Bueno, aquí estoy nuevamente solo que ahora estoy intentando hacer un fic de miedo, aún no estoy segura de que vaya a ser así, pero los que tienen la última palabra son ustedes, así que conforme suba los capítulos me dicen si pertenece o no
Disclaimer: Inuyasha & Cía. no me pertenecen a mí sino a Rumiko Takashi pero en definitiva la historia si es completamente mía
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Eran las seis de la mañana cuando sonó su despertador, las cortinas se mecían suavemente con la brisa matutina, sus largos cabellos azabaches caían sobre sus hombros desnudos y una blanca sábana le cubría el resto de su cuerpo, sus largas y espesas pestañas temblaron cuando un rayo de sol atravesó las cortinas y le dio directamente en sus ojos cerrados, levantó la mano molesta intentando evitar ese fastidioso contacto pero el sueño le abandonó y con ello sus ganas de seguir en la cama – hija, levántate, recuerda que hoy tienes el viaje a Osaka – le recordó alegremente su madre, era cierto hoy tendría que viajar pues era parte de una excursión de la escuela, tendría que permanecer fuera por tres días pero se alegraba al saber que el domingo en la tarde podría volver a ver su familia – si mamá, ya bajó – contestó, pero algo no la tranquilizaba, tenía extraños presentimientos y sus sueños no habían sido exactamente "dulces" - son solo cosas mías - especuló mientras recogía los tirantes de su blusa que habían caído por el movimiento que había echo al dormir
Se encaminó perezosamente hacia el baño para tomar un rápida ducha y vestirse, mientras se vestía recordó que aunque sería un gran viaje no podría estar tranquila ya que había peleado con su novio días atrás y hasta ahora no se habían podido arreglar las cosas - ¿Cómo puede pensar ese cabeza dura que lo estoy engañando? - pensó molesta, bajó lentamente pues aún contaba con tiempo suficiente como para desayunar tranquilamente – buenos días – saludó mientras se dirigía a su asiento – buenos días hermana – contesto la menor que casi terminaba con su cereal – hola chiquita, ¿Cómo dormiste? – Preguntó mientras le desordenaba un poco el cabello que era parecido al suyo – pues…la verdad… - se quedó callada mientras jugaba un poco con su cereal, la chica volteó a verla e inquirió nuevamente - ¿Qué sucede, tuviste alguna pesadilla? – Cuestionó mientras se sentaba a su lado y se servía el cereal – por favor hermana – pidió mientras le tomaba las manos y sus ojos se cristalizaban – prométeme que tendrás cuidado en este viaje – su voz se quebró y las lágrimas salieron voluntariamente recorriendo sus mejillas
Aquella actitud le extraño pues su hermana nunca lloraba o trataba de no hacerlo mientras ella estaba presente – te lo prometo, pero no llores – decía al tiempo que le limpiaba las lágrimas que poco a poco comenzaban a detenerse, aquella promesa logró volver a traer aquel brillo en los ojos de su hermanita quien rápidamente terminó con su desayuno, se levantaron al mismo tiempo y llevaron los platos al lavadero, las chicas iban a lavarlos cuando la voz de su madre las detuvo – no se preocupen, yo los lavo, será mejor que se vayan, no quiero que lleguen tarde – pronunció con una cálida sonrisa – de acuerdo – contestaron al unísono
Ambas terminaron de arreglarse y salieron a la puerta donde la madre las estaba esperando con sus mochilas – que te vaya bien en el museo y espero que aprendas mucho – comentó hacia la menor mientras le tendía su mochila y le daba el abrazo matutino, la mayor se acercó a su madre la cual le sonrió pero conocía a su progenitora y sabía que algo estaba distinto en ella, desde que despertará tenía un extraño presentimiento pero no quiso prestarle atención así que continuó hasta su madre – Adiós mamá – se despidió como lo hacía normalmente pero su madre la retuvo en el abrazo, sentía como su progenitora temblaba y con suavidad le dijo – ten mucho cuidado hija, piensa antes de actuar y analiza con cuidado la situación – con aquellas palabras las despidió haciendo que su presentimiento se hiciera más grande
Caminaron por un prolongado tiempo sin pronunciar palabra alguna, cuando menos lo sintieron habían llegado a la entrada de la escuela de la menor – bueno pequeña aquí te quedas – soltó mientras veía la majestuosa edificación en la cual estudiaba su hermana y que en algún momento ella también asistió – así es – contestó distante, haciendo que volteará a verla sorprendida, su hermana era de carácter muy cálido y su voz raras veces mantenía ese tono y eso era cuando estaba triste o preocupada, se inclinó hasta quedar a su altura, ya que su hermanita no pasaría de los diez años – escúchame bien, no importa que hayas soñado, te prometo que tendré cuidado y mañana estaré de regreso ¿de acuerdo? – quería verla sonreír de nuevo – de acuerdo, pero antes – sacó de uno de sus bolsillos dos pulseras de igual color y con las letras que representaba sus nombres "K" y "A" – quiero que la mantengas siempre contigo y pase lo que pase recuerdes que estoy contigo – le colocó la pulsera en su muñeca derecha y repitió el gesto con ella – está bien, pero no te preocupes, anda quiero verte sonreír pequeña – la menor sonrió como solía hacerlo haciendo que sus nervios se tranquilizarán y en un acto amoroso, la jaló hacia ella y la estrechó en sus brazos, la pequeña no pudo contener más las lágrimas y comenzó a sollozar silenciosamente, la chica se quedó abrazándola en una de las bancas de la institución tratando con eso de consolarla
Cuando al fin pudo normalizar su respiración levanto la mirada y observo a su hermana con detenimiento, como si quisiera grabarla en su mente, sonrió y se despidió con un dulce beso en la mejilla de su hermana mientras comenzaba a adentrarse a su escuela, la chica se levantó y se giró para despedirse de su hermanita, elevo la mano un poco y la movió despidiéndose mientras un remolino de sensaciones dentro de ella se hacía cada vez más grande, algo malo estaba por pasar lo sabía pero no estaba segura, las reacciones de su madre y de su hermana no ayudaban en mucho, pensó, mientras se veía detenidamente la pulsera que le había dado
Sacudió su cabeza tratando de poner sus ideas en orden, caminó lentamente pues aún contaba con tiempo para llegar, tan sumergida estaba en sus pensamientos que no notó que se encontraba frente a su escuela hasta que la voz de alguien familiar la sacó de ellos – Hola preciosa – saludo animadamente hasta llegar a su lado y besarle la mejilla, era uno de sus mejores amigos aunque también sabía que él quería algo más con ella, le saludo de igual manera y junto a él entro al establecimiento
Entraron al salón que estaba repleto de alumnos en todas partes, algunos sobre los escritorios, otros en las ventanas y otros más creyendo que el salón era un campo de juego, en un rincón cerca de la ventana divisó a sus amigos – hola chicos – saludó mientras le agradecía su compañía al chico a su lado – buenos días – contestó otro chico, mientras veía con reproche a los jóvenes que acababan de llegar, en especial al chico a su lado, mismo que solo soltó un gruñido y se alejo – buenos días – contestó contesto molesta – no tenías porque hacerlo sentir así – le espetó mientras se encontraba con unos rostros bien conocidos – Feh, hago lo que se me da la gana – contrarrestó resentido el chico mientras sus ojos se posaron sobre la pulsera en la muñeca de su novia – y según tú yo estoy exagerando – señaló sarcástico hacia la pulsera de la joven – me la dio mi hermana – contestó malhumorada por la actitud que estaba tomando – si claro y yo nací ayer – gritó molesto, la risa se hizo visible en el rostro de la chica mientras se volteaba, le gustaba que la celará pero a veces la exasperaba, aquella burla no paso desapercibida por el joven quien se cruzó de brazos molestó viendo para otro lado tratando de parecer indiferente – tranquilo Inuyasha, te aseguro que es de mi hermana – aseveró mientras sus ojos se perdían en las orbes doradas de su novio – no me importa, haz lo que quieras – musitó mientras veía nuevamente la letra en la pulsera – porque eres tan terco y celoso – le riñó molesta – la K es por Kikyo, no por Kouga, tranquilízate – le respondió al ver como el cuerpo de Inuyasha se relajaba pero trataba de no aparentar, bufó molesta, no entendía como era que podía ser así si nisiquiera le había dado motivos para ello, no importa ella no haría nada para solucionarlo, ya lo había intentado pero él parecía como si realmente no le importará y eso le dolía, pero no se lo demostraría
Mientras dos de sus amigos eran testigos fieles del aquella peculiar situación entre aquellos chicos que aunque tuviesen problemas como cualquier pareja, habían logrado superarlo pero al parecer los celos de su amigo no ayudarán esta vez, y la chica parecía ya molesta de aquello – lo ves Inuyasha, Aome te quiere no se porque lo dudas – le recalcó uno de los jóvenes de ojos azules y sonrisa encantadora – al menos trata de parecer serio – inquirió la otra joven de cabello castaño y ojos cafés – al tiempo que la silueta de su mano comenzaba a hacerse más visible en el rostro del joven – Miroku primero aprende a controlar tus manos y después me das tontas ideas – soltó resignado Inuyasha viendo que nuevamente comenzaba una pelea entre esos dos – pero aún así Sango lo quiere – le recordó Aome acomodándose más en el escritorio – en eso tienes razón – afirmó mientras la discusión entre aquellos dos continuaba, pero percatándose de que había respondido como si nada, se maldijo a si mismo por ser tan débil frente a ella pero no podía controlarse, la amaba y le molestaba verlo con otros, sabía que había metido la pata pero no sabía como disculparse, eso al menos no era algo innato en él, suspiró mientras observaba a su novia
Aome estaba distante, preocupada y él lo había notado, ella no era una chica callada y verla así le inquietaba – que tienes, te noto intranquila – trataba de que no sonará como un insulto o algo parecido, solo quería saber que le ocurría, nivelo su vista con la de él y suspiró, sabía que trataba de hacerlo bien, pero esta vez no cedería tan rápido, lo haría sufrir y le haría que dijera lo que sentía por ella, le costaba decirlo, eso lo entendía pero no había motivo para actuar como lo llevaba haciendo, decidió responder para que viera que al menos no le dejaría de hablar, pues aún no estaba formalizado su ruptura y por el comportamiento de él, lo dudaba – la verdad es que todo ha sido extraño desde que me levante – comenzó a contar mientras él prestaba atención a su relato – mi madre y Kikyo estaban extrañas – algo en la actitud de ellas le llamaba la atención pero aún no estaba segura – a que te refieres con extrañas – la curiosidad era tan grande que no pudo evitar preguntar – pues la pulsera que me dio Kikyo me la dio porque tenía miedo y me pidió que tuviera mucho cuidado con algo – pensó por un instante si eso había sido porque ambas habían tenido el mismo presentimiento – y tu crees que algo malo vaya a pasar – preguntó intrigado pues raras veces los presentimientos de ellas eras falsos – pues no estoy segura Inuyasha pero me temo que no será un viaje agradable – Inuyasha abrazó fuertemente a la chica tratando de hacerla sentir segura y de calmar con ello sus propios pensamientos, Aome se dejó abrazar pensando en que solo era un abrazo amistoso, no cedería e Inuyasha ya lo sabía, tendría que conquistarla nuevamente
Los pasos de alguien acercándose alertaron al cuarteto que giro su vista para encontrarse con unas personas muy queridas – hola muchachos, idiota – saludo debidamente mientras reía arrogantemente al notar la furia en los ojos de su hermano – buenos día Sesshoumaru, te molestaría ahorrarte tus insultos para después – masculló siendo detenido por las delicadas manos de Aome que intentaba detener un homicidio en aquel lugar – no, no quiero así que aguántate – le contesto firmemente mientras terminaba de saludar al resto – vamos Sessh, no empiecen a pelear de nuevo – le espetó la chica a su lado – solo porque me lo pides de esa manera dejaré de hacerlo – inquirió viendo de soslayo a su hermano – gracias Sesshoumaru – dijo al tiempo que posaba sus ojos rubí sobre los demás – hola chicos – saludo amablemente mientras se acomodaba en la paleta del escritorio – hola Kagura – contestó Miroku que fue detenido por Sango ya que había logrado acercarse lo suficiente a la chica en cuestión pero no había notado lo que sango a su lado si – yo que tú controlaba tu mano, no vaya a ser que te quedes sin ella – sonrió maliciosamente al ver como pasaba saliva al oír la firme voz de Sesshoumaru tras suyo – como tú digas – afirmó mientras regresaba al lado de Sango y reía nerviosamente obteniendo miradas reprobatorias de sus amigos
Las conversaciones y amenazas de parte de todos los presentes hacia Miroku continuaron y el tiempo comenzó a pasarse rápidamente, Kouga se mantenía hablando con sus amigos que reían ante las ocurrencias del joven para quitarle a Inuyasha a Aome, cuando el ruido de la puerta deslizándose le llamó la atención, rodó sus ojos al ver que quien había entrado al salón ganándose la mirada de todos los alumnos especialmente la de los hombres era Ayame, la chica tenía su cabello rojizo recogido en dos coletas y sus ojos verdes brillaban inocentemente - si claro, todas son iguales de superficiales - pensó Kouga al tiempo que volvía la vista hacia sus amigos restándole importancia, aquello no pasó inadvertido para la chica que solamente agacho la vista y continuó con su camino hasta las porristas de la clase, todo el alumnado iba con su uniforme deportivo que constaba de un pants color azul y una playera blanca con el logotipo de la escuela y un sudadero de color azul, las mochilas se encontraban tiradas por todo el salón, haciendo que una joven se cayera y llamará la atención de todos provocando una reacción en cadena de risas, que irónicamente fue iniciado por Kaguya que había sido quien se cayera
La profesora llegó al salón con quince minutos de atraso, haciendo correr a todos para poder llegar rápido al autobús – apúrense chicos, que no ven que vamos tarde – gritó para poder ser oída, los ordenó de dos en dos, el bus estaba capacitado para llevar cuarenta pasajeros además del conductor y los sillones estaban bien cuidados, cosa que asombro a los alumnos – bien quiero que así como están se vayan en el viaje y que al menos traten de comportarse – esto último lo dijo más bajo pero continuó su labor hasta que todos estuvieron en orden – ya es tarde – masculló la profesora mientras veía a todos los alumnos ya listos para ingresar al vehículo – la culpa no la tenemos nosotros – comentó alguien no específico pues entre todos nadie quiso decir quien había sido – claro que es por su culpa, no ven que ya llevamos treinta minutos de atraso – vociferó al tiempo que le terminaba de dar instrucciones al chofer del bus – nosotros no éramos los que estábamos compartiendo bacterias con el profesor de física – volvieron a decir provocando un sonrojo notorio en la profesora y que la cólera aumentará – bien dejémonos de estar lanzando la pelotita de la culpa y entren – trató de controlar su carácter pues tenían razón y no podía contrarrestarlos
Inuyasha podía notar como el nerviosismo crecía en Aome así que decidió tomarla de la mano para mantenerla serena – tranquila todo estará bien – le prometió mientras todos terminaban de abordar siendo ellos los últimos – lo sé, gracias – aseguró, pero su momento fue interrumpido – vamos linda entra – gritó Kouga desde dentro del autobús, logrando que Inuyasha maldijera por lo bajo y Aome solamente suspiró resignada, talvez hacer que sus celos desaparecían sería muy difícil, pero increíblemente Inuyasha logró autocontrolarse y continuar como si nada hubiese ocurrido, deseaba conquistarla nuevamente y tratar de que se percatará de que nada lo haría cambiar sus sentimientos hacia ella, sonrió mientras notaba la actitud que su novio estaba tomando para con ella mientras su vista se posaba sobre las ahora solitarias calles de aquel barrio en Tokyo – "no subas" – aquella voz la desequilibró y buscó desesperadamente al propietario de dicha frase, pero solamente se encontró con Inuyasha que la veía detenidamente sin terminar de subir - ¿Qué ocurre? – preguntó al notar el extraño comportamiento de Aome – "no subas" – volteó para buscar al causante de aquella mala broma pero se topo con una calle desolada que eran cubiertas por los frondosos árboles de cerezo que se mecían algo fuerte ante la brisa – si estoy bien, no te preocupes – afirmó mientras subía dudosa al bus, las puertas del transporte se cerraron provocando que se sobresaltará y colocará su mano en la puerta cerrada - ¿vamos? – dijo Inuyasha al tiempo que le extendía la mano, Aome le sujeto la mano y camino intranquila hasta sus asientos, se sentó al lado de la ventana e Inuyasha a su lado, observó por el reflejo del vidrio como su novio se colocaba los audífonos y se relajaba en el asiento
Fijó su mirada sobre la pulsera que le diera su hermana y observó por la ventana mientras el bus se ponía en marcha - solo esperó que mis presentimientos no sean ciertos - pensó tratando de relajarse, el sueño que su hermana le había contado entre llantos la había perturbado, cerró los ojos pero sus palabras volvían una y otra vez torturándola –"ten cuidado porque soñé con muertos y a todos tus compañeros, por favor pase lo que pase recuerda que tienes que volver con nosotras" – abrió los ojos de golpe y volvió a ver por la ventana, observando como su escuela ya se había quedado atrás - no se que vaya a suceder, pero prometo volver contigo - murmuró al viento, pidiendo porque sus miedos no fueron a hacerse realidad…
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Espero que les haya gustado no olviden dejar sus comentarios al respecto, nos leemos en la próximo
Sayonara
