Capítulo 1

En llamas

El ambiente era oscuro y unas compactas y negruzcas nubes cubrían por completo el cielo; se podía entrever algunos destellos rojizos y varios meteoritos aparecían de repente de entre las nubes, dejando tras de sí una estela de humo pardo. Algunos de ellos caían en el suelo, formando grandes cráteres, pero otros se precipitaban sobre la lava y se fundían en el proceso; y es que el enorme valle estaba lleno en su totalidad de lava incandescente. El calor era extremo y se podía ver las ondulaciones de éste subir hacia arriba, calentando aún más el entorno. Al fondo se podía ver muchos volcanes, todos ellos en erupción y escupiendo la misma lava que inundaba todo ese ancho valle.

Apenas había un lugar donde poder estar salvo el volcán donde ella se hallaba; también se encontraba en erupción, pero no soltaba tanto magma como los otros. Pequeños regueros de lava bajaban por la ladera, pasando a su lado, y cayendo sobre el mar de lava que la rodeaba. Nada más había, todo era caos, destrucción y calor, mucho calor. El mismo calor que ella amaba; adoraba esa extrema sensación, sin apenas sentirla, ya que ella misma era parte de ese todo. Su crin y cola envueltas en fuego así lo atestiguaba, unos ojos rojos como el fuego observaba todo con suma atención y su anaranjado pelaje brillaba con intensidad. En los flancos, se podía ver una marca de belleza consistente en una estrella rojiza, rodeada de varias más pequeñas, blancas y cristalinas. El unicornio de fuego miró hacia delante y esbozó una amplia sonrisa.

Twilight Sparkle abrió los ojos de golpe, azorada y un poco asustada; la cama se encontraba revuelta y tenía la manta enrollada entre sus patas. Se zafó de ella, con todo su pelaje perlado en una capa de sudor y se levantó; todavía no había amanecido y Spike roncaba como un bendito en su cesta. Twilight respiró calmadamente, o al menos lo intentó; no era la primera vez que tenía ese sueño tan raro. Desde hace ya una semana, tenía ese sueño día si y día no, en el cual podía sentir el calor de la lava de una forma muy real. No entendía por qué se hacía tan recurrente, pero por alguna extraña razón algo la decía que ese enorme valle inundado de lava era parte de Ecuestria; y el poni con la crin y la cola en llamas era, de alguna manera, ella. Además de que tenía una marca de belleza muy similar a la suya, claro. Al principio no le había dado mayor importancia, pero ahora que se hacía tan recurrente, comenzó a preocuparse.

Fue al baño para intentar calmarse con un buen baño templado mientras esperaba a que amaneciese; los primeros rayos de sol iluminaron Ponyville, tiñendo el pueblo de un hermoso color anaranjado. Igual que las llamas de ese poni de fuego.

-Basta, basta… no pienses en eso…-pensó ella, exhalando un profundo suspiro.

Cerró los ojos, cogió aire y se sumergió en el agua por un momento, dejándose llevar; salió a la superficie y apoyó la cabeza en el borde de la tina, respirando profundamente.

-Mejor… mucho mejor-susurró.

Ahora tenía más razones para relajarse; y esa era una de ellas.


Bueno, y así empieza la secuela de "Un mundo nuevo", en la que se irá perfilando nuevas amenazas para Ecuestria, y no solo en conjunto, sino que también habrá momentos en los que algunos personajes se encontrarán entre la espada y la pared; si alguno de los presentes no había leído la anterior, les recomiendo que primero empiezan por esa para poder entender lo que va pasando a lo largo de ésta. Y eso es todo por ahora ¡nos leemos!