Disclaimers: Los personajes pertenecen a la fabulosa S. Meyer, la historia es completamente mía.
.
¿Cuál es mi límite?
"Cuando te caigas y llegues al suelo, piensa que ahora sólo puedes ir hacia arriba."
—Anónimo.
Prólogo.
.
¿Qué sucedió?
¿Qué me pasó?
¿Por qué me hice esto?
—Yo no soy así —susurré mientras aguantaba las lágrimas que rogaban por mojar mi rostro. Giré mi cuerpo hacia la derecha y me ovillé, llevando mi peluche hacia mi pecho y abrazándolo como si la vida se me fuera en ello. Alcé mi mano izquierda y volví a alzar el edredón, cubriéndome hasta mi nariz y cerrando los ojos en el proceso. Las lágrimas cayeron libremente y sollocé en silencio, llevando mi mano para aguantar el grito que quería y necesitaba soltar, y tratando de mantener mi cuerpo en su lugar, evitando romperme y llamar la atención de mi mamá.
Volví a acomodarme y mi camiseta se alzó y mi mano fue hasta ahí, tocando mi estómago relleno.
—No soy gorda —me repetí y acaricié mi rollo. Las lágrimas volvieron a caer y mis sollozos fueron un poco más fuertes, pero no lo suficiente para traspasar la soledad de mi cuarto.
Sé que mis amigos no dicen esas cosas con mala intención, son bromas, pero después de escucharlas tantas veces... no lo son para mí.
El año pasado mi autoestima era fantástico, sonreía todo el tiempo y era una chica muy sociable y tímida sólo cuando tenía que realizar presentaciones frente al curso. En lo demás, era extrovertida en exceso. Pero, sin embargo, eso cambió. Los chicos estaban constantemente criticando a las chicas de la universidad, diciendo que cómo podían ser gordas o cómo podían utilizar tallas de ropa más chicas de la necesaria. Nunca me dijeron eso a mí o a Alexis, mi amiga, y yo nunca me he fijado en mi peso. No tengo sobrepeso, no creía tenerlo, siempre he sido delgada pero con mi par de rollitos, y nunca me interesó. Hasta que ellos comenzaron a hacer bromas conmigo.
Siempre tienes hambre.
Anda al gimnasio, ponte las pilas.
No deberías comer eso.
Píntate antes de hablarme.
¿Guatita? Sí, claro.
Al principio reía, todavía lo hago, y devolvía la broma. Porque sé que son bromas, pero... la mente es frágil y yo también. Caí en las bromas y tomé a pecho sus palabras. Dejé de sonreír, dejé de salir, dejé de ir a clases; comencé a analizar todo, me encerré en mi misma y comencé a amar encerrarme en casa todos los días. Ya no salgo, cada vez que como me repito constantemente que mañana comienzo la dieta y con bastante frecuencia me miro fijamente al espejo antes de ducharme.
¿Por qué? Sólo sucedió y sé que ahora necesito ayuda.
He devuelto mi comida un par de veces y no quiero que eso se haga una constante en mi vida, estuve una semana sin comer y sólo tomando agua.
¿Cuál será mi límite? Si es que tengo uno.
—Necesito ayuda —sollocé y enterré mi cara contra la almohada para desahogar mi dolor.
Hola :)
Este es mi nuevo proyecto, bastante personal también. Terminaré Mayday antes de continuar este, espero que les guste y lo sigan :)
