LAS VOCES DE LA SOMBRA.
Las voces de la sombra fue algo complicado de escribir, se trataba de destapar ventanas que me hacían sentir muy mal. Fui la otra y, sin duda, era un peso muy difícil de cargar porque siempre tenía que superar a la verdadera mujer de aquél hombre.
Fue sumamente difícil porque al final me enamoré perdidamente de él. Sí, me enamoré de un hombre casado, lo peor que podía hacer en ésta situación.
Él correspondía mi amor, pero a veces creía que sólo lo decía para que no lo dejara. Permanecí a su lado tres años, tiempo en el que las sombras me acompañaron, era difícil verlo con ella, yo soñaba con ser la que estuviera a su lado.
Un día todo cambió, los descuidos trajeron una sorpresa, yo estaba feliz, pero él simplemente dijo lo siento Isabella, pero yo no puedo hacerme cargo y sin más salió de aquél departamento, donde habíamos compartido tantas cosas.
Así fue como Edward Cullen desapareció de mi vida y ahora seis años después temo que pueda encontrarme a mí y mis hijas... Nuestras hijas.
Las voces de la sombra cuenta mi vida, cuenta porqué me fijé en un hombre casado y cómo al final lo que yo hice sufrir a esa mujer, se me devolvió.
Capítulo 1 LAS VOCES DE LA SOMBRA
Capítulo beteado por Zaida Gutiérrez Verdad Betas FFAD
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hola chicas aquí con una nueva historia, disfrútenla
besos Lili.
capitulo dedicado a Zai y a Iku por estar siempre dándome sus opiniones y ánimos para escribir esta historia.
—¡Jena y Melanie, bajen ya que se les hace tarde para ir a la escuela! —les grité desde la escalera.
—¡Ya vamos! —dijeron a coro.
Fui a la cocina por sus desayunos, pero al parecer demoré un poco más de la cuenta.
—¡Mamá! —gritó Jena sobresaltándome. Demonios.
—Ya voy —tomé las bolsas de papel y salí.
...
—Abróchense los cinturones niñas —dije y después de asegurarme de que estuvieran bien protegidas partí hacia el colegio.
Mis hermosas niñas ya tenían seis años, eran muy inteligentes y -para mi desgracia-, muy parecidas a su padre también.
—Mamá, hoy tengo clases de ballet —dijo Melanie.
—Y yo de natación —completó Jena, a veces no sabía cómo dividirme.
—Muy bien, me organizaré, recuerden estar listas a tiempo —les dije cuando estábamos a punto de llegar.
—Sí mamá —sonrieron y a mí se me detuvo el corazón, eran tan adorables.
Aparqué junto a la entrada y las ayudé a bajar, estábamos apresuradas pues se nos había hecho un poco tarde.
—Las amo —dije para acto seguido besarlas y entregarles su desayuno.
—Y nosotras a ti —respondieron gritando mientras corrían para entrar a tiempo.
Ya que me había asegurado de que entraran sin una llamada de atención, continué el camino hacia mi trabajo.
Era chef de mi propio restaurant, al llegar mi "jefa" -ya que nadie sabía que era la dueña- me llamó.
—Bella, tengo que decirte algo importante —entramos y dejé el bolso sobre la silla al tiempo que me posicionaba detrás de la misma.
—¿Qué pasa Angela? —me percaté de que sus manos temblaban y eso sólo le pasaba cuando estaba muy preocupada.
—Hay alguien que vino a buscarte —en el instante en que dijo eso sentí como los nervios se apoderaban poco a poco de mí.
—¿Cómo era? —Hacía semanas veía autos siguiéndome, personas que preguntaban por mí, ese tipo de cosas extrañas que nunca pasan desapercibidas.
—Era el mismo hombre que le preguntó a Catalina si tú trabajabas aquí —me senté ya que no podía mantenerme en pie con el temblor de mis piernas.
—¿Qué te preguntó? —No sé si notó lo mal que estaba porque en seguida me tendió un vaso con agua.
—Si te conocía, me mostró una foto tuya, era reciente, creo que fue tomada en el mercado de flores —hice memoria y me di cuenta de que eso había pasado el sábado por la mañana.
—¿Y qué le contestaste? —No podía ni siquiera imaginar quién diablos era.
—Que no me eras familiar, él no me creyó, antes de irse se giró y dijo que si le había mentido me arrepentiría —sentí las lágrimas desbordarse y recordé un correo. "Haz las cosas más fáciles o te arrepentirás", no sabía de quién era y eso me puso nerviosa.
Desde esa semana me sentí observada y temía por la seguridad de mis hijas.
—Tengo que llamar al colegio —tenía un presentimiento, algo malo iba a suceder.
—Ya he avisado que no dejen que nadie se lleve o hable con las niñas más que Jacob y tú —una parte de mí se sentía aliviada, pero siempre había algo, otra cosa que no podía describir.
—Gracias —le dije y me levanté para abrazarla.
—Tranquila Bella, verás que todo saldrá bien —pasaba sus manos por mi espalda, tratando de consolarme mientras yo sacaba todo mi temor.
—Creo que es él, no sé porqué, pero lo presiento —le expuse mis sospechas al tiempo que daba vueltas por la oficina.
—No puede ser él, no tendría que buscarte —dijo mientras yo la oía sin escuchar y retorcía mis dedos sin control.
—Si puede y espero que no se atreva a acercarse, si lo hace conocerá a la verdadera Isabella Swan, a la que nunca pudo ver porque estaba todo el tiempo entre mis piernas —diciendo esto me levanté y salí de la oficina.
…
—Discúlpeme —dijo el hombre que había chocado conmigo.
—No se preocupe —le sonreí.
—De verdad lo siento —dijo él mientras yo tomaba las cosas que se me habían caído.
—Fue un accidente, en serio no importa, los dos estamos bien —se inclinó y recogió las últimas cosas que quedaban en el suelo mientras me tendía la mano para ayudarme a levantarme.
—Edward Cullen —se presentó sonriendo.
—Bella Swan —estreché su mano y le devolví la sonrisa.
…
—Bella —me llamó Jacob, mi mejor amigo, sacándome de mi ensoñación— ¿Estás bien?
—Eh, claro que sí —dije mientras fingía una sonrisa.
—¿Segura? —insistió y yo no pude darle la cara así que asentí mientras abría las puertas de la cocina. Fijé mi vista en el interior, ya había algunos empleados.
—Buenos días —cuando lo dije todos dejaron de moverse.
—Buenos días chef —saludaron con tono cordial.
—Ya está el menú del día de hoy así que ¡Manos a la obra!
En la cocina se trabajaba con sincronía, todo tenía que estar listo antes de las tres en punto ya que a esa hora recogía a mis hijas de la escuela.
—Chef —me llamó Mike, uno de mis ayudantes.
—Dime —pedí mientras seguía picando jitomates, hoy teníamos menú de carnes asadas.
—La salsa no queda con la consistencia deseada chef —cuando terminó de hablar dejé de picar y lo enfrenté.
—Continúa con esto, yo me encargo de la salsa —él asintió y yo me retiré.
…..
A las doce en punto del mediodía las órdenes comenzaron a llegar como si fueran un río desbocado. Seguí con la preparación de los platos principales ya que nadie –a parte de mí- tenía permitido realizarlos.
—Jacob, pásame aguacates y cilantro —estaba preparando guacamole. Él sólo demoró unos segundos en tenderme lo que le pedí.
—Gracias, ahora por favor ayúdame a picar el cilantro —se ubicó junto a mí y comenzó con su labor.
—¿Estarás en casa esta noche? —Él y mis hijas se adoraban, cada vez que tenía un poco de tiempo libre pasaba a jugar con Melanie y Jena, ellas siempre lo recibían encantadas.
—Sí, las niñas te extrañan, preguntan mucho por su tío Jake —le dije mientras ponía un poco de sal y pimienta en la mezcla.
—Y yo a las pequeñas princesas, ¿cómo les está yendo en la escuela? —aparte de Angela y Jake nadie más sabía que tenía dos hijas, pero ellos les tenían mucho cariño.
—No creo que sea un tema para tratar aquí Jake —él lo comprendió enseguida, terminó de picar y se fue a seguir con sus platillos.
…
—Un hermoso nombre —dijo él y yo sentí mis mejillas arder.
—Gracias —respondí bajando la mirada.
—De verdad eres muy hermosa —me sonrojé aún más pues nunca nadie me lo había dicho.
—Gracias —repetí, él alzó mi barbilla e inmediatamente sentí miedo —disculpa, me tengo que ir —me encaminé a las cajas de pago a pesar que no había terminado de buscar los productos que necesitaba, pero antes de avanzar sentí que me tomaba del brazo.
Me giró y lo único que sentí fueron sus labios sobre los míos, el beso fue tan intenso que una extraña corriente eléctrica me recorrió. Me separé de él y lo miré -aún con la respiración agitada- y sin más, me fui.
Me sentía perdida, extraña. Pagué lo más rápido que pude y salí del supermercado como un rayo.
Al llegar a mi casa dejé caer las bolsas, mi espalda estaba pegada a la puerta de madera, toqué mis labios mientras revivía aquél momento.
Sentía que todo había sido una broma y que en cualquier momento tocarían a la puerta y las cámaras aparecerían, pero no fue así, todo el día me lo pasé con ese recuerdo, la noche llegó y el pensamiento no me dejó dormir.
Fue una horrible semana, por más que quería olvidarme de ese beso no podía. Lo peor de todo era que tenía que volver al supermercado por las cosas que no compré aquél día.
Estaba escogiendo el cereal cuando alguien me habló, reconocí su voz al instante.
—¿Bella? —dijo él y con todo el pesar del mundo me volteé.
—Hola —le sonreí.
—¿Cómo estás? —preguntó devolviendo la sonrisa.
—Bien, ¿y tú?
—¿Aceptarías tomar un café? Así podríamos platicar a gusto.
—No creo que… —le daba una excusa, pero me interrumpió.
—Me sentiría muy mal si no aceptas —tras escuchar sus palabras suspiré internamente.
—Claro, está bien —pagamos nuestras compras y me acompañó a dejarlas en mi auto, después fuimos a llevar las suyas.
Platicamos de muchas cosas y nos dimos cuenta que teníamos mucho en común, me despedí de él y volvió a besarme, no fue para nada como el anterior. Nos separamos por la falta de aire y él aprovechó para hablar.
—¿Puedo verte de nuevo? —preguntó mientras me miraba fijamente.
—Sí —susurré.
—El viernes aquí mismo —asentí y me fui a mi coche.
Así pasamos un mes yendo a ese café, platicábamos de nuestra vida, a que nos dedicábamos, nuestros padres, viajes, de todo, hasta qué una tarde antes de volver a mi apartamento todo cambió.
—Bella, ¿aceptarías ser mi novia? —me sentí en el cielo y sin dudar acepté, estaba segura de que lo amaba.
…
Volví al presente cuando percibí el olor a quemado.
—¿Qué han hecho? —pregunté.
—De verdad lo siento chef —busqué entre los rostros y vi a Jessica llorar.
—Cálmate y vuelve a preparar el filete— nunca me gustaba regañar a mis empleados, sabía lo horrible que se sentía. Nunca fui rica y mucho menos tuve un trabajo de chef, siempre era la ayudante. Si algo salía mal, aunque no fuera mi culpa, recibía regaños, si alguna comida estaba mal preparada me lo descontaban a mí.
Me concentré cuando escuché la puerta abrirse dejando ver a Angela que venía apresurada.
—Bella, un cliente quiere conocer a la chef —dejé lo que estaba haciendo y la seguí.
—¡Jacob y Jared, se quedan a cargo!
Me quité el delantal, alisé mi falda y salí de la cocina con Angela que iba adelante para dirigirme. Cuando estuve frente a aquél cliente sentí mi mundo derrumbarse.
Esto no podía estar sucediendo
.
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HOLA, lindas chicas, como dije nueva historia.
espero que estén de maravilla, yo aquí con el ROCK AND ROLL, mis pies quieren bailar, jajaja...
bueno, ¿que opinan? ¿quien creen que es el "cliente" ? bueno lo sabremos en el siguiente capitulo.
como siempre, dejen expresado su comentario, que eso me ayuda para mejorar.
gracias a mi linda Zai que me ayuda con esta locura enorme.
besos y saludos, Lili.
