Primer fic largo que hago sobre mi actual OTP (léase, Vanitas x Ventus ) es un universo paralelo, ya que no puedo con la historia del juego. Creo que aburre hasta cierto punto repetir las mismas cosas ¿No lo creen? prometo terminar esta vez la historia (mil disculpas a las personas que esperan mis otras historias, tengo 0 de inspiración en relación a Reborn! Y otras parejas de KH, sorry! )

Espero lo disfruten, no es que me haya esforzado mucho en la trama (bueno, la verdad es más compleja de lo que imagine, con cada capitulo verán a que me refiero) es de temática suspenso y angustia, un poco de drama y violación así que sino crees poder con tanta sensualidad (?) te recomiendo no seguir leyendo.

Este fic va dedicado a mi Venbby, tanto versión español como inglesa que hare posteriormente. Espero lo disfrutes baby 3! te quiero mucho :3

Géneros: Suspenso, Angustia, Violación, Morbo, y de todo un poco que la autora loca desee poner (?).
Pareja/Personajes: Vanitas x Ventus
Serie: Kingdom Hearts —Birth By Sleep—
Advertencias
: Muerte de personajes, no puedo decir que nadie querido en la saga no va a morir porque estaría mintiendo ;3! Así que sino quieres ver a alguno de tus personajes favoritos de KH morir, mejor no leas, tampoco sino toleras sexo explicito homosexual (aka: Yaoi) y eres sensible con respecto a ese tipo de cosas. Oh, y espero reciban bien a Obsessive!Vanitas hahaha, Yo te lo advertí.

Darker than black.

Forgotten

X x X

¿Qué es realmente una emoción?

X x X

Era una noche tormentosa, la lluvia caía sin cesar del grotesco cielo. No había ningún alma en las calles de Twilight town, aunque a esas horas de la noche era algo común aunque para algunos era de suma relevancia el que no hubiera, ni siquiera una mosca en los alrededores.

Al menos eso era para cierto joven.

"…trabajo en un día de lluvia es trabajo después de todo" murmuro para si mismo mientras limpiaba sus manos ensangrentadas bajo el rocío de la lluvia, no le agradaban los días lluviosos pero de todas formas debía hacerlo. Suspiro molesto al notar que su ropa también había sido manchada en la parte de arriba, Oh dios, debería recordar que no debía usar ropa clara o de color blanco cada vez que tiene trabajo que hacer.

Suspiro.

Era molesto ir a cambiar su guardarropa cada que completaba un nuevo trabajo, el olor a sangre era desagradable para el pero con el tiempo y los años se acostumbró a llevarlo encima, aún así no era bueno tenerlo encima ya no se quita con nada después de todo, era fastidioso.

Pero ya una rutina para el hacer este tipo de trabajos, siempre a él le encargaba los más difíciles debido a su eficacia y rapidez. A veces era un fastidio lidiar con ellos pero al mismo tiempo, algunos de ellos eran muy divertidos y con ellos podía matar su aburrimiento con ellos.

"Se supone que debo ir al punto de encuentro ahora" miro al reloj indiferentemente notando que había terminado justo a tiempo, era cuestión de tiempo para recibir la llamada de su compañero de trabajo. Suspiro algo cansado al escuchar el tono de una llamada desde su celular retumbar en el vacío de la noche.

Ring – Ring.

Ring—Ring.

Clic.

"Diga" respondió inmediato con frialdad y desgano.

"Cada día que pasa se vuelves más insensible Vanitas, esperaba al menos mas de dos palabras en tu respuesta pero no ¿Así tratas a tu compañero después de 3 largos años? Geez, A veces realmente pienso que no eres humano, con tanta frialdad encima, viejo, eso no es saludable ¿Sabías? "contesto en forma de burla la familiar voz al otro lado del tubo. El pelinegro simplemente bufo ante tal comentario 'es un idiota' pensó.

"Cállate Axel y dime donde debo enviarlo esta vez" Sonó mas a una orden que pregunta, no le agradaba hablar mucho al respecto, menos con Axel, cuando se trataba del trabajo, solo quería acabar con todo de una buena vez.

El pelirrojo rio ligeramente ante su respuesta, para él era divertido molestarlo, aunque nunca lograba quitarle esa confianza y serenidad que tenia en si mismo, pero bueno… la próxima quizás tenga más suerte.

"Valla que eres directo mocoso, hum… ¡Esta bien! Te lo diré de inmediato, debes ir a la cuarta avenida, allí hay un bar y debes encontrarte con—"Antes de que pudiera continuar escuchando, sus ojos dorados se abrieron en par, el joven escucho un chasquido y pisoteadas. Colgó sin previo aviso y guardo su celular en su chaqueta preparándose para enfrentar lo que fuera que estuviera allí cerca de él.

Tomo con fuerza su navaja desde su mango, el filo estaba fresco por el baño de sangre de su anterior victima. Su iris dorada formó una línea delgada mientras miraba con sigilo a sus alrededores, debía encontrar de donde provenía ese ruido.

Nadie podía verlo, nadie podía enterarse de lo que había echo. Debía matar a la persona que lo viera, cualquier ser o individuo vivo que escuchara, viera, olfateara o tocara algo, debía ser aniquilado. En cada misión debía eliminar cada rastro de evidencia de que él estuvo allí. Él vivía en las sombras, su trabajo era ser invisible para toda la humanidad.

El era una sombra y por lo cual debía hacer lo que hiciera falta para permanecer así, aún si con ello significaba matar a una persona inocente, él lo haría…

No le tomo mucho tiempo para descubrir la verdadera fuente del ruido, la lluvia y la niebla le eran molestas y le impedían un poco la visión directa hacia la persona que se encontraba en la escena del crimen al igual que el, pero no le impidió lo suficiente para poder notarlo.

Ojos azules se encontraron frente a los suyos.

Era un chico maso menos de su edad, no traía paraguas y andaba solo… este se había parado de inmediato al notar la mirada del pelinegro sobre el. Vanitas no espero ni un segundo para actuar, por mero reflejo e impulso corrió hacia el muchacho, debía silenciarlo a como de lugar.

Sin si quiera derramar una gota de sudor, el pelinegro logro tomarlo por la mandíbula, apretándolo con fuerza obteniendo un quejido a cambio. Utilizo todo su cuerpo para estamparlo contra la pared de ladrillos más cercana a él, acorralándolo como si de un lobo acorralando a su presa se tratase.

Ojos fríos y dorados se encontraron con ojos de color agua marina, el gesto del muchacho era perturbador, el pelinegro podía olfatear su miedo en todo su ser. El chico estaba impactado y asustado por la acción del joven asesino.

Vanitas miro con detenimiento el rostro del joven. Su cabello era rubio color miel, sus finos cabellos mojados caían hacia abajo de forma desprolija por su frente, tapando un poco con ellos sus brillantes ojos de color azul marino. Labios sonrojado ligeramente partidos, había un moretón debajo de ellos y pudo notar que habían pequeñas lagrimas formándose en las esquinas de sus ojos.

Sus piernas temblaban, sus débiles manos se aferraban descuidamente de aquel brazo que le impedía moverse en absoluto. Quería soltarse del agarre pero era inútil, Vanitas era mil veces más fuerte que él por lo que el rubio desistió enseguida de querer escapar de él.

Sin perder más tiempo la voz gélida del joven de ojos ámbar se hizo presente en el lugar.

"¿Qué es lo que has visto chico? Responde cuidadosamente sino quieres terminar descuartizado" Ordeno con frialdad sosteniendo la yugular del joven, señalando con su mirada el cuerpo destripado detrás suyo. El joven estaba mudo, su respiración era entre cortada y sus ojos se encontraban cubierto de lagrimas. Su visión era nublosa, realmente no podía ver el cuerpo tirado en el suelo, el charco de lodo alrededor del cadáver estaba bañado con su propia sangre, realmente asqueroso.

El pelinegro lo tenia fuertemente agarrado delante suyo, su otra mano estaba colocada específicamente donde se encontraba el hígado, presionando la punta del frio metal contra el, haciendo fricción con su húmeda ropa, esto hizo temblar al joven por la sensación helada que provocaba el objeto. El rubio ojiazul no pudo evitar dejar escapar otro quejido de dolor ante tal rose del frio metal en contacto con su ropa húmeda, la sensación no era muy agradable.

Mientras tanto los ojos penetrantes de Vanitas miraban con sigilo a los del otro. Un paso en falso e iba a clavar con profundidad ese metal en su estomago.

Un largo silencio había pasado y no había respuesta.

"Habla de una vez sino quieres que—"Orbes doradas se abrieron de par en par al notar lagrimas deslizarse desde las orbes azules del joven delante suyo. Sus labios temblaban, intentando hablar, formar aunque sea una palabra.

"N-No he visto nada…te juro que no—" Se le dificultaba respirar, la presión que Vanitas ejercía en su puño era demasiado fuerte para el joven.

"No mientas, no te conviene hacerlo ¿Qué hace un chico como tu en un lugar como este a estas horas? Responde con cuidado, no me tomara ni medio segundo en destazar tu cuello" Amenazo afilando su mirada como la de un felino. El rubio no podía parar sus lágrimas, sus ojos estaban completamente rojos y cansados.

"…Yo…El…N-No recuerdo que paso o por que he corrido hasta aquí, n-no se…de donde vengo" Leves jadeos salían por su boca y sus parpados caían lentamente cerrando sus ojos con pesadez.

Por alguna razón Vanitas pudo sentir verdad en aquellas palabras y dejando escapar un largo suspiro soltó al muchacho para que pudiera respirar mejor. El rubio tosió un poco y lo miro sumamente confundido.

El pelinegro de ojos dorados le dirigió nuevamente una mirada fría y calculadora. Debía matarlo, de eso no había duda absoluta porque, si no lo hacia y este chico hablaba, él iba a pagar las consecuencias con sus superiores. No debía saberse absolutamente nada sobre los asesinatos que el realizaba, tampoco los de sus compañeros, por lo que no había otra elección que silenciar a cualquier persona que lo viera haciendo su trabajo.

Vanitas nunca dudaba cuando debía matar a alguien ni tenia la intención de hacerlo ahora, lentamente levanto su brazo, el metal estaba listo para ser incrustado pero antes de que pudiera mover su brazo hacia adelante, el rubio se colapso delante de él, abrazándolo desesperadamente, su cuerpo estaba entumecido y realmente helado.

–¿Qué demonios estaba haciendo?

"N-No…me dejes por favor…" susurro aferrándose a el como un niño pequeño pidiendo que no lo dejaran solo, luego de tal acción el rubio cayo inconsciente en sus brazos. El pelinegro se quedo inmóvil, estático por tal acción e inesperadas palabras. Por mero reflejo sostuvo su cuerpo, sin dejarlo caer al suelo, acomodándolo en sus brazos moviendo su mentón para ver su rostro.

Aún estaba llorando…

Por alguna extraña razón esas palabras le hicieron sentir algo extraño dentro de él. Quizás, realmente no había visto nada, quizás estaba realmente perturbado por su huida y no logro notar absolutamente nada, quizás cuando despertara no iría a recordar nada de lo que había pasado esa noche, todas esa clases de conclusiones llegaron de la nada a la cabeza del joven azabache.

Cuanta ingenuidad habían cubierto sus pensamientos.

Pero aun así… ¿Estaría bien dejarlo vivir por esa razones? ¿Qué sucedería si él lograba contarle lo que sucedió a la policía o a alguien más y el rumor se esparciera por toda la ciudad? Eso seria descuidado de su parte, y todos los miembros de la organización lo denigrarían por insensato, él no podía permitir que eso ocurriera.

Aún tenía un largo camino que recorrer dentro de esa organización llena de imbéciles.

Se froto las sienes muy cansado, debía regresar a su hogar y pensar las cosas con calma, no había apuro en matar al chico, después de todo estaba inconsciente, podía matarlo en cuanto llegara a su hogar.

No lo pensó mucho mientras lo tomo por las piernas y lo coloco con cuidado en sus brazos, su rostro descansaba en su pecho mientras sus finos brazos caían hacia ambos costados. Iba a ir directo hacia su hogar, la tormenta seguía en marcha y estaba comenzando a refrescar. También se había percatado de que se le estaba haciendo demasiado tarde para ir al supuesto lugar que Axel intento señalarle antes de colgar, pero ese momento le dio lo mismo.

Seguramente Axel va a reprocharle pero no le importaba.

Luego hablaría con el pelirrojo nuevamente, lo único que quería hacer ahora era volver a su casa y descansar un poco…

X x X

Finalmente había llegado a su destino.

Vanitas estaba frente de la puerta de su susodicho hogar. Con una de sus manos intenta tomar de sus bolsillos la llave para abrir la puerta delante suya, sumando a todo eso el peso que debía cargar con el aún inconsciente rubio apoyado en sus brazos. Lentamente introdujo la llave en el picaporte sin fallar y mueve la manija hacia abajo para luego abrir la puerta impulsando su pierna hacia adelante.

Camina hacia adelante varios pasos buscando el interruptor para prender la luz de la sala de estar ya que todo estaba a oscuras en ese lugar, aunque por momentos se podía ver destellos producidos por los relámpagos de la tormenta afuera.

Al momento de ver la claridad gracias a la luz frunció el entre cejo al notar la presencia de otra persona, otra vez el…

Axel… ¿Es que acaso no tiene algo mejor que hacer que jugar a ser un asechador?

"Hey ¿Me extrañaste?" Guiño con un ojo mostrando media sonrisa al más joven.

Vanitas simplemente giro su mirada indiferentemente hacia otro lado.

'Tan apático como siempre…' pensó Axel, esto no le parecía tan divertido.

Al pelinegro le molestaba esa peculiar sonrisa suya pegada en los labios del mayor. Vanitas ignoro tal comentario hecho por Axel caminando en forma recta hacia su habitación.

El pelirrojo parpadeo varias veces sorprendido por la tremenda falta de interés en su presencia.

"Che, todavía sigo aquí ¡eh!" dijo en señal de molestia, al notar que no hubo respuesta suspiro resignado siguiendo al menor a su cuarto.

Con cuidado Vanitas coloco al rubio en su cama mientras se dirigía hacia su guardarropa para buscar ropa seca y limpia para el. Axel cada vez se sentía más ignorado por el cada que se encontraban en algún lugar. Intentando romper el silencio continuo con el discurso que tenía planeado parlotearle al menor al verlo llegar a su casa.

"Cheeee… ¿Ni siquiera me recibes con insultos? Pensé que esta vez lo había logrado, entrando a hurtadillas a tu departamento e invadiendo tu miserable privacidad. Esto es realmente aburrido Van" Los ojos verdes seguían con curiosidad cada movimiento de este, luego de un momento mira curioso hacia la cama. Eso era lo que llevaba en brazos el pelinegro… espera ¿Acaso era un chico? Sus ojos no lo estaban engañando ¿Cierto?

"¿Hum? ¿Quién es ese chico, Van?" La sonrisa en su rostro aumento 'Bingo' "¡Wow! ¿Así que tiras para ese lado? ¡Esto si que NO no me lo esperaba Vanitas!" Rio divertido, la verdad no tenía idea de que orientación sexual tenía.

Vanitas intento ignorarlo pero su risa ahogadora solo encendieron mas sus deseos de matarlo…

"Cállate y ayúdame con esto" fue lo único que dijo tirando los pantalones y boxers mojados del rubio en la cara del pelirrojo. Este solo hizo un gesto de desagrado y obedeció colocando la ropa a un lado.

No tardo demasiado hasta cambiar por completo las ropas sucias y húmedas del muchacho.

Luego de terminar de cambiar la ropa del rubio por completo, y acomodarlo en su cama, lo tapo con una frazada tratando de que recibiera el mayor calor posible ya que había tomando mucho frio por la lluvia. Al dejar todo listo dejo el cuarto por un momento para hablar a solas con Axel en la sala de estar.

"Al fin, ya me estaba aburriendo de tanto esperar" dijo el ojiverde de brazos cruzados.

La mirada de ambos cambio repentinamente, el ambiente rápidamente se tensiono entre ambos jóvenes.

"Tuve una complicación pero nada de que preocuparse, me encargare de el luego" dijo Vanitas fijando su mirada en el mayor con aire de seriedad en sus palabras. Axel asintió sonriendo de lado, sabía que él no podía cometer errores grafíales en asuntos como este. "sobre el objeto, lo tengo aquí mismo" señalo su bolsillo, el pelirrojo suspiro aliviado.

"Perfecto, bueno como te intentaba decir la ultima vez que hablamos, debes ir a la cuarta avenida, allí encontraras un bar" En ese momento Axel le dio un papel con la localización exacta de ese lugar, Vanitas lo guardo en su bolsillo con cuidado.

"En ese lugar te esperara número 12 para recibir el objeto. Es pan comido por así decirlo" Se rasco la nuca en un gesto de aburrimiento, la verdad no esperaba que fuera sencillo con la cantidad de objetivos y misiones que esa organización les daba "mañana tenemos una reunión con la niña Naminé y número 7 así que prepárate para ello, supongo que eso es todo lo que tengo por hoy…"

"Bien, entonces sino es mucha molestia lárgate de mi departamento ¿De acuerdo?" inquirió el menor con molestia, Axel rio nuevamente ante sus palabras, este chico era divertido de fastidiar.

"Claro, claro ya me largo, no hay problema" Hacia algunos gestos con sus manos mientras se dirigía hacia la puerta "Pero antes… ese niño estuvo en la escena ¿No es así? Entonces… ¿Porqué aún no lo has matado todavía?" pregunto con curiosidad girando su mirada sobre el muchacho detrás suyo, Vanitas simplemente lo miro algo confundido.

"No puedo decirlo con exactitud, el chico parecía estar completamente fuera de si cuando lo encontré así que…quizás no halla visto absolutamente nada sobre mi trabajo allí. Por eso no lo maté. Debía saber si realmente me había visto o no preguntándole cuando despertara." respondió con un deje de preocupación y confusión, realmente algo inusual en el.

Era la primera vez que Axel notaba cierto deje de confusión en el joven.

Fue entonces que Axel rio ante eso y Vanitas frunció el ceño molesto en devolución a eso.

"¿Qué demonios es lo que te parece tan gracioso?" pregunto irritado al mayor, mostrando sus dientes blancos en señal de enojo contenido. Este simplemente negó con la cabeza despreocupadamente.

"Nada, simplemente me parece gracioso notar que te preocupas por alguien de esta forma" hizo una pausa, alineando su tono de voz. "Es decir, tu no conoces a ese chico y ese chico tampoco te conoce, pero tu lo has traído de la escena del crimen hacia tu propio hogar. Esto es muy irónico, ya que tu matas pero le salvaste la vida a este chico" El pelinegro simplemente desvió la mirada pensativo.

Si, era demasiado irónico, incluso para alguien como el.

"Vanitas Valentine, uno de los mas distinguido y prolijos asesinos de toda la organización 13 sintiendo piedad por alguien que acaba de conocer? Eso no se ve todos los días…"

Tal como señalo el pelirrojo, ellos forman parte de una organización del bajo mundo que no admite errores ni fugas de información. Ellos matan a quien sea que los vea haciendo su trabajo. No importa la edad ni el sexo o cuan inocente sea la persona, todos son iguales ante sus ojos. Si ellos los veía cometiendo su propio delito, ellos debían silenciarlo con la muerte.

Entonces… ¿Por qué dejo vivir al rubio? ¿Por qué mostro emociones humanas ante ese joven cuando las había perdido hace mucho tiempo para convertirse en el arma perfecta para matar?

Duda comenzó a crearse en sus pensamientos.

"Sabes exactamente que ocurrirá si la organización se entera que fallaste de matar a un testigo de nuestros objetivos ¿No es así?"

"Ya lo se, no necesitas recordármelo Axel" respondió frío y calmadamente, como si fuera lo más normal del mundo ser asesinado en estos días.

"Aun así solo quiero recordarte que tanto tu como yo somos seres humanos, a pesar de que tu trabajo no te permita sentir emoción alguna, aún las tienes a pesar de haber permanecido durante tanto tiempo en la oscuridad"

"Es difícil, lo se… la verdad es un asco este tipo de trabajo pero…" Se acercó para darle una palmada en el hombro en señal de apoyo, el pelinegro simplemente se quedo mirando hacia el frente fijamente sin emitir sonido alguno.

"…"

"Seria lo mejor matar a ese chico antes de que otra persona lo haga, lo mejor que podrías ofrecerle a ese chico seria una muerte digna y sin dolor en vez de que que otra persona lo haga de una forma más atroz y morbosa ¿No lo crees?" En parte el tenia razón, si Vanitas no lo mataba, entonces iba a hacerlo otro de los miembros de la organización y de una forma más cruel e inhumana en comparación a las formas que el ya utilizaba para matar a sus objetivos.

Además de eso, por supuesto, el corría el riesgo de ser asesinado también de una forma que ni él podía imaginar, siendo denigrado y humillado enfrente de todos sus compañeros por su descuido e ineptitud al develar el secreto de las misiones otorgadas por esa organización del bajo mundo.

Suspiro en derrota, Axel se alejó lentamente de él saludándolo con la mano para luego irse de allí sin decir otra palabra más.

x X x

¿Qué es realmente una emoción?

x X x

No se cuestiono demasiado, ya había tomado una firme decisión y esa era que iba a deshacerse de ese rubio a como de lugar. Fue a la cocina a paso lento y calmado en busca de un cuchillo, ya que el que había usado en su último encuentro era inservible y obsoleto por la sangre derramada en el filo. Ya con el objeto afilado en mano se dirigió lentamente hacia su cuarto en busca de su próxima victima.

Las luces estaban apagadas en toda la casa, aunque la tormenta de afuera se había vuelto lo suficiente violenta para poder observar varios destellos de luz propiciados por la terrible tormenta dentro del cuarto, iluminando las dos frágiles siluetas de oscuro y silencioso lugar. La lluvia caía sin cesar y los truenos retumbaban por todo lugar.

Paso a paso el pelinegro fue acercándose a la cama, mirando fijamente la inmóvil silueta del joven rubio durmiendo apaciblemente en su cama. Al llegar a su lado lentamente comenzó a subirse sobre las sabanas quedando justo encima de él, arrodillado.

Miro por unos segundos sin mostrar emoción alguna al cuerpo inerte del otro muchacho. En ese momento, Vanitas podía escuchar con claridad la respiración del joven, su pecho subía y bajaba a paso lento y calmado. Realmente parecía estar en un profundo sueño.

Moviendo lentamente su brazo hacia arriba para clavar un puñal directo en el corazón para acabar rápidamente con todo.

Decidido a hacerlo, en un rápido movimiento, bajo su brazo para clavar el filo contra el pecho del joven pero al escuchar un sonido provenir por la boca del rubio, casi a unos centímetros de tocar la blanca sabana y su órgano vital, Vanitas detuvo su ataque mostrando una mueca de sorpresa, moviendo rápidamente su mirada hacia un costado, posando sus ahora sorprendidos ojos dorados sobre el semblante del rubio.

El chico estaba llorando y jadeando, su respiración se había vuelto abrupta en tan solo unos segundos, perdiendo el control total de su propio cuerpo. El joven asesino se incorporo dejando a un lado su cuchillo. Acercando su rostro al del otro para descubrir la razón de tal cambio drástico en el.

Estaba murmurando algo, sus lágrimas no paraban de brotar por sus ojos, sus labios partidos temblaban y sus mejillas estaban completamente sonrojadas. Pese a la falta de luz en su cuarto, Vanitas podía ver cada pequeñísimo detalle reflejado en el rostro del joven, su vista era tan aguda como la de un gato en la noche.

Pequeños gemidos de dolor surgían de sus labios formando palabras sin sentido aparente, el pelinegro entrecerró los ojos intentando escuchar atentamente lo que estaba diciendo el joven entre llantos.

"aah…b-ba—basta…ngh…" pequeños susurros se deslizaban por su boca, la respiración era cada vez más entre cortada imposibilitando al rubio poder respirar normalmente. Lentamente su cuerpo comenzó a temblar, como si estuviera a punto de colapsarse. El pelinegro abrió sus parpados sorprendido al notar que los gemidos se habían convertido rápidamente en llantos y hasta gritos de dolor, el chico estaba teniendo una importante crisis nerviosa, estaba asfixiándose.

Vanitas no sabia como detenerlo, ni siquiera entendía el porque le estaba sucediendo eso, hasta hace poco estaba tranquilo como si nada y ahora…estaba a punto de quedarse sin aire frente a sus ojos. No sabía por qué pero hizo lo primero que paso por su mente en ese momento.

Tomo al joven del mentón rápidamente, y sin esperar mas le dio un beso en la boca para calmar sus llantos y darle aire ya que se estaba asfixiando.

Lentamente el muchacho comenzó a relajar sus músculos, las lágrimas comenzaron a detenerse y sus manos dejaron de agarrar con fuerza la sabana que lo cubría. El pelinegro aún tenia los ojos abiertos sintiéndose algo extraño por el contacto… lentamente comenzó a mover sus labios contra los del otro sintiendo algo cálido en su pecho.

Nunca había sentido algo así antes…era agradable.

Dejándose llevar y sin poder evitarlo presiono su lengua contra la boca del otro haciendo gemir al joven debajo de él, aprovechando esa abertura, Vanitas introdujo lentamente su lengua dentro de la humedad cavidad del rubio, moviendo su lengua lentamente adentro de aquella cálida entrada.

Sin poder evitarlo su cuerpo estaba ahora haciendo algo de fricción, sintiendo como cada parte de su cuerpo de relajaba también por la presión que estaba ejerciendo con su boca en ese momento. Se sentía tan endemoniadamente bien, el pelinegro por unos segundos pensó que le gustaría quedarse así para siempre.

La velocidad con la que ambas lenguas jugueteaban entre si aumentaba cada vez más y más hasta que lentamente un par de ojos azules comenzaron a abrirse lentamente sintiendo pesadez. Al notar que alguien estaba abusando de sus labios, abrió por completo sus ojos intentando mover su boca lejos del otro pero no pudo, sus mejillas comenzaban a arder mientras sus lenguas estaban estrechamente conectadas, al mismo tiempo un par de ojos color ámbar no lo dejaban de observar en absoluto.

No paso mucho tiempo hasta que ambos se deshicieron del profundo beso por la falta de oxigeno dejando notar como un hilo de saliva unían sus bocas. Al notar la situación embarazosa y desconocida, el rubio intento levantarse de la cama y alejar al pelinegro pero este de inmediato lo empujo otra vez contra la cama dejando escapar un leve gemido por parte del rubio.

El joven intento gritar por ayuda pero antes de que pudiera hacerlo Vanitas tapo su boca con la palma de una de sus manos y con la otra lo tomo del cuello, haciendo presión con sus gélidos dedos en la calidad piel del otro, haciendo gruñir al menor de dolor otra vez.

"Si vuelves a gritar te juro que no volverás a ver la luz" dijo afilando su dorada mirada, el rubio de inmediato reprimió su gritos con solo esa advertencia además de sentir peligrosamente su mano presionando su yugular. Al notar que había parado de moverse, el pelinegro volvió nuevamente a hablar.

"Escúchame con atención…y solo responde a lo que pregunto, sino lo haces te clavare este cuchillo al lado mio directo en tu garganta ¿Entendido?" el rubio asintió levemente con la cabeza, asustado por la intimidante mirada del otro. Fue entonces que Vanitas lo dejo libre por un momento sin dejar de observar sus movimientos.

"¿Qué es lo que hacías en ese lugar tan tarde?" pregunto con una mirada seria, el rubio lo miro confundido y asustado ¿Qué hacía allí?

"….Y-Yo…no lo se" susurro, fue lo suficientemente alto para que el pelinegro lo escuchara, poco convencido comenzó a presionar su cuello más.

"No te atrevas a mentir porque puedo leer todos tus gesto así que una vez más ¿Qué hacías en ese lugar? ¿Qué demonios has visto allí?" Cada vez se sentía más molesto, comenzaba a ser frustrante el lidiar con este chico.

"N-No recuerdo…solo que escapaba de alguien, no se de donde-ni-ni siquiera se a donde iba o de donde vengo, solo se mi nombre—e…"

"Así que ¿Realmente no recuerdas nada?... " Su semblante serio no había desaparecido aún de su rostro.

"N-No…no tengo a donde volver… y m-mi cabeza duele-mucho" Al decir lo ultimo cerro los ojos con cansancio y dolor, tratando de aliviar la presión que sentía en su cabeza en ese momento. El pelinegro alzo una ceja y miro atentamente hacia su cabeza. En ese momento soltó al joven del cuello y moviendo lentamente su mano sobre la cabeza del otro, frotando suavemente la parte superior de ella.

"¿Te duele aquí?" pregunto frotando levemente más abajo hacia la parte de su nuca, el ojiazul movió la cabeza un poco adolorido.

"S-si…auch" Varias lagrimas se habían formado nuevamente en las orillas de sus dos hermosos ojos azules, el pelinegro siguió moviendo sus dedos más abajo, sobre la parte trasera de la cabeza.

En 0la parte de atrás de su cabeza. Había algo allí…algo caliente y húmedo.

Era sangre, olía a sangre.

Al parecer el chico estaba diciendo la verdad, quizás estaba tan perturbado por lo que le había ocurrido que ni siquiera había notado que el había matado a alguien momentos atrás de que el apareciera en la escena del crimen.

Con algo de curiosidad acerca de que le había ocurrido exactamente, Vanitas comenzó a deslizar sus manos por detrás de su espalda, presionando suavemente con la punta de sus dedos la parte de su cuello notando como la expresión del chico se contraía dejando escapar suaves gemidos de dolor por sus labios partidos. Al parecer lo habían golpeado y hasta quizás abusado de el ya que en su cuello tenia varios moretones, algunas marcas y sobre todo mordeduras y rasguños…

Mirando fijamente al cuerpo del rubio, sus ojos color ámbar comenzaron a bajar lentamente hacia abajo, por su cuello pasando por su pecho que subía y bajaba lentamente por su agitada respiración, hasta su corazón hacia comenzado a latir con fuerza por el intimo acercamiento entre el rubio y el pelinegro. La mirada del mayor llego finalmente hasta sus delgados muslos que estaban casi completamente a la vista por los shorts cortos que llevaba puesto en el momento el pequeño muchacho, estos también estaban lastimados…

El rubio no pudo evitar dejar escapar un pequeño gemido de sorpresa mientras sus mejillas continuaban sonrojadas por tal acto que le causaba vergüenza ese momento. Alguien que desconocía en lo absoluto estaba mirando su cuerpo de una forma extrañamente perturbadora.

Al terminar de examinarlo cuidadosamente, el rubio no pudo evitar mirarlo con ganas de preguntarle algo.

"hum…tu… ¿porqué no me mataste antes? P-pudiste haberlo hecho y deshacerte de mi" dijo tímidamente mirándolo a la cara, al escuchar esa pregunta Vanitas levanto la mirada, clavando nuevamente sus ojos dorados en la cara del otro.

"No lo se, no pude hacerlo y quiero saber el porque" realmente aún no sabía la razón detrás de por que realmente no pudo matarlo la primera vez que se encontró con el chico, tampoco pudo en ese mismo momento. Algo, algo en él le detenía y quería saber que era exactamente.

"Hay algo que escondes y quiero saber…por que me siento tan extraño alrededor tuyo, además…" lentamente con sus dedos comenzó a frotar la punta de ellos en los labios del otro joven, tocando con suavidad sus sonrosados labios, el rubio se sonrojo más por tal acto y lo miro sorprendido por el gesto que acababa de hacer. "Esto también me gusto hacerlo" sonrió de lado al notar la reacción del ojiazul.

Por alguna razón podía sentir que se sentía diferente y extraño cuando se encontraba alrededor de ese chico, Vanitas nunca se había sentido de esa forma alrededor de nadie o quizás ya había olvidado hacerlo. Tenia curiosidad por saber quien era este joven y porque lo hacía sentir de esa forma.

"¿huh? …¿Extraño? ¿A-a qué te refieres? ¿Quién eres?" las orbes azules no dejaron ni un momento el rostro del otro joven, este podía sentir como sus mejillas ardían y su cuerpo temblaba un poco. Realmente quería saber quien era este chico, aun cuando fuera la persona que lo intento asesinar horas atrás.

Lentamente Vanitas comenzó a levantarse del lugar donde se encontraba quedándose de pie. El ojiazul siguió sus movimientos con la mirada.

"No necesitas saber más sobre mi sino tendría que matarte" el rubio trago saliva al escuchar las últimas palabras, la verdad que aún no se acostumbraba a aquellas frías palabras con las que hablaba el joven asesino pero aun así sentía curiosidad, mucha curiosidad por saber quien era realmente.

En medio del silencio, Vanitas se dirigió lentamente hacia la puerta hasta que el menor de los dos nuevamente comenzó a hablar otra vez, tímidamente.

"E-Espera…al menos podrías decirme tu nombre?" dijo levantando un poco la voz para que el otro pudiera escucharlo. Sus redondos ojos azules miraban atentamente la espalda del pelinegro, notando como por un instante que se había movido por la pregunta que había realizado.

Un largo suspiro inundo lugar mientras se podía oír como la lluvia estaba comenzando a parar. La tormenta parece que ya había terminado.

"Vanitas" respondió secamente pero esa simple palabra fue suficiente para hacer sonreír levemente al rubio con un cálido gesto en sus ojos.

"Yo soy Ventus, encantado de conocerte Vanitas" Aún sin pedirlo él se presento pensando que era lo justo, el pelinegro simplemente se volteo a mirarlo algo confundido. Ese chico parecía haber agarrado algo de confianza hacia él, realmente raro porque se supone que intento matarlo en un primer momento.

Pero Ventus se sentía aliviado en ese momento al encontrarse allí con el.

Quizás era un error, quizás había elegido el momento equivocado, el lugar equivocado para huir…quizás esta coincidencia había sido garrafal pero en ese momento estaba solo, no tenía a nadie más y ni siquiera sabía que seguiría después de todo.

Dudas albergaban en su mente, no estaba seguro de que iba a sucederle si iba a ser asesinado o no. Aunque por alguna razón, podía sentir que era mejor esto que la vida que llevaba antes de haber pedido la memoria.

Pero.

De algo si estaba muy seguro y era que no se arrepentía de haber conocido a Vanitas.

-01 end-

/sweat drop/

La verdad me tarde demasiado en terminar este primer capitulo, es larguísimo, yo misma estoy sorprendida de lo largo que es xDDDDDDDDDDDDDDDDD y no quería cortarlo porque es exactamente así como lo redacte por primera vez la idea a mi querida babuh :3! *le glompu*

El segundo capitulo estará listo luego de terminar la traducción de este primero en inglés ya que se supone que es para mi venbby todo el fanfic. Ella no entiende español y honestamente me costó un huevo y medio hacer esto en español xDD;; mi mente esta quebrada! ya que me estoy acostumbrado demasiado a escribir en inglés, la verdad me haría muy bien traducirlo como también me gustaría quiero compartirlo con más personas por lo que me ayudaría mucho con mi gramática y demases.

Espero disfruten de la historia, se necesita mas de esta pareja en español la puta madre que me pario ;A;;;;! Como llkasdf amo asldjfalksfdasas esta pareja, maldición xDD!

Nos vemos en otra ocasión ^^! Se agradecen reviews así escribo mas rápido el segundo capitulo (¿?)

Sin corrección ya que mi cerebro acaba de morir. Perdón si hay errores de sintaxis ;3;