No soy nueva en fanfiction, pero sí escribiendo fanfics de Fairy Tail :)

Habitualmente, siempre que leo fanfics de Fairy Tail es Lucy la pobre chica enamorada que sufre, mientras que Natsu es el"denso" de la historia que nunca se da cuenta de nada. Acá decidí invertir los papeles un poco.

¡Espero que les guste!

PD: La excelente historia de Fairy Tail no me pertenece. Si me perteneciera, Lucy no sería un constante fetiche sexual y no todas las batallas se resolverían con el "poder de la amistad"


1

Shock

Desgranaban los primeros días de la primavera en la ciudad de Magnolia y en el gremio de Fairy Tail ya empezaban a realizarse los preparativos para celebrar el festival del cerezo arcoiris. Sin embargo -y como ya era tradición dentro de la alianza- un alboroto provocado por los muchachos había hecho que todos interrumpieran sus actividades. Y como siempre, el gremio estaba dividido en dos bandos: los que se unían a la pelea y los que se ocultaban donde podían.

-¡Gray, Natsu!- gritaba Erza hecha una furia mientras agitaba una espada muy, muy grande-. ¡Vengan aquí para que les corte la cabeza!

Natsu y Gray detuvieron sus puñetazos y, esquivando las tablas de madera rota, las botellas de licor y las sillas que volaban de un lado al otro en una algarabía confusa y desenfrenada, comenzaron a arrastrarse lejos de la pelirroja. Elfman, que corría tras un furibundo Gajeel, tropezó con ambos y cayó de cara al piso mientras mascullaba:

-¡Huir no es de hombres! ¡Si son hombres vayan y enfrenten a Erza!

Gray le dio una patada, mandándolo a volar.

-¡Pues ve tú primero, entonces!

-¡Kahahaha!- se burló Natsu mientras se tapaba la boca con la otra mano para aguantarse la risa.

Erza noqueó a Elfman de un solo puñetazo y miró fijamente a los dos muchachos, quienes se paralizaron, sintiendo un repentino frío en las entrañas. La mirada sádica de la mujer más fuerte de Fairy Tail podría haber intimidado al mismo Zeref en aquellos momentos.

Olvidando momentáneamente su rivalidad, Gray y Natsu se pegaron el uno contra el otro, gritando de horror mientras eran acorralados contra la pared por Erza Scarlet, quien alzó la espada sin un ápice de piedad en la mirada.

-¡Gaaaaahh! ¡Socorro!

-¡Ma… Maestro… Erza nos va a matar!

Pero el borracho maestro Makarov estaba enfrascado en una pelea con un igualmente borracho Gildarts, quien había llegado a la ciudad una semana atrás, por lo que no les prestó atención. Detrás de Gildarts, Cana se reía a carcajadas, abrazada a un barril de licor mientras a sus pies yacían tumbado Jet y Droy, a quienes ella había noqueado momentos antes por tocar accidentalmente su amado barril.

-¡Idioootas!- se burló Cana, hipando y riendo sin parar.

Justo cuando Natsu y Gray, pálidos, empezaban a murmurar sus primeras plegarias de arrepentimiento, la voz alegre de Lucy les hizo voltear a todos hacia la entrada de la alianza. Erza bajó la espada y Levi, que intentaba impedir que Gajeel golpeara a Max con su guitarra de metal, exclamó alegremente:

-¡Lu-chan!

Erza parpadeó.

-¿Quién es él, Lucy?

Gray soltó el aliento que había estado conteniendo, agradeciendo la aparición oportuna de Lucy. Natsu, sin embargo, observaba atónito al joven que Lucy llevaba tomado de la mano. ¿Quién demonios era ese chico? ¿Y por qué estaba agarrando la mano de Lucy?

Natsu tragó saliva, sintiéndose extrañamente enojado y nervioso, dos emociones que no recordaba haber experimentado al mismo tiempo antes.

Lucy dio un paso hacia adelante y, sonriendo al joven de cabello gris que tenía cogido de la mano, dijo con un leve rubor:

-¡Chicos! Les presento a Ryu… mi novio.

Ryu sonrió.

-Encantado, magos de Fairy Tail.

Todos tardaron unos segundos en asimilar la noticia antes de mirarlos boquiabiertos y soltar exclamaciones que iban desde escupitajos de bebida, improperios y comentarios de sorpresa.

-¡Lu…lucy tiene novio!

Juvia canturreó.

-¡Una rival del amor menos!

-¡No puede ser!

-Ese joven se me hace familiar…

-Mmm… pues sí, ahora que lo dices.

El joven en cuestión era alto y bastante guapo, con el cabello corto de un tono gris que combinaba con sus ojos azul piedra. Vestía un jersey blanco, una chaqueta negra sin mangas y jeans oscuros. Kinana lo estudió en silencio antes de exclamar, sorprendida y sonrojada:

-¡Tú eres el vocalista de esa banda de rock famosa, Insomniac!

Tras decir eso, todas las chicas de Fairy Tail se ruborizaron, riendo y rodeando a Ryu para pedirle un autógrafo. Mirajane le comentó a Lucy:

-Así que los rumores eran ciertos ¿eh?

Lucy parpadeó.

-¿Eh? ¿Qué quieres decir?

Mirajane fue a buscar un ejemplar del Hechicero Semanal y lo abrió para mostrarle una página específica, donde se veía a Lucy de espaldas junto a Ryusaki Gallard, el popular cantante del grupo de rock Insomniac, frente a una tienda de libros.

-Sabía que esa chica eras tú.

Lucy se ruborizó.

-¡No sabía que nos habían sacado fotos!

Ryu la rodeó por los hombros, sonriendo sin alterarse.

-Esos fotógrafos son muy astutos. Te dije que tendrías que acostumbrarte, Lu.

Antes de que Lucy alcanzara a abrir la boca, una voz grave dijo a sus espaldas.

-¿Quién es este, Lucy?

La rubia se giró hacia su mejor amigo y suspiró:

-Se llama Ryu, Natsu, y es mi…

-Su novio- completó el muchacho de cabello gris con aplomo, extendiendo la mano-. ¿Natsu Dragneel, no? Lucy me habla mucho de ti. Un gusto conocerte al fin.

Natsu avanzó unos pasos hacia Ryu y lo miró con el ceño fruncido. El otro le sostuvo la mirada sin retroceder. Ignorando la mano que el otro le tendía, Natsu se volteó hacia Lucy, mascullando:

-¿Hace cuanto que sales con él?

Lucy tragó saliva. La mirada de Natsu era intensa.

-Ha… hace dos meses.

Todos parpadearon con sorpresa. Levy exclamó:

-¿Y recién ahora nos cuentas? ¡Lu-chan, creí que nos tendrías más confianza!

Lucy balbuceó, avergonzada:

-Esto… yo…

-Lo hacía por mí- explicó Ryu mientras se rascaba la nuca con cierto embarazo-. Nos conocimos hace tres meses, en una librería. Ella no sabía quién era yo, y cuando comenzamos a salir, le pedí discreción, por mi carrera musical. No es fácil salir con chicas cuando hay fotógrafos y gente reconociéndote en la calle. Y no quería que Lucy se viera arrastrada en medio de eso.

-Que considerado- murmuró Gray con sarcasmo.

Ryu lo miró y sonrió, divertido.

-¿Eres una especie de striper?

Gray se sobresaltó, y murmurando entre dientes, fue a buscar sus pantalones mientras todas las muchachas se reían de él. Natsu, que en cualquier otra ocasión podría haberse unido a las burlas, frunció aun más el ceño. Happy, sobre su hombro, murmuró en su oído:

-Natsu, estás muy tenso.

-No me gusta ese tipo.

-Mmm. Pero a Lucy sí le gusta y ahora está saliendo con él. Ahora ya sabemos por qué estaba rechazando menos trabajos con nosotros ¿eh?

El muchacho pelirrosa abrió más los ojos y se dio cuenta de que Happy tenía razón. En las últimas semanas, Lucy compartía cada vez menos tiempo con ellos. De hecho, muchas veces Natsu había estado hasta tarde en el departamento de la rubia, esperándola para pasar rato con ella, y Lucy no había llegado. Natsu había asumido que era porque Lucy había decidido quedarse a dormir en el departamento de Levy para hablar sobre esas cosas aburridas de las que solían hablar las niñas.

"¿Entonces Lucy estaba siempre con este sujeto?" pensó, espantado. Natsu tragó saliva, dándose cuenta de que, por alguna razón, su garganta parecía haberse vuelto más estrecha. Una sensación extraña le oprimía el pecho y el estómago. Natsu respiró hondo, confundido. ¿Por qué se sentía así? Era como haber comido un mal fuego.

De pronto, Natsu deseaba estar lejos de allí.

Lisanna, que estaba cerca de él, lo miró atentamente. La chica de cabello blanco frunció un poco la frente al notar la palidez de su amigo. Sin decir nada, Lisanna siguió observándole. Todos rodeaban a Lucy y a Ryu sin dejar de hacerles preguntas que hacían que la rubia se sonrojara y el músico sonriera. Pero Lisanna solo podía mirar a Natsu. El siempre fogoso dragón slayer parecía cada vez más infeliz e incómodo, y era la primera vez que la menor de los Strauss lo veía así.

Lisanna no tardó en unir las piezas y comprender la razón. Ella misma había estado en una situación similar antes, después de todo. Así que, suspirando profundamente, se acercó a él y le dijo:

-Natsu… ¿quieres ir a pescar? Hace tiempo que no lo hacemos.

Él la miró, aliviado de que alguien le propusiera sacarlo de allí. Forzó una sonrisa.

-Claro ¡vamos!


Era una tarde perfecta en todos los sentidos. La ligera brisa primaveral sacudía las hojas de los árboles y un sol brillante se elevaba en el cielo de Magnolia. Sin embargo, Natsu se sentía abatido y no estaba haciendo un buen trabajo en ocultarlo. Ni siquiera la compañía de su amiga de la infancia y la racha de pesca de Happy había servido para animarlo. Natsu solo podía pensar en Lucy. En Lucy y la forma en cómo miraba a aquel estúpido cantante de rock.

¿Pero por qué le molestaba tanto? Lucy había salido con algunos chicos antes y a él nunca le había imprtado. Pero ahora… ahora solo deseaba destripar al maldito Ryu-como se llamara. Destriparlo por robarle a su Lucy.

"¿Mi Lucy?" pensó, sobresaltado. ¿Desde cuándo pensaba en Lucy como su Lucy? Natsu se sintió avergonzado de sí mismo. Lucy no le pertenecía a nadie, por supuesto. Ella no era suya. Ambos solo eran compañeros de equipo y mejores amigos. ¿Por qué debería molestarle que ella tuviera un novio?

-Natsu…

La voz de Lisanna lo sacó de su ensimismamiento.

-¿Eh?

-¿En qué piensas?

-¡En nada!

-Estás mintiendo.

-¿Qué? ¡No!

-Te conozco, Natsu. Te pones tenso, te rascas la mejilla y alzas la voz cuando mientes. ¿Estabas pensando en Lucy, cierto?

El muchacho la miró asombrado.

-¡Wah! ¿Es que puedes leer la mente?

Happy miró a Lisanna con horror.

-¡Natsu, no quiero que Lisanna lea mi mente también!

La muchacha suspiró con cierta irritación.

"Idiotas" pensó.

-No puedo leer la mente. Sé que estabas pensando en Lucy porque te vi como la mirabas en el gremio- explicó ella.

Natsu se puso nervioso.

-¿Q-qué quieres decir?

-Estás molesto porque Lucy tiene novio. ¡Y no lo niegues! Se nota demasiado.

Happy miró a Natsu unos momentos y luego dijo:

-A Natsu le guuuuuusta Lucy.

El muchacho dio un respingo y le gritó a Happy, enfadado:

-¡Lucy es mi nakama, maldición!

Happy voló hacia Lisanna, asustado.

-¡Waaah, Natsu me gritó!

La chica de cabello blanco rodeó a Happy entre sus brazos y miró a Natsu con seriedad.

-Pienso igual que Happy.

Antes de que Natsu abriera la boca para replicar, Lisanna continuó:

-Estás furioso y confundido al mismo tiempo pero no quieres decir nada porque temes que Lucy deje de ser tu amiga si reaccionas mal frente a ella. Y sientes que quieres estrangular a su novio ¿no? Pues a eso le llaman celos. Ahora… ¿Notas un leve dolor en el pecho cuando los imaginas juntos? ¡Ah!, y apuesto que siempre quieres estar con Lucy. Quieres estar con ella porque te hace feliz su presencia…, pero ahora sientes como si te la hubieran robado.

Natsu parpadeó, sorprendido. Todo lo que Lisanna acababa de decirle era cierto. Cada palabra.

El muchacho bajó la vista, hacia sus manos, y murmuró:

-Yo… yo no sé…

-Vamos, admítelo de una vez. No puedes seguir mintiéndote a ti mismo ¿no?- dijo la chica de pelo blanco con una media sonrisa.

Natsu bajó los hombros entonces y cerró los ojos, exhalando un hondo suspiro antes de admitirlo:

-Quiero a Lucy- murmuró.

Lisanna sintió ganas de llorar, pero se contuvo. Se suponía que ya lo había superado. Así que, suprimiendo sus propios sentimientos, asintió.

-Me bastaba mirarte para saber que estabas loco por Lucy. Y no soy la única que se ha dado cuenta. Muchos en el gremio lo comentan.

Natsu se revolvió el cabello de la nuca con frustración.

-Mierda. Esto… no es bueno.

Happy, que había escuchado en silencio, se acercó a su amigo y puso una pata sobre su pierna en señal de apoyo. Natsu sonrió ligeramente, acariciando su cabeza peluda.

-¿Qué debo hacer ahora? No… no va a desaparecer ¿cierto? Lucy está ahora con ese tipo… y yo…

Lisanna lo miró con pesar.

-Eso no te lo puedo decir, Natsu. Eres tú quien debe saber cómo resolver tus propios sentimientos.

El muchacho asintió y, tras unos momentos de silencio, murmuró:

-Gracias, Lisanna.

Ella se acercó a él y lo abrazó mientras intentaba reprimir su propio dolor.

-No tienes que agradecerme. Somos amigos ¿no?

Natsu sonrió.

-Sí.

Lisanna se separó de él y le dijo, más animada.

-Además, no sabes si Lucy y Ryu durarán. Tal vez rompan cuando menos te lo esperes. Ahí debes aprovechar la oportunidad.

-Pero…

-¿Pero?

Natsu se pasó la mano por la nuca, ruborizado. ¡Diablos! Todo aquello era demasiado repentino para él. Se sentía como una maldita chica. Aquello del amor era un inconveniente. ¿Por qué Igneel nunca le había explicado nada sobre como sobrellevar una situación así?

-¿Y si Lucy no siente lo mismo?

Lisanna soltó una risita. Natsu alzó una ceja y ella le explicó:

-¡A Lucy le gustas, Natsu! Siempre le has gustado. Pero ella debe suponer que tú no piensas en ella de esa forma- repuso Lisanna cruzándose de brazos-. De hecho, una vez le admitió a Mira que le gustabas pero que temía que tú no la correspondieras. Y no la culpo ¿sabes? ¡Siempre has sido tan denso en estas cosas!

-Pero si le gusto ¿por qué está con ese idiota?- replicó Natsu, sintiéndose enojado otra vez-. ¡Podría haberme dicho!

Lisanna suspiró.

-Quizá él le confesó sus sentimientos primero, supongo. Lucy es una chica joven, Natsu. Ella desea ser amada también. Desea que algún chico le diga que es guapa y que quiere salir con ella en una cita y esas cosas.

Natsu hizo una mueca.

-Pero…

Lisanna esbozó una sonrisa aniñada.

-Lamentablemente para ti, nosotras siempre esperamos a que sean ustedes, los hombres, quienes den el primer paso.

Natsu se horrorizó. El mundo no podía ser tan cruel ¿o sí?

Sin embargo, había decidido que sería un error confesarle a Lucy sus sentimientos ahora que ella estaba con aquel tipo. Natsu no era tan estúpido. Sabía que aquello no solo sería patético, sino que también podría arruinar la amistad inquebrantable entre ambos. No. Natsu esperaría a que ellos rompieran. Después de todo, Ryu no era un mago como ella. ¿Qué había de interesante en ser un cantante? No podrían durar tanto con aquel gran inconveniente. Natsu estaba dispuesto a esperar hasta tener su oportunidad, si bien tampoco estaba muy seguro de sí mismo. Y es que era la primera vez que le gustaba una chica de verdad.

Aunque había sentido atracción por algunas mujeres en particular, Natsu siempre había pasado de ellas. A diferencia de Grey y Loki, él podía mantener toda clase de instintos lujuriosos y carnales bajo control. Muchos pensaban que él debía tener la mentalidad de un niño de cinco años en esos temas, pero no era cierto. A Natsu le afectaban las hormonas como a cualquier joven y, por ende, le atraían las mujeres. En más de alguna ocasión había tenido que reprimir las ganas de palpar los senos de las magas más tetonas de Fairy Tail –cosa bastante difícil con Lucy siempre alrededor-, y también se había preguntado un par de veces como se sentiría besar a una chica. Pero no había pasado de ahí. Y Natsu estaba bien con eso.

Sin embargo, Lucy parecía haber llegado para desestabilizar todos sus muros internos. Si bien era cierto que le volvían loco su cuerpo, su cabello y su aroma, lo que más amaba de ella era su forma de ser. Su sonrisa, especialmente. Y a Natsu le encantaba hacerla reír. Era la risa más reconfortante de todas. También era divertida e inteligente, y aunque no tenía la fuerza de Erza o Mirajane, Lucy estaba dispuesta a darlo todo por sus amigos. Incluso cuando se quejaba de su inmadurez e incapacidad para dejar de destruir cosas, ella le seguía siempre en sus locas misiones. Natsu sabía que invitar a Lucy a formar parte de su equipo era una de las mejores decisiones que había tomado. Y tal como Lisanna había dicho, le encantaba pasar tiempo con ella. De hecho, Natsu estaba empezando a darse cuenta de que pensaba en Lucy al menos el 70% del día.

"Y odio verla llorar"

Cuando Lucy estaba triste o deprimida, Natsu sentía que era su obligación levantarle el ánimo. Después de que se enteraran de que su padre había muerto, él había estado visitándola cada noche en su departamento, aunque ella se quejara. Natsu quería asegurarse de que no estaba sola y que le tenía a él para desahogarse. Algo similar había pasado después de que todos volvieran a Magnolia tras ganar el torneo. Natsu había estado casi pegado a Lucy las primeras semanas, incapaz de olvidar como su versión del futuro había muerto delante de sus ojos con tanta facilidad.

En aquellos momentos, Natsu había sentido un miedo devastador, porque comprendió de la forma más dura que Lucy podía morir y que la vida sin ella sería insoportable en todos los sentidos. Y comprendió que si él no protegía su futuro, él tampoco tendría uno, porque un futuro donde no estaba ella sería insoportable.

Pero… ¿Cuándo había empezado a gustarle realmente? ¿Cuándo Lucy se había convertido en la persona que más atesoraba en el mundo? Natsu supuso que había sido en la isla Tenrou, cuando ella le había sostenido durante su batalla con Hades. Lucy había tenido miedo, pero nunca le soltó. Ni siquiera cuando estuvieron a punto de darlo todo por perdido.

Oh, mierda…, como amaba a Lucy.

Natsu se dio cuenta entonces, con una sensación de horror, de que si no estaba con ella nunca sería capaz de querer a ninguna otra chica. Porque ninguna sería jamás como Lucy. Porque ella era irremplazable y él estaría jodido si la perdía por haberse dado cuenta demasiado tarde.

Así que ahora tendría que aguantarse. Aguantarse y esperar a que Lucy y Ryu dejaran de ser novios. Y cuando eso ocurriera, Natsu se armaría de valor y le confesaría sus sentimientos.

Solo tenía que esperar...


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