INUYASHA NO NOS PERTENECE… HACEMOS ESTO SIN FINES LUCRATIVOS. NUESTRO ÚNICO OBJETIVO ES DIVERTIRNOS Y DIVERTIR A LOS LECTORES.


Este ha sido escrito por algunos de los integrantes del Gazziero-Gumi para el día de los Enamorados. ¿De qué se trata? Bien, es un grupo creado por Claudia Gazziero para avisar cuando se atrasaba con sus fics y que finalmente se transformó en un antro en donde todos podemos compartir nuestro amor por el animé y los fanfics, respetandonos mutuamente y a los demás y sin críticas a nuestros trabajos, ya que en el Gumi todos somos amateurs.

En nuestro profile están las indicaciones, te esperamos!


Inuyasha se niega a ir a una cita con Kagome, ya que no comprende su afán por celebrar ese condenado día, y en su rechazo, acepta la invitación de Hoyou. Inuyasha no puede permitirlo. ¿Qué hará para impedir que surja el amor entre ese idiota y Kagome?

CÓMO FRUSTRAR UNA CITA

(de Kagome y Hoyou)

Por Gazziero-Gumi

Capítulo 1: Claudia Gazziero

Kagome estornudó de improviso. Buscó un pañuelo y se cubrió la nariz para que Inuyasha no la regañara otra vez por haberse enfermado por algo tan insignificante como mojarse los pies en un río.

El hanyou la observó acusadoramente. —No puedo creer que estemos aquí y perdamos el tiempo de esta manera.

Kagome dejó de caminar y se volteó enfurecida. —Lo siento mucho, Inuyasha —masticó cada palabra—. Lamento no tener superfuerza y salud eterna como ustedes los seres sobrenaturales. Sólo soy una simple humana.

Inuyasha siguió caminando y Kagome, que se quedó atrás, lo siguió para no perderle la pista. —No entiendo cómo puedes ser tan delicada, el agua estaba apenas fría.

—¿Es una broma? ¡Estaba medio congelada!

De hecho, era pleno invierno y Febrero era uno de los meses más fríos. Resfriarse era algo común en los humanos, Inuyasha siempre le exigía demasiado.

—Como sea… —resopló el pelirrojo molesto. En realidad, si lo pensaba bien en hanyou tenía un poco (un poquito) de razón. Justo habían llegado noticias de Naraku cuando a ella le había subido la fiebre, y a regañadientes había tenido que acompañarla a su época. Perderle la pista al semidemonio era siempre frustrante para Inuyasha, sobretodo después de vagar durante el Sengoku sin ningún indicio durante semanas y entrando el Invierno.

De repente, unas luces de colores llamaron su atención. Se detuvo frente a la tienda totalmente decorada de rojo, quedándose atrás. No podía creerlo, ni siquiera se había percatado de que el día de los enamorados estaba cerca, seguramente era al día siguiente, ya estaban alistando todo en el comercio local.

Observó de lejos la espalda de Inuyasha y suspiró. Era obvio que al peliplata no le gustaría para nada esa fecha y que ni siquiera la comprendería, hasta ella pensaba que era algo meramente comercial e inútil. —Claro, hasta que se está enamorado… —resongó tristemente y se quedó mirando una gorra roja que combinaría muy bien con el haori de su amado.

—Inuyasha… —corrió tras él—. ¿Quieres ir a una cita conmigo?

—¿Qué es una cita? —bostezó él, sin prestarle demasiada atención.

Kagome se aferró a su brazo y lo observó desde su altura. —Salimos juntos por ahí y nos conocemos mejor.

—Entonces no.

—¿Por qué? —exclamó.

—¿No que estabas enferma?

—No hoy, baka… mañana.

—Si estás mejor mañana es mejor irnos de regreso.

—Pero es el día del amor.

Inuyasha se detuvo y la escrutó confundido. —¿Y eso qué significa?

—Debes permanecer con la persona que amas…

—Prefiero acabar con Naraku.

Si había una definición para la frase: "ser monumentalmente rechazada", probablemente era esa. Sintió el tiempo detenerse unos instantes y cuando su corazón volvió a la realidad, sintió un leve golpe en el hombro.

—¿Higurashi? —Escuchó a su espalda, esa voz era inconfundible: Hoyou. Volteó rápidamente y descubrió su cara sonriente—. Llamé a tu casa ayer y me dijeron que tenías la fiebre del Canguro…

Kagome quiso caer al piso de la vergüenza. —Ah, sí… recién esta mañana dejé de… saltar. —Bien, eso no era convincente—. Pero no hablemos de mí, ¿qué haces aquí?

Inmediatamente, el castaño puso sus brazos tras su espalda: escondía algo. ¿Un regalo, quizás?

—Compraba algunas cosas para una… amiga.

—¿Por el día de los enamorados? —sonrió.

Él enrojeció completamente. —Sí, la verdad es que… no, lo que quiero decir es que… te gustaría, ¿quisieras ir mañana a una cita conmigo?

Habló tan rápido que a Kagome se le amontonaron las palabras en la oreja. —¿Mañana? Pero es el día de los enamora…

Oh.

Miró sobre el hombro de Hoyou y su mirada se detuvo en un bulto rojo que parecía descontento, muy descontento. Sintió que el mundo se paralizaba frente suyo otra vez. Pobre Hoyou, lamento. Esperaba que Inuyasha no hubiera escuchado eso. Aunque siempre la rechazaba también solía mostrarse celoso cuando otro hombre se le acercaba. Ni siquiera ella lo entendía del todo. Contó hasta tres lentamente en su cabeza pero nada sucedió. De hecho, Inuyasha dio media vuelta y siguió su camino hasta la casa, con los brazos tras la cabeza y una actitud totalmente despreocupada.

¿Es que acaso no le importaba que saliera con otro hombre?

¡Inuyasha era un tonto!

—¿Y bien?

—Acepto —sonrió—. ¿A dónde iremos?

El rostro del chico se iluminó y Kagome se sintió mal por un ínfimo segundo. No importaba, le demostraría a Inuyasha que podía disfrutar del día del amor sin él.

CONTINUARÁ…


¿Y? Esperamos sus reviews!


Publicación: 14/02/2014