¡Hola! Después de mucho tiempo vuelvo. Esta vez vengo con un prólogo de un nuevo fic que espero les agrade. Hay indicaciones al final del capítulo, léanlas por favor. Sin nada más que decir. ¡Disfruten!
Una chica de largo cabello violeta y ojos bicolores camina por los pasillos de un instituto grande, realmente grande, buscando la sala de profesores. ¿Dónde diablos estaba? Fácilmente se perdió; era lógico, a pesar de vivir en la residencia de estudiantes, era la primera vez que pisaba el lugar donde llevaba a cabo las clases el Internado de Arte Sweet Amoris.
Esta chica se preguntaba cómo había llegado a ese lugar, y para eso debemos hacer un pequeño salto en el tiempo.
Penny Lane llegó a la puerta del Internado, con sus maletas en una mano, y un papel con la ubicación de la sala de estar de empleados en la otra. ¿Cómo había llegado allí? Fácil de explicar: Necesitaba trabajo.
Expulsada de su anterior instituto por no poder pagar, su padre huyó de su casa al no tener como salir de todas las deudas en las que estaba enfrascado. Quedó sola, pues su madre estaba muerta. Investigó, y descubrió que su tía Agatha era el único familiar que estaba con vida. La contactó, y de alguna manera su tía la logró llevar desde Kyoto, Japón, a París. Pero pronto el dinero empezó a escasear, y el empleo de Agatha como cocinera en un pequeño restaurante no bastaba. Así que llegó el turno de Penny de trabajar. ¿Pero dónde?
-¡Penny Lane! Mira lo que conseguí para ti.
-¿Eh? ¿Una oferta de trabajo?
-Sí, en el Internado de Arte Sweet Amoris.
Ese internado… Solo las personas más ricas estudiaban ahí. Había gente de todo el mundo, todos eran hijos de famosos compositores, cantantes, estrellas de rock, pintores y muchas cosas más. Penny Lane tenía grandes esperanzas en su futuro; ella era un prodigio musical, cantaba de una manera excepcional y sabía tocar todo instrumento que le daban, pero tenía un problema: Pánico Escénico.
Sus esperanzas crecieron aun más cuando, estando en Japón, dieron un aviso a nivel mundial: El Internado daba becas a las personas con recursos económicos bajos con talento para poder vivir ahí. Penny Lane se emocionó, pero se congeló al enterarse que las audiciones se harían frente a todos los estudiantes del internado.
-No, tía, yo no puedo trabajar ahí, ¿Qué haría?
-Hoy vi un anuncio que decía que están buscando nuevas sirvientas.
¿Sirvientas? Sabía que el Internado tenía varias porque estaba llena de personas ricas y caprichosas, pero, ¿Ser ella una sirvienta? ¿Tener que usar un diminuto uniforme, un estúpido adorno para el cabello y hacer todas las tareas domésticas mientras los ricos vivían el sueño que ella nunca cumpliría? No, no gracias.
-No, yo puedo conseguir trabajo en una cafetería, o librería, o algo por el estilo…
-Penny Lane, en ese lugar pagan mucho dinero. Con un año trabajando ahí, podremos vivir contentas durante casi 10 años, y luego yo conseguiré un lindo trabajo, tú te casarás e irás a vivir con tu lindo esposo.
-¿Casarme? ¡Ni de broma! ¡Ni siquiera he tenido un novio! Bueno, no tenía intención, pero trabajaré ahí, como un agradecimiento por haberme cuidado, tía.
Al mes siguiente, llegó al lugar con el que tantas veces había soñado, peor que ahora le intimidada: El Instituto de Artes Sweet Amoris. Un guardia le dio un papel garabateado con la ubicación de la sala de estar de empleados. Al llegar, encontró ese gran lugar lleno de sirvientas y mayordomos: Como lo suponía, las chicas llevaban un vestido con una falda demasiada alta para su gusto y un típico adorno para el cabello. Genial.
-Bienvenida señorita Tyler, yo soy Marianne y soy la jefa de las sirvientas. Por favor, póngase su uniforme, que le asignaremos su habitación y empezará con los deberes que le vamos a dar.
Penny fue a los vestidores, que eran más grandes que la cocina y la sala de su casa. Se puso la diminuta falda que al menos era de un lindo color violeta y combinaba con su cabello, se amarró el delantal, se puso el adorno en el cabello y se lo recogió en una cola de caballo.
Bien Penny, éste es un trabajo serio. Sé que tienes un carácter hiperactivo y alegre, pero trabajarás en un lugar donde encontrarás mucha gente a la que no le gustará ese carácter. Tendrás que aprender a adaptarte, y tendrás que ser tranquila. Así todo te irá bien.
Eso fue lo úlltimo que le dijo su tía, antes de dejarla en la puerta del internado.
Bien, tengo que dejar este carácter tonto. Debo ser seria, tranquila, y no dejarme llevar. No puedo sonreír por cosas tontas, no puedo dar mi opinión, no puedo tener voz ni voto. Soy solo una sirvienta.
¡Bien, éste es el prólogo! Comenten si quieren que siga. Lo subí porque me atacó un momento de inspiración, y no puede dejarlo pasar. Espero que les haya gustado, por cierto no desesperen por los otros fics, me han llegado mensajes con amenazas de muerte D: Ya falta poco para que actualice más de "Una enredada historia de amor" y "Enamorada de un chico peculiar" Paciencia por favor. Mientras tanto, les subo este fic a ver si les gusta.
Por cierto: ¡Ya están las ganadoras de mi casting! Fue muy difícil, y no pude decidirme solo por una :´I Así que son 3 ganadoras: Wilfys, Eliizaabeeth y Cake. Bell.
¡Pónganse en contacto conmigo! Muchas gracias a todas las participantes, en serio, si pudiera las elegiría a todas, en serio, gracias por participar, no pensé que habría tantas, las amo a todas.
¡Nos leemos pronto!
