¡Hola! Pues.. qué les digo, esto es lo primero que escribo en meses, y la verdad me siento muy oxidada, pero tal vez me ponga en forma muy pronto. También es mi la primera vez que escribo algo sobre The Hunger Games así que... espero sea lo suficientemente bueno, :B

Let's read!


La mejor compañía.

La alambrada que marcaba los límites del Distrito 12 había desaparecido desde hacía un buen tiempo, aun así, Katniss no se había acostumbrado a la vista, a la libertad que eso significaba, no después de todos los años que pasó traspasándola, rompiendo las reglas, con miedo a que los Agentes de la Paz decidieran ponerse duros y castigarla por tantas veces que traspasó esa barrera. Afortunadamente, nunca la castigarían a ella, aunque no podía decir lo mismo de Gale.

Sacudió la cabeza y se adentró en el bosque hasta que los ruidos de la celebración de su cumpleaños en el 12 fueron apenas audibles.

Se sentó a la sombra de un gran pino y dejó que su mente divagara, no pudo soportar más el modo festivo en el que todos estaban, así que, deseando un poco de privacidad, se fue, pensando que nadie la encontraría. Pobre inocente.

─ ¿Qué haces aquí, descerebrada? ─la voz de Johanna la sacó de su ensimismamiento minutos después.

─Quería algo de privacidad, ¿no es obvio, Jo? ─Johanna soltó una carcajada y se sentó a lado de ella.

─Si quieres que me vaya, sólo tienes que decir las palabras mágicas ─contestó, medio en serio, medio en broma.

Katniss lo pensó un momento, pero la presencia de Johanna no la molestaba en absoluto, no como pensó que lo haría, así que negó con la cabeza y se sumieron en un silencio nada incomodo, hasta que Katniss volvió a hablar, guiada por la curiosidad.

─ ¿Cómo me encontraste?

─Fue bastante sencillo, de hecho. Sólo seguí tus pisadas, y para que no te sientas mal por lo obvio de la respuesta, te diré que sé que cuando necesitas espacio sueles venir aquí.

Katniss rió por lo bajo al igual que Johanna. ─ ¿Desde cuándo me prestas tanta atención?

─No lo hago, hace unas semanas vine por aquí y te vi, además de que yo hacía lo mismo cuando estaba en el 7 y necesitaba tiempo a solas ─suspiró. ─ A veces los árboles son mejores compañeros que los humanos.

El silencio volvió, y Katniss pensó en todas las veces en las que Johanna había estado así, como estaba ahora, pero en el Distrito 7, en todas las veces que escapó de su casa en la Aldea de los Vencedores porque estaba sola, para tener la compañía de la naturaleza al menos; la entendía, mejor que nadie, al igual que Johanna la entendía a ella. Y como si pensaran lo mismo, Johanna preguntó:

─Es por Prim, ¿verdad, Kat? ─ella asintió sin voltear a verla.

─ ¿Mejora? ─al voltear a ver a Johanna y ver en su rostro una interrogante, se explicó.─ El dolor, ¿con el tiempo mejora?

─No ─tras unos segundos de pensar, agregó: ─Se vuelve llevadero, pero no mejora. Aprenderás a recordarla sin soltarte a llorar, aprenderás a reír de nuevo, a ver el lado bueno de las cosas, a apreciar las cosas que la vida te da, los atardeceres, las nubes, la soledad, pero siempre habrá una parte de ti que nunca volverá a ser igual.

A lo lejos escucharon que el reloj empezaba a dar las doce campanadas, lo que significaba que Katniss acababa de cumplir otro año, y que llevaban ahí más de tres horas. Johanna volvió a mirar a Katniss y, al ver que ella le devolvía la mirada, sonrió y dijo:

─Feliz cumpleaños, descerebrada.

Katniss también sonrió. Después de todo, no había pasado un cumpleaños tan miserable como lo había previsto, no con tan buena compañía.


Y bueno, eso es todo, espero que les haya gustado, :3

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Dany (08/05/2014 10:40 p.m.)