Pov. Bella Cullen.
Permanecía en el sofá de la casa, mirando a la ventana, observando como las pequeñas gotas de lluvia chocaban contra la ventana y se fundían con otras, hacían ese pequeño ruido perturbador no me dejaba pensar tranquilamente, aun que, en cierto modo, no tenia en lo que pensar.
Edward se había ido con Rosalie y Emmett a cazar, Carlisle estaba trabajando en el hospital y no volveria hasta dentro de unas horas, y Alice había arrastrado a Jasper a ir de compras a los grandes almacenes, las únicas que quedábamos en casa era Esme y yo, ambas metidas en nuestros propios pensamientos.
Pronto, escuche como bajaba del piso superior con unos pasos totalmente tranquilos, yo no me moví ni un ápice, simplemente permanecí tumbada, con el codo en el sofá y la cabeza apoyada en la palma de la mano, contando cada paso que daba.
Suspiré pesada y aburridamente y me incorpore, luego me dirigí a Esme la cual acaba de llegar al suelo de este piso, esta llevaba una cesta llena de ropa en las manos y me miraba con una sonrisa cálida.
- Te aburres ¿Verdad? – acertó.
- Si... ¿Te ayudo con eso? – le pregunte señalando a la cesta de la ropa.
- Si quieres – dijo encogiéndose de hombros, justo cuando termino la frase tome la cesta en mis manos y la seguí rápidamente a la sala de las maquinas.
Ella me quito la cesta de la ropa de las manos y empezó a meter la ropa en la lavadora.
- ¿Puedo hacerte una pregunta? – dije cuando esta cruzo mi mente como relámpago, siempre lo hacia cuando la miraba, la misma curiosidad de siempre, Esme me miro con sus ojos dorados llenos de experiencia y en ese momento de curiosidad por la pregunta, asintió, luego volvió la vista a lo que hacia.
- Bueno... Yo se todo lo que te paso cuando eras humana, pero se lo básico, ¿No podrías darme mas detalles? Me gustaría conocerte mejor... – pregunté, luego me mordí el labio inferior, tal vez había sonado muy cotilla. – Ya sabes, si no quieres contarme, o sencillamente, te molesta recordar o algo... No se... No hace falta que me lo cuentes si no quieres de verdad – añadí intentando salir de donde me había metido, ella se incorporo y me miro transformando sus ganas de reír ante mi reacción en una sonrisa.
- Tranquila, sera mejor que te sientes, por que todo esto sera largo... – me advirtió, yo me senté encima de la secadora, mirándola curiosa.
