Idol Pretender

Resumen: Hinata no dijo nada, ¿qué iba a decir? Tampoco es que estuviera muy segura de lo que ocurría, aún su mente trataba de procesar la información recibida recientemente. En ese momento sólo tenía algo claro: odiaba a Naruto Uzumaki con todo su corazón.. Naruto/Hinata. Short Fic.

Pareja: Hinata Hyuga-Naruto Uzumaki

Género: Romance, Amistad, Humor, Colegial, Travestí.

Disclamer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto.

Capítulo Uno: Naruko Namikaze.

Escrito por: Amaya-chan.


Es demasiado linda…

Las mejillas pálidas de Hinata Hyuga se tornaron de un color carmesí mientras detallaba de pies a cabeza una foto de su ídolo favorita: Naruko Namikaze.

―¿Qué miras, Hinata?―dio un pequeño saltito al oír la voz de una de sus compañeras de clase.

―Sa-Sakura-san. ―saludó apenada, sujetando con fuerza la revista―. ¿Có-cómo estás?

La chica recién llegada, Sakura Haruno, sonrió enternecida ante la timidez de la Hyuga. Jugueteó con su cabello rosa y se carcajeó un poco.

―Bien, Hinata, ¿y tú?

―E-excelente―respondió con la mirada gacha.

―Entonces, ¿qué es lo que mirabas?―preguntó de nueva cuenta la Haruno.

―Oh, una revista―se la tendió levemente a su amiga.

―Es la edición de este mes. ―murmuró sorprendida Sakura―. ¿Cómo la conseguiste? Se supone que sale dentro de dos días.

―M-Mi madre trabaja en la editorial. ―sus mejillas se sonrojaron nuevamente―. Le he pedido que me la consiguiera.

―¡Qué envidia!―exclamó Sakura mientras ojeaba la revista con una mueca de molestia.

―L-lo siento―Hinata agachó un poco la cabeza.

―¿Eh? ¡Oh, no, Hinata!―Sakura se apresuró a negar―. No me refería a la revista, sino a ella. ―explicó mientras mostraba la foto de Naruko que ella había estado detallando antes de la aparición de Haruno―. En serio, ¿cómo puede tener tanto pecho?

Las mejillas de la Hyuga volvieron a tornarse rojas. Dios, ese vestido al estilo victoriano le quedaba de maravilla. Naruko Namikaze, hija de un magnate millonario y una ex-modelo, era una rubia alta, ojos azules, piel bronceada y un cuerpo de envidia. Aunque jamás había visto que usara trajes de baño, pero la forma en la ropa se le marcaba al cuerpo era más que suficiente para deducir eso.

Era preciosa, con una sonrisa tan natural y unos gestos tan angelicales que hacían suspirar a Hinata y al noventa y nueve por ciento de los chicos de su colegio y posiblemente de todo el mundo.

Oyó que la Haruno murmuraba una maldición contra algún bastardo, sin apartar la vista de la foto.

―¿Disculpa?―Hinata parpadeó confundida, ¿a quién se estaba refiriendo?

―¡Ah! No, me refiero a la bastarda esta. ―señaló a Naruko de nueva cuenta―. Me gustaría tenerla al frente y darle una paliza.

―Oh―fue la suave contestación de Hinata, aunque no entendía bien el motivo.

Las únicas personas que Hinata había visto hacer una mueca de asco ante la semejante belleza de Naruko, fueron a Sasuke Uchiha –quien solía hasta quemar todo lo relacionado a la ídolo- y a su amiga Sakura –quien murmuraba maldiciones en contra de la rubia- del resto, todos la miraban como idiotizados.

―¡Buenas, 'ttebayo!―Ah, y había otra excepción.

―¡Naruto!―exclamó su amiga, colocando la revista sobre su asiento―¡Tienes mucho que explicar, tono!

Naruto Uzumaki era un joven de cabellera rubia, ojos azules, piel bronceada y con unas extrañas marcas en la cara –como si fueran bigotes- parecida a las que Naruko tenía.

―¡Ah, Sakura-chan!―el recién llegado sonrió nerviosamente mientras se acercaba hasta donde ellas se encontraban―¡Disculpa, 'ttebayo, pero es que mi madre no me dejó ir hasta terminar unos asuntos!

―¡Sí, claro!―espetó la mujer con acidez―¡Nos dejaste a mí y a Sasuke-kun con todo el trabajo de biología!

―¡Bah!―el chico hizo un gesto con la mano, como restándole importancia al asunto―Apuesto mi mesada de este mes a que ni si quiera miraron el jodido trabajo de aparato reproductor y decidieron irse directamente a la práctica.

Sakura abrió los ojos desmesuradamente, sus mejillas se tiñeron de rojo. Hinata no pudo evitar una pequeña risa cuando la chica Haruno le dio un gran golpe en la cabeza al joven Uzumaki. Infló sus mejillas de la rabia y se fue dando grandes zancadas mientras el chico se quejaba de dolor.

―¡Joder, Sakura-chan, eso dolió!―exclamó.

―Eso te pasa por meterte con Sakura-san―comentó Hinata mientras abría de nueva cuenta la revista y se ponía a ojearla.

Naruto suspiró.

―Buenos días, Hinata―saludó cordialmente, dedicándole una sonrisa.

Incómoda, miró hacia otro lado mientras murmuraba un pequeño y frío saludo. La verdad era que detestaba a Naruto Uzumaki, sus amigas no entendían muy bien el porqué, pero él había hecho algo que jamás se lo perdonaría.

Hizo pedazos su orgullo, sin importarle nada.

―Oh, ¿qué miras allí?―preguntó, acercándose a ella demasiado para su gusto.

―Una revista.

―Sí, ya veo, 'ttebayo―sin permiso, algo que a Hinata le molestó, tomó la imprenta y comenzó a ojearla―Ah, es de moda.

La chica rodó los ojos.

―¿Qué esperabas que fuera?

―Bueno, viniendo de ti, pensé que podría ser sobre cocina o cosas más hogareñas―respondió, colocando una mano detrás de su cabeza.

Hinata se sonrojó un poco, la verdad es que ella no solía leer esas cosas sino hasta hace unos cuantos meses atrás, cuando descubrió su curiosidad sobre la nueva ídolo. Desde entonces, coleccionaba todo lo referente a ella: postes, afiches, revistas, imágenes incluso había adaptado su guardarropas a la moda estilo Naruko.

Aunque toda la ropa que usaba la ídolo no era estrambótica o muy exhibicionista. Sabía ser encantadora con ropa sencilla, cómoda y sin mostrar mucha piel.

―¡E-eso no es tu problema!―exclamó algo alterada, viendo hacia otro lado.

—Oh, disculpa, 'ttebayo, —Naruto se rascó la nuca—. No fue mi intención molestarte.

La chica frunció el ceño levemente y asintió. De todas formas, no era lo peor que el rubio le había hecho.

Naruto volvió a sonreír mientras ojeaba la revista.

—¡Ah!, ¿qué le ven, 'ttebayo?—chilló, mostrándole la foto de su ídolo—. No es como si Naruko fuera lo mejor del mundo, ¿a que sí, Hinata?

—N-no te metas con ella, Uzumaki-kun, —pidió—e-ella es muy linda.

Naruto suspiró.

—Bueno, tal vez, pero yo creo que Hinata es más linda todavía. —afirmó mientras sonreía abiertamente.

La Hyuga se sonrojó y sintió su corazón acelerarse. ¡Oh, no! ¡No otra vez!

—Bien, clase, tomen asiento y abran sus libros en la página 56. —Hinata suspiró aliviada cuando Iruka-sensei entró a la clase, obligándola a apartar su mirada de Naruto.

No podía permitirse volver a gustar de él. Ya había sufrido suficiente la última ocasión.


Sasuke Uchiha hizo una mueca de asco cuando vio la revista que Sakura le había quitado prestada a Hinata, para leerle durante el receso.

—No me digas que esa cosa amorfa está allí.

—Pues sí, sí lo está—Sakura rodó los ojos y buscó la página en donde Naruko salía en todo su esplendor—. Mira.

—Qué asco—murmuró mientras observaba a la chica—. Dámela, le daré un mejor uso, necesito material para hacer una fogata esta noche.

Sí, Sasuke pensó que quemarla sería una mejor opción en vez de dañar su vista viendo semejante error de la naturaleza. Quizás invitaría a su hermano para disfrutar cómo la imprenta se desasía con el fuego.

Sakura suspiró.

—No puedes quemar la revista, Sasuke-kun, es de Hinata.

El chico frunció el ceño y le dio una mirada cuyo significado decía claramente: ¿Y crees que eso me importa?

—Pues tiene que importarte porque si haces algo en contra de esto, —señaló la revista—nada de sexo por un mes—susurró lo último bajito, pero audible para su novio.

Sasuke se tensó. Jodida novia pelo rosa, sabía atacarlo sin compasión en su punto débil.

—¡Teme!, ¡Sakura-chan! —ambos alzaron la vista para ver a Naruto acercarse—. ¿A qué no adivinan, 'ttebayo?

Ambos chicos fruncieron el ceño.

—No, Naruto, no comeremos ramen hoy —fue la automática respuesta de Sakura.

—¡Hey! ¿Qué tienes en contra del ramen? —chilló indignado el rubio.

—Comerlo todo los putos días es estresante, además estás a dieta, ¿recuerdas? —replicó el Uchiha.

A Naruto se le formó un tic nervioso al caer en cuenta de la estricta dieta a la que estaba sometido. ¡No era justo!

—B-bien, pero no es eso lo que venía a decir.

—¿Ah no? De todas formas, tu madre nos ha dado órdenes estrictas de no ceder ante tus intentos patéticos de romper el régimen alimenticio que te ha dado el doctor —habló Sakura mientras seguía ojeando la revista.

—¡Ya he dicho que no es eso, 'ttebayo!

—¿Qué es, entonces, dobe? —preguntó Sasuke.

Ignorando el insulto, Naruto recuperó su ánimo habitual.

—¡Una amiga de mi madre me ha dado cuatro pases para el desfile de modas que está organizando, ¿quieren venir?!

Los ojos de Sakura se iluminaron.

—¡¿En serio?! —exclamó fascinada.

—Sí, 'ttebayo. —Uzumaki afirmó—. Acepté pensando en ti, Sakura-chan, seguro que te encantaría.

Sakura se incorporó y saltó a abrazarlo.

—¡Claro que sí! ¡Vamos a ir, ¿verdad, Sasuke-kun?!

El aludido arqueó una ceja, ¿qué pintaba él en eso?

—No. —respondió con simpleza—. Si quieres ve tú, pero no me incluyas en ese paquete.

—¡Oh, vamos, teme! ¡No seas aburrido! —chilló el rubio.

Sasuke negó con su cabeza.

—Tengo mejores cosas que hacer que ver a unas raquíticas usar trapos raros.

Sakura infló sus cachetes, más por dramatismo que por sentirse molesta. Le aliviaba que su Sasuke-kun pensara así de las modelos más 'hermosas' del mundo.

—Sasuke-kun, vas a venir —declaró Sakura.

—Así es, teme, lo dice Sakura-chan —apoyó el rubio.

El Uchiha arqueó una ceja.

—¿Ah, sí? —habló él con ironía— ¿Tú y cuántos más me obligaran a ir?

La Haruno sonrió con malicia.

—Dos meses…—fue la simple respuesta que dio. Naruto la miró sin entender, pero Sasuke sí había captado el mensaje de una vez

—No te atreverías —Sasuke afiló su mirada.

—Oh, créeme que sí —le respondió desafiante.

Jodida novia pelo rosa.

—Bien,—gruñó—pero, ¿el engendro rubio no estará participando o sí?

Naruto rodó los ojos.

—Supéralo, teme, deja de insultar a Naruko y no, no participará, tiene su descanso.

—Insultaré a esa cosa hasta el día que me muera.

Uzumaki le hizo un gesto grosero con el dedo del medio.


Hinata miró su atuendo, ansiosa.

No podía creer que Sakura la hubiese invitado a un desfile de moda, ¡organizado por la misma agencia que tenía a Naruko!

¡Su sueño hecho realidad!, ¿y si lograba conocerla, hablarle o solo verla?

Comenzó a hiperventilar al imaginarse las millones de posibilidades. ¡Dios, su fanatismo era enorme!

—Hinata, Sakura ha venido a buscarte —su hermana la llamó desde la puerta.

—¡V-voy! —exclamó apresurada mientras tomaba su bolso.

—Buena suerte —le deseó Hanabi cuando le pasó por un lado.

—Gr-gracias.

Llegó con rapidez a la puerta, mostró su mejor sonrisa y abrió. Sakura la recibió con el mismo gesto, sus ojos verdes mostraban excitación ante el gran evento al que asistirían. ¡Un desfile de modas de una renombrada diseñadora!

—Vamos —animó la chica.

—S-sí —aceptó gustosa.


Cuando llegaron al sitio, Hinata vio a Sasuke Uchiha esperándolas en la puerta. Sakura resopló a su lado, lo cual la dejó confundida.

—¿Dónde está Naruto? —preguntó Sakura apenas llegó frente a su novio

Sasuke rodó los ojos.

—Hay unos inconvenientes y su madre le ha llamado para que ayude.

—¿Uzumaki-kun? —murmuró Hinata confundida.

—Sí, fue él quien nos dio los pases, —explicó Sakura—pero parece que no podrá ver el desfile con nosotros.

La Hyuga asintió levemente, tratando de comprender bien lo que sucedía, pero decidió restarle importancia. Si Naruto no aparecía, mejor para ella.

Entraron al elegante y sofisticado lugar justo cuando el evento estaba comenzando. Hinata se sintió un poco fuera de lugar ante tanto glamur a su alrededor. La anfitriona, Tsunade Senju, estaba en el escenario, dando la bienvenida a todos y agradeciendo su masiva asistencia.

—¿Cómo no van a venir si es el evento de Naruko-san? —le preguntó a su amiga.

Sakura frunció el ceño.

—¿No te lo dije? Naruko no participará aquí, está en su semana de descanso.

—Sí, gracias al cielo, no veré a la cosa rara. —murmuró Sasuke a su lado.

Hinata sintió que le hubiese lanzando un balde de agua fría, había ido específicamente a verla a ella y resulta ser que no participaría. Vio cómo Sakura le reñía a su novio por hablar de esa forma.

El desfile de moda comenzó en ese momento, lo cual le alivió un poco su decepción. Al menos había ido a un sitio exclusivo gracias a Naruto, un pequeño sentimiento de culpa la invadió, tal vez, luego, haría las paces con él. No podía seguir molesta y dolida toda su vida.

Cuando hicieron un pequeño receso, Hinata aprovechó para ir al aseo. Necesitaba ir con urgencia al baño.

Le costó un poco conseguirlo, de hecho, estaba casi segura de que había entrado en una zona prohibida, pero al final dio con él.

Los baños, como supuso, eran elegantes, no como los simplones que tenía en casa. Entró a un cubículo desocupado para hacer sus necesidades, después de terminar con su urgencia, fue directo a lavarse sus manos.

El pequeño ruido de uno de los cubículos abriéndose la hizo voltear a ver. La puerta se abrió para mostrar a una mujer rubia saliendo del aseo.

Hinata se quedó muda de la impresión al caer en cuenta sobre la identidad de la chica.

Naruko la soltó una leve maldición hacia sus tacones y suspiró. Sus ojos azules, como el cielo, no pudieron evitar la impresión al ver a otra inesperada chica en esos baños, un sudor frío le recorrió la nuca.

—O-oh —fue el suave gimoteo de sorpresa que ambas chicas dijeron al mismo tiempo.

Hinata se sonrojó, de cerca era muchísimo más hermosa. Usaba como siempre, ropa cerrada, holgada, pero deliciosamente moderna, linda, original. Su larga cabellera rubia estaba recogida en dos colas altas y usaba un maquillaje muy ligero, eso se notaba.

—Y-yo l-lo l-lamento, no es m-mi intención e-estar aquí, Naruko-san —Hinata hizo una reverencia, tenía el enorme impulso de saltarle encima y pedirle un autógrafo, una foto, quizás un pequeño beso en la mejilla no sería mucha molestia.

La ídolo sonrió nerviosamente y asintió. Carraspeando levemente y con una voz un poco ronca, murmuró:

—T-tengo una gripe horrible en estos momentos, mi garganta arde bastante, no te preocupes, sólo márchate y trata de que seguridad no te agarre, ¿sí?

Hinata se mordió el labio inferior, ansiosa.

—C-claro, —al parecer ambas eran muy tímidas—pero, ¿me podrías dar un autógrafo antes de irme, por favor? D-Dudo que alguna vez vuelva a venir a un evento como este, así que…

La chica rubia la miró con curiosidad.

—¿Dudas?

—Eh, sí, le debo esta oportunidad a un compañero de la universidad. —admitió—. Si no fuera por él, yo no estaría aquí, tengo que agradecérselo de alguna forma, pero eso será más tarde.

Suspirando, Naruko asintió levemente.

—Bien, ¿tienes un lápiz y una hoja? No cargo nada de eso.

Emocionada, la morena buscó en su pequeño bolso algo así, pero no encontró nada salvo un delineador de ojos, una pintura de boca y unas servilletas.

No importa, servirán, pensó.

—E-esto es todo lo que tengo, —admitió en voz baja la chica, mostrándole lo encontrado—pero estoy segura de que servirá.

La rubia asintió levemente, aceptando las pertenencias de la chica. Se apoyó en los lavamos, tomó el delineador y escribió algo,colocó el objeto nuevamente en la superficie y luego besó la servilleta.

Le tendió el papel a la chica que, emocionada, le regaló una enorme sonrisa. Leyó detenidamente el contenido y frunció el ceño.

—¿Qué sucede? —preguntó curiosa la rubia al ver el cambio de expresión.

—¿Cómo sabes mi nombre? —le respondió con otra pregunta, confundida.

La sonrisa de Naruko se congeló en su rostro

—¿D-disculpa?

—Haz colocado: Para Hinata, de tu gran amiga Naruko, muchos besos. Que yo recuerde, no te he dicho mi nombre. —la chica tenía una expresión confusa.

—A-ah, eso. —la rubia soltó una risa nerviosa—. N-Naruto me lo ha dicho, sí, es eso.

Hinata parpadeó sorprendida.

—¿U-Uzumaki-kun? ¿Lo conoces?

—Así es, somos parientes. —explicó la otra, más calmada—. Me ha dicho que iba a traer a unos amigos suyos y me ha mostrado su foto. Conocía nada más a Sakura-chan y a Sasuke-teme, pero no a ti, Hinata.

—O-oh —murmuró la chica, algo enternecida. Naruto había hablado bien de ella, la consideraba su amiga. Sonrió levemente—. Entiendo, muchas gracias por todo, Naruko-san.

Suspirando, Naruko observó su reloj.

—Mierda, es tarde, tengo que irme. Adiós, Hinata —comenzó a andar casi corriendo hacia la salida.

—A-adiós—murmuró la chica a la nada. Volvió a mirar su autógrafo y delineó el beso que la chica le había plantado en el papel. Se sonrojó. ¡Naruko era tan linda!

En eso, oyó un sonoro golpe afuera, acompañado de una gran maldición hacia el mundo en general, especialmente a los tacones. Sorprendida, salió de los baños para ver quién era el afectado. Sus ojos perlas se abrieron de par en par.

—¡Maldición! ¡¿Quién fue el maldito que creó los tacones?! Lo patearé hasta que se muera.

—¿U-Uzumaki-kun?

El aludido se tocó su cabeza rápidamente, notando que el objeto buscado estaba tirado a un lado suyo.

La jodida peluca parecía mofarse de él.

—Puta madre. —Naruto se volvió a ver a Hinata con cara de espanto.

La chica estaba pálida, se sentía mareada y con ganas de desmayarse. Eso… esa escena tenía que ser la peor de las blasfemias del mundo. Naruko y Naruto no podían ser… ¡No!

—¡P-puedo explicarlo, 'ttebayo! —chilló el rubio, tratando de incorporarse nuevamente, pero el tobillo que se había lesionado, por culpa de los tacones, se lo impidió.

Hinata no dijo nada, ¿qué iba a decir? Tampoco es que estuviera muy segura de lo que ocurría, aún su mente trataba de procesar la información recibida recientemente.

En ese momento sólo tenía algo claro: odiaba a Naruto Uzumaki con todo su corazón.

Continuará… si quieren.


A/N: Bueno, espero que les haya gustado mi nueva idea que serán dos capítulos nada más J ¿Me dejan un review?

Ama-chan off!