En teoría ya había subido este one-shot, pero después de leerlo de nuevo, como que no quedé satisfecha, además, es un buen momento para decir que... ¡he vuelto a subir algo en esta página!
Así que espero que lo disfruten (seguro habrá alguien todavía no? XD)
Advertencia: AU y un poco de OCC (¿en serio? ¬¬)
Disclaimer: Los personajes de No.6 no me pertenecen, sino a la excelentísima y amadísima Atsuko Asano *0*
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Rata Egoísta
Todos los días eran lo mismo para mí. Me levantaba temprano, hacía un poco de ejercicio matutino para mantener la figura que, según tú, admiras. Tal vez por eso es que sigo haciéndolo, aun cuando realmente no me haga mucha falta, me hace feliz pensar que tú admiras algo proveniente de mí. En fin, preparo mi bento al igual que el desayuno que consumiría, no preparo gran cantidad, después de todo vivo solo. Después, arreglo mis cosas, doy de comer a mis pequeños ratoncitos que se encuentran en mí habitación y antes de salir, saludo al altar familiar en donde había una foto de mis padres juntos. Recibo un poco de ayuda por parte de mis tíos, pero aun así me gusta tener dinero propio. En fin, eso no es relevante.
Mi vida nunca tuvo algo interesante, o al menos lo tenía y me bastaba con guardarlo como un secreto que sólo yo conozco. Sí, porque a pesar de ser el suspiro de las chicas en mi instituto (no soy arrogante, sólo digo la verdad), sólo me interesa una persona. Esa persona que hace que mi corazón, que creí haber perdido tras la muerte de mis padres, siga latiendo fuertemente, recordándome que sigo siendo un ser humano como todos los demás y que aún existe algo de calidez en mí, calidez que sólo lo guardo para ti. Es la persona más preciada para mí, no puedo negar aquello, no importa las veces que mire mi rostro en el espejo, no importa siquiera cuantas veces que me diga a mí mismo que es un amor unilateral.
Es imposible…
Todos los días, mientras camino con tranquilidad hacia el instituto, me recuerdo a mí mismo que debo ser fuerte, debo estar con esa persona, compartir sus momentos de dicha y dolor y estar a su lado siempre que me necesite. Al pasar por la gran entrada, me fijo como algunos compañeros de clase llegan de la mano de las que serían sus novias, admito que jamás me interesó tener una relación de ese tipo, a pesar de las confesiones que recibo, al menos, 1 vez a la semana. En fin, me dirijo hacia mi propio casillero, y cuando lo abro suspiro fastidiado. Era la 3 carta en la semana, al juzgar por el papel rosa, los corazones y la letra tan legible, supongo que es una carta de amor.
─Qué fastidio ─ Lo sé, no debería decir algo así. De seguro la chica debe estar vigilándome o algo parecido, pero no puedo evitar que la frustración se haga presente en mí. Me sentía halagado que una chica tuviera esos sentimientos hacia mí, pero por más que me empeñara en ello, no podría corresponderle. Me limito a guardar la carta entre mis cosas, cuando llegue a casa me desharé de ella.
Es lo menos que puedo hacer para no desilusionarla, ¿no?
Mientras me dirijo hacia el salón de clases, pienso en lo monótona que es mi vida, sufriendo por un amor imposible, al mismo tiempo que me paso rechazando el amor de otras personas hacia mí. Incluso seguí el consejo de un tío mío, salir con una chica. Al final resultó ser un completo desastre y terminamos a los 3 días, debo admitir que eso fue patético. En cierta forma, entiendo a aquellas chicas que saben que es un amor no correspondido, pero aun así siguen intentando encontrar la felicidad. Si tuviera al menos un poco de ese valor y resignación… Al abrir la puerta, me encuentro con el típico panorama de siempre, así que sólo me dedicó a buscar a una persona en especial.
Al parecer me encontró, porque al verme, veo como sus ojos se iluminan al mismo tiempo que una tenue sonrisa se asoma por su rostro. Esa misma sonrisa que, sin darme cuenta, dibuja una sonrisa en mi rostro.
─¡Oh, Nezumi! ¡Buenos días! ─
Y allí viene el motivo de mi felicidad… y mi desdicha.
─Buenos días Sion ─ alzo la mano como siempre, mientras me acomodo en mi asiento hacia la ventana, con Sion sentándose detrás de mí.
─Llegas temprano Nezumi, verás…─ mientras me hablas así, con tanta confianza, debo usar toda la fuerza de voluntad que tenga para no perderme en aquellos rosados labios que ansío probar.
Lo acepto. Acepto que soy un maldito egoísta por querer que esa persona me mire sólo a mí, que sus sonrisas me las dedique sólo a mí, que toda su mente se llene de pensamientos míos, que su hermoso cuerpo sólo sea de mi propiedad… porque deseo que él sea mío. Pero… a pesar de todo, sé que eso será imposible, porque me llevare este sentimiento hasta la tumba si es necesario. Por la sencilla razón que no quiero perder esa amistad que es tan valiosa para mí, al menos quiero tenerlo cerca de mí, aun si hay dolor de por medio.
─Por cierto Nezumi, quisiera pedirte un consejo ─
─¿Qué pasa? ¿Acaso te volvieron a acosar los del club de fútbol por tu aspecto de chica? ─ reí, era tan divertido verlo molesto, que nunca me canso de sacarlo de sus casillas de vez en cuando.
Aunque debo admitir que cuando vi al capitán del club de fútbol "atacando" a Sion en los vestuarios –sí, el muy maldito intentó besarlo, ¡a MI Sion!- no dudé un solo segundo en estrellar mi puño lleno de anillos en su patético y pútrido rostro. ¡Ese maldito estaba quitándole la camisa! Y a pesar de las súplicas de Sion, de sus agónicos gritos y sus intentos por defenderse, ese imbécil no se detenía, ¡estaba dispuesto a violarlo! Si no fuera porque tuve la brillante idea de buscar a Sion en los vestuarios, quién sabe lo que le hubiera echo ese patán. Recuerdo que le rompí la nariz y varias costillas, con verdadero placer cabe resaltar. Juro que estaba dispuesto a matarlo allí mismo, pero los brazos de Sion alrededor de mi cuerpo mientras temblaba de miedo, diciéndome una y otra vez que me detuviera con su suave voz, hicieron que mi puño estuviera a segundos de estrellarse sobre la maltrecha nariz de ese tipo. Toda esa ira que sentí, esas ansias de matar y que la sangre de ese imbécil manchase mis manos –si tuve pensamientos demasiados sádicos en ese momento– desaparecieron en un instante al ver el rostro lleno de alivio de Sion. Me di media vuelta y lo abracé con fuerza, sintiendo como iba calmándose poco a poco, incluso sentí como las lágrimas de Sion empapaban mi camisa y sollozaba, agradeciéndome y diciéndome el miedo que había sentido en ese momento. Tenerlo en mis brazos, acariciando sus blancos cabellos con suavidad y susurrándole palabras de consuelo…
Se sintió tan… bien.
─¡E-Eso no fue gracioso! ─ dijo Sion con la cara completamente colorada, si supiera lo adorable que se veía así. ─Aún te agradezco por salvarme esa vez.
─No te preocupes, con gusto le volvería a romper la cara si trata de acercarse a ti otra vez ─ digo, recordando como amenacé a él y a todo el club para que nunca volverían a perseguir a mi linda flor. ¡Ja! Escorias sin oficios, todas son indignas de mi Majestad.
─A-además no se trata de eso… ─ la cara sonrojada de Sion, por primera vez, no me inspiraba nada bueno. Un ligero escozor en el pecho se hizo presente. ¿Acaso él…?
─¿De qué se trata entonces? ─ digo sin notar la incertidumbre que me embarga en estos momentos.
─P-Pues… una chica me dejó esto ─ al decir aquello, me extendió un sobre color blanco con algunas figuritas de corazones, estrellas y otros dibujos horrendos que no supe identificar. Al reverso había una frase con letra muy legible y exageradamente vistosa que decía: "para Sion"
─¿Una carta de amor? ¿Y qué quieres que haga por ti? ─ pregunté despreocupadamente, no quería parecer un paranoico, así que debía tragarme todo aquello que sentía. Tomé calmadamente la carta y la abrí, haciendo que mis ansias de matar a esa zorra crecieran aún más, ¡ni siquiera una carta decente podía hacer! Como quiero quemar ese papel endemoniado.
─Quiero saber si tienes algún consejo, pues… ─
─¿Qué pasa? ─ vamos Sion, no me dejes con la incertidumbre, por favor.
─Pues… No quiero ser grosero con ella, pero ya tengo a alguien que me gusta ─ al escuchar esto, mi corazón se detiene momentáneamente y el mundo empieza a teñirse de un gris asfixiante a mí alrededor. Tuve que utilizar todo el autocontrol posible para no demostrar ninguna de las emociones que se arremolinaron en mi pecho: ira, envidia, celos, pero sobre todo… tristeza.
Una profunda tristeza.
─ ¿Ah, sí? ¿Y quién es? ─ Me deberían dar el premio por mejor actor del año, si estuviera en una película y esa película estuviera nominada al premio a "mejor actor" me lo darían a mí, no al bastardo de Robert Pattinson que se la pasa mostrando colmillos y sonriendo como cretino para tener puntos extras con las "calientes" fans que tiene. Está bien, no me debería desquitar con alguien así, incluso debo admitir que es un buen actor, pero mi actuación era simplemente increíble. Porque, lejos de la sonrisa burlona que mi rostro expresa, siento como mi corazón se parte en pequeños pedazos, incluso puedo escuchar el sonido de los trozos quebrándose al impactar contra el oscuro vacío.
Pero, aun así no lo demostré.
Frente a Sion, debo ser seguro de sí mismo y actuar frente a él, para que no descubra jamás estos sentimientos que me torturan lentamente al no tenerlo sólo para mí. ¿Quién? ¿Quién podría ser la resbalosa mujer impía que se atrevió a robar el corazón de su Majestad, algo que por derecho es mío y sólo mío? Muy bien, estoy exagerando, lo sé. Pero es que duele tanto… que no sé cómo haré para ver a Sion a la cara.
─Pues… ─ su sonrojo aumentó, incluso son orejas estaban enrojecidas debido a la vergüenza. Eso fue como una patada al hígado ¿quién era la puta esa que hacía sentir de esa manera a Sion?
De la Tristeza pasé a la Ira. Sentí como si mis instintos asesinos emergieran desde lo más profundo de mí ser, deseaba tener una katana en ese momento para ir asesinando a todas las mujeres del mundo para que Sion sea sólo para mí. Incluso era capaz de matar a cada ser vivo del planeta para que sólo me mirara a mí, pero debía controlarme. Aun cuando mis puños estaban fuertemente apretados bajo la mesa, lejos de la vista de Sion, debía ser capaz de controlarme. Respire hondamente una vez, al no tener respuesta por parte de Sion –sabía que sería imposible– decido intervenir.
─De acuerdo, no me lo digas ─ digo comprensivo, aunque me muera de ganas de saber el nombre de esa bastarda que intenta arrebatarte de mi lado. ─ Mejor dime si tienes alguna idea de quién podría ser la desesperada, quiero decir, la afortunada que intenta ser tu novia ─
─¡Oye! Yo también tengo cierto encanto ─ dijo Sion haciendo un tierno pucherito, ¡si supiera lo apetecible que se ve así! ─No sé quién puede ser, hizo la carta en la computadora y la letra del reverso no logro reconocer ─
Ver su rostro lleno de confusión hizo que sonriera un poco, ¿hasta dónde tiene que llegar la inocencia de Sion? Porque a veces pienso que esa inocencia en realidad es algo llamado estupidez. Porque para mí, es más que obvio… ¿Quién es la única chica que su cerebro funciona como un ordenador, cuyas dotes para el lenguaje son nulas al igual que su creatividad? Porque leyendo esa carta, es algo obvio que sólo ella escribiría algo tan carente de sentimientos.
A ver… ¿desde cuándo en una carta, una chica pone una frase como, "eres mi pareja biológica predestinada a perpetuar nuestra especie"?
Aunque me sorprende su actitud.
─ "Safu…" ─ pienso mientras volteo disimuladamente hacia el asiento de la chica, donde sus amigas Ann y Betty se poner a hablar animadamente sobre algún tema que, por suerte, no logro escuchar. ─ ¿Y qué dice la carta? –
─Pues… dice que quiere hablar conmigo en el cerezo frente a la biblioteca al término de las clases, aquel árbol que siempre dices que obstruye tu vista ─ sonrió Sion, no puedo creer que recordara esos minúsculos detalles de mi persona. Cada vez que habla así, mi esperanza para estar con él crece aún más. ¡Es tan cruel su Majestad con su pobre plebeyo!
─No te burles, ese cerezo está muy mal ubicado ─ digo con fingido enojo, haciendo que la sonrisa de Sion aumente aún más. ¡Tan adorable! ─ Pienso que lo mejor es decirle la verdad, porque… no es bueno vivir dentro de una ilusión ─ más que decírselas a él, era como si quiera grabar esas palabras en mi memoria, diciéndome constantemente que debo olvidar este sentimiento, estas mariposas que haces que sienta al verte.
Vi que Sion iba a decir algo más, pero la campana anunciando el inicio de clases había sonado, nos acomodamos rápidamente en nuestros lugares mientras el profesor entraba por la puerta dispuesto a impartir la clase. Mientras el profesor habla sobre la Era Meiji, o eso creo, dirijo mi vista hacia los blancos cabellos de Sion, quién se encontraba frente mío, ofreciéndome una maravillosa vista de su cuello. Verlo tan concentrado anotando en su cuaderno la clase era mucho más interesante que la aburrida historia, lo que daría por acariciar esas hebras, sería tan feliz. Así pasó el día, entre charlas, bromas, viendo como caía una cubeta con pintura roja sobre la cabeza del profesor de cálculo y teniendo la hora libre gracias a ese hecho –definitivamente agradezco al idiota que lo hizo– que no me di cuenta de cuánto tiempo había pasado, hasta que la campana que anunciaba la salida sonó repetidamente, sacándome de lo más profundo de mis pensamientos.
Bien, es la hora. Afróntalo como hombre… y repite eso hasta que te lo creas.
─Sion ─ lo llamé para atraer su atención. Terminó de guardar sus cosas y me miró con esos rubíes que amo tanto.
─¿Qué pasa Nezumi? ─ me miraba con curiosidad, aunque pude notar que estaba nervioso por su encuentro con la "chica esa" a la cual ya odiaba sin siquiera comprobar si es Safu o no.
─Yo iré a la biblioteca, si me necesitas estaré allí ─
Antes que Sion dijera algo más, agarré su mochila y la mía y salí de la clase midiendo mi fuerza para no dar un fuerte portazo de frustración. Caminé con pasos rápidos hacia la biblioteca, desacelerando la velocidad hasta finalmente quedar parado frente a las puertas de ésta, diciéndome una y mil veces lo idiota que soy al venir aquí. Si no quería presenciar aquella confesión, debí haber ido a otro lugar mucho más alejado y no estar en primera fila, admirando el "espectáculo" como ahora. En fin, sólo voy a entrar, escoger alguna obra de Shakespeare como "Macbeth" o "Romeo y Julieta" y me sentaré a leer hasta que la bibliotecaria me tenga que sacar a rastras de ahí.
Porque a pesar del dolor que siento al saber lo que estaba ocurriendo…
Dije que lo esperaría…
Y yo jamás he faltado a mi palabra…
─ "A pesar de todo" ─ lanzo un lastimero suspiro, mientras me dispongo a leer "Hamlet" o al menos eso intento. ¡Demonios! ¡Cómo me frustra no saber qué está pasando en estos momentos! ¿Qué tal si la chica se lanza hacia Sion e intenta hacer lo mismo que el capitán de fútbol? ¿Y si Sion llega a corresponder sus sentimientos? ¿Cómo haré para vivir con semejante dolor?
Estaba tan ocupado torturándome con mis pensamientos, que ni siquiera Hamlet era capaz de sacarme de mi letargo. Di un ligero brinco cuando las puertas de la biblioteca se abrieron de repente, haciendo que volviera del profundo y oscuro abismo de depresión al cual me había sumergido unos momentos. Cuando alzo la vista, mis ojos se abren debido a la impresión y no es para menos. Allí, veo a una persona que conozco bastante bien: pelo blanco y suave al tacto, ojos castaños con un toque carmesí y una marca que se encuentra en su mejilla izquierda que tanto ansío tocar. Sion se veía agitado, respiraba entrecortadamente y, a juzgar por el ligero temblor en sus piernas, debió hacer un esfuerzo tremendo para llegar aquí. ¿Qué habrá pasado para que llegue de esa forma hasta aquí?
─Sion… ─ me paré con rapidez, dejé el libro de Hamlet olvidado en la mesa y me dirigí a toda prisa junto a Sion, muy preocupado por su estado. La bibliotecaria nos miraba con enojo al hacer ruido, entonces agarré a Sion del brazo y lo conduje a través de la biblioteca, hacia unas estanterías de libros suficientemente alejadas para que no pudiera escuchar nuestra conversación. Daba gracias a Dios que ni había ni un alma en la biblioteca, tan sólo la vieja amarga bibliotecaria y nosotros.
─Y-yo… ─ ni siquiera supe en qué momento se soltó de mi agarre, sólo pude sentir como sus brazos se ceñían fuertemente a mi cintura, enterrado su rostro en mí pecho. No entendía aquella reacción ¿acaso la chica lo había rechazado?
Pero eso sonaba ilógico, teniendo en cuenta que era ella quien había enviado la carta, y no Sion.
─Tranquilo, todo está bien ─ sólo pude abrazarlo y atraerlo más hacia mí, acariciando sus cabellos como solía hacerlo cada vez que Sion se sentía triste por alguna razón y susurrándole palabras de aliento, esa era la única forma que conocía para calmarlo. Cuando sus temblores cesaron un poco, me dispuse a preguntar ─ ¿Ahora me dirás que pasó?
─… Nezumi ¿A ti te gusta alguien? ─ soltó de la nada Sion sin soltarme ni siquiera un poco, ¡ni siquiera era capaz de verme a la cara! Sólo pude ver como temblaba ligeramente y sus orejas tenían un ligero color carmín.
─¿Eh? ─ Bien, esa pregunta me tomó por sorpresa, ¿a qué demonios venía eso? ¿Desde cuándo Sion se interesaba por mi vida amorosa? Tan sólo no entiendo su curiosidad, ¿acaso la chica esa tenía algo que ver?─ ¿Por qué la pregunta?
─Sólo contesta ─ pude notar como la voz de Sion temblaba ligeramente, eso sólo pasa cuando está nervioso o…
Está ocultando algo.
─No te lo diré ─ si él guarda secretos para mí, ¿Por qué yo no?
─¿eh? ─ dijo Sion sorprendido, su reacción hizo que alzara el rostro, mirándome fijamente con esos ojos carmesí que me atraen tanto. Hizo ademán de querer alejarse, pero no lo dejé hacerlo, en cambio, lo atraje más hacia mí. Como si no quisiera dejarlo ir.
─No te lo diré, hasta que me cuentes que fue lo que pasó ─ al decir esto, Sion se calmó, pero sólo un poco. Sentí como si dudara en lo que estaba a punto de decirme, pero al final se decidió, después de todo, Sion es un libro abierto para mí. No puede ocultarme absolutamente nada y eso lo sabe muy bien.
─Bien, ¿recuerdas a la chica que me escribió esa carta? ─ Sí, por desgracia.
─Sí, ¿qué pasa con ella? ─
─Pues… ella me dijo que… ─ escucharía atentamente su relato, aún si eso me partiera el alma en mil pedazos y mi corazón dejara de latir. Porque quiero que Sion sea feliz…
Flash Back
Sion iba caminando hacia el cerezo que decía la carta, con cuidado de no tropezar debido al nerviosismo que recorría todo su cuerpo en estos momentos. Era una de las pocas veces que una chica se le confesó, así que casi siempre intentaba rechazarlas con el mayor tacto posible, porque él comprendía mejor que ellas el dolor de amar y no ser correspondido. Aunque no podía evitar la cara de tristeza que ponían mientras se alejaban de él a paso lento, eso era algo que ellas debían superar. Incluso una de ellas se puso a llorar delante suyo, mientras se iba corriendo dejando a Sion con la palabra en la boca
─ "Qué desastre" ─ suspiró Sion, sólo esperaba que aquello no pasara.
Dirigió su mirada carmesí hacia el frente, descubriendo que estaba a sólo unos pasos de llegar a su destino. Respiró profundamente varias veces para tranquilizarse, intentando parecer seguro de alguna forma. Nezumi le había dicho que inhalar y exhalar repetidas veces ayuda a que la tensión disminuya, después de todo, estaba en el club de teatro y él sabía de esas cosas. Se sentía mucho mejor, después de todo no era un cobarde, debía enfrentar a esa chica y decirle claramente lo que él sentía. Además, debía reconocer que esa chica era valiente al citarlo.
Valentía que obviamente, él no tenía.
─¿Esperaste mucho? ─ dijo Sion cuando estaba a sólo unos pasos de esa chica. Aunque cuando la miró bien, la confusión golpeó fuertemente su cabeza. Reconocía esa cabellera y esa pose en cualquier parte. ¿Por qué justamente ella tuvo que hacerlo?
─¡N-no! Acabo de llegar ─ cuando la chica volteó, Sion confirmó aún más sus sospechas, incluso llegó a pensar que era una broma de mal gusto. Ese cabello castaño oscuro y corto, esos ojos que reflejan seriedad y honestidad… No puede ser.
─"¡¿S-Safu?! ¡¿Qué hace ella aquí?!" ─ pensó Sion alarmado, no sabiendo que decir. Al ver que Safu estaba poniéndose más nerviosa aún, decidió aclarar sus dudas de una vez. ─¿Safu? ¿Eres tú la que me envió esta carta? ─
─Así es ─ contestó ella recuperando la compostura y mirándolo con esa característica mirada seria que sólo ella podía tener ─ Te lo diré sin rodeos Sion, ¿quieres salir conmigo?
─¿Eh? ─ La confesión de Safu lo descolocó totalmente, incluso había tenido la descabellada idea que se encontraba en un mundo paralelo en donde ella se le declaraba, porque… ¡debía ser una broma! Él jamás sería capaz de ver a su amiga de otra manera.
─Te lo vuelvo a repetir, ¿quieres salir conmigo? ─
─¿Qué estás diciendo Safu? ¿Eres consciente de lo que estas pidiendo? ─ a estas alturas Sion tragaba duro, mientras una gota de sudor resbala por su sien. Esto no estaba en sus planes, todo se le estaba yendo de las manos, si no escogía las palabras correctas, el que saldría herido sería Él.
Y no de una forma muy "amable"
─Si lo estoy. Sé perfectamente lo que pasa entre un hombre y una mujer que sienten una cierta "atracción", suceso que ocurre cuando el ser humano produce unas hormonas… ─ y ahí nada más empezó la explicación de Safu sobre el sistema nervioso del ser humano y como funciona. Incluso Sion tuvo que admitir, internamente claro, que ya no sabían de qué se supone que estaban hablando: si de los sentimientos de Safu hacia él, o el proceso por el cual los humanos se enamoran desde el punto de vista científico.
─Ya entendí Safu, no es necesario que me expliques la historia de la evolución humana ─ sonrió Sion alzando las manos a la altura de su pecho, en un intento por calmarla.
─Como sea… yo, ¡Quiero ser tu novia Sion! ─ Dijo Safu con las mejillas levemente sonrojadas, señalándolo, al mismo tiempo que sus castaños ojos no se despegaban de los ojos carmesí de Sion ─ ¡Y no me iré de aquí sin una respuesta convincente!
─ "Ahí vamos otra vez" ─ pensó Sion removiéndose los cabellos, todo ante la atenta mirada de Safu. Respiró varias veces y en sus ojos se vio reflejada una determinación que su amiga pocas veces llegó a conocer, eso significaba que él no huiría. ─ Lo siento mucho Safu, pero no puedo aceptarte.
─¿Por qué? Es normal que una mujer sienta… ─ y ahí empezaba de nuevo la explicación de Safu, algo que Sion en verdad no quería escuchar.
─¡No se trata de eso, Safu! ¡Los seres humanos no somos robots! ─ a este punto Sion ya había perdido la compostura, sabía que estaba mal desquitarse con su amiga del alma, pero ya no podía acallar los sentimientos que tenía en su interior.
─¿Eh? ─ Safu no podría creerlo, ¿aquel joven tranquilo, risueño y amable era su querido amigo Sion? Él jamás se comportaría así, no con ella.
─¡Aunque tengas todos los conocimientos del mundo, jamás podrás entender estos sentimientos que tengo! ─ siguió diciendo Sion ante una pasmada Safu, ya no podía parar, tan sólo quería sacarse del pecho esa rabia e impotencia que sentía al no poder ser sincero y valiente como ella.
─¡¿Eso significa que no sirvo como mujer?! ─ Por desgracia, Safu no lo tomó nada bien, así que olvidando sus nervios, se colocó a la altura de Sion. Después de todo, su carácter es fuerte.
─¡No es eso! ¡Tú eres una buena mujer! ─
─¡¿Entonces qué es Sion?! ─
─¡Porque simplemente no me gustas! ─ dijo Sion haciendo que Safu abriera los ojos de la sorpresa, nunca había visto a su amigo tan determinado… y que le dijera eso, dolía.
Dolía mucho.
─¿Q-qué? ─ sólo pudo decir eso, mientras sus castaños ojos se llenaron de lágrimas que jamás derramaría, no… ella iba a ser fuerte hasta el final.
─Tú… sólo eres mí preciada amiga Safu ─ dijo Sion, ocultando su mirada bajo sus blancos cabellos y apretando los puños fuertemente – pero, no puedo tener algo más allá de la amistad contigo, porque yo… -
─¿Amas a otra persona? ─
El alvino sólo atino a asentir con la cabeza, estando inseguro de lo que había afirmado. Su amiga tenía unas inmensas ganas de golpearlo en el rostro hasta que ya no tuviera ganas y luego ir a su casa, tirarse sobre su cama y llorar desconsoladamente porque su amigo lo había rechazado, pero como se dijo antes, sería fuerte y lo enfrentaría hasta el final. Así que se aguantó como pudo las ganas de llorar, mirando fijamente a Sion.
Pero la respuesta que dio, no se lo esperaba.
─Así es… Yo amo a otra persona ─
─¿Quién es? ¿No crees que al menos deba saber el nombre de la persona que me arrebató de tu lado? ─
─N-no lo digas de esa manera Safu ─
─Tienes razón, así que ¿quién es? ─ preguntó interesada, incluso llegando a olvidar el dolor de no ser correspondida. Pero, es que era realmente extraño que Sion viera a otra persona con esa clase de intenciones, normalmente él era la persona más despistada que había conocido, es capaz de llegar al punto de no conocer sus propios sentimientos hacia los demás.
─Es un secreto ─ la sonrisa de Sion la desorientó totalmente, ¿cómo que era un secreto?
¿Desde cuándo Sion no le confiaba algo tan importante a ella?
─Pero…─ iba a replicar, pero Sion se le adelantó.
─Antes, debo asegurarme que esa persona me corresponda a mí ─ sonrió Sion con una mirada que reflejaba tristeza ─ Pero tal vez no sea así.
─Nunca sabrás hasta que lo intentes Sion ─ las palabras de su amiga sorprendieron a Sion, considerando que había sido rechazada, ella aún intentaba ayudarlo y apoyarlo en su decisión – Tal vez esa persona está esperando por ti.
─¿Lo crees? ─ Sion no podía creerlo, incluso en los peores momentos Safu siempre se preocuparía por él.
─¡Por supuesto! Que el miedo no te impida decir lo que sientes ─ sonrió Safu. ─ Existe la posibilidad que el sentimiento sea mutuo.
─Safu… gracias ─ dijo Sion sonriendo, acercándose con decisión y plantándole un beso en la mejilla a su amiga. Ante eso, Safu se sonrojó por la sorpresa, pero intentó no demostrarlo.
─¿Por qué fue eso? ─
─Por estar siempre a mi lado, ahora ¡debo ir con esa persona! ─ dijo Sion sonriendo abiertamente, mientras iba corriendo a toda velocidad hacia el lugar donde se encontraba. Sólo podía ir a un sitio.
─¡Buena suerte Sion! ─ Ese grito es lo último que escuchó, no podía pensar en nada más, sólo quería verlo y decirle todos los sentimientos que llevaba consigo.
Sólo esperaba ser correspondido.
End Flash Back
─Así que eso es lo que pasó ─ sonreí estúpidamente, no sabiendo si era de alegría o de tristeza. Sentía una dicha inmensa al saber que Sion había rechazado a Safu –a pesar de ser amiga de éste y, aunque yo no lo admitiera, mía también – pero no podía evitar sentir una inmensa tristeza al saber que Sion amaba a otra persona y las ganas de tenerlo para siempre a mi lado crecieron en mi interior. Pero, aún así, me mantuve fuerte. ─ Dijiste que había una persona a la que amabas ¿no?
─A-así es ─ dijo Sion, ni siquiera tengo la necesidad de verlo. Sé por su voz insegura que estaba terriblemente avergonzado, sus orejas habían enrojecido mucho más y ni siquiera se atrevía a darme la cara.
─¿Entonces qué esperas? ─
─¿Eh? ─
─Debes ir con esa persona ─ dije seriamente, usando el poco autocontrol que poseía, bajé lentamente mis brazos para separarme de él. Pero mi sorpresa fue grande al sentir como los brazos de Sion me apretaban con más fuerza, pegando su mejilla en mi pecho. Y yo que lo dejo ir, ¿por qué me tortura de esa manera?
Su inocencia… puede ser un arma de doble filo.
─P-pero… ─
-¿Pero? – oh vamos, aquí hago un esfuerzo sobrehumano para dejarlo ir y él me retiene. Su inseguridad está logrando que los nervios me carcomieran por dentro ¿por qué mierda no lo decía de una maldita vez y así me evito un dolor mucho más grande?
─Yo, ya estoy con esa persona ─
─¿A qué te refieres? ─ muy bien, no me esperaba esa respuesta.
Esa faceta de Sion admito que no la conocía, pero reconozco que es sumamente fascinante, al igual que todo Sion en sí. Se separó un poco al mismo tiempo que alzaba su mirada carmesí, conectándose con mi mirada ceniza, que lo inspeccionaba intentando adivinar su siguiente movimiento. La determinación que vi reflejada en aquellos orbes era algo asombrosa, puesto que Sion muy pocas veces reflejaba aquel sentimiento en sus ojos. Se acercó a mí, y sin darme tiempo de reaccionar, él estaba presionando sus labios contra los míos. Abrí mis ojos debido a la impresión, ¿era esto en verdad lo que estaba viviendo? ¿Esto era Real? ¿Acaso Sion… me estaba besando?
Dejé de lado mi mente racional, ni siquiera escuchaba los reclamos de mi cabeza para alejarlo. Cerré finalmente los ojos, sujetando la cintura de Sion con una mano para evitar que escapara y la otra la coloqué detrás de su nuca, buscando aumentar el contacto. Fue un beso tierno, sin prisas, ya que no quería asustarlo porque estaba seguro que era la primera vez que besaba a alguien. La dicha que sentía al saber que era la primera persona que probó esos labios me hizo sonreír entre el beso, delineando con mi lengua su labio inferior pidiendo permiso para entrar. No tardó mucho en permitirlo, adentrando mi lengua en aquella cavidad que había deseado tantas veces probar, y que ahora su sabor me estaba volviendo terriblemente adicto. Recorrí todo, saboreando al máximo ese momento, pero desgraciadamente la falta de aire se hizo presente, teniendo que, a regañadientes separarme de él.
─Nezumi, tú me gustas mucho ─ escuchar decir aquello de los labios de Sion me hizo la persona más feliz de este condenado planeta. No puedo describir la dicha que siento después de esa tímida confesión por parte de mi amado Sion, ¡gracias deidades por hacerlo para mí! ¡gracias a los cielos por este regalo! ¡Ja! Si decía que me sentía mal por Safu, entonces… ¡Qué se joda! ¡Qué se pudra! ¡Que le pise un tren! ¡Al fin Sion es sólo mío!
─Baka, tú también me gustas ─ Ni siquiera sé como hice para decir esas palabras con un toque de burla, pero sonreí al ver el ligero pucherito que hacía al llamarlo así. Podía notar que estaba feliz, al igual que yo.
Al parecer… nuestros sentimientos son los mismos.
─¿En serio? ─ mi lindo Sion no se lo creía, me miraba con esas orbes tan grandes, como si todo lo vivido fuera un simple sueño.
─Sí, nunca bromearía con ese tema, menos si es contigo Sion ─ susurré quedamente, tomando delicadamente su mentón para admirar esos orbes carmesí que me atraen tanto. Pero mi felicidad se ve opacada por la preocupación, pues eso que veo son ¿lágrimas? ─ ¿Sion? ¿Qué sucede?
─Nada, es sólo que me hace tan feliz que me correspondieras ─ sonrió Sion mientras finas lágrimas bajaban por sus mejillas, aferrándose con fuerza a mi camisa buscando el cobijo que sólo mis brazos podían brindarle. Yo sólo pude sonreír, no importa si era egoísta, sí podía estar cerca de la persona que más amo en el mundo… entonces lo sería.
─Debemos irnos, la biblioteca cerrará pronto ─ por desgracia, tuve que separarme de él para buscar nuestras cosas, lo admito, siento que estoy volando en una nube y que un peso enorme se quitaba de mis hombros. ¡Qué bello es amar y ser correspondido!
─¿Vendrás a mi casa Nezumi? ─ la voz de mi amado me sacó de mis pensamientos, ¡mi Sion me ha invitado a su casa después de su confesión! ¿Cómo debería tomar aquella inocente cuestión? ¿cómo una invitación? ¿O algo más?
─Si tú quieres… ─ bese una última vez sus labios, mientras nos dirigíamos hacia la salida. Hasta que recordé un importante detalle, ¡que torpe soy! – Sion… ─
─¿Sí? ─
─¿Quieres ser mi novio? ─ lo juro, jamás me cansaré de ver las expresiones tan fascinantes que Sion me demuestra, porque verlo a él con un sonrojo que yo provoco, era simplemente maravilloso. Incluso me arrodillé frente a él al puro estilo caballeresco, como si fuera una obra de "Romeo y Julieta", extendiendo mi brazo delicadamente a la espera de la suya.
─No hagas cosas tan vergonzosas ─ oí que susurró, bajando la mirada para evitar que lo viera a los ojos, apretando fuertemente su bolso. ¡Qué tierno se ve, sonrojado y avergonzado!
─Lo siento su Majestad, pero no me moveré de aquí hasta saber su respuesta ─
─Y-yo… ─ respiró profundamente, haciendo que me pusiera cada vez más nervioso ¿por qué tardaba tanto en dar una respuesta que de antemano ya sabía? ─ Si, acepto.
Extendió su mano, haciendo que yo la tomara delicadamente, mientras me mostraba esa radiante sonrisa que amaba tanto. Era hermoso, simplemente sublime y maravilloso. Y es sólo mío. No dejaré que nadie lo tenga, no dejaré que me lo arrebaten de mi lado.
Sí, soy una Rata Egoísta.
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Y... hasta ahi va XD
y pensar que esta idea surgió en clase de matemáticas XD
En fin, nos leemos pronto!
Deja review! o Barney irá por ti en la noche ò.ób
