Summary: Desde que nacemos obtenemos distintos nombres, no sólo el elegido por nuestros padres. Lily Luna Potter ha obtenido varios nombres en su vida, algunos malos, algunos hilarantes, pero sólo algunos han marcando su corazón.

Disclaimer: Todo el mundo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling, sólo algunos personajes son creados por mí.

Luna, Lunita, Lu

Primera viñeta

La hija de Harry Potter

Siempre había sido lo mismo, toda su vida, y lo había dejado pasar una y otra vez, sin preocuparse más de la cuenta, pero en ese momento, cuando él la había llamado así, muchos recuerdos llegaron a su mente, inundándola, y hundiendo por primera vez su corazón. ¿Cuándo sería el día en que alguien realmente la viera por sí misma, por ser Lily Luna Potter Weasley?

Cuando recién había llegado al mundo, cuando sus ojos se vieron cegados por primera vez bajo las luces de aquella blanca y reluciente sala de hospital, cuando sus pequeños pulmones estrenaron el primero de muchos alientos de vida.

Las puertas de la sección de maternidad de San Mungo se encontraban cerradas, con seguridad en sus puertas. Fuera de ellas cerca de veinte perdonas se apiñaban contra ella para poder saber las nuevas noticias de espectáculo del mundo mágico. La red flú se había cerrado para visitantes, y sólo se encontraban disponibles las de emergencia. Inclusive, algunos pocos habían acampado fuera de la entrada de visitantes protegidos bajo hechizos de invisibilidad para esconderse de la vista de los muggles.

En las primeras horas de la madrugada de ese 14 de diciembre, las editoriales de El Profeta, Corazón de Brujas, Magic Stars, y muchas otras se habían visto en arduo trabajo para tener en sus portadas la mejor foto del niño que sobrevivió una y otra vez.

¿Cuál era la razón?

Ahhh sí, la hija de Harry Potter había nacido.

¡La hija de Harry Potter!

Cuando con ilusión de niña había entrado a Hogwarts.

Una pequeña niña de nariz respingada, grandes ojos color chocolate de forma almendrada y largo cabello rojo sostenido en una coleta, miraba con emoción y sorpresa cada nuevo secreto que se presentaba frente a ella. No estaba nerviosa por la selección, ella sería una gryffindor, lo sentía en su corazón, pero aún así le dolía el estomago. Ella no creía que nadie se sentara tranquilamente frente a una multitud de estudiantes.

A su lado se encontraba una chica de pelo rubio y ojos azules, se habían sentado juntas en el expreso de Hogwarts, y se habían llevado bastante bien. Su nombre era Damari Salvatore, de procedencia italiana, era la primera de su familia en asistir a Hogwarts, ya que sus antepasados habían sido educados en Beauxbatons.

-¡Potter, Lily!-.

Miró a Damari, la cual le sonrió para darle ánimos. Caminó lentamente hasta frente sintiendo una ola de murmullos crecer tras de sí, como un zumbido de abejas en su máximo apogeo.

-¡Dijo Lily Potter!-.

-¡La hija de Harry Potter!-.

Antes de que el sombrero le cegara su vista, vio una gran multitud de ojos curiosos, y incluso dedos apuntándola.

Sí, su familia estaba feliz, y para ellos siempre sería su Lily, su Lils, pero ese primer día ya había nacido con título, y no uno que le molestara, ya que su papá era un héroe, y no un héroe por haber derrotado a Voldemort, sino porque cada mañana cuando iba al trabajo, pasaba por su pieza y le daba un beso de despedida, porque jugaba con ella, porque la ayudaba a estudiar cuando lo necesitaba, pero lo más importante, el amor con que miraba a su madre todos los días, incluso cuando peleaban por nimiedades, ese brillo en sus ojos cada vez que la veía aparecer ante sus ojos. Brillo de estrellas. Así había llamado a esa mirada siendo pequeña y cuando creció la siguió llamando así con la certeza de que sólo las estrellas brillaban tanto, y que su padre tenía en sus ojos el brillo de una estrella que brillaba de día inclusive. Siempre había soñado encontrar una mirada con ese cariño dirigida hacia ella, pero sólo había encontrado burdas imitaciones.

Incluso en este momento, cuando se encuentra bajo la lluvia, caminando sola por las calles, con quince primaveras en su espalda, y cuando la había traicionado el que ella creía era su brillo de estrellas, no le molestaba ser una Potter, ser Lily Potter. Sólo esperaba encontrar algún día su brillo de estrellas, el que finalmente la viera como realmente era, y no por ser la hija de Harry Potter.

Sin embargo, sus ojos estaban llenos de despecho y desolación. Siempre es difícil maniobrar junto al amor, pues uno acepta unas advertencias invisibles, que sólo logra conocer si se cumplen.

Un avión cruzó ruidosamente el cielo encapotado, sin duda buscando el aeropuerto más cercano, ya que la lluvia pronto empezaría con tambores y trompetas.

Viendo pasar ese avión, se definieron sus próximos años.

XxxXxxXxxXxxXxxX

Desde el baúl de Connie.

¡¡Hola!!

Esta idea me viene rondando desde hace un par de días por mi loca cabecita, unida junto a otras que había pensado antes. Todavía estoy decidiendo si la dejo como one-shoot, o lo sigo, dependerá de ustedes ( :

Si esta historia siguiera como un long fic, tendría viñetas especiales de la vida de Lily.

Espero que les guste.

Que estén muy bien.

Bss

Connie