Se siente raro regresar por estos rumbos después de bastante tiempo, suficiente para reflexionar bastantes cosas que les contaré en el siguiente capítulo. Con está historia regreso a FanFiction y en especial a este fandoom que me ha hecho crecer bastante como escritor, espero disfruten este nuevo fic.

Sin más preámbulos, comencemos


Capítulo 1

Bromeaban y reían como dos niños pequeños, a pesar de su tiempo distanciados, su amistad seguía siendo la misma.

–Grulla vas a hacer que vomite los fideos –decía la felina sobándose el abdomen. Una gran alegría inundaba el restaurante, comodidad y una buena sazón de la sopa le daban el toque perfecto a esa reunión.

–Perdón, pero es que hace tanto que no reímos así –dijo mientras se limpiaba las lágrimas de la risa –, desde que el maestro de Lee Da nos atrapó combatiendo en peleas callejeras para ganar dinero "fácil" y nos dio un sermón sobre que nuestras habilidades deben ser usadas de forma correcta y no de manera innecesaria.

–Sí, es cierto –se tapó la boca para no reír como loca –, y ano recordaba eso.

–Maestro Grulla, maestra Mei Ling –habló el señor Ping detrás de ellos, ambos voltearon al oír su voz.

–¿Qué ocurre señor Ping? –preguntó Grulla sin dejar de reírse.

–No es por interrumpir su "cita" –Mei casi se atragantó ante esa palabra y Grulla se puso como un tomate.

–No señor Ping –dijo muy nervioso –, se equivoca.

–Bueno, lo que sea, pero no se rían muy fuerte, espantan a los pequeños –ambos vieron a unos conejitos que estaban atemorizados ocultándose detrás de su madre, ambos se sonrojaron por ello.

–Está bien señor Ping –sacó unas monedas –, tenga, nos retiramos, gracias como siempre por su buena comida.

–Sí, muy buena –dijo ella sonriente y muy satisfecha.

–Buenas noches –se despidió de todos.

–¡Buenas noches! –correspondieron todos los comensales felices.

Salieron del restaurante caminando por las calles del Valle, las luces eran tenues, pero eran el reflejo de la tranquilidad del lugar.

–¿Quieres ir al bosque? –ella asintió contenta por seguir con su mejor amigo.

Comían y comían, junto con Mono, las galletas de su frasco, se deleitaban con el sabor de plátano con nuez. Conversaban de distintos temas; desde los de importancia mayor hasta los más banales. Nada fuera de lo común, excepto para visita inesperada de la maestra Mei Ling.

–¿De verdad Víbora? –hablaba Mantis con la boca llena –, ¿no estás celosa por que vino Mei Ling? –Víbora rodó los ojos molesta.

–Y sin contar que acaparó toda la atención de nuestro plumífero amigo –comentó Mono riendo.

–Por décima vez; no –dijo exasperada por las tonterías de sus amigos –, sólo es su mejor amiga, nada más allá de eso.

–No sé, pero han estado muy juntitos, para nada se han despegado –siguió burlón Mono.

–Mono, créeme que eso no me molesta en lo absoluto y además…

–Sin embargo, conocía que Grulla estaba enamorado de ella cuando se encontraba en Lee Da –seguía comentando Mantis.

–Mantis te digo que… –se comenzaba a hartar de su mofa.

–Retomando el argumento de mi compañero –dijo Mono con un tono demasiado elegante para la situación mientras se reverenciaba al igual que Mantis –, yo oí que fueron pareja.

–Chicos…

–Y también se ocultaban en los sótanos –ninguno daba tregua, pero la paciencia no duró toda la vida.

–¡Ya cállense! –gritó molesta propinándoles latigazos –, ¡tenían que ser machos!

–¡No!, ¡mi trasero! –gritaron al unísono recibiendo el castigo que ellos mismos ocasionaron.

Solo contemplaban las estrellas, caminaban sin rumbo aparente, pero mientras pudieran divertirse, eso no importaba en lo más mínimo. Hasta que los ojos empezaron a pesarles a ambos.

–Creo que es momento de regresar Mei –dijo Grulla para después bostezar.

–Concuerdo completamente –ambos sonrieron.

Pero algo raro ocurría; el viento cobró una fuerza extraordinaria. El tiempo cambió radicalmente. Una fuerte ráfaga de aire empujó a Mei contra un árbol golpeándose la espalda y cayendo de cara al suelo.

–¡Me Ling! –fue a levantarla y revisarla sino se había lastimado mucho.

–Descuida Grulla, estoy bien –dijo sacudiéndose el polvo –, pero esto no es normal, esa ráfaga nos atacó, por muy tonto que suene eso –se posicionó para combate.

–Te creo, nada es imposible en este mundo –miraron para todos lados, poniendo sus oídos en alerta máxima.

Grulla cerró los ojos y sus plumas se erizaron, respiró silenciosamente y con calma.

–¡Ahí! –extendió sus alas dibujando un gran círculo, seguido de movimientos rápidos y gráciles dignos del maestro estilo grulla. Dibujó una "x" con fuerza y desprendió unas ráfagas que impactaron en un gran tronco, al cual solo terminó dibujándole esa letra.

–¿Qué ocurre Grulla? –preguntó extrañada.

–Le di –aseguró sonriendo.

Entonces de la "x" un extraño agujero se formó, retrocedieron si dejar de estar alertas, pero unas cadenas salieron de ahí apresándolos.

–Demonios –dijo Mei tratando de mantenerse pegada al suelo con sus pies pero era inútil las cadenas ejercían mucha fuerza y presión sobre su torso y brazos.

–Maldición no puedo mover mis alas.

Fueron jalados y tragados pero el agujero sin poder evitarlo.


Espero les haya gustado bastante, no se olviden de comentar, dar su opinión, crítica constructiva, etc.

Se despide su amigo y escritor:

CARPINTERO IMPERIAL