El trono de Atlantequus

Saludos. Escribí este fic hace casi un año, pero la historia anterior al final no me convenció y decidí mejor cambiarlo por otro guión para que encaje mejor en el canon. Espero terminarlo esta vez.

Capitulo 1: La reina de Seaquestria.

El puerto de Seaward Shoals en la costa oriental de Equestria era el hogar de un marino mercante de nombre Jarhead Swoff, un fornido poni terrestre de crin amarillo ámbar, melena cyan oscuro, pezuñas oscuras saliendo de sus patas, ojos azules y un ancla con una cadena como cutie mark. No era muy prestigiado, pero su posición lo ponía entre los más acaudalados del puerto. De joven conoció a una yegua de extraño aspecto pero radiante belleza, su nombre era Novo. Novo era una yegua de crin blanca como perla, melena carmesí con manchas violeta con forma de gotas con un mechón aguamarina por delante, ojos amatista y una ostra abierta como cutie mark. Sólo estuvieron un día y una noche juntos, pero a ambos les pareció toda una vida.

Al año siguiente, frente a la entrada de su lujosa casa, alguien tocó a la puerta, la criada, una poni de crin y melena café de diferente tono, abrió y sólo encontró una canasta cubierta por un manta rosa que al quitarla, con suma sorpresa vio a una pequeña potranca de piel amarilla y pelaje azul claro, era una criatura adorable, hasta el que el viejo pony y la criada notaron con asombro una cola de pez en su parte inferior, era un ser mitad pony, mitad pez; junto a la potranca había una nota:

A mi buen amigo, Jarhead Swoff.

Mi noble señor, quiero tener el honor de presentarle a su hija, la pequeña Skystar. Entiendo que debe ser una gran sorpresa para usted, pero por motivos de causa mayor me es imposible cuidar de ella. Debe preguntarse por su aspecto, eso se debe a que la pony que conoció no era mi verdadero yo. Algún día volveré, lo más probable es que sea en su decimosexto cumpleaños y en cuanto lo haga, le daré mi palabra de que le contaré todo, hasta entonces, le ruego de todo corazón que cuide de ella ni jamás permitan que le hagan daño, es una madre quien se lo pide.

Con amor, Novo.

P.D. : Cuando la balle, preferentemte hagalo en agua caliente.

-¿Que sugiere que hagamos señor?- Preguntó la cirada a su jefe.

No tenía de idea de que hacer, criar a algo así podría no ser Buena idea, pero al ver sus ojitos llenos de ternura, el corazón del Viejo comerciante se conmovió –Supongo que no tengo otra opción. Démela-

La cirada puso a la bebe en los brazo de Jarhead al tiempo en que se sentaba sobre su vejo sillón –Sí que tu eres mija ¿No?- La bebe sujetaba sus cascquitos sobre la pezuña de su padre, entonces un collar que llevaba sobre su culleo brillo con la luz de una perla iluminada por el sol rodeandol, su padre no entendía que pasaba hasta que la luz se disipó y notó que su cola había cambiado por 2 patas de pony normales. Jarhead no entendió que pasó, pero era un alivio que su hija tuviera ahora un aspectp más normal.

Los años pasaron, la niña creció como cualquier otra potranca. A los 8 años obtuvo su cutie mark, una perla blanca cuando salvó a una vieja tortuga de ser maltratada por unos brabucones.

-¡Dejen a esa pobre tortuga en paz!-

-¡Tu no te metas niña!- Dijo uno de los brabucones que tenia cierto parecido con Billy, el pony que siempre molestaba a Rainbow Dash.

Entonces Skystar se abalanzó contra ellos, eran demasiados para ella, pero por fortuna un grupo de cangrejos vino en su ayuda pellizcando a los potrancos haciéndolos huir de la playa. Skystar atendió a la tortuga, la devolvió al mar y fue en aquel momento cuando obtuvo su marca.

Cuando cumplió los 10 años, Skystar fue enviada a un colegio para señoritas ubicada en la misma ciudad. Fueron buenos años para la joven yegua, pero también tuvieron sus dificultades, eso se debió a que en su infancia era en cierta parte diferente a las demás potrillas. Sus únicos amigos eran criaturas marinas, pasaba la mayor parte de su tiempo en la playa hablando con focas y gaviotas o en acuarios hablando con peces. Tal habito lo seguía haciendo en colegio con las gaviotas que se posaban en las ventana o con los peces en la pecera de la sala, volviéndola el blanco de burlas de sus compañeras. Le decían que era alguna especie de fenómeno, pero a Skystar no le importaba.

El moento que cambiaría su vida cuando a la edad de 13 años, en una fría tarde invierno mientras hacia sus deberes en su cuarto, sería llamada por la directora para darle una desafortunada noticia. La oficina era un lugar rústico y con poca luz a pesar de tener las ventanas abiertas, un ambiente acorde a la personalidad de su ocupante que era una pony unicornio de crin grisácea, melena negra peinada con un chongo, gafas negras y una regla de madera como cutie mark. Skystar tomó asiento y se dispuso a escuchar.

-Te he mandado a llamar para notificarte de un evento muy desafortunado- Le dijo la pony con frialdad. –Lamento informarle señorita Skystar que su señor padre falleció durante una tormenta en la que su barco naufrago-.

Skystar enmudeció por unos minutos. si ustedes lectores han perdido a alguien cercano, ya saben lo que se siente, y sino, no podrían imaginárselo.

-El gobierno embargó todas sus propiedades sin dejar dote alguno para ti- Prosiguió la directora en tono severo –No tienes nada, estas prácticamente en bancarrota y no tengo tiempo de albergar a pobretonas como a ti, por tanto te enviaré a trabajar de aprendiz a un taller de costura, es lo menos que puedo hacer por tí-.

Al día siguiente enviaron a Skystar un taller de costura ubicado cerca del colegio. al momento de llegar le asignaron la labor de acomodar las sabanas, fue en aquel momento en que daría inicio la que sería el momento más difícil de su vida. Sus compañeras de trabajo eran más crueles que sus compañeras de escuela, le hacían bromas pesadas como usar la tela para hacerse pasar por fantasmas y darle a la pobre yegua sustos de muerte o la vez en que echaron tinta a las sabanas que Skystar estaba lavando haciéndole creer a la encargada de que no lo había hecho bien. Al final de cada jornada laboral, luego de que las demás yeguas se fueran, Skystar se iba a un rincón del vestidor a llorar, excepto las vece en que le tocaba limpiar el piso de su área, en esos momento lloraba haciendo el quehacer. Sus únicos momentos de paz era cuando se ponía a hablar con sus amigas las gaviotas que se posaban en la ventana junto a la litera donde dormía en los sucios dormitorios encima del taller.

Había perdido a su padre, pero sabía que su madre estaba en algún lugar, en la nota que le dejó a su padre decía que volvería el día de su decimosexto cumpleaños, el cual estaba cerca. No perdía la esperanza de que ella la encontrara y la llevara a un lugar mejor. Lo que Skystar ignoraba, era que su madre tenía sus propios problemas.

En un día soleado sobre el mar que separa el reino Griffin del este de Equestria, un barco llevaba un importante cargamento de aceite iba con rumbo al puerto de Griffindam. El capitán del barco, un pony terrestre de crin azul claro y melena roja con un timón como cutie mark, estaba en su camarote checando sus mapas de navegación cuando una de sus oficiales lo llamó, un yegua terrestre de crin pardo y melena café oscuro vestida de marinero similar a la de su capitán salvo por la gorra color de blanco a diferencia de la del capitán que era del mismo azul que su uniforme.

-Capitán, tiene que venir a ver esto-

El capitán junto al resto de la tripulación se posaron sobre la borda al ver un espectáculo sin igual, un grupo de seres que parecían ser ponies, pero no ponies normales, puesto que estos tenían cola de pez en la parte de atrás; todos vestidos con armadura de un metal azul cobalto oscuro con cascos de los que salían 2 orejas con forma de escama emergieron del agua con dirección hacia el barco. Tan pronto rodearon al buque, estos empezaron a disparar chorros de agua. Debajo del mar había más de esos ponies.

-¿Seguimos disparando?- Preguntó uno de los ponies a su reina, una hipocampo blanca con una aleta dorsal carmesí con manchas violeta con forma de gota, tres extraños mechones aguamarina en la frente, 2 aletas rosadas con forma de alas saliendo de su espalda, alguna clase de collar translucido, dos aletas pequeñas azules donde deberían esta sus patas traseras, un adorno dorado en su cabeza y una enorme cola de pescado en su mitad de atrás.

-¡Adelante¡ ¡Que se hunda!- Contestó la Reina Novo.

Uno de los marineros usó una radio para pedir ayuda, el cual tenía un aspecto rústico pero aún así funcionaba. Los guardacostas recibieron la señal y estos se lo comunicaron a la marina real quienes enviaron una flota para defender el buque atacado.

Por pura casualidad la Princesa de la Amistad, Twilight Sparkle, se encontraba en Seaward Shoals en una visita oficial cuando supo lo del ataque al barco mercante. El almirante a cargo, un pony semi-calvo de crin azul grisáceo con melena negra y bigote, estaba en el muelle preparando los buques cuando llegó la princesa aterrizando en frente de él para pedirle que sólo la enviara a ella para dialogar con los agresores. El almirante vaciló al principio, pero al final accedió. Volando hacia la zona del conflicto, la princesa encontró al barco que se tambaleaba de un lado para otro por aquellos chorros.

-¡TODOS LOS PONIES ALTO!-

La princesa usó su magia para inmovilizar las naves, al percatarse de esto, la reina Novo salió a la superficie acompañada de sus ponies a encarar a la alicornio. Con la ¿Quién te crees que eres para detener mi ataque?- Refunfuñó la hipocampo –¡Este no es asunto tuyo! !Lárgate o atente a la consecuencias!-.

-¡Soy la princesa Twilight Sparkle y exijo que me diga por que ataca a este barco!-

-¡Ese barco ha estado contaminando mi arrecife con la basura que arrojan cada vez que pasan por aquí! ¡El otro día arrojaron cascaras de banana y un día antes, vasos y platos de poliestireno! ¡Ya estamos hasta la $&% # de que ustedes ponies de la superficie usen el mar como deposito de desechos!- Dijo fuertemente la reina mientras ponía ojos de toro loco.

Antes de contestar a esa pregunta, Twilight observó detalladamente a la reina, de repente, el entusiasmo infantil que siempre la caracteriza cuando descubre algo nuevo la invade

-¿Eres una pony de mar?- Preguntó Twilight con un tono alegre- ¡Que emoción! ¡Nunca ante había visto a una! ¿Cómo es tu ciudad? ¿Cuánto tiempo llevan viviendo en esta área? ¿Qué comen? ¿Dónde duermen? ¿Cuántas especies de ponies marinos hay?...– Cuando se trata de aprender cosas nuevas, Twily era tan descontrolada como Pinkie Pie. La princesa pony continuó lanzando toda clase preguntas antes de que la reina la devolviera a la realidad.

-Princesa…-

-¿Si?-

-¿Podemos continuar por favor?-

-Ah si claro (cough, cough)- Recordando para que estaba ahí en primer lugar, Twilight volvió a encarar a la reina –¡El que contaminen tu hogar no te da el derecho de hundirlos!- Aclaró firmemente la alicornio.

-¡Los ponies de la superficie no tiene respeto por su medio ambiente!-

-¡Estas muy equivocada! ¡Si no fuera por los ponies terrestres, nada crecería sobre la tierra! ¡Y si no fuera por los pegasos, no habría lluvia para que crecieran las plantas! ¡Los ponies y la naturaleza trabajan juntos en completa armonía!-

-Eso mismo me dijo Celestia para justificar su crimen-

-¿Celestia le hizo algo a su reino?-

-Mejor pregúntaselo a ella-

Twilight no lo podía creer ¿De verdad la princesa Celestia atento contra su reino? No le gustaba que insultaran a su mentora, pero no quería tener más líos, sobre todo cuando se sabe tan poco del adversario. No le quedó más que continuar la diplomacia.

-Entiendo que hay algunos ponies que tienen malos hábitos, pero te aseguro de que la mayoría hace lo posible para cuidar su medio ambiente. Si te molesta lo que hacen los marineros, entonces hablaré con ellos, pero te suplico que no les hagas daño. El mal no se paga con el mal-.

-¿Tienes una mejor idea?-

-Puedo pedirle a la princesa Celestia que instaure leyes para la protección de los mares o usted podría presentarse en persona y presentar sus quejas en persona-

-¡Que vaya a rogarle a esa petulante princesa como una mendiga!-

-No le pido que se arrastre como una mendiga, le pido que se presente ante ella como una reina-

Esta vez fue Novo quien miró fijamente a Twilight, en su mirada firme había algo que la hacia reflexionar. –Lo pensaré y por su bien, espero que ella y los demás ponies lo entiendan-

Ordenó a sus ponies detener el ataque estirando ambas patas hacia los lados.

-Lo pensaré, en cuanto a usted, dígale a su "princesita" que respete mis mares, de lo contrario terminaremos lo que empezamos-

Los ponies marinos dejaron de echar agua hacia el barco antes de sumergirse y antes de que Novo lo hiciera, se volteó para dar a la princesa un último aviso.

-Están siendo observados-

La reina se sumergió boca abajo dejando ver su enorme y flamante cola antes de entrar al agua. Twilight se quedó pensando en lo ocurrido antes de dirigirse al barco para ver si la tripulación se encontraba bien.

Hacia una formación rocosa que los exploradores de antaño llamaron Monte Aris, metros abajo de la superficie la reina estaba cruzando un colorido arrecife con corales que florecían como un campo de flores bañadas por el sol, peces igual de coloridos jugueteando a su alrededor, cangrejos caminando encima y pulpos saliendo de su escondite. Al final del arrecife había una gran fisura por donde entró Novo con suma seguridad como si ya lo hubiera hecho muchas veces, en el interior había una colosal caverna submarina, tan oscura que parecía ser de noche. Vigilando la grieta había un delfín quien saludo a la reina como si se tratara de un perro dando la bienvenida a su dueño.

-A mi también me da gusto verte Chester- Dijo Novo acariciando el hocico del cetáceo. Después entró a la caverna, no parecía tener problemas de visibilidad ya que al fondo había varias luces iluminando la zona, podría decirse que eran rocas fosforescentes decorando las paredes, pero en realidad eran edificios; los más altos tenían forma de faros, algunos salían del piso como estalagmitas, otras colgando del techo como estalactitas. Era la mítica ciudad de Atlantequus, capital del reino submarino de Seaquestria, su arquitectura era muy diferente a la de Canterlot, las casas parecían corales de todas formas y tamaño con ventanas y puertas con ponies de mar en su interior con un aspecto diferente al de su reina, estos tenían con 2 aletas lobuladas por brazos, colas redondeadas y melenas similares a la de sus primos de la superficie. En el centro estaba el castillo que era una de las estructuras que estaban suspendida en el techo de la gruta, aunque más que castillo parecía una extraña clase de lámpara gigante con un cuerpo estilo salomónico, una pantalla ovoide cubierta de un enrejado estilo modernista ondulante (art noveau) emulando una corona con joyas azules que proyectaba una luz violeta, un remate de capitel estilo lotiforme cubierta de 2 hileras de esferas emulando ventanas y una flor de luz al final.

La reina fue recibida por sus guardias quienes la saludaron al pasar por la entrada del castillo que estaba en la base, era un portón redondo que se abría por ambos lados hacia fuera. Los pasillos del interior tenían más parecido con los pasillos del castillo de Canterlot excepto por tener ventanas con ese mismo estilo que el enrejado de afuera en lugar de vitrales. La sala del trono también era algo parecida a la sala del trono de Celestia salvo por las cortinas de hileras que emanaban un fantasmal brillo azul saliendo de unas lamparas con forma de campana colgando de los arcos que formaban las partes laterales del salón, un techo abierto formado solamente por arcos unidos a cada columna de cada lado emulando una bóveda curva, corales brotando del piso, un candelabro con forma de medusa en el centro encima de un pozo rodeado por un circulo con ornamentaciones naturalistas que separaba la entrada del trono con forma de flor con una almeja en la punta y encima una cortina púrpura con el escudo real de Seaquestria que era un remolino de agua blanco sobre un fondo negro con un tridente dorado encima, detrás enorme enrejado.

La reina se sentó en su trono a reflexionar. No entendía que había en aquella princesa que la hiciera cambiar de opinión sobre sus intenciones de hundir el barco. Apenas era una chiquilla que aún conservaba sus dientes de leche, pero su determinación parecía convincente y era una de las cualidad que la reina de Atlantequs admiraba.

Al poco tiempo llegó su chef, un pony de mar que traía una charola de ensalada de frutas, pero a su majestad no le apeteció.

-No estoy de humor para comida de la superficie, mejor tráiganme algas-

En ese instante entró un grupo de sus soldados, al frente había un hipocampo azul claro con un tono de barba más oscuro.

-Mi señora, no sabemos que le dijo esa voladora pero esos ponies de la superficie no presentan ningún respeto por nuestros mares, hay que darles una lección ¡Sólo de la orden!

Por el momento Novo no consideraba conveniente una guerra en este momento. Además estaba la proposición de la princesa Twilight, nunca antes había hecho caso alguno a una de la princesas de Equestria con excepción de Luna, pero algo en la Princesa de la Amistad hizo que la arrogante reina se colocara en una posición sumisa.

-Es un asunto serio capitán, así que debo pensarlo con cautela. Por favor retírate-

-Su alteza, esta seguro de que…-

-¡He dicho retírate!-

El capitán saludo y se puso a caminar rumbo a la salida llevando a sus ponies con él cuando la reina lo detuvo.

Antes de que se vaya capitán, por favor dígame ¿Qué fecha es hoy?-

-Creo que hoy es 23 su alteza-

-¿23? ¡Significa que mañana es el día!- Dijo con asombro la reina.

-Pasa algo majestad-

-Nada capitán, ya puede reatarse-

No paso mucho tiempo pasó desde que el capitán dejara el salón cuando la reina salió rumbo a la biblioteca, era igual a la que tenía la princesa Celestia en su castillo excepto que estaba bajo el agua; ahí estaba su mentor y amigo, una criatura sauresca de tamaño promedio pasado de edad con cuatro altas, cola corta, cuello largo, piel lisa color azul grisáceo, un vientre de un tono más claro, hocico arrugado y una gafas redondas acomodando los libros, estos tenían hojas hechas con fibra de alga sobre las cuales había palabras escritas con tinta de pulpo, por lo que eran resistentes al agua.

-Hola Melvin- Saludó la reina.

-Saludos su alteza, a que debo el honor de su presencia- Preguntó Melvin con un tono escocés de voz.

-Mañana es el gran día-

-Quiere de decir que…-

-Así es mi buen Melvin, es momento de que mi hija vuelva a casa. ¡Por no tienes idea de lo mucho que estado esperando este momento!-

Novo agarró al monstruo de Loch Ness y lo hizo girar de vueltas. La reina daba la impresión de no haber estado feliz en mucho tiempo. Después de poner a Melvin en su lugar, el viejo dinosaurio se colocó de nuevo sus gafas y le dirigió unas palabras a la reina.

-Entiendo lo especial que es para usted reunirse con su hija perdida, pero ¿Cómo piensa manejar el asunto? Digo, la joven Skystar no sabe que usted es reina de un mundo submarino habitado por ponies que respiran bajo el agua y que ella es la futura heredera del trono. Será un fuerte impacto emocional, además piense en el padre-.

-Entiendo tu preocupación, pero ya lo tengo todo arreglado. Primero me presentaré, luego la llevaré a pasear y ahí es cuando se lo desembucho todo. Puede que le cueste un poco de trabajo al principio, pero deberá entenderlo si desea venir conmigo, y pobre de aquel que se interponga. –

-¿Y que tal si ella no quiere venir?-

La reina miró con seriedad a Melvin por unos segundo antes de responder –Lo hará, es su deber, además no puedo imaginarme lo difícil que es para ella vivir en un mundo tan corrupto y lleno de inmundicia como lo es la superficie. Mientras más pronto este en casa, más pronto estaré tranquila-.

-Puede que los ponies de la superficie no sean tan ordenados como nosotros, pero creo que se esta precipitando en juzgarlos-

-Por ahora no quiero hablar más de los ponies de la superficie. Es momento de preparar la fiesta ¿Como va Ocean Flow con el pastel?-

-Aún no decide que cubierta ponerle-

-Tal vez sea major darle una aleta-

La reina Novo paso el resto del día arreglando el gran salón con globos, juegos y un gran pastel el cual tenía una cubierta especial para que no se disolviera con el agua. Ordenó a sus mayordomos que colocaran una gran manta que decía: BIENVENIDO A CASA SKYSTAR. Luego fue a preparar su recamara, adornada con todo aquello que caracteriza el cuarto de una adolecente, excepto que la temática era sobre el mar desde luego, y sobre la cama, colocó una caja de coral brillante con una nota diciendo: "Para mi princesita".

A la mañana siguiente, la reina se levanto temprano para ir a su esperada reunión familiar, no sin antes dar algunas instrucciones a Melvin. -No dejes que nadie entre hasta mi regreso, si alguien que no sea Ocean o mis sobrinos preguntan por mí, di que tengo un asunto personal que atender. No tardaré, espero-..

Novo estaba nadando toda prisa a través de los pasillos cuando se topó con una poni, era una hipocampo parecida ella de menor tamaño excepto por la piel azul oscuro, un poco similar que el de la princesa Luna, aletas dorsales y cola cyan como las de de Skystar, mechones azul marino y ojos verdosos.

-¿A dónde vas hermana que pareces tener tanta prisa?- Preguntó aquella pony.

-A arreglar un asunto pendiente Sonho, no me tardo- Pero antes de que Novo continuara su camino, Sonho la detuvo. –No me digas que iras a ver a ver a esas princesas terrestres. Dijiste que nunca volveríamos a tener relaciones con ellas después de aquel incidente con esas ballenas ¿Qué te hizo cambiar de opinión?-

-Nada. Es otro asunto, uno que me lleva molestando desde hace algún tiempo-

-¿Puedo saber cual?-

-Cuando regrese, será toda una sorpresa-

Novo continuó su camino dejando a su hermana acariciándose la barbilla. La princesa Sonho es la hermana menor de la reina Novo, su relación era similar a la de Celestia y Luna, por tanto es claro que existe cierta tensión entre ambas. Ella no parecía muy contenta con tener que aguantar las ordenes de su hermana, además tenía una actitud más conservadora que la suya. En público daba la impresión de ser una princesa leal y servicial, pero en secre to, buscaba daba la impression de buscar la manera de quedarse con el trono tal como lo hizo alguna vez Luna siglos atrás, sólo que no nunca tuvo la oportunidad ni el poder, hasta ahora; por otra parte, Ocean Flow, su hermana adoptiva, era alquien comprensible con solía pasar muchos buenos momentos.

En el castillo de Canterlot, Celestia y Twilight estaban hablando del encuentro con los ponies de mar.

-Conozco a la reina Novo, gobierna los mares del este al tiempo en que yo llevo gobernando Equestria. Con mi hermana ha tendió mejor relación, ya que Novo subía la marea al momento en que Luna alzaba la luna. No estaba de acuerdo en mi decisión de desterrarla, eso nos distanció aún más. La última vez que no vimos fue hace 500 años-

-¿Que sucedió entre ustedes como para que la odiara tanto?-

Celestia se quedó callada por un momento antes de responder. –Hubo una vez una gran sequía, los arboles de toda Equestria empezaban a secarse y la cosechas se marchitaban antes de crecer, la hambruna estaba sobre nosotros. Le ordené a los pegasos que tomaran el agua del mar para traer las lluvias. Ordené a todos los Wonderbolts que formaran un colosal tifón que abarcara desde el océano hasta la estratosfera, juntos acumularon el agua suficiente para formar una gran nube que se extendía desde Ponyhattan hasta Canterlot. La lluvia regeneró la tierra y las vidas de incontables ponies fueron salvadas, pero se pago un precio por ello. Al momento de crear el remolino, una manada de ballenas fue arrastrada hacia la costa, hicimos lo que pudimos, pero casi todas murieron. Novo se enojó en sumo grado y me culpo por lo sucedido. Le explique el motivo del porque lo hicimos, pero no quiso creerme, es una sabia líder tanto como yo, pero es testaruda y francamente algo arrogante-.

A Twilight le quitaron un gran peso de encima, pero aún había algo que la inquietaba. -Pues a mí si pareció escucharme ¿Habrá algo de mi que le agrade?-

-No estoy seguro mi aprendiz, pero tal vez sea la oportunidad de acercar de nuevo a nuestros 2 reinos, siempre y cuando no suceda ningún inconveniente-

Unos ponies estaban jugando en la playa cuando vieron a una hermosa yegua emergiendo a la superficie, era la reina Novo que se había transformado en pony terrestre para recorrer las calles de Seaward Shoals, lucia tal y como la vez en que conoció al padre de Skystar. Los ponies se quedaron paralizados al ver tanta belleza, sobre todo cuando vieron a Skystar sacudir su melena una vez que estuvo fuera del agua. Novo salió por la playa para adentrarse a la ciudad, de ahí siguió su camino hasta la mansión de Jarhead Swoff. Se paró frente a la puerta, dio un respiro y toco el timbre. Momentos después salió una criada, pero era diferente a la que recibió a Skystar, era igual de apariencia, pero tenía tonos rosados en lugar de café.

-¿Busca a alguien señora?-

-Dile a tu patrón que vengo a hablar con el-

-¿Para que asunto?-

-Dígale que Novo esta aquí-

La criada fue a llamar a su patrón. Novo se puso algo nerviosa. -Todo esta bien, sólo salúdalo y pídele amablemente que te deje ver a tu hija- Se dijo a si misma. El dueño de la casa por fin salió, pero para su sorpresa, era un pony completamente diferente: morado con melena bien peinada y cola rubia usando una bata roja.

-¿Quién es usted?-

-El dueño de la casa señora ¿En que le puedo servir?-

-¿Busco al capitán Jarhead Swoff? ¿No lo conoce usted?-

El pony estuvo pensando unos minutos hasta que le vino el nombre de Jarhead a la cabeza -¡Ah si! Jarhead Swoff. Me temo que a llegado tarde señorita, el barco del señor Swoff naufragó, ahora todas sus propiedades, incluyendo esta mansión me pertenecen ahora-.

Novo se quedó paralizada al oí esta noticia, pero más que la muerte de su amado, era lo que pudo haberle pasado a su hija lo que la tenía angustiada.

-¡No es posible! ¡Que hay de su hija! ¡Donde esta!-

-No tengo idea, solo se que estaba en un internado cerca de aquí-

-¡CUAL!-

-Probablemente en la Escuela para Señoritas de Acute Pinch, ahí es a donde van todas las niñas de clase de la ciudad. Supongo que usted es la madre. Oiga, si encuentra a su hija tal vez quiera volver para que nos tomemos un trago-

-¡Tráguese esto aprovechado!- Novo le dio una patada en la cara y salió de inmediato de ahí.

Con la incertidumbre de saber que el único pony terrestre por quien sentía simpatía y de que la hija que le obsequió estaba afuera en algún lugar de aquel mundo tan inseguro, la reina Novo tenía la sensación de una soga amarrada a su cuello que se apretaba cada vez más mientras trataba de nadar a un lugar lejano.

-¡Si algo le pasa a mi princesa, este mundo no tendrá salvación de mi ira!-