¿Una foto?

Ag (aka Sku®)

1- Tanto tiempo!

Notas: Hace tiempo que tenía ganas de hacer un Takari, así que acá está... no sé que le deparará el futuro a esta historia, pero si tiene buena acogida voy a tratar de terminarla rápido... no sé cuanto podrá llevarme... pero bueno, DISFRUTEN!

Hikari comenzó a cambiar el lente de la cámara, pero sus manos temblaron y se le resbaló.

- ¡No, otra vez! ¡Una bien no podes hacer!- gritó una voz chillona. Nami Furuoka, la modelo más codiciada de las pasarelas. 1,85 m. (un record para cualquier japonesa), cara de tierna chica adorable, prostituta al extremo y un cuerpo para matar. Todo lo que una agencia necesitaba para lanzar a una pobre chica de pueblo a la fama. Y a ella le había tocado fotografiarla.

Haciendo caso omiso a los gritos de la desquiciada modelo, se agachó y lo arregló rápidamente. Perfecto. Se paró lentamente y sus ojos chocaron los de Hideo Kinebuchi. Furia. Se sonrojó levemente y se apresuró a indicar a Nami que nueva posición tomar, a lo que la modelo asintió enojada.

Sabía que estaba siendo observada de cerca. Kinebuchi ya se lo había advertido, la estaba probando solo por que Yamato Ishida se lo había pedido, no tenía ninguna obligación para con ella, y si no actuaba como era debido y hacía las cosas BIEN, hablaría con Ishida y le diría que la chica no estaba preparada para afrontar una situación así. Y la despedirían.

Mientras ordenaba a Nami que se diera vuelta y no sonriera tanto, sintió claramente esos fríos ojos marrones clavados en su nuca. Sonrió por dentro y comenzó a apurar a Nami, pero con respeto y casi sin que ella lo note, como le habían advertido tantas veces. Cuando las fotos estuvieran reveladas y comenzaran a aparecer en las revistas, Kinebuchi miraría para otro lado y se haría el desentendido. Lo de siempre. Ella era mala, pero las fotos salían bien. Sabía que él la odiaba, aunque no estaba segura de por que...

Al fin, después de cambiar tres rollos más y que Nami le tirara un cenicero (caprichosa y malagradecida, como siempre) terminó con su trabajo. Trató de escabullirse antes de que su jefe se acercara, pero un grupo de fans enloquecidas se escabulló por la puerta para ir a ver a Nami y le interrumpieron la huida. Suspiró resignada al escuchar su voz.

- Yagami... – giró, con una falsa sonrisa en su hermoso rostro.

- Si, señor?- él la miró fijamente. Siempre esperaba que las demás personas se dieran cuenta de lo que quería decirles de esa manera, como si fuera telepático o algo así. Y con Hikari funcionaba. Pero por que siempre era lo mismo.

- La Señorita Nami nuevamente ha enviado quejas contra Usted. Y también lo ha hecho Sayo Chirusu- otras de esas modelos huecas, Reina de la pasarela. – Le recomiendo- que comience a comportarse, trate de apurarse, no ponga nerviosas a las modelos, trátelas como si fueran Diosas y Ud. sea su más devota seguidora... y la lista seguía, para terminar con un '... y recuerde que está acá RECOMENDADA!'- y le aviso que si mañana no toma las necesarias precauciones, tendré que hablar con Ishida- la portadora de la Luz se sobresaltó ante el inesperado cambio de guión, y al mirarlo a los ojos comprendió que esta vez era cierto.

- Si... lo siento mucho... – murmuró torpemente, tratando de no mirarlo.

- Y por cierto, llegó un paquete para Ud.. Está en recepción.

- Muchas gracias- recogió las cosas que le faltaban y se dirigió a recepción. En el camino, repasó mentalmente la conversación, y volvió a sentir que Kinebuchi no exageraba. Iban a despedirla.

Encontró una gran caja a nombre suyo, con esa dirección. Examinó el remitente 'Yamato Ishida – Polonia'. Sonrió ante lo irónico que sonaba. Sin duda su fama había llegado hasta allí, por que a cualquier otra persona le exigirían una dirección. Se dirigió a una mesa apartada y abrió la caja. Yamato, Sora, Taichi, Koushirou, Ken y Miyako se habían ido a pasar un mes a Europa para festejar que habían aceptado los primeros diseños de Sora y su nombre ya comenzaba a sonar.

Dentro había otra caja llena de papel picado (hecho con folletos, como pudo apreciar), y revolviendo pudo sacar diferentes sobres con cartas de sus amigos. También encontró una pequeña cadenita con un corazón, regalo de Koushirou, que estaba alejado de sus computadoras y no se le daba eso de escribir a mano. La carta de Yamato era relativamente corta, más que nada preguntándole como la trataba su nuevo Jefe y avisándole que cualquier problema que tuviera, solo tenía que llamarlo y él lo solucionaría. Le hubiera gustado llamarlo y contarle todo, pero no quería abusar de él de esa manera.

Abrió la carta de su hermano. Él insistía en mandar las cajas (siempre había algo diferente adentro) a su nombre, pero los demás no confiaban en el Correo Japonés y preferían que Yamato las mandara a esa dirección, donde las puertas siempre estarían abiertas para él. Estaba terminándola cuando sintió que la puerta se abría. Giró por inercia y encontró a Kinebuchi.

- Suerte que aún no se fue. Temo decirle que hoy es su día de suerte... pase por acá, por favor.

Takeru miró su reloj. Cuarenta y cinco minutos de retraso. Se estaba impacientando. Eso era extraño en él, pero en ese momento, no había nada muy normal... él, Takeru Takaishi, estaba sentado en un estudio fotográfico, esperando a que una impuntual fotógrafa llegará a sacarle unas fotos que ni siquiera le interesaban. Pero, con un poco de lástima, tuvo que recordar que no estaba en ese lugar como Takeru Takaishi, sino como el Gran jugador de Básquetbol. Si, al final se había dedicado a eso. Terminó la secundaria sin mucha idea sobre que hacer, pero de repente se le dio esa oportunidad y la aprovechó. Y había triunfado. Y ahora, esperaba a que una impuntual fotógrafa viniera a sacarle unas fotos para un anuncio de Nique. Y no llegaba.

Se levantó haciendo ademán de irse, pero su representante lo paró y comenzó a tratar de convencerlo de que espere diez minutos.

- Hemos encontrado a una sustituto... – dijo Kinebuchi, apareciendo de repente. Takeru asintió con la cabeza y siguió hablando, mientras suponía que la fotógrafa arreglaba los rollos y todo eso. – Listo para las fotos?- dijo de repente Kinebuchi.

Takeru giró y miró por primera vez a su fotógrafa. Y se quedó ahí, quieto, esperando a que ella levantara la cabeza. Y cuando lo hizo, solo pudo sonreír.

- Cuanto tiempo, Kari- dijo, ante el asombro de todos los presentes.

Continuará...

Notas: Y? Que les pareció? Yo tenía esta idea hace mucho, mucho tiempo. Y como no me venía la inspiración para las otras comencé con esto. Ya sé que Takeru no es basquetbolista ni Hikari fotógrafa, pero ya vamos a llegar a eso. En el próximo capítulo, seguro.

Ah x cierto, esto ocurre en el 2013, así que Hikari y Takeru tendrían 23 añitos...

Bueno, reviews por favor!!!!

Ag

Empezado: 20/01/05 20:03 PM

Terminado: 20/01/05 22:28 PM