Ola! este es mi primer fic de esta hermosa, sexy y adictiva pareja x3 jajaja son tan monos los dos *o* pero bueno, espero que les guste mucho y tenga votos positivos (soy novata escribiendo así que tengan piedad de mi TwT)

Disclaimer: Shingeki no kyojin no es mío. Si lo fuera; no hubiera matado a Carla, y Eren ya se le hubiera declarado a Rivaille y este hubiera hecho un stripper para él *o* y Don pelucas se habría ido por el caño u.ú (Gomen, pero el rubio no me cae tan bien pero si valoro lo mucho que lucha x3)
Y tengo que aclarar: este fic es donde dos chicas viajan al mundo de Shingeki No Kyojin para unir a nuestros dos personajes favoritos (Levi y Eren *o*) pero luego se darán cuenta que para lograr eso tendrán que soportar la violencia de Rivaille y otros problemas que se avecinan u.u no todo es sencillo...

Advertencia: yaoi (chico x chico), spoiler (manga y anime). En un futuro, lemon, drama, etc...

(Pensamientos de los personajes)


Era una noche de tormenta, una chica de quince años de cabello negro desmechado con flequillo del lado izquierdo tapando un poco sus ojos negros, de cuerpo delgado y levemente proporcionado se encontraba jugando en el celular de su amiga mientras estaba sentada en el sillón de la sala, recargando sus piernas en el soporte de los brazos, vistiendo una camisa holgada de mangas de largas con cuadros color negro y rojo con unos jeans azules ajustados y una chaqueta de cuero negra. Mientras otra chica estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas, ella tenía el cabello largo liso de un maravilloso color negro y unos gatunales ojos color marrón oscuro, con su cuerpo justamente proporcionado y de vientre plano.

— ¡Ah! Estoy aburrida, ¡Datte bane! —exclamo la menor levantándose del sillón y tirando el celular ahí sin mayor contemplación, luego de chequear la hora y darse cuenta que ni siquiera habían pasado cinco minutos.

—Cuidado con mi celular pendeja... —gruño molesta fulminándola con la mirada. —Estoy haciendo este maldito trabajo practico y el pendejo de Ren no vino... ¿No podrías quedarte quieta por un par de minutos, Kira?—decía Camy, quien era la dueña de la casa o al menos algo así porque la casa le pertenencia a su abuelo. Ella también tenía quince años pero era unos cuantos centímetros más alta que su amiga y vestía un buzo negro con capucha y letras violetas que decía en Ingles: I Iove Rock y unos jeans negros ajustado.

La nombrada se volteo hacia ella e hiso un pequeño puchero.

—Yo estoy bien… me gusta ver imágenes yaoi —puso cara de babosa pervertida mirando de reojo el celular en donde se podía ver a dos chicos en una pose comprometedora. —Pero... pero… ¡Yo tenía planes! Y aunque me guste la lluvia, ¡no la quería hoy! entiéndeme Camy-sempai…

La Oji- marrón soltó un suspiro y miro nuevamente a Kira.

— ¿Y si vamos a revisar el sótano? Estamos en la casa de mi abuelo y según recuerdo él me dijo que había muchas cosas ahí... tal vez encontremos un libro interesante para leer.

— ¿De terror? —pregunto con emoción Kira poniendo sus manos en sus mejillas mientras movía la cabeza de un lado a otro.

—No lo sé… Tal vez —Camy levanto sus hombros levemente. Se levantó del suelo para coger su celular y caminar hacia el pasillo derecho de la enorme casa.

Ambas ya estaban en el piso de abajo con una linterna en mano porque la fuerte lluvia y los vientos violentos habían provocado que se cortara la luz.

—Vamos a ver que podre encontrar aquí... Te voy informando que si encuentro pornografía me la robare para venderla y ganar dinero —su voz tenía un toque de malicia mientras se retorcía como gusano.

—No hay pornografía aquí, tal vez en tu casa sí... —sonrió Camy buscando en los estantes que se encontraban llenos de polvo. — (¿Sera posible que mi abuelo no sepa lo que significa "limpiar el sótano los fin de semanas"?)

—Hmph, te aseguro que ya lo hubiera vendido —Kira agrando su sonrisa al oír un suspiro de su amiga.

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Luego de unos minutos, Kira encontró un libro de diseño muy raro, parecía que estaba cocido con la piel de un animal sumamente resistente, con un título al frente que no podía leer bien y que tenía un pequeño candado oxidado.

—Wow—exclamo sorprendida. — ¡Mira Camy-sensei! ¡Este se ve interesante! —sin importarte que el piso estaría lleno de suciedad y polvo, se tiro ahí.

—Tiene un candado... mmm por aquí debe estar la llave... ¡! —la Oji marrón miro como una rata blanca pasaba arriba de una de sus zapatillas. Al instante grito y mando de una patada al pobre animalito contra la pared. — ¡Una rata!

— ¡KYAAA!¡ No me dejes! —grito Kira asustada levantándose de un salto y tirándose arriba de Camy, provocando que ambas cayeran alado de un librero y lo tiraran todo.

—Auch… eso me dolió… —se quejó Camy mientras se reincorporaba, tirando bruscamente a Kira al suelo.

— ¡Cruel!—bufo molesta parándose rápidamente pero antes de regañarla por haberla tirado observo algo que llamo su atención. —Nee mira... —señalo con su dedo una pequeña puerta pegada a la pared.

— ¿Qué demonios es eso? —pregunto acercándose y tocando suavemente los bordes de la pequeña puerta.

Kira corrió hacia los estantes que estaba tocando con anterioridad y cuando encontró lo que buscaba, volvió rápidamente agachándose y cortando los lados con una llave metálica color rojo.

—Esta debe ser su llave... —dijo introduciéndola dentro de la cerradura y abriendo la puerta despacio.

—Espera, ¿Estas segura de entrar? Puede que haya más ratas ahí... —hablo Camy con su frente sombreada y una mueca de asco.

—Nah, lo dudo mu... —no pudo terminar de hablar porque cuando metió una mano dentro se dio cuenta que no había un suelo y cayo sin poder agarrarse.

— ¡Kira! —grito asustada la Oji marrón y guardando el libro dentro del bolsillo de su buzo, se tiro ella también.

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Camy pestaño mirando curiosa el lugar donde se encontraban, parecía un cuarto de sala. Las paredes estaban pintadas de color rojo, muebles de dibujos extraños, varias mesitas pequeñas y un hermoso sillón rojo. Y su amiga se encontraba haciendo "Quien sabe que" de cuclillas en el suelo.

—A ver… ¿Qué mierda será? —Kira se acercó hacia un pequeño triangulo de cristal con una rosa roja con espinas dibujada en el centro y se puso una pipa de detective (de quien sabe de dónde la saco) con expresión pensativa. —Sé muy bien que no es comida —dijo despectivamente arrojando atrás de ella ese objeto sin mayor importancia —Debe ser una porquería… —se sacudió las manos como si tuviera suciedad invisible en ellas.

—Oye Camy, ¿Estás bien? —pregunto la oji negra observando que su amiga seguía en el suelo boca arriba, luego de haber caído desde arriba.

—Eso creo, ¿Dónde estamos? —siguió inspeccionando el lugar, vaya... si no fuera porque sentía dolor en su retaguardia podría jurar que estaba soñando o que alguien la drogo.

— ¿Me preguntas a mí? ¡Vaya, y yo que pensé que la casa era tuya! —dijo Kira levantándose con una sonrisa nerviosa al ver que Camy no recibió bien su comentario.

La Oji marrón suspiro y decidió ignorarla por el bien de ambas. En serio que no podía parar de preguntarse cómo fue posible que ella sea amiga de una chica tan friki y sin neuronas.

— ¡Hey! ya sé que te estas preguntando como es que paso que fuimos amigas, ¡y te voy diciendo que yo si tengo neuronas! —gritaba Kira moviendo sus brazos arriba de su cabeza tratando de llamar la atención de la oji marrón.

Contando hasta el número infinito, para no agarrar su zapato y darle un zape que la mandaría al mundo de los sueños, Camy camino hacia el sillón rojo pero se sorprendió al ver a un niño que dormía plácidamente ahí, con sus pequeños brazos arriba de su vientre y roncando graciosamente.

— ¡Ñoo! ¡Un niño! ¡Que adorable!... creo... —hablo Kira dándose cuenta que ese niño tenía una pequeña barba, las cejas un poco pobladas y sus labios pintados de un color azul brillante — (Tal vez estaba comiendo un helado o_O) — se dijo mentalmente observándolo más detenidamente pero luego cayó en un detalle— ¿Qué hace un niño encerrado aquí?... ¡No me digas que tu abuelo es un pedófilo secuestra niños inocentes! ¡Y ahora que lo sé, seguro me mataran de la peor manera posible! —La Oji-negra comenzó a montarse una película de terror y detallaba en alta voz como su hermosa carita seria mutilada y su cuerpo destrozado por esos asesinos en serie, y luego tirado a un acantilado — ¡Soy muy joven como para morir! —comenzó a hiperventilarse gimoteando sonoramente.

— ¡Cálmate! ¡Yo soy inocente! ¡Cree en mí! Además, si yo quisiera a un chico encerrado ahí, seria alto y lindo... Sexy castaño con ojos verde azulados T.T —lloro la Pelinegra cayendo de rodillas y tratando de alcanzar a su amiga con su mano, pero esta se alejó considerablemente.

— ¡Aléjate criatura del mal! persona sin compasión, sin corazón ni alma, impura, cómplice... — decía con dolor mirándola como una completa extraña.

— ¡Pero no hice nada! ¡Por favor Kira! ¡Confía en mí! —siguió llorando a moco suelto y mostrando dolor en su mirada.

— ¡En las películas de terror siempre la idiota de la protagonista confía y no termina muy bonito que digamos! ¡Te acercas y te mocho las lolas! —amenazo agarrando un libro que estaba arriba de una de las mesitas.

Camy suspira con dolor y luego la mira fijamente poniendo expresión mona y pestañeando con sus ojos brillantes, producto del llanto.

—Kira, soy tu sensei… Y aunque no nos conocemos desde pañales, es como si fuéramos hermanas de toda nuestra vida. Tienes que confiar en mí, y creerme cuando te digo que yo no tengo nada que ver... ¡Es más! creo que debemos escapar a Singapur, cambiarnos los nombres y comenzar una nueva vida viviendo como nómadas y cuidando a este inocente niño para que mi abuelo psicópata, probablemente con trastornos psicológicos y pedófilo no nos encuentre cuando enviemos una carta explicando lo que vimos. ¡Debemos hacerlo rápido, antes de que aparezca de la nada con machete en mano para matarnos! —explico con expresión de mártir mientras sorbía unos leves mocos que querían salir y abría sus brazos para que su amiga correspondiera a su pequeño abrazo de oso.

A Kira le brillaron los ojos, se mordía los labios para no soltar un sollozo y dudo unos momentos pero luego tiro el libro al aire, comenzando a correr hacia su querida sensei.

— ¡Camy- Sensei! ¡No volveré a dudar de ti, nunca! ¡Gomen nasai! —pidió disculpas con su voz entrecortada, ocultando su rostro en el hombro de la Pelinegra y abrazándola con fuerza.

— ¡Kira! ¡Yo también lo siento! ¡Pero primero debemos irnos! ¡Despertemos al niño! —dijo Camy separándose de ella y limpiándose las lágrimas.

La Oji negra asintió y dejo su melodrama de lado para ponerse seria y acercar su mano al rostro del niño para despertarlo pero algo paso...

Antes de poder llegar a siquiera unos centímetros del rostro del pequeño, unos ojos rojos furiosos se abrieron, mirándolas a ambas con profundo odio y cuando Kira quiso retirar su mano, el niño le agarro con fuerza la muñeca sentándose en el sillón automáticamente.

— ¡¿Por qué coño no se callan de una puta vez?! ¡Verga! —grito con una voz gruesa y ronca apretando más el agarre.

— ¡Kyaaaa! —Chillaron ambas asustadas.

Kira trataba de soltarse pero el pequeño no quería ceder y al parecer tenía una fuerza sobrehumana y Camy comenzó a agarrar cualquier cosa que encontró para tirarlo hacia él.

— ¡Wow! ¡Olee! —exclamo con burla la pequeña persona esquivando con facilidad los objetos "asesinos" que le tiraba, liberando al fin a la Oji negra.

Una vez que Kira se sintió libre y cayó duramente al suelo, miro hacia todas partes tratando de encontrar algo. Y sus ojos le brillaron al visualizar ese hermoso objeto.

— ¡Muere cosa maligna con lenguaje de camionero! —Kira puso expresión maligna y agarro un hacha que se encontraba ahí de "pura casualidad".

— ¡E-espera! ¡No quiero hacerles daño! —exclamo el niño asustándose del aura diabólica que recorría a esa extraña chica. ¡Joder! si hasta sintió su piel erizarse, dicha persona no podría ser humana.

— ¿No quieres hacernos daño? ¿Y qué paso con el tremendo susto que nos diste?... Además, ¿Quién eres tú? —interrogo Camy agarrando un palo y tratando de picarlo. Era como un niño de cinco años, su test de un hermoso color pálido sin parecer que estuviera enfermo, sin ninguna arruga y una nariz puntiaguda. Tenía un rostro perfecto, ojos completamente rojos, parecían un intenso mar de sangre y cabello azabache como un abismo de oscuridad pura. Lo único raro era su pequeña barba… ¿Tal vez era de juguete?

—Deja eso. —refunfuño molesto cruzado de brazos y sentándose cómodamente en el sillón. — No estoy muerto para tu información y yo soy un duende, quien fue bendecido por los poderes de las hadas y hechiceros. Obteniendo un poder sumamente increíble que supera con creces a cualquier persona o ser mítico... ¡¿Me están escuchando?! —grito malhumorado al verse ignorado por esas chicas que estaban mirando el techo, específicamente el lugar por donde se cayeron.

—Sí, aja... cuando termines ¿Qué tal si nos ayudas a tratar de salir de aquí e irte niño? Tus padres deben estar preocupados —menciono Camy sacudiendo su larga cabellera negra, olvidando su plan de irse a Singapur y todo el drama que hicieron hace unos diez minutos atrás.

Kira estaba con su mano en su barbilla mirando hacia el techo, para luego saltar y tratar de alcanzar arriba con sus manos. Al ver que fue inútil, suspiro con cansancio.

—Tengo hambre. —se quejó con un puchero y sobándose su pansita. —aunque ni sepas hacer algo decente... ¿Me cocinas Camy? Estoy muy agotada mentalmente y físicamente para cocinar yo o quejarme de tu comida... ¿O mejor ordenamos una pizza?... —preguntaba la menor con una pequeña baba formándose en sus labios.

El pequeño "niño" se paró arriba del sillón con sus manos hechas puños y golpeando con su pie la superficie de este.

— ¡No estoy mintiendo! Si lo estuviera seria seriamente castigo al ser yo un duende distinto...

— No me interesa hum —Kira se cruzó de brazos volteando indiferente la mirada hacia otro lado.

— Si eres lo que dices… Obtendríamos algo por despertarte o algo así —susurro Camy enarcando una de sus cejas.

—No le hables... Te contagiara su locura —exclamo horrorizada Kira poniendo sus manos en sus mejillas.

—Insolente y ustedes no me despertaron. ¡Por el contrario! Me arruinaron mi sueño de mil años... Deberían tener un castigo... ya se... Les hare un conjuro diabólico... —hablo de manera macabra con una expresión de psicópata, sus ojos rojos brillando con maldad y una sonrisa arrogante.

— ¿Deberíamos llamar a la policía o al exorcista? —pregunto Kira con una gotita tipo anime en su cabeza y sus ojos entrecerrados.

—Ahora mismo lo hago... —susurro Camy marcando el número de 911 en su celular, agradeciendo adentro suyo que no se haya roto por la caída anterior—Mal rollo... No sé el número del papa mmm... ¿o quién será el mejor exorcista?

—Bien, bien, bien... Mierda, les concederé cinco deseos ¿Vale? —dijo resignado frunciendo el ceño. Accedió solo para que dejaran de decir estupideces e impedir que invadieran su casa humanos vestidos de azul. ¡Total! Si pedían irse a otra parte sería mejor para seguir durmiendo en paz. —Serán cinco para que sepan que soy un ser poderoso y mágico… —el pequeño pecho del duende se inflo con orgullo con una sonrisa prepotente.

— ¡Ahhh! —Suspiro con cansancio Camy golpeándose la frente — Es mejor que sigamos lo que dice para que se baje del sillón y poder utilizarlo para salir de aquí. —susurro para que solo la escuche su amiga.

—Okey... —le susurro de vuelta — ¡De acuerdo, pequeño amigo! si tanto poder dices que tienes... deseo... —en su mente llego su anhelado deseo de ir a Naruto Shippuden pero mejor decidió decir lo que a ambas les gustaría. — ¡Ir a Shingeki no Kyojin! ¡Antes de descubrir que Annie era un titán!

—Deseo concedido, Idiotas... llámenme con esto —dijo sin interés atrayendo con su mano el triángulo, que había tocado Kira cuando llegaron, y se los tiro para que la mencionada lo atrapara —Y ese libro que tienen les servirá para aclarar cualquier duda que tengan. —apunto con su mano el pequeño libro que estaba en el bolsillo de la Pelinegra.

Luego comenzó a hablar en un idioma desconocido para ellas - No es que sepan diferenciar entre Aleman de ruso, ni frances de Italiano- pero podían jurar que se trataba de Japonés.

Un extraño agujero se abrió debajo de ellas poniéndose de repente todo oscuro.

El duende vio con sus inexpresivos ojos como comenzaron a gritar, para luego desaparecer de su vista y con tranquilidad volvió a acostarse en el sofá cruzándose de piernas y poniendo sus manos entrelazadas en su vientre.

— Espero que sobrevivan, porque ese mundo no se trata de un sueño o una simple fantasía inventada por mí... Debieron saber que antes existió todo eso y que es el único anime en donde se basa de la vida real de la antigüedad...

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Oscuro. Todo estaba oscuro.

Se sentía flotar dentro de un mar de color negro puro en donde no podía mover ningún musculo y tan solo estaba ahí, viendo sus mechones de cabellos negros flotando junto al mar. Pero quería respirar, su pecho le comenzó a doler y sus costillas a apretarse fuertemente. Necesitaba salir de ahí. AHORA. De lo contrario perdería la conciencia y ella no deseaba eso, quería salir.

Comenzó a mover con brusquedad sus brazos y piernas, tratando de quitarse esas cadenas invisibles que la sostenían.

Luego de tanto forcejeo, pudo librarse y con sus últimas fuerzas nado hacia arriba desesperadamente.

— Ah... —gimió asustada con sus pupilas desorbitadas y una capa transparente de sudor en su frente. Sus ojos vieron alrededor y se dio cuenta que estaba en posición fetal en un piso de piedras. — ¿Q-qué paso? —se preguntó sentándose y agarrando su cabeza con ambas manos, le dolía y mucho.

Aguantándose su dolor, se levantó y vio un bulto en el suelo un poco más adelante. Sin pensarlo corrió y se dio cuenta que era su sensei.

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Se sentía mareada, su cuerpo le dolía y sentía como era sacudida con fuerza y tan solo pudo mirar una sombra borrosa que la llamaba constantemente.

— ¡Camy! ¡Reacciona, por Higia! —grito Kira estando sentada de rodillas mirando a ambos lados con sus cejas levemente fruncidas.

— Hmnn ¿Qué sucede? —pregunto sentándose en el suelo y dándose cuenta que estaban en un callejón con paredes de piedras. — ¿Dónde estamos? —se sintió perdida, porque podía jurar que hace rato estaban buscando algo para leer y luego... ¿Un niño con disfraz de duende?

— No tengo ni idea... Lo único que me viene a la mente es que estábamos en una ¿Sala? —se preguntaba a si misma dudosa.

Las dos dejaron caer sus brazos al suelo con cansancio, porque en sus cabezas solo venían fragmentos de recuerdos sumamente raros.

Al estar metidas y concentradas en sus pensamientos, les tomó por sorpresa escuchar un horrible grito que les hiso sobresaltarse y provocar que se le erizaran la piel. Ambas se miraron dudosas y asustadas pero decidieron salir del callejón con lentitud y no pudieron evitar paralizarse y abrir los ojos de par en par.

Frente a ellas estaba un enorme titán sin ambos ojos.

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Fin del cap 1, espero que les haya gustad n,n bye, recibo todo ... tomates, lechugas… etc.