¡Hola! Soy LilEvans. ¿Qué tal?
Lo primero, si estás aquí debes haber leído la primera parte: "Cosas del Destino". Si pinchas en mi nombre, llegarás a mi biografía, y más abajo podrás encontrar la historia. Solo tiene 5 capítulos, así que no te costará mucho leerla. ;-)
Segundo, si ya la has leído, espero que disfrutes de ésta nueva historia. Tratará del séptimo año de los Merodeadores en Hogwarts, de los Black, Severus Snape y Lord Voldemort. Veremos cómo evolucionan los personajes ante los golpes de la vida, cómo se crecen ante las dificultades, y cómo encaminan sus pasos hacia su destino.
PRÓLOGO:
Sirius Black se encontraba sentado en la terraza de la casa de los Potter. Sus ojos grises miraban al infinito, con su boca torcida en una serena sonrisa y su pelo negro agitado por la suave brisa, sintiéndose completamente en paz consigo mismo. Nunca había pasado un verano mejor.
Vivir con los Potter era como un sueño echo realidad. Un sueño que nunca pensó en alcanzar: el sueño de tener a alguien que lo quisiera y se preocupara por él, el sueño de tener a alguien a quien considerar su familia.
Porque realmente se sentía querido. En cada abrazo que la señora Potter le prodigaba, en cada palmada en la espalda que el señor Potter le ofrecía, en cada sonrisa que su mejor amigo, James, le regalaba.
Nunca había sido tan feliz, y los acontecimientos ocurridos al principio del verano eran como una mancha borrosa, algo que nunca pensaba volver a recordar. Excepto, claro está, la ayuda de Regulus. Eso lo recordaría siempre, y siempre le estaría agradecido. Su hermano pequeño le había demostrado muchas cosas. Tal vez no estuviera tan perdido como le había parecido siempre… Solo esperaba que no echara a perder su vida uniéndose a ese mago estúpido revienta-muggles, Voldemort.
Ante el recuerdo del mago tenebroso, Sirius se estremeció. No le había contado a nadie lo que había ocurrido aquella noche en la que Voldemort visitó a su familia, ni pensaba hacerlo. Tenía muy presente la amenaza que le había hecho Voldemort con respecto a sus amigos, y no pensaba dejar que les hicieran daño. Puede que se lo contara a Dumbledore. El mago era lo suficientemente discreto como para entender el resultado si llegaba a oídos de Voldemort que Sirius se había ido de la lengua… o quizás no.
De todas formas no valía la pena pensarlo ahora. Ya tendría tiempo al llegar al colegio.
Un ruido a su espalda le hizo volver la cabeza. James Potter salía en ese momento a la terraza, con un pergamino en la mano y una mueca triste en la cara.
-¿James? – preguntó Sirius. - ¿Qué… qué ocurre¿Algo va mal?
Se levantó asustado. ¿Quizás sus padres habían reclamado su custodia¿Quizás… quizás se la habían concedido¿O quizás los Potter habían recibido amenazas por su culpa y ya no querían tenerlo con ellos?
-Si… - murmuró, y viendo la mirada preocupada de Sirius esbozó una sonrisita tranquilizadora. – Pero no te preocupes, no es nada de tu asunto.
-Oh… - suspiró Sirius, aliviado, volviéndose a sentar. - ¿Entonces¿Qué te ocurre?
James se sentó en el suelo al lado de su amigo y le ofreció una mirada atormentada.
-Se trata de Lily… Lily Evans. – murmuró. – Alice me acaba de escribir contándome que ha empezado a salir con Mark Landers, y parece que va en serio…
-Vaya, Cornamenta… - dijo Sirius. – Realmente caíste fuerte por ella¿eh?
-Pffmmh…
Sirius sonrió ante la mirada apenada de su amigo, y lo observó atentamente. Realmente había cambiado ese verano… había crecido mucho, pero no solo de físico… su amigo era más maduro, más tranquilo, más… más adulto. Ese cambio había propiciado que James hubiera sido elegido como Premio Anual ese año. Sirius sonrió más ampliamente todavía al darse cuenta de que, si se había dado cuenta del cambio de James, era porque él mismo había atravesado ese mismo cambio (aunque él siempre sería más gamberro que James).
Los dos eran unos chicos grandes ya… ¡Cómo había pasado el tiempo! Revolvió el pelo negro azabache de su amigo, que, como siempre, se empeñaba en crecer indomable hacia todos lados, y James levantó sus grandes ojos avellana hacia él.
-No te preocupes, amigo. – murmuró Sirius dándole unas palmaditas en la cabeza, desordenandole el pelo más todavía. – Estoy seguro de que no va a durar mucho. Landers es un completo idiota, y un chulo orgulloso tocapelotas que no dudará en dejar a Evans si otra falda se le pone delante. Ese Ravenclaw estúpido no es rival para ti. Verás como todo va bien.
James miró a su amigo esperanzadoramente.
-¿Tú crees? – preguntó, confuso. – Pero Alice dice que es serio…
-Nah… - contestó Sirius haciendo un gesto de burla con la mano. – Landers¿serio? Vamos, James, lo conocemos perfectamente. Ese no es capaz de quedarse dos días seguidos con la misma chica. Ya verás… mañana cuando lleguemos al colegio Alice te dará la excelente noticia de que tu querida Evans ha vuelto a estar soltera y sin compromiso.
James sonrió y abrazó cariñosamente a su amigo.
-Canuto, no se como lo haces, pero siempre consigues animarme.
-¡Por supuesto que sí! – sonrió Sirius. - ¿No te habías dado cuenta de lo encantador que soy?
Y así, entre carcajadas, los dos muchachos pasaron su última tarde de vacaciones jugando al quidditch, al ajedrez y al snap explosivo, ajenos al hecho de que, tal vez, fuera su última tarde de verano tranquila, su última tarde de juventud y de inocencia. Porque hasta el siguiente verano, muchas cosas habrían de pasar. Cosas que habrían de cambiar sus vidas. Para siempre.
¡Bueno! Espero que os haya gustado. Si ha sido así, os comento que mañana subiré el segundo capítulo, puesto que se que el prólogo no es muy especial.
Y ahora, por favor, tanto si te ha gustado como si no, yo quiero saberlo. Así que dale al botón "GO" y déjame un review, para comentarme.
Me animan mucho, y me hacen seguir adelante.
¡Gracias!
Hasta mañana.
