Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, los utilizo simplemente con fin de entretenimiento y sin ánimo de lucro.
oOo
Danno´s Happy Christmas
oOo
Capítulo 1
— ¿Y bien?
Danny se giró lentamente y miró expectante para que Steve continuara la conversación pero únicamente obtuvo una mirada mantenida, lo cual iba en contra de cualquier norma sensata de circulación.
— Steve. Aún no he conseguido leer tu mente. Y de verdad, creo que sería escalofriante si algún día lo consiguiera, así que por favor… — hizo un gran giro con su mano incitando a su compañero a continuar.
La respuesta tardó en llegar.
— Estás… callado.
— ¡Claro que estoy callado! Estoy esperando a que hables. — Danny dedicó su mejor mirada de: "esta conversación se ha tornado estúpida por momentos".
Steve miró por el retrovisor, reajustó su posición en el asiento y apretó con fuerza el volante mientras respiraba exasperado.
— Sabes lo que quiero decir. Estás callado ergo algo te pasa.
— ¡Wow! Acabas de utilizar "ergo" en una frase, me impresionas Steve.
— No hagas eso.
— ¿Qué no haga qué exactamente Steven?
— Apartarme, Danny. Simplemente no lo hagas— Danny ladeó la cabeza y fijó su mirada nuevamente en el infinito. Sentía como Steve le dedicaba largas miradas pero por largo tiempo no dijo nada.
—No me ocurre nada Steve – su voz sonó espesa hasta para sus oídos— ¿Podemos simplemente trabajar? ¿Sí? Por favor.
Danny intentó no mirar a Steve porque sabía exactamente lo que vería en su cara, preocupación y dolor. Y no es que fuera su intención provocar eso en su compañero, es que simplemente Danny no sabía lo que le pasaba. Estaba triste. Melancólico tal vez. Y no quería ninguna broma sobre si estaba sensible o no en ese momento porque lo estaba, realmente estaba muy sensible.
Unas horas más tarde, cuando ingresaba en su despacho no se extrañó al ver sobre su mesa una bolsa de malasadas junto a un estupendo café con su nombre garabateado sobre el cartón. Una pequeña sonrisa traicionera se formó en sus labios mientras introducía sus dedos en la bolsa para sacar uno de esos pecados dulces y lo llevaba a sus labios. Ni siquiera se había sentado aún y no quería hacerlo porque si se sentaba sería fácilmente visible para todos que sus ojos estaban vidriosos. Sintió una presencia a su espalda, una completamente reconfortante si era sincero con él mismo, pero no quería girarse y enfrentar sus ojos, se sentía demasiado expuesto en ese momento y esperaba que Steve simplemente lo entendiera.
— Gracias, babe.
— No se merecen Danno—tras un momento de duda, escuchó como sus pasos comenzaban a alejarse y Danny suspiró pesadamente, agradecido de que no le haya pedido voltearse.
Tras un regaño mental y un par de respiraciones profundas, se sentó a trabajar en el papeleo. No habían tenido un caso complicado, no debería de costar mucho terminar con ello. Miró su reloj y consideró el pedir la tarde a Rachel para estar con Grace, eso siempre le hacía sentir mejor, tal vez tomar un helado y pasear por la playa, ella siempre era realmente feliz de hacer eso.
Envió un mensaje y esperó.
Y esperó.
Intentó concentrarse en rellenar los informes.
Siguió esperando.
Y nada.
Apoyó los codos sobre la mesa y sujetó su cara contra la palma de sus manos. Notó las miradas sobre él pero no se movió. No hasta que su teléfono sonó con el tono de su preciosa hija.
— ¿Danno?
— Ey, mono. ¿No deberías estar en clase?
— Ahm, Danno… no. Ya terminaron. ¿Estás bien? — Danny miró el reloj sobre su mesa y se dio cuenta de que realmente había olvidado comer, y que ya era entrada la tarde.
— Sí cariño, por supuesto que estoy bien, solo he tenido mucho trabajo. Oye, ¿te apetece ir a dar un paseo? Tal vez tomar un helado. Ir a la playa…
— Estoy yendo a un cumpleaños, el de Kaya, ¿recuerdas que lo hablamos el sábado? ¿Seguro que estás bien? ¿No quieres que vaya? Porque podría llamar y…
— No, no cariño. — Danny carraspeó intentado que la voz no le temblara — Estoy bien. Solo quería pasar un rato con mi querida niña. ¿Tal vez mañana?
— Vale. Te amo Danno.
— Danno te ama.
Soltó el teléfono sobre el escritorio y pesadamente se repantigó en su silla y permaneció mirando al techo por un rato. Bien. Ahora estaba solo con sus pensamientos. Una tarde prometedora sin duda.
— Ey. — la voz de Steve lo sacó de su miseria por un segundo.
— Ey.
— Grace me mandó un mensaje — dijo enseñándole su teléfono y Danny cubrió sus ojos con su brazo— Vamos.
Danny ni siquiera registró cuando Steve se movió invadiendo su espacio para retirar lentamente el brazo de sus ojos. Lo obligó a levantarse y lo estudió por poco más de un segundo. Su expresión cambió de preocupación a tengo un plan que no te va a gustar en un segundo y fue suficiente para que Danny reaccionara.
— ¿Dónde vamos?
— Voy a asegurarme de que comas algo porque por lo que parece se te olvidó. Y después Grace me pidió que te comprara un helado y diera un paseo contigo. — Danny tuvo que sonreír a eso —Así que eso es exactamente lo que vamos a hacer. Y no se te ocurra abrir esa bocaza ahora. Ella está preocupada y yo también. Así que vamos. Vamos…
Steve consiguió que Danny comiera, dieron un paseo y le compró un helado como si fuera un niño pequeño. Y por momentos Danny habló y bromeó y se sintió un poco más él mismo. Y el helado se tornó en cerveza en algún momento de la tarde y el paseo se convirtió en ellos dos sentados en sus hamacas en la playa de Steve y tan solo por un momento el mundo se sentía bien. Justo ahí. Junto a Steve.
Salió de su ensoñación al oír el inconfundible sonido de una fotografía a su lado y alarmado giró la vista hacia Steve quien manipulaba su teléfono con una pequeña sonrisa en los labios.
— ¿Se puede saber qué haces?
— Pruebas.
— ¿Pruebas? — en ese momento en su teléfono sonó un mensaje.
"¡Me alegra tanto verte sonreír Danno! Te veo mañana. Te amo"_ G.W.
El mensaje llevaba una foto asociada de él sonriendo como un idiota con la mirada perdida en el horizonte.
"Hasta mañana mono. Danno te ama"_ D.W.
Danny sonreía a su teléfono mientras miraba los textos y la fotografía.
— ¿En qué momento ustedes dos se asociaron para controlarme?
— Lo haces sonar como algo malo, pero sonríes, así que no te lo tendré en cuenta socio — Steve escondió su propia sonrisa tras un trago de su cerveza.
Danny continuó con la sonrisa en los labios hasta que Steve volvió a hablar.
— ¿Y bien?
— No lo vas a dejar pasar, ¿eh?— la sonrisa se difuminó pero quedaban vestigios sobre sus labios que le decían a Steve que ahora la conversación sería muy diferente de la de la mañana.
— Grace no me lo perdonaría si lo hiciera.
Y ahí estaba de nuevo esa sonrisa.
— Solo estoy melancólico. ¿De acuerdo? No es nada…— Danny bebió un largo trago.
— ¿Melancólico de qué exactamente?
— De la Navidad.
Hubo una gran pausa en la que Steve observó por demasiado tiempo a Danny, algo con lo que hace tiempo Danny dejó de sentirse cohibido, incluso si sus cejas se estrujaban en su frente y su labio se torcía.
— Danny, ¿puedes por favor explicar mejor a qué te refieres? Porque siempre celebramos la Navidad, juntos, desde que nos conocimos, lo hemos hecho.
— Lo sé. Y es fantástico, en serio. Solo que aquí son distintas las Navidades… y desde que Matty… — la voz se le quebró de una manera horrible que dolió a Steve, pero se mantuvo en silencio hasta que Danny pudo continuar.
— Sabes, cuando era pequeño odiaba la Navidad. — Steve sonrió imaginando a un pequeño Danny despotricando sobre la Navidad— La casa se llenaba de gente, ¡siempre estaba llena! No podías andar sin pisar a alguien, literalmente. La casa relucía con mil colores y la mesa siempre puesta. Horribles canciones navideñas a todas horas…— Danny rió quedamente— Hasta me sacaban de mi cama y me hacían dormir con Matty para que mis primas durmieran en la mía. Luego pasaban meses hasta que su olor se iba de las almohadas, era horrible.
Tras otro largo trago de cerveza continuó…
— Entonces yo era bastante callado, sabes. No me gustaba la gente. Me parecía a ti.
— Oh, entonces debías ser encantador.
— Lo era. Sí lo era. Un niño encantador que odiaba la Navidad. Lo único que me gustaba era la nieve. Cubría todo lo que abarcaba la vista. Y las peleas de bolas mientras hacíamos los estúpidos muñecos de nieves e ir a patinar… Echo de menos ir a patinar socio.
Danny se perdió un momento en algo doloroso que le costaba confesar.
— Y… echo de menos a Matty. — Bajó la mirada a la botella entre sus manos y sonrió mientras pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas— A los diez ya era tan alto como yo y desgarbado. Se caía tan fácilmente de los patines. Era increíble el poco sentido del equilibrio que tenía.
Steve se acercó a él, apoyó una mano en su antebrazo y apretó ligeramente.
— Suena a tiempos felices.
— Lo fueron. Sí. — Danny cubrió la mano de Steve con la suya, sin pensar por un momento en lo íntimo del toque — Lo fueron.
Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo levantó la vista y al fin miró a Steve quien le devolvía una mirada cariñosa. Había dejado la cerveza en su silla y ahora borraba las lágrimas de la cara de Danny con mucha delicadeza.
— ¿Te gustaría que este año celebremos aquí la Navidad?
— ¿Y dejarte cocinar a ti?
— Vamos, lo haré bien. Además no es como si fuera a estar solo. Somos socios, ¿no? Hacemos nuestros desastres juntos. Cocinaremos juntos.
Danny había intentado no pensar en la Navidad ese año, no pensar en qué haría con Grace, ni qué comerían, ni qué viejas películas verían… ni en canciones, ni en regalos… porque había algo en su corazón que no le permitiría disfrutar de nada de eso. Y en el fondo llevaba semanas pensando en que la Navidad se acercaba y no tenía pensado nada. Así que sí, Steve tenía el mejor de los planes para esas fiestas y Danny se aferraría a ello como lo hacía en cualquier otra situación de peligro.
— Está bien. Juntaremos nuestros desastres… espero que no acabemos volando la casa.
— Bueno, eso sería sin duda algo a recordar. — Steve se levantó con una gran sonrisa y estiró de su mano, levantando a Danny en el proceso. — Vamos. Es hora de dormir. Y ni lo digas… solo ponte cómodo en donde gustes. No te vas a ir a ningún lado Danno.
— Ok, ok…
