Esto es una traducción del fanfic "A Quiet Night" de stickysugar, realizada con el permiso expreso de su autora.
Disclaimer: Phoenix Wright: Ace Attorney y todos sus personajes pertenecen a Capcom. La idea original de este fanfic pertenece a stickysugar. Yo simplemente lo he traducido sin ánimo de lucro con el único propósito de entretener.
Franziska miró fijamente a su tonto hermano menor, viendo como pasaba la página de su libro con un leve bostezo. El título rezaba: Método Civil; Séptima Edición.
"¡Miles Edgeworth!" exclamó Franziska. Miles dejó caer el libro que tenía entre las manos y levantó la vista, sorprendido.
Franziska sonrió con suficiencia, satisfecha con la exagerada reacción de su hermano. "¿No me habías visto, hermanito? ¡Un discípulo de von Karma debe estar siempre alerta!"
Miles asintió, inclinándose para recuperar su libro. "Tienes razón" dijo, doblando la esquina de la página en el libro y dejándolo a un lado. "¿Qué haces aún despierta, Franziska? Es tarde."
Franziska se cruzó de brazos, lamentando el hecho de haber olvidado el látigo en su habitación. Habría sido útil para recordarle a Miles que no le dijera cosas estúpidas que ya sabía.
"¡No podía dormir, y es por tu culpa!" replicó Franziska, señalándole desafiante.
Miles simplemente alzó una ceja. "¿Cómo es eso?"
"¡T-Tú estabas haciendo demasiado ruido al pasar las páginas del libro! ¡Un verdadero discípulo de von Karma debería pasar las páginas silenciosamente, como un caballero!"
Miles simplemente la miró. "¿...estaba haciendo tanto ruido al pasar las páginas que podías oírlo desde tu dormitorio, al otro lado del pasillo?" preguntó, con la voz cargada de escepticismo.
"Sí" confirmó Franziska, asintiendo.
Miles suspiró y dio unas palmaditas en la cama, a su lado. "Siéntate."
Franziska frunció el ceño, pero hizo lo que le pedía su hermano menor.
"¿Has tenido una pesadilla?" preguntó él.
"No" respondió Franziska. "Un discípulo de von Karma..."
Miles se llevó una mano a la frente, aparentemente molesto. "Vale, vale" murmuró, interrumpiéndola "Así que simplemente no puedes dormir, ¿eh?"
Franziska asintió.
"Bien. ¿Por qué no me haces compañía mientras termino el libro?" sugirió Miles "Puedes quedarte hasta que te entre sueño."
Franziska sonrió. Por fin una idea que no parecía completamente estúpida. Se abrazó a una almohada en el otro extremo de la cama y contempló como su hermano menor cogía el libro una vez más.
