Disclaimer los personajes de Inuyasha no me pertenecen.
Aclaraciones: Horror/Suspenso/ Sobrenatural. Al principio será rated T, después puede que lo cambie a K+ por el vocabulario y otras pequeñas cositas.
Summary: ¿Qué era eso? No podía verlo bien, no podía distinguir esa silueta… ¿Quién anda ahí? Este fanfic participa en el "Reto Halloween" foro de Inuyasha: Hazme el amor.
La silueta.
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~Comienza la noche~
Una muchacha salía corriendo del templo, bajaba apresurada por las escaleras, su cabello largo e negro danzaba con la brisa del viento, ella llevaba su vestimenta era casual de pollera azul que le llegaba por arriba de las rodillas, remera blanca que le quedaba algo corto, zapatos negros. Esa jovencita se llamaba, Kagome Higurashi y asistía en la Universidad de Shikon No Tama, su mochila verde oscuro colgaba en su brazo derecho, se agitaba mientras corría, lo único que ella quería era llegar a su facultad. Sin embargo, se cruzo con alguien quien menos se esperaba; un muchacho de cabellos negros y de ojos cafés claros, su vestimenta era una camisa blanca y pantalones negros.
— ¡Inuyasha! —Exclamo alterada por haberse chocado con él, quedando tirada en el suelo, — ¿Qué haces aquí?
—Justo iba a buscarte. —contesto en tono sereno.
—N-No importa, ya que estas aquí podemos ir tranquilamente a la Universidad. —hablaba ella al agarrarlo del brazo.
—E-Espera un momento—interrumpió estando nervioso.
— ¿Qué ocurre?
—Faltan Miroku y Sango.
Ellos dos vieron como sus otros compañeros llegaban caminando tranquilamente, —Hola Sango, Miroku—saludaba la joven mostrando una tierna sonrisa. Sus compañeros la saludaron de la misma manera, para no quedarse parados en el medio de la vereda, empezaron a caminar estando relajados para ir rumbo hacia la universidad, nadie decía nada porque no tenían un tema concreto para hablar entre los cuatro, el silencio se volvía incomodo hasta que alguien rompió el silencio.
— ¡Hoy teníamos un parcial! —se exalto Miroku, mientras que sus compañeros se quedaron paralizados porque ninguno no había estudiado nada.
—Eres un idiota, Miroku—hablo Inuyasha dándole un ligero golpe en su cabeza.
—Bueno, perdón por hacerlos acordar tarde—se disculpaba este al frotarse su cabeza sintiendo el dolor del golpe.
—Cálmense, para mí que el parcial era mañana—insinuó Kagome al sacar un anotador. —Nop, el parcial es la otra semana—aclaraba al suspirar aliviada, lo mismo hicieron sus compañeros.
—Debemos apresurarnos antes de que nos pongan ausente—dijo Sango preocupada por el horario que marcaba casi las diez.
—Sango tiene razón, hay que apresurarnos—repitió la pelinegra, ella comenzó a correr y de paso les seguían sus compañeros, llevando la delantera, Inuyasha se molesto un poco y lo tomo como si fuera una carrera, entonces se adelanto con sus pasos, poniéndose delante de los demás.
—Al fin llegamos—dijeron los cuatro al unisonó, mientras que trataban de recuperar el aliento, todos los otros alumnos se le quedaban mirando.
—Pueden sentarse—ordeno la profesora Kaede.
Ellos asintieron con la cabeza y se sentaron en sus respectivos asientos, ocupando cada pupitre, se percataron al no ver a su profesor de historia, Naraku Onigumo, ni siquiera estaban enterados del tema, fue raro, porque hace una semana que no se presentaba a clases.
— ¿Podemos retirarnos? —pregunto levantando la mano Koga.
—No, porque tanto como Naraku y yo, somos los profesores titulares de la materia—respondía la anciana al dejar a un lado la lista. —Por el momento, lo reemplazare aunque no sea de su comisión.
Cada uno de los estudiantes suspiraron aburridos al unisonó, la profesora se encargo de dar la clase por el día de hoy, aunque nadie escuchaba lo que ella explicaba, los estudiantes hacían gestos y muecas, hasta hubo risitas casi silenciosas. Inuyasha y Koga estando muy aburridos se quedaron dormidos, mientras que Sango, Kikyo e Kagome prestaban atención y tomaban anotaciones sobre las explicaciones, porque en algún momento esto le iba a servir para los futuros exámenes.
—Falta poco para que termine la clase—murmuraba Kikyo al ver la hora que marcaba las doce del medio día.
—Kikyo ¿Tienes algo que hacer en el día de hoy? —le preguntaba Higurashi en voz baja.
—Sí, tengo que asistir a dos materias mas después de esta y luego tengo una cita. —contestaba al asomarse del lado izquierdo para responderle la pregunta a su amiga, quien se quedo percatada.
— ¿Desde cuándo salís con Inuyasha?
—Hace un mes.
—Vaya, no lo sabía.
—Bueno, ahora ya lo sabes.
La anciana dejo de hablar porque había visto la hora, todos los alumnos se levantaron de sus asientos para retirarse del aula, la de cabellos azabache se despidió de sus compañeros quienes se tenían que quedar para otras materias…
—Nos vemos mañana. —se despidió ella con una sonrisa, aun no podía creer que su amiga estaba saliendo con el chico que le gustaba.
— ¡Nos vemos Kagome! —levanto su voz Inuyasha despidiéndose de su compañera y mejor amiga.
Eran las doce del medio día, Miroku y Sango se despidieron de los sus otros dos compañeros para irse a la clase de dibujo, mientras que Inuyasha y Kikyo permanecieron en la clase de Historia pero el teórico.
—Esto se pondrá aburrido—insinuó Inuyasha poniendo una cara de aburrido e ni siquiera le interesaba la materia pero a su novia sí. El reviso su celular y se encontró con un mensaje de su madrastra, al principio no le dio importancia solo espero hasta que llegue en el horario de pintura para leer el mensaje.
-"Inuyasha, surgió algo importante, necesito hablar contigo y con Sesshomaru sobre el supuesto testamento.-
By Irasue"-
La hora pasó volando y el muchacho había cancelado la cita por un mensaje sobre un tema familiar, ellos dos miraron el reloj del aula que marcaba las siete de la tarde-noche, estaban en la otra clase, pintura. —Debo irme, lo siento amor por cancelar esto pero tengo que hacer algo—hablo el joven al levantarse de su asiento, agarrando todas sus cosas y guardándolas en su mochila gris.
—No te preocupes, la próxima será—decía la pelinegra con una sonrisa. Este le dio un beso en su frente para retirarse de la clase sin decirle nada a su profesora, Kagura.
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Kikyo caminaba por las calles oscuras de Tokyo, la brisa fría le causaba un temblor en su cuerpo, ya que no se había abrigado mucho, detuvo sus pasos quedando delante de una plaza grande que se parecía a un bosque, rodeado de arbustos y árboles de diferentes tamaños. Sola, no quería seguir con su camino porque tenía miedo, algunos postes de luz no ayudaban del todo con la iluminación del lugar.
—Las calles están solitarias—hablo cortante. Continúo con su caminata atravesando la plaza que estaba deshabitada a estas horas. Se quedo parada en una esquina, suspiro aliviada por superar el lugar, pero no todo terminaba así.
De pronto escucho unos ruidos que provenían del lugar que había superado, voltea hacia atrás, no había nada. Vio que un arbusto se estaba moviendo, con lentitud se asomo para ver lo que había allí, pero antes, agarro una rama para estar preparada; un minino salió de los arbustos, ronroneaba y le rodeaba de mimos a la joven, quien se relajo de su temor, ahora podía ir tranquilamente a su casa… —No me vuelvas a asustar, mi queridito amigo—le hablaba al felino que la miraba con esa carita tan tierna: los pelos del gato se levantaron al igual que su cola y salió corriendo, Kikyo no entendía nada el motivo de la huida del animal. Dio un pequeño vistazo de reojo: quedo pálida, quería ser lo más silenciosa posible, porque podía ver unos ojos amarillentos resaltaban entre la oscuridad. ¿Qué debía hacer en esta situación? ¿Qué darse quieta o correr? Su respiración se entre cortaba, se cubría su boca con ambas palmas de su mano para calmar su respiración y para evitar gritar…
Esa mirada penetrante, la boca tan grande que al parecer sonreía mostrando esos blancos y filosos dientes, su gruñido y el olfateo de su aroma. — ¡Ayúdenme! —grito al salir corriendo desesperada, volviendo a entrar en la plaza, volteo hacia atrás y aquella silueta había desaparecido, suspiro aliviada porque pensaba que solo era una imaginación de ella. Al dirigir su mirada hacia adelante…Todo se volvió oscuro en un solo instante. Sus útiles cayeron al suelo, esparramando todas las hojas e libros.
A los cuatro vientos en toda la ciudad escucharon un grito desgarrador provocado por una voz femenina.
— ¡ Policía…!
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Ella tenía su vista perdida en el techo, aun no se creía el hecho que su mejor amigo ya tenía novia, pero no le preocupaba mucho, porque le deseaba suerte con ese chico…a pesar que va ser feliz con alguien más. —Tengo que estudiar para mañana. —murmuro por lo bajo, estando preocupada por el examen.
En ese momento sonó su celular, tranquilamente atendió la llamada.
— ¿Hola?
— ¿Se encuentra la señorita Higurashi?
—Sí, soy yo ¿Qué ocurre?
—Hola, habla la oficial Hitomi, necesito comunicarle algo a usted.
— ¿Si? Hable oficial.
Se quedo escuchando las cosas que le decían del otro lado de la llamada, Kagome dejo caer su celular, haciendo que se partiera la pantalla y que volara la batería, la llamada se había cortado por el impacto de la caída.
—N-No puede ser.
Como la plaza quedaba a cuatro cuadras, ella prefirió abrigarse para salir corriendo para allá, se había percatado de la gran luna llena que parecía dar una agradable y fría iluminación a las calles de la ciudad. Mientras corría, podía ver a lo lejos a cinco patrulleros, una ambulancia y a los del forense…
Al llegar allí, había cintas amarillas rodeado una parte de la plaza, las personas que viven cerca de ahí, salieron de sus casas en piyama para ver lo ocurrido. Vio que estaba su profesora Kaede llorando, a penas se acerco hacia ella solo para preguntar lo sucedido, aunque la anciana directamente la abrazo con fuerza cuando la reconoció.
— ¡K-Kagome, ha ocurrido una tragedia! —exclamo entre el llanto.
—S-Si me entere—decía con voz desanimada y shockeada, una lagrima roso su mejilla.
— ¿Lo sabes?
—…Hace poco recibí una llamada de la policía.
La anciana deja de abrazarla, porque una policía se había asomado hacia ellas dos, notaron esa mirada de horror y de shock. — ¿Kaede y Kagome no? —pregunto la oficial Hitomi. —Lo lamento mucho por Kikyo.
— ¿Podemos pasar? —preguntaron ambas al unísono.
—N-No me lo permiten. —contesto cortante la joven oficial.
Higurashi hizo un forcejeó contra la oficial para que la dejen pasar, la empujo bruscamente y entro pasando por debajo de las cintas amarillas, vio que un chico del forense guardaba algo adentro de una bolsa negra, que lo cerraba con el cierre. Los policías intentaron detenerla pero ella los esquivo. Sin embargo, detuvo sus pasos cuando apenas piso un charco con solo ver hacia abajo quedo paralizada. Continuo sus pasos hacia los arbustos, encontró el hígado y piernas de la víctima, Kagome se cubrió la boca para evitar vomitar, pero no se esperaba que una gota de sangre cayera del cielo; levanto su vista hacia arriba, no podía creer lo que estaba mirando, al intentar nuevamente a cubrirse su boca fue en vano porque después comenzó a vomitar: cayó de rodillas al suelo para vomitar.
— ¡Señorita retírese de ahí! —exclamo el forense.
El cuerpo de Kikyo estaba colgado en uno de los postes de luz, pero no era una soga, sino sus intestinos gruesos, no tenia cabeza, ni brazos y piernas, la escena era horrible porque el cuerpo estaba de cabeza, además parecía tener un gran agujero en su interior y varios rasguños e mordidas por algunas zonas, con las tripas todas sacadas a fuera aunque algunos le faltaba, otra gota de sangre cayó en su frete. Avanzo un poco más y se encontró con la cabeza de su compañera, sin los ojos…
—M-Mierda—murmuro Kagome por lo bajo.
— ¡Kikyo! —grito Inuyasha quien recién llegaba.
—…Lo siento tanto Inuyasha—hablo ella mientras lo abrazaba. La policía los forcejeó contra ellos para sacarlos de ahí, aunque ninguno de los dos se olvidaran esa escena tan escalofriante, sin dudas la muchacha seguía traumada por la imagen, cuando ambos se acercaron a Kaede no quisieron decirle nada, solo mencionaron la palabra 'destripar' con eso fue suficiente para causarle un temor en la anciana.
—Creemos que fue un psicópata. —hablo un policía mirando a la anciana.
— ¡L-Lo que yo vi no parecía lo que hace un psicópata! —contradijo Inuyasha molesto pero asustado.
—Cálmese joven, aun seguimos buscando pistas. —decía Hitomi tratando de calmar la situación, uno del forense se acerco hacia la oficial para hablarle sobre el tema.
—…No se que le pasaba a ese psicópata pero al cuerpo de la joven le falta el corazón—dijo en voz baja.
— ¡¿Qué?! —Reacciono nerviosa, — Eso es horrible.
— ¡Bueno gente no hay nada que ver en este lugar! —exclamo otro policía asiendo que todas las personas despejaran el área.
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A la tarde del día siguiente, el cielo completamente nublado y lloviznando, en ese día fue el funeral de Kikyo , todos sus compañeros estaban presentes menos Kaede quien está internada en el hospital por un problema del corazón, Kagome estaba al lado de Sango y de Inuyasha, que no dejaban de mirar el ataúd. —Prometo que vengare tu muerte Kikyo y matare a ese hijo de puta—murmuro por lo bajo Inuyasha, el se tocaba su brazo izquierdo porque sentía comezones: noto que su camisa estaba manchada con sangre.
Del otro lado, estaba Sesshomaru Taisho observando toda la escena, una pequeña sonrisa se le dibujo en sus labios, volteo hacia atrás sintiendo la presencia de otra persona más. —Creí que abandonaste la ciudad—decía este al ver a Naraku que sostenía un paraguas negro e vestimenta del mismo color.
—No, prefiero divertirme esta noche—dijo el pelinegro al sonreír de lado. —Disfrute mucho matando a esa traicionera.
— ¿Qué dices?
—Lo que escuchaste Sesshomaru, yo mate a Kikyo por abandonarme por el idiota de tu medio hermano y ahora iré por otra persona—contesto al ver a cierta joven de cabellos de azabache.
—…Sabes que nos pueden destruir. —contradijo este quedando de brazos cruzados. —Cuida la identidad, Naraku.
—Relájate Sesshomaru—le decía al darle la espalda. —Pero necesito que me cubras mañana.
—Eso no podrá ser porque la facultad esta en duelo y por una semana. —insinuó al arquear una ceja.
—Más para comer. —fue lo último que dijo Naraku para retirarse del funeral.
—No confió en ese sujeto—pensó de cabellos plateados al ver como su compañero de trabajo se retiraba del lugar. —Esto termina aquí.
Higurashi había volteado hacia atrás, se quedo observando al medio hermano de Inuyasha, sentía un escalofrió con esa mirada tan fría. Vio que le sonrió y ella reacciono estando colorada, le dirigió otra vez la mirada a su compañera Sango.
— ¿Ocurre algo?
—No, nada.
—Los policías me habían llamado hoy, diciéndome que Kikyo no fue violada, solo destripada por placer. —le hablaba el pelinegro desviando la mirada.
—Aquí estoy yo, Inuyasha—le abrazaba Kagome al ver la tristeza que reflejaba en su rostro.
En ese momento, Sesshomaru se percato por tal abrazo de la joven, como que le llamaba la atención esa muchacha…o más bien, le gustaba.
Inuyasha apoyaba su mentón en el hombro de la muchacha y comenzó a recordar en el momento que sufrió la herida.
~Flash Black~
Eran las ocho de la noche y Inuyasha aun no había llegado a su departamento, levanto su vista hacia el cielo estrellado siendo acompañado por la luna llena, aun se sentía mal por haberle dejado plantada a su novia pero no tenia opción, durante toda la caminata pensaba en su decisión ¿en verdad fue lo correcto? ¿Elegir a Kikyo en vez de Kagome? Ignoro esas preguntas para prestarle atención a la vereda, había escuchado gruñidos provenientes de un árbol. Sin dudas, fue raro porque podría ser una imaginación del joven en escuchar esa clase de cosas en un árbol. Unos ojos amarillentos resaltaron entre las hojas del árbol que estaba en el otro lado de la vereda de al frente, no le dio mucha importancia, lo único que quería era llamar a su novia para asegurarse de su bienestar.
—Sera mejor volver a la facultad—dijo al detener sus pasos. Da media vuelta para volver por donde vino, pero una silueta negra de ojos amarillentos lo empuja bruscamente tirándolo al suelo, este forcejeaba contra la bestia que trataba de comerle la cabeza, su saliva caía empapándole sus mejillas podía ver esos grandes dientes blancos y bien afilados, lo evito a un lado, cosa que al esquivar nuevamente su mordida, fue rosado con sus uñas largas en el brazo izquierdo de Inuyasha. —Maldición. —agarro un fierro que encontró por ahí y le golpeo en la cara del animal, causando que se molestara mas.
La bestia miro hacia el cielo y vio como las nubes cubrían la luna llena, este por precaución salió huyendo de allí, mientras que dejo a Inuyasha tratando de cubrir su herida con algo.
~Fin del flash black~
— ¿Acaso será que ese animal causo todo esto? —Se pregunto en su mente, —Quizás, era un oso… No creo que fuese un psicópata.
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En el hospital, Kaede abrió los ojos, observando todo su alrededor, se asusto al ver a Naraku vestido de enfermero.
—Veo que estas viva, Kaede—hablo este al sentarse a un lado de la cama.
— ¡Eres un hijo de puta! —exclamo con voz débil, quitándose el respirador. — ¡Tu mataste a mi hermana, Kikyo!
—Oh! Muchas gracias, Kaede. Ella se merecía eso por elegir a un estúpido como Inuyasha —dijo al sonreír de lado. Vio el diagnostico de la anciana que todavía seguía en reposo. —Vaya, veo que tienes problemas del corazón.
— ¿Qué dices?
—Te arrepentirás de ser testigo de mi transformación. —insinuó con una sonrisa sádica. —Aquellos que sepan mi identidad, serán castigados con la muerte.
~Flash Black~
Naraku había robado una sabana para ocultar su desnudes, porque había visto que la luna se oculto por la culpa de las nubes y volvió a retomar su forma humana. —Mierda, justo ahora que necesito cumplir con mi objetivo. —hablo maldiciendo su mala suerte, no le quedo otra que rondar por las oscuras calles de Tokyo, no había dudas que en este momento estaría aprovechando para acabar con una presa pero no podía transformarse; continuo con su caminata, se escondió detrás de un árbol al ver a la anciana Kaede rondar por estas horas: él conocía los horarios de aquella vieja, es decir, recién estaría llegando a su casa.
—Tengo que llegar antes de la cena, le prometí a Kikyo que hoy cocinaba yo. —dijo ella al apresurar sus pasos, llevando consigo unas bolsa con verduras y frutas, oyó un leve ruido que volteo hacia atrás, descubriendo el escondite de Naraku.
—Onigumo ¿Qué te paso? —pregunto al quedar perpleja de su estado.
—Me robaron—mintió este.
—Ven te ayudare con eso y a declarar una denuncia. —le decía la anciana para ayudarlo.
La luna llena volvió a salir entre las nubes, Onigumo trato de controlarse, se cubría sus ojos para no mostrar esos ojos amarillentos, Kaede quería ayudarlo pero este la empujo hacia un lado cosa que se choco contra el mismo árbol: vio como el profesor dejo caer la sabana, mostrando su cuerpo cubierto de pelo, sus manos y pies se hicieron patas con uñas largas e afiladas, su rostro se lleno de pelos: una nariz negra, orejas como si fuera un perro, su boca se alargo un poco haciéndose como un hocico, mostrando sus dientes grandes.
—O-Onigumo…e-e-eres un…—tartamudeaba Kaede estando nerviosa, — ¡…Un hombre lobo!
La bestia hizo un aullido parándose en dos patas y extendiendo sus brazos dejando ver sus patas que tenía unas grandes uñas largas.
—Déjame ayudarte. —dijo la anciana mientras que se levantaba.
Naraku huyo de allí, por alguna extraña razón la vieja había escuchado su voz que le dijo –"Ya es demasiado tarde para eso"-
~Fin del flash black~
— ¡No lo hagas! —exclamo la anciana estando asustada por lo que venía.
— ¿Por qué debería? Te mereces un castigo —hablo ignorando sus suplicas, sonriendo de oreja a oreja, corto unos cables que estaban conectados en un respirador de otro paciente, mirando como el pulso de su corazón dejara de latir, aprovechando esta ocasión, unió los cables haciendo que saliera una pequeña chispa. —Paciente Kaede, necesita que la reanimen. —dijo al tirarle una cubeta con agua que era para bañar al otro paciente ya fallecido; ella seguía suplicando por su vida pero fue en vano, la electrocuto con los cables una y otra vez, hasta que ella perdiera el puso: el cuerpo de Kaede quedo gravemente quemado e manchado con sangre.
Este comenzó a reírse de una manera tan macabra que rebotaba por toda la habitación, el saco un machete que tenía guardado adentro de su vestimenta para después cortarle la cabeza a la anciana.
—Ser o no ser, esa es la cuestión —bromeaba al sostener la cabeza de Kaede en su mano. —Estúpida humana, te lo mereces por chismosa. —sonrió de lado y dejo caer la cabeza al suelo. —Ahora iré por la próxima presa.
Al decir eso, se retiro del hospital dejando en aquella habitación manchas de sangre por las paredes, por el suelo y las camas.
Continuara…
Espero que este capítulo les haya gustado :D y una vez más, agradezco la invitación para este reto, es un placer participar xD mas bien porque me divierto y disfruto escribir fanfics para los demás, disfruten esta parte de mi fic Lo resubi porque lo sentí como que le faltaba algo mas …asi que ahí lo tienen jejej :D espero que les guste xD ejem le cambie un poco la personalidades de algunos personajes.
Nos vemos!
¡Saludos y cuídense!
Atte. J.H
