Konoha, la aldea oculta entre las hojas, un lugar donde habitan un grupo de ninjas, siendo amigos desde su infancia hasta el presente. Después de la gran guerra ninja, todo había vuelto a la normalidad. Los nueve novatos, mas el equipo Gai, estaban nuevamente reunidos, ya que Sasuke había regresado y esta vez para quedarse.

En una parte de la aldea, dentro de la mansión Hyuuga se encontraba la heredera a este gran clan, Hyuuga Hinata, quien se encontraba entrenando arduamente con su primo Neji Hyuuga.

Con el pasar de la guerra, Hinata se había hecho alguien más fuerte, que no temía luchar por lo que quería, pero aun más importante para ella, se había vuelto alguien fuerte y digna frente a su clan, fortaleciendo desde hace ya bastantes años su relación con su padre. Sin embargo seguía siendo la misma Hinata de siempre, tímida, alegre, bondadosa, y gentil; cualidades que todo aldeano de la hoja ha aprendido a valorar de la kunoichi.

-Creo que ha sido suficiente por hoy Hinata-sama –decía Neji parando el entrenamiento

-Está bien niisan, te agradezco tu tiempo –contesto ella con una sonrisa- solo te pido que dejes el "sama" por favor.

-Lo siento Hinata-sam…, es decir Hinata, ya es costumbre.

-No hay problema Neji-niisan

Ambos caminaron hacia la salida del dojo donde entrenaban, para cada uno ir a asearse y luego continuar con su día.

Mientras tanto, en el hospital de la aldea se encontraba otra kunoichi de pelo rosado, atendiendo a sus compañeros de equipo.

-¡BAKAAAAA NARUTOOO! –decía la kunoichi proporcionándole un golpe al rubio, héroe de la aldea.

-¡Ouch, Sakura-chan!, eso dolio-decía Naruto sobándose la cabeza.

-Tch, bien merecido te lo tienes dobe.-Un estoico Uchiha decía, con cierta mirada de arrogancia a su mejor amigo

-Ehh…, pero si tú no te quedas atrás Sasuke-kun, ¿Cuántas veces más tendrán que venir a que los sane después de un "ligero" entrenamiento según ustedes?

-Hmp…-fue la contestación del Uchiha, desviando su mirada hacia la ventana del hospital

-Y se dicen ser de dieciocho años, deberían de actuar de acuerdo a su edad, no como niños de doce años.

-Sakura-chaaan…, ya te hemos dicho que solo se nos salió un poco de las manos

-JA, si como no Naruto. –contestaba una Sakura tranquilizándose un poco y suspirando al mismo tiempo- Bueno ya están, se pueden ir, pero por favor dejen de hacer destrozos por la aldea.

-Tranquila, Sakura-chan, que baa-chan no nos dirá nada.

-Yo no estaría tan segura de eso Naruto –contestaba una voz de autoridad desde la puerta de la habitación.

-¡Tsunade-sama!

-Hola, Sakura…Uchiha. A decir verdad, no vengo a reclamarles por el destrozo a ustedes dos en el campo de entrenamiento. Sakura necesito que vayas por Hyuuga Hinata, y ambas se reporten en mi oficina lo más pronto posible.

-Hai, Tsunade-sama –contesto Sakura saliendo de la habitación en busca de la heredera Hyuuga

-Hey baa-chan, ¿les darás una misión a Sakura-chan y Hinata-chan?, ¿podemos ir el teme y yo?

-Habla por ti mismo dobe, yo me voy. –decía Sasuke saliendo de la habitación

-No te incumbe por ahora lo que tengo que hablar con ambas Naruto, y tampoco a Uchiha. Solo es un asunto que debo de tratar con ambas.

Ante esto, Tsunade salió de la habitación dejando a Naruto solo, quien tras ver que era el único ahí, se fue a su puesto de ramen preferido.

En la puerta de la mansión Hyuuga se encontraba Sakura, esperando a que le abrieran, y justo cuando se disponía a tocar de nuevo la hermana menor de Hinata abría la puerta.

-¿Uh..? Sakura-san, supongo que busca a mi hermana, pase por favor.

-Eh…si, gracias Hanabi-san –decía Sakura un tanto incomoda por la formalidad de la niña.

-Ahora llamo a mi hermana, espere aquí por favor.

Entre tanto en la torre Hokage, se encontraba una Tsunade algo perturbada, con los nervios de punta ya que sabía que algo se aproximaba, algo que ella esperaba no tener que encarar nunca, algo que esperaba que sus dos preciadas kunoichis no tuvieran que sufrir.

-Tsunade-sama, ¿es tiempo?

-Así es Shizune, ve al sotano Hokage y saca el cofre. No podemos perder tiempo

-Hai, Tsunade-sama.-contestaba Shizune con una mirada de tristeza, dándose media vuelta para luego regresar con lo necesario.

Tsunade solo dejo escapar un suspiro, llena de inquietud y de cierta manera, llena de miedo. No por ella, sino que por Hinata y Sakura.

-"Por favor, sean fuertes ante todo, y acepten lo que en realidad poseen".

En su cuarto Hinata tan solo terminaba de vestirse, cuando su hermana toco a su puerta.

-One-san, te busca Sakura-san.

-Oh, eh…gracias Hanabi, ahora mismo bajo.-tras la contestación de Hinata; Hanabi cerró la puerta del cuerto dejando que Hinata soltara un suspiro- Seguro la ha mandado Tsunade-sama, supongo que ninguna lo podía evadir durante tanto tiempo.

Hinata salió de la habitación absuelta en sus pensamientos para encontrarse con Sakura, quien estaba esperándola debajo de las escaleras.

-Hinata-chan, ¿Cómo estas?

-Muy bien, gracias Sakura-chan ¿y tú?

-Hhmm..,no me quejo. Tsunade-sama nos ha mandado a llamar, debemos de ir con ella inmediatamente, sonaba urgente. –le decía la pelirosa a Hinata un tanto pensativa.- ¿Sabes lo que significa no, Nata?

-Lo sé, por más que quisiéramos no podemos evadirlo, ¿cierto? –decía Hinata cerrando la puerta de la mansión, para encaminarse con Sakura hacia la torre Hokage.

-Supongo que no…

El trayecto de ambas kunoichis fue silencioso, cada una metida en sus pensamientos, cada una preocupada a su manera por lo que se aproximaba, cada una consiente de los sacrificios que ambas tendrían que hacer para proteger a su aldea, y a quienes más aman; sin embargo estaban dispuestas a eso y mucho mas por cumplir con su destino.