La siguiente historia es una traducción del fanfic The Keys of Fire de la autora LoneStorm, todo el crédito le pertenece única y exclusivamente a ella, yo sólo pedí su autorización para traducirlo al español.
Hiro Mashima es el dueño de Fairy Tail. Todo esto es por mero entretenimiento, tanto mío como de ustedes. Espero les guste.
Capítulo 1
– ¿No tiene la edición especial? ¡Pero salió hace una semana! –
El hombre tartamudeó una disculpa a la rubia adolescente frente a él – ¡L-lo siento, señorita! Las ordenamos esta semana, pero no han llegado todavía. –
Lucy Heartfilia resopló frustrada, pero luego suspiró. – Lo siento, señor. No pretendía ser difícil. Realmente contaba con que tuvieran el número especial de Fairy Tail... –
– Lo siento, señorita. Tal vez si se queda en Hargeon por unos días... –
Pensativa acarició el llavero escondido en su cinturón, se encogió de hombros y le dio al dependiente una gran sonrisa. – Sí, tal vez lo haga. Es bastante agradable aquí. –
Después de desearle un buen día, Lucy salió de la librería para encontrar un hotel. Por lo general, se quedaría en una librería durante horas y horas, pero sabía que terminaría comprando todo el lugar si se quedaba más tiempo. Realmente no podía permitirse eso.
Era difícil para ella encontrar pequeños trabajos que realizar, y a dónde sea que fuera era imposible hallar uno que pagase lo suficientemente bien para alojarse. Su padre no le había enviado dinero desde que se escapó hace un año, aunque si lo hubiera hecho, Lucy no lo habría usado. Ella era independiente de él, por completo.
Dado que su padre parecía compartir la idea de no tenerla en su casa, tal vez ahora podría mudarse a un nuevo hogar: El gremio Fairy Tail.
El Hotel Hargeon era un lugar bastante bonito. Era barato, tenía un baño, comida, y una cama cómoda, por lo que en realidad no había mucho más que una Lucy de diecisiete años de edad pudiera esperar.
Suspiró profundamente satisfecha al hundirse en el agua caliente del baño con un montón de burbujas. – Essssto es lo que necesitaba. –
Después de su baño decidió que era hora de hacer un poco de turismo. El puerto de Hargeon era un lugar lleno de vida en el Reino de Fiore, y Lucy estaba segura de que obtendría bastante inspiración para su novela. Por las calles la gente iba y venía llamando a vender sus mercancías. Se concentró en todos los lugares llamativos y en los colores de la ciudad comercial en vez de los diversos silbidos de los jóvenes transeúntes, que parecían seguirla a todos lados.
En lo que parecía un corto periodo de tiempo, Lucy no se dio cuenta de lo rápido que este había volado. Era la hora de la cena ya, o al menos, eso es lo que su estómago le dijo.
Mirando hacia arriba frunció el ceño. El cielo le dijo lo mismo. Estaba oscuro ya y las antorchas encendidas en las calles proporcionaban un ambiente excitante a las calles adoquinadas.
Le agradaba el ambiente romántico, al menos hasta que oyó un gruñido por el callejón.
Congelándose en su lugar, miró a su alrededor. Era una zona más desierta, con un pequeño grupo de casas maltrechas a lo largo del muelle del puerto. Pronto, los gruñidos fueron seguidos por gritos, risas y gemidos de dolor.
La cara de Lucy se desencajó de rabia. Lentamente, deslizó el látigo de su cinturón hacia su mano, tratando de escuchar más. Ella se negaba a ser una espectadora cuando alguien era lastimado.
Cuando oyó un grito ahogado, ya no pudo soportarlo y se precipitó por el callejón. El sonido parecía venir de alguna clase de bodega subterránea, sigilosamente abrió la puerta y entró.
Su mano se apresuró a cubrir su boca cuando vio lo que estaba pasando. Parecía una banda de algún tipo, tal vez uno de esos grupos llamados 'gremios oscuros', y en el centro había un ring de peleas. Había perros por todo el lugar gruñendo y mordiendo, la rubia se dio cuenta de que acababa de entrar en un escondite de peleas de perros. El problema más grave de esto, sin embargo, era que habían empujado a alguien en medio de ellos. Había una persona, encogiéndose mientras los perros se precipitaban por otra mordida.
Lucy se mordió el labio, preguntándose cómo podría manejarlos por su cuenta. Había por lo menos quince miembros de la banda y uno de ella. Mientras que ella muy rápida y hábil con su látigo, suponía que ellos eran bastante bueno con sus puños y que, sin duda, tenían pistolas o cuchillos.
Pero entonces oyó un grito y más risas. Ella no pudo evitarlo. Corrió justo en frente del anillo y gritó, – ¡Detengan esto! ¡Voy a llamar a la policía! – alargando su teléfono amenazante.
Por un momento todos se congelaron. Al menos tuvo un segundo para pensar que había ganado, pero después de eso, risas bajas comenzaron a resonar en el sótano. Uno de ellos se acercó más a ella. Parecía ser el líder y la miró de forma lasciva, sin embargo ella no retrocedió.
– Parece que alguien vino a unirse a nuestro grupo, ¿eh, chicos? – Le dio una mirada de arriba abajo que no le gustó, y añadió riendo – ¡No podría haber pagado por una así! –
Los otros miembros se burlaron cuando el que estaba más cerca de ella intentó agarrarla, a lo que ella sacudió su látigo más rápido de lo que él pudo reaccionar. Él gritó, saltando hacia atrás y sosteniendo su mano herida. La diversión en sus ojos dio paso a la malicia – Tú desagradable pequeña… –
La rodearon y antes de que se diera cuenta alguien la agarró por el medio, las piernas y los brazos, y su cinturón con las llaves y el látigo fue arrojado a un lado. Trató de gritar, pero no hizo mucho con una mano sobre su boca. Sus ojos se abrieron con horror, nunca se había sentido tan impotente antes. Cada parte de ella se sacudió. No había manera de salir de esta...
El líder gruñó en su oído – Por esto, querida, vamos a tener que llevarte con nosotros y… –
Fue interrumpido por un grito y un golpe detrás de él cuando uno de sus compinches voló por la habitación, arrojado por una fuerza aparentemente invisible. Todas las luces de la habitación en penumbra de repente se apagaron, causando mayor pánico. La primera víctima fue seguida por los gritos y los golpes violentos de una segunda y una tercera. La parte blanca de sus ojos brillaban en la oscuridad.
Después una cuarta, él que la sostenía a ella, se ahogó con algo envuelto alrededor de su cuello. Una voz profunda que, de alguna manera, era peligrosa y calmante a la vez murmuró: – La vas a soltar, te acostarás sobre tu estómago y pondrás las manos donde pueda verlas. –
– ¿Y…y po…por qué, por qué haría eso? – su captor logró decir a través de la asfixia.
– Porque si no lo haces, te quemaré hasta que sólo quede un montón de cenizas, escoria. –
Al instante Lucy fue liberada por su captor, quien tartamudeó, – N…no, no puede ser... –
De repente dos ráfagas de fuego se dispararon en la oscuridad, destacando la sonrisa loca de su aparente salvador. – Aquí es donde comienza la verdadera fiesta. ¡Estoy encendido! –
– ¡Muchachos! – uno gritó desde el suelo, en algún lugar a la izquierda. – ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Es él! ¡Salamander! –
– ¡Ustedes no van a ninguna parte! – gritó el tal 'Salamander', y después de un clic, las llamas se duplicaron, barriendo el suelo y luego arremolinándose, con lo que apenas distinguió la forma de un joven, tal vez al final de la adolescencia o principios de los años veinte, voltear y girar mientras noqueaba a todos y cada uno de los miembros de la banda, utilizando un método eficaz de encenderlos con el fuego y luego los golpeaba.
Lucy cayó de rodillas, quieta todo el tiempo, sólo era capaz de ver los fascinantes destellos de fuego, oír gritos, patadas, golpes y cuerpos golpeando el suelo. Estaba atrapada en su lugar debido al miedo, preguntándose si también y cuando iba a ser atacada. Los perros en el ring gimoteaban, deseando no estar cerca del fuego. En cuestión de un minuto, la lucha parecía haberse detenido y las luces simplemente se encendieron de nuevo, revelando la forma completa de su salvador.
No estaba muy segura si describirlo como sexy, adorable, hermoso, escalofriante, extraño, o simplemente loco. Lucy se decidió por una mezcla de todas esas opciones. Lo primero que notó fue sorprendente cabello rosa despeinado todas direcciones, aunque parecía natural de esa manera. Un par de gafas polarizadas estaban sobre su cabeza, despeinando su cabello aún más. Al observarlo con más detalle, apreció un pendiente de oro con forma de dragón en la oreja derecha. Él era bastante alto, tenía los hombros anchos, músculos bien definidos y piel más bronceada que ella. Sus intensos ojos oscuros estaban rodeados de pestañas aún más oscuras, destacando por su gran y adorable sonrisa, que no parecía encajar con la enorme paliza de ninjas que acababa de repartir.
Su sentido de la moda tal vez fuera la parte extraña. No estaba mal, pero... era diferente. El chico usaba una bufanda blanca escamada, pantalones blancos y sueltos metidos en altas botas negras con broches, cinturón negro, una mochila roja y parecía no haberse percatado de la necesidad de usar camisa, simplemente llevaba un chaleco negro de bordes dorados abierto, con una cazadora de cuero negro encima, luciendo un abdomen bastante impresionante. Guantes negros, que llegaban hasta el antebrazo pero con los dedos desnudos, se apreciaban en sus brazos; visibles cuando se quitó su chaqueta ligeramente humeante y la arrojó a un lado.
Extraño, pero no estaba mal.
Antes de que se diera cuenta su mano estaba frente a su cara. Ella parpadeó, dándose cuenta de que trataba de ayudarla a levantarse. Tentativamente, Lucy se acercó y la aceptó, viendo su simple sonrisa con cautela. Esa fachada adorable podía ser engañosa...
Su agarre era tan firme que Lucy chilló al sentir su mano ser aplastada. La mano del chico estaba tan caliente que casi le quemó cuando tiró de ella con aparente facilidad. Pasando sus dedos cenizos por el pelo, que ahora estaba manchado por hollín, sonrió ampliamente. – Hola, soy Natsu. ¿Qué piensa que hacías allí? ¿Fuiste enviada también a este trabajo de un gremio diferente? Porque yo les dije que podría hacerlo solo... –
– N…no – tartamudeó con rapidez, aún en estado de shock. – Es…escuché a alguien gritar, así que vine a revisar... –
La miró de cerca, examinándola, y luego comenzó a caminar a su alrededor en círculo, observándola de arriba abajo. Lucy se congeló con el escrutinio, pero llegó al límite de su tolerancia cuando él se ubicó detrás de ella y se inclinó para oler su cuello.
La rubia le dio un codazo en la cara con fuerza, enviándolo tambaleante hacia atrás. – ¡Aléjate, pervertido! –
– ¡Owww! – el pelirrosa gimió como un niño pequeño, frotando el punto entre los ojos donde ella lo había golpeado, provocándole una gran marca roja. – ¿Por qué fue eso, eh? ¡Pensé que te había salvado! –
Cruzando los brazos, Lucy replicó, – Así fue, ¡pero no puedes ir por ahí oliendo a la gente! –
Él se frotó la parte posterior de su cuello con timidez. – Es algo así como un hábito, supongo. Perdón, aunque, nadie más parece tener un problema con él... –
– ¿En serio? ¿Noqueaste a esas personas antes? –
Natsu frunció el ceño. – Oh, sí. –
Ella lo miró sin comprender, decidió que nunca había conocido a alguien tan denso en su vida.
– Así que, – colocó las manos en las caderas – si no eres de un gremio, entonces ¿por qué fuiste detrás de toda una banda tú sola? –
A Lucy se le sonrojaron las mejillas. – ¡No soy estúpida! Sólo quería ver lo que estaba pasando y pensaba llamar a la poli…–
– ¿Cuál es tu nombre? Te dije el mío. –
Cielos, debe de tener un problema de TDAH* muy severo para cambiar de tema tan rápidamente, pensó exasperada. Estaba reacia a decirle su nombre, debido a que lo había conocido hace apenas un minuto cuando daba una paliza a unas quince personas en unos 30 segundos. Pero él la había salvado, así que... – Soy Lucy – dijo finalmente, ofreciéndole una pequeña sonrisa. – Gracias por salvarme. Debería irme... –
Él frunció el ceño. – ¿A esta hora de la noche, sola? No lo sé… no me suena como una buena idea, Luigi*. –
– ¡Es Lucy! – Le gruñó – Bueno, supongo que deberíamos llamar a la policía para que recojan a estos tipos – razonó Lucy, mirando a la pandilla por primera vez desde que se había levantado. Todos parecían completamente fuera de combate, tirados por todas partes. Los perros lloriqueaban en la esquina, y la persona que había sido atacada...
Ella suspiró. – Noqueaste a la víctima también, ¿verdad? –
Llevó su vista a donde ella estaba mirando, e inhaló bruscamente al ver a la figura tirada en el ring –Ups...me olvidé de ese tipo –
Lucy estaba sacando su teléfono para llamar a emergencias, pero Natsu de repente la detuvo. – No, no, yo los llamaré. Quiero asegurarme de obtener mi recompensa, y si tú los llamas... –
Alzando una ceja, ella dijo interrogante – ¿Tú recompensa? –
– Sí – respondió lentamente, como si ella fuera la lenta. – Tomé un trabajo para mi gremio. La policía tiene que ver que yo me hice cargo de estos tipos por mi mismo, para dar prueba de que he terminado mi trabajo y me deshice de la banda que me pidieron. –
Ella parpadeó. – ¿Debes de ser de uno de esos gremios de ninjutsu? –
Él sonrió. – Por supuesto. El mejor de todos. Me llaman Salamander, o el Dragon Slayer* de fuego. –
– ¿Quién lo hace? ¿Y cómo haces esa cosa de fuego? – Lucy preguntó, tratando de recordar; ya había escuchado esos nombres antes en alguna parte... Pero Natsu ya había marcado a la policía en su teléfono y lo acercó a su oído. Notó un destello rojo en su hombro derecho, como si tuviera un tatuaje allí, pero se apartó demasiado rápido para que ella lo viera.
Después de hablar brevemente con la línea del personal de emergencia, colgó, y rápidamente se sentó como si estuviera a punto de meditar, pero no lo hizo. Natsu simplemente sonrió, se quitó su mochila y la abrió. Lucy pensó que nada podría ser mucho más extraño, pero luego descubrió su error cuando un gato azul brillante saltó de la mochila y siseó a su propietario.
– ¡Lo siento, amigo! – el gato se alejó de él. Natsu parecía molesto mientras Lucy observaba, sin habla. Se apartó de su gato gruñón cruzando los brazos. – ¿De qué otra forma se supone que deba llevarte a todos lados? –
El gato estaba ocupado entrelazándose a sí mismo alrededor de las piernas de Lucy, ronroneando. Por alguna razón Natsu se animó al ver esto, volviendo su atención de nuevo a Lucy. – ¡A Happy le gustas! ¿Lo ves amigo? Te hice una nueva amiga. –
– ¿Llevas a tu mascota cuando vas a pelear contra una pandilla? –
Natsu se inclinó hacia delante y levantó a 'Happy', luciendo inmensamente ofendido. – ¡Happy no es mi mascota! ¡Él es mi amigo! –
– De acuerdo... ¿lo siento? – ella trató, mirando como el soy-la-vieja-loca-amante-de-los-gatos adolecente agitaba la cabeza de su gato entre sus orejas.
– Mis guantes – dijo Natsu de repente.
– ¿Q…qué? –
– Tu preguntaste cómo hice la cosa de fuego. – Él levantó las muñecas con orgullo – Son guantes lanzadores de mini-llamas hechos de un material a prueba de fuego. Los hice yo mismo. –
– Oh... Eso es... genial – ella admitió mientras que Happy escapaba del regazo de Natsu para frotarse nuevamente contra los tobillos de Lucy. – Bastante genial en realidad. ¿Nunca te has quemado? –
Él se burló. – ¿Para qué piensas que son los guantes resistentes al fuego? –
– Tus dedos no están cubiertos. –
Natsu se encogió de hombros. – Se ven más geniales de esa manera. –
Fue entonces cuando las sirenas fueron finalmente escuchadas y la policía ingresó en el sótano.
Tomó demasiado tiempo resolver todo el asunto. Después de varios interrogatorios, explicaciones y observar a la policía llevar a los chicos malos a las ambulancias, finalmente dejaron que los dos adolescentes (y el gato) se fueran, para salir a caminar cansados a través de las calles vacías de Hargeon.
Lucy oyó un distintivo ruido sordo y un gemido a su derecha y se dio cuenta que Natsu todavía estaba a su lado. – Muerooooo de hambre – gimió él, cayendo al piso de nuevo.
Mordiéndose el labio en contemplación, Lucy finalmente le dio una sonrisa, poniendo su mano en su hombro. – Vamos, tampoco he comido. Yo invito. Tú me salvaste después de todo... –
Eso hizo al chico emocionarse considerablemente, dando puñetazos al aire con energías renovadas. – ¡Sí! ¡Ahora estoy encendido! –
Natsu comía como un centenar de vacas.
Pero más rápido.
Y de forma muy, muy sucia.
– Um, sabes, si no reduces la velocidad, podrías hacerte daño a ti mismo... – le dijo la de ojos cafés débilmente, levantando sus brazos para defenderse de la comida que volaba por todas partes.
– Naghh – fue su única respuesta al tiempo que, literalmente, empujaba un tomate entero dentro de la boca.
Happy estaba ocupado, sentado en el respaldo del asiento de su dueño, sin preocuparse por el comportamiento salvaje de Natsu, comiendo un pescado del plato de su amo.
– Así que... haz dicho que eres de un gremio, ¿verdad? – Lucy comenzó, con la esperanza de que una conversación lo frenaría un poco con su comida.
Pero él era experto en hablar con la boca llena. – A ha. – Arrancó toda la carne de un muslo de pollo de un solo bocado.
Lucy juntó las manos delante de ella, mirando distraídamente a la distancia. – Siempre he querido unirme a un gremio – suspiró.
Natsu pasó la comida. – Y entonces, ¿por qué no lo has hecho? –
Lucy dejó caer sus mejillas en sus manos. – ¡No sé cómo unirme! ¡Tenía la esperanza de que la edición exclusiva del Ninja Semanal* lo explicara! Era un número especial sobre el gremio al que tengo muchas ganas de unirme –
– Bueno – dijo Natsu, sonriendo y apuntándose a sí mismo, – No sé acerca de este gremio especial al que deseas unirte, ¡pero el mío es el mejor! –
Ella le ofreció una sonrisa. Él era tan extraño; probablemente era de algún gremio pequeño en medio de la nada. – ¿Cómo se llama tu gremio? – Se pusieron de pie mientras Lucy juntaba su dinero para pagarle a la camarera.
– Es posible que hayas oído hablar de él – supuso Natsu – ¡Se llama Fairy Tail! –
*TDAH: Transtorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
*Luigi: Siempre escriben esto, ya no recuerdo si realmente así la llamó la primera vez o sólo es cosa de los fanfics, me causa gracia porque siempre aparece
*Dragon Slayer: Como he dicho en otras historias, me gusta más como suena así. Es Asesino de Dragones por si alguien no lo sabe.
*Ninja Semanal: La autora dejó el nombre original Sorcerer Weekly, pero esto significa el Hechicero Semanal, así que decidí adaptarlo más a la situación
Bueno aquí una nueva historia, me deprime un poco la falta de respuesta de Another, espero que aquí sea diferente. Quiero leer su opinión inicial
Cuídense
