba agotada, se sentó de nuevo y permitió que sus pies descalzos sobresalieran del lodo para atenderla
Hiccup tomó con cuidado su pie y observó el brazalete eléctrico.
-Fishlegs, pásame mis herramientas. Están colgando en mi bicicleta.
Mi regordete amigo caminó hacia atrás y cumplió la encomienda. La chica seguía sangrando de la nariz, mientras Heather le pasaba un pañuelo, al cabo de un segundo, yo le logré quitar el brazalete, y con un martillo terminé por destruirlo.
Ruff ni Fish salían del tremendo asombro que nos había causado y en realidad eso fue de lo más difícil, iniciar fue sólo un pequeño paso a todas las aventuras que nos esperaron en ese verano, en el otoño y en la cruel entrada del invierno… sólo hasta que las investigaciones empezaron a incrementarse, sospechando de todos.
.
.
.
.
-Entonces… ¿te secuestró un grupo de personas de quien no recuerdas nada? –preguntó Gobber, siguiendo el juego.
-Exacto. –asintió Tuff, orgulloso.
Los investigadores que estaban allí con ellos sólo resoplaban.
-Si quieren les vuelvo a contar la historia. –el gemelo recién aparecido se encogió de hombros.
-Sería interesante escuchar por doceava ocasión que un par de universitarios te llevaron a un cuarto oscuro y te alimentaron de plantas es algo inconsistente…
El gemelo sonrió orgulloso de lo que decía, y de lo que contó.
-A nosotros nos dijo lo mismo. –retomó la gemela, abrazando a su hermano.
-Yo llevaré su canalización de emociones. –se apuntó Heather, alzando la mano.
Los investigadores se empezaban a dar por vencidos.
Heather, Fishlegs, Snotlout, Tuffnut y Ruffnut se tensaron un poco. Se miraron entre sí, tristes, pero esperanzados al mismo tiempo.
Miraron a Gobber con preocupación, quien discretamente les guiñó un ojo.
Dándoles la confianza que necesitaban.
-Bien, ahora no sólo quiero que me cuenten el secuestro de Tuffnut, sino lo que me importa ahora… la desaparición de Hiccup Haddock.
.
.
.
.
Notas de la autora:
Qué tal?
Le siguen dando una oportunidad?
Esta historia se parece un poco a Stranger Things, pero también tiene las pinceladas Amai do.
Actualización en una semana (espero)
Gracias por leer
**Amai do**
-Escribe con el corazón-
Publicado: 9 de abril de 2018
