Summary: La hora por fin ha llegado, y los hijos de los sobrevivientes de la guerra asistirán a Hogwarts, donde podrán conocer y experimentar algunas de las aventuras que sus padres compartieron en su adolescencia junto con sus tíos y amigos. ¿Cómo se lo tomarán sus padres al enterarse que sus hijos se han relacionado con aquellos que por muchos años se llamaron sus enemigos?

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling, los que no conozcas son de mí invención. La trama es completamente mía.

¡NO AL PLAGIO!


El comienzo de una aventura

-¿Está todo listo?- preguntó mi padre desde el otro lado de la puerta.

-Sí, supongo que sí- respondí con algo de desgano.

¡Por Salazar! En pocas horas iría a Hogwarts, debía de estar contenta como muchos de los otros primerizos que irían, pero es que la extrañaba mucho y no era lo mismo sin ella.

-¿Sucede algo?- preguntó papá mientras se acercaba a mí.

Negué y él suspiro.

-Sé que te sucede algo, eres mi hija y te conozco a la perfección.

Volví a negar.

-¿Es por ella?- Insistió.

Asentí. ¿Cómo era posible que siempre diera en el punto?

Papá tomó el pequeño porta retrato que tenía en mi mesa de noche, mientras observaba la foto donde aparecía mamá, papá y yo en el medio de los dos con una sonrisa, escuché como suspiró, sabía que la extrañaba tanto como yo lo hacía.

-Ella nunca nos abandonará, ¿lo sabes verdad?- dijo con voz quebrada.

-Lo sé, pero la extraño- suspiré, sintiendo como una lágrima se resbalaba rebeldemente por mi mejilla, algo que no debí permitir que me ocurriera, nunca lloraba pero era mi madre y había muerto dos semanas atrás, y ahora iría a Hogwarts con la culpa de dejar solo a papá.

-Yo también la extraño, cariño- sonrió mi padre con nostalgia, limpiando el rastro de mis lágrimas -Pero, no creo que a tú madre le hubiese gustado vernos tristes por ella, además hoy pisarás por primera vez lo terrenos de Hogwarts y es algo por lo cual debemos estar felices.

Asentí con una media sonrisa, sonrisa que había heredado de él.

-Bien, es hora de que nos apresuremos o tú tío me cruciara por no llevarte a tiempo- se estremeció causándome una risilla, aunque era cierto, mi tío Theo era la persona más cumplida que había conocido en mi corta vida.

-Nos veremos en vacaciones, mamá- suspiré besando la foto, antes de salir de mi habitación para alcanzar a papá que ya metía mis pertenencias en el baúl del coche.

Tomé a mi gatico negro en brazos y me dispuse a bajar por las escaleras de la gran Mansión que tenía como hogar. Subí a la parte de atrás del auto antes de que mi papá acelerara y me dejara, aunque pensándolo bien no sería tan mala idea.

Por fin llegamos a King's Cross después de un largo viaje lleno de mis hermosos y muy afinados cantos, los maullidos de mi gato y las cantaletas de papá para que le baje el volumen a la radio, cosa que en realidad no hice hasta verle la vena brotada del cuello.

-¡NINA!- escuché un grito desde el otro lado de la estación, para darme cuenta que era mi mejor amiga y prima favorita.

-¡MADDIE!- grité de vuelta antes de llegar hasta ella y lanzármele encima, dejando a papá encartado con el baúl y Tabata, mi gatica.

-Ya era hora que llegaras- dijo tío Draco con su típica sonrisa burlona.

-¡Faltan diez minutos para las once, Blaise Zabini! ¡¿Cómo puedes ser tan irresponsable?!- gruñó tío Theo comenzando el martirio de papá.

-Hola tíos- saludé mientras me dejaba estrechar en los brazos de mis tías Astoria y Daphne.

-Es bueno volverte a ver, Nina- sonrió tío Theo.

-Hola moco/enana- saludaron mis primos Theo II y Scorpius respectivamente.

-Será mejor apresurarnos- dijo mi padre ganándose una mirada de fusil de mi tío Theo.

-Ahora al señor si le place afanarse.

-Cállate Theodore, y no me digas señor, me haces sentir viejo.

-Estás viejo, hermano- se burló tío Draco.

-Igual que ustedes, estúpidos- interrumpió tía Daphne con una sonrisa haciendo que su hermana se carcajeara y tomara a tío Draco de la mano antes de que se cayera al piso por el gran golpe a su ego.

-Nina, ¿en qué casa quieres quedar?- preguntó Theo II con una sonrisa. Él y Scorp entraban a segundo año y habían sido elegidos para Slytherin.

-Ojalá que queden con nosotros- dijo Scorpius mirándonos a Maddie y a mí.

-La casa que elija el Sombrero será la indicada- habló tía Astoria con una sonrisa tranquilizadora, antes de cruzar el muro que quedaba entre el 9 y 10.

Maddie y yo quedamos con la boca abierta, era realmente asombroso aquel tren color escarlata del que tanto nos habían hablado nuestros tíos y padres, aunque en realidad no se comparaba con las historias.

-Mira Mad, ahí está Dig- chillé de alegría al ver a nuestra prima junto con tía Bella y tío Rodolphus; sin embargo, me quedé estática al ver todas las personas observarnos y cuchichear.

-¿Por qué nos observan mamá?- preguntó Maddie mirando a la rubia que observaba a su marido, que observaba a papá y él que observaba a la nada… Bueno no era la nada, ahí estaba mi madre, la podía sentir.

-Sólo ignórenlos, no saben lo que es la educación- dijo tía Astoria tomando nuevamente el brazo de su marido que estaba más pálido de lo normal y se disponía a ir encuentro con la tía Bella.

-Vaya, ya era hora de que llegaran- dijo tía Bella como saludo, tan expresiva y cariñosa como siempre.

Mi papá y tíos le sonrieron en respuesta, sabían que esa mujer nunca cambiaría.

-¡Diggith!- chillamos Mad y yo yendo a darle un sutil abrazo a nuestra prima, puesto que tenía la estricta regla de sus padres de no dar muestras de cariño en público.

-Ya lo sabes Diggith, si no quedas en Slytherin te desheredo- dijo tío Rodolpus a su hija.

-Al igual que ustedes mocosas, sigan el ejemplo de sus padres y primos- siguió tía Bella con su típica sonrisa maniática.

-Creo que es hora de que suban al tren- dijo tía Daphne haciendo que todos asintiéramos en respuesta.

-Nina, ven un momento- me dijo mi padre llevándome a un lugar un poco apartado mientras que mis primos se despedían.

-¿Qué sucede papá?

-No quiero que te preocupes en qué casa quedes, estaré igual de orgulloso mi princesa y debes saber que si tú madre estuviese aquí te diría lo mismo, siempre serás nuestra muñequita- dijo provocándome una sonrisa.

-Gracias papá y tú siempre serás mi héroe- dije antes de estrecharlo en un fuerte abrazo.

-Cuídate mucho, no hagas caso de lo que puedan hablar, no dejes nunca que alguien te rompa, además porque deberá de correr de mí- solté una carcajada al igual que papá -Hablo en serio- volvió a su postura "seria" -No te preocupes por mí, estaré bien, sólo trata de escribirme, ¿sí?

-Lo haré cada semana- respondí con una sonrisa.

-Te pareces demasiado a tu madre- sonrió -Te quiero mucho mi muñequita.

-Yo también te quiero papá- le volví a abrazar.

-Bueno, ya vete o si no perderás el tren.

-Sabes, no sería tan mala idea- sonreí angelicalmente.

-Nina…- suspiró -Ya vete, cuídate mucho y cuida a la gata- finalizó a lo que asentí, besó mi mejilla antes de que me fuera con Maddie que me esperaba con sus ojos rojos de tanto llorar.

-Adiós tíos, iré a nadar con inferis, nos vemos en vacaciones- grité desde la puerta del tren siendo obviamente correspondida por ellos con una sonrisa.

Nuestra niña ha crecido Blaise- un susurro frío golpeo al moreno haciéndole sacar una sonrisa, el amor de su vida seguía con ellos y no los abandonaría.


Holaaaa a todos!

De nuevo por aquí con una nueva historia, aunque esta vez es de la 3 generación. Espero que les guste :3