Bien.
Personajes hasta ahora: Colombia, Venezuela, México y Brasil.
Capitulo uno.
El diploma roto.
Esa mañana no había nubes en cielo, era de un color tan azul que podías perderte en él, si ese era el caso, Julián, tenía el mismo color de ojos que el cielo, su cabello negro, que le caía en la frente, le rosaba las mejillas, molestaba al sentir la brisa bailar, muchas personas y muchos murmullos, aunque eran secciones con colores diferentes, el acto de graduación universitaria se realizaba en un parque monumental, de bellos arboles decorados con globos blancos, y azules, en forma de flor, con listones, que orgullo de esos jóvenes, que terminaron con bien sus estudios, el planeaba estudiar en una empresa popular de la ciudad que necesitaba recurso humano.
Su padre tenía contactos para facilitar su entrada en dicha empresa, Ingeniería petrolera. En un país donde el petróleo existe como el principal recurso económico, no era raro que eligiera esta carrera, Venezuela.
Julián continuó sentado después de ser llamado, tenía su diploma en la mano izquierda inconscientemente acariciaba la base del porta-diploma con el pulgar, suavemente, con la vista a los demás que eran llamados y hacían el ritual, subían por las escaleras de la derecha, se acercaban a uno de los profesores, recibía el titulo con una mano y con la otra le daba un apretón de manos, para la foto de muchos familiares
Subió la manga de su estola azul, y miro su reloj, ya iban a ser las 11 de la mañana, y su apetito despertaba, lanzo un suspiro, impaciente movió un poco el pie, ya tenía su título, tenía sus conocimientos, que nadie podía quitárselos, lo que está en tu cabeza es algo que nadie lograra quitarte, se decidió entre una o un hora y media de irse de allí, estaba realmente fastidiado, levantarse o no hacerlo, el profesor de matemática superior hablaba, Julián no pudo evitar poner cara larga y entre la multitud se levanto
_Julián… ¿A dónde vas? , la ceremonia no ha terminado. –Alguien le pregunto una chica de ojos café y cabello negro, tenía dos trenzas que amarraban su cabello ondulado, con piel bronceada de un bello color, tenía algunas pecas en las mejillas dándole un aspecto adorable-
_Al baño, vuelvo pronto-mintió y con esto termino de irse por el pasillo que las sillas formaban, varias miradas curiosas se fijaron en él, se perdió de vista al llegar a la avenida, aunque aún podía escuchar el discurso del aquel profesor, le caía tan mal, prometió llegar temprano a casa, su primo, venia de caracas a celebrar, su padre no pudo pedir el día libre, su trabajo le exigua demasiado, se podía decir que el venezolano solo fue a la ceremonia a buscar su diploma.
se quedó por un momento en la acera, y se retiró el birrete, se acomodó el cabello en el proceso, suspiro , esa vestimenta le daba calor, se desabrocho el primero botón de la estola, y mientras caminaba por la acera se dirigió hacia su coche un pequeño carro de cuatro puertas, regalo de su padre, era de color gris, oscuro, abrió la puerta del copiloto y con rapidez se quitó la estola por la parte de arriba, dejando ver sus pantalones de vestir de un color negro con una camisa manga larga de un color claro, formalidades, formalidades, doblo , aun con la puerta abierta, lo coloco en el asiento del copiloto, le dio la vuelta al coche para abrir la puerta del conductor, busco la llave en el bolsillo, se sentó, se arregló, movió el retrovisor de la parte de adelante.
Se le congelo la respiración, al ver dos ojos marrones que lo observaban fijamente, giro hacia atrás, y descubrió tres hombres jóvenes, uno de ellos le sonrió con gracia, parecía que la sorpresa del joven recién llegado le agradaba.
_Si gritas…te mato. – Le amenazo, cuando los ojos azules volvieron abajo la boca negra de un arma amenazaba con su vida y existencia, Julián, no dijo nada, parecía morderse la lengua- pásate para atrás. – ordeno, El venezolano de dio una mirada a los tres personajes, el que tenía el arma tenía los ojos caramelo , casi miel, su piel era morena, mas mestiza que otra cosa, con algunas pecas en las mejillas, sonreía con ligereza, esa sonrisa era para el más joven que lo miraba aun sin reaccionar- No es broma. Pásate para atrás- volvió decir con la voz más fuerte, pero, su sonrisa permaneció, Julián abrió la puerta, salió, no dijo nada y abrió la puerta de atrás, justo al hacerlo uno de los tres salió, este era mucho más alto, de ojos oscuros con expresión seria, que miraba a el ahora rehén con una advertencia.
Realmente Julián no iba a hacer nada, en ese momento solo se le recomendaba obedecer, pues, tenía un artefacto apuntándole a corta distancia, el venezolano entro en el auto, quedando en la puerta, con un arma apuntándole en la costilla, sintió un escalofrío atroz pasar por su columna, el terror lo hizo cerrar los ojos y sus manos comenzaron a sudar, siempre le han dicho que en casos como esto no debe de abrir los ojos o ver a el asaltante, y no quería hacerlo, él lo estaba viendo fijamente, con sus ojos miel .
_Vámonos de un vez, México. – hablo, tenía un acento extraño, extranjero.
No se perdió más tiempo cuando el coche arranco, tomaron la avenida, Julián veía por la ventana, el conocía esas calles, sintió el impulso de salir por la puerta con el carro en pleno movimiento, pero, en la avenida era más arriesgado, quizás hasta allí llegaba, aunque de todos modos era lo mismo quedarse en el auto, con tres extraños hombre atemorizantes y con un arma fría y peligrosa en sus costillas, su respiración era casi irregular aunque se esforzaba por mantener la calma cada calle que avanzaba sentía que más lejos estaba de que todo esto se evitara , ¿Quiénes eran ellos? ¿México? ¿Por qué se llamaba así?, ¿A dónde se dirigían?
Habían tomado un camino diferente, lo hundió el pánico y maldijo en su mente, ¿Por qué?, justamente en ese día, debió haberse quedado en la ceremonia. –
Nadie dijo nada, en todo el trayecto, el silencio era casi palpable, maldito al silencio, que no se terminaba de prolongar, Julián suspiro, aun podía sentir la mirada penetrante sobre él, el azabache se mantuvo con la vista abajo, mirando sus zapatos, creo que, en momento así, te pones a pensar en todas las cosas que hiciste o degastes de hacer, las maldades que realizaste, se vuelven en tu contra dándote un imagen aterradora de la muerte. ¿Lo iban a matar? , quizás lo iban a llevar a un lugar solo, con hierba y donde no pasaba ni un alma, lo matarían, se llevarían su coche, y nada que hacer, a esperar el juicio. Por un carro ¿en serio? , El perfectamente se los hubiese preferido dar que estar en todo este problema.
_Manos detrás de la espalda- Ordeno de nuevo el portador del arma, que descansaba a su lado, Julián tardó en reaccionar cuando se encontró con aquella mirada que lo obligo a obedecer, llevo sus manos atrás y el otro solo las unió , las amarro con una tira de plástico, dura, no podía agrandarse, tenía un seguro, le lastimaba la piel al moverlas demasiado, casi parecía cortarle la piel, el arma la tenía ahora otro, que estaba más allá, justo a la puerta derecha- No quiero que hables… ¿entendido? – Julián, se mordió los labios, fue cuando una cinta bastante gruesa y de salado sabor le cubrió los labios, su cuerpo temblaba, se removió hacia la puerta, lo único que podía sentir era el terror, de verdad estaba pasando, quería gritar, de hecho lo intentaba hacer, pero la mordaza en sus labios asesinaba los gritos antes de poder ser escuchado y ese era el objetivo.
El joven tiene un tela en la mano, era blanca, un pañuelo de esos caros y finos, algo le dice que no es bueno, no, nada en ese momento era bueno, Julián, se echó para atrás imposible la puerta se lo impedía, ve que lo desdobla con cuidado y lo vuelve a doblar de otra forma, le toma del cuello y se lo coloca entre la nariz y la boca tapada.
Tenía los ojos bien abiertos, cristalinos, mientras que una ligera sonrisa se formó en el rostro del contrario, sus sentidos fueron debilitados, sus parpados le comenzaron a pesar, una cargar inmensa en su cuerpo invitándolo a dormir, opción que no rechazo, se dejo llevar.
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_Te lo dije, te dije que era muy pronto… -hablo uno de ellos, mas moreno con cabello negro en su totalidad de acento brasilero y de duro timbre como enojado y tenía sus razones- ¿no te lo dije? , ahora, ¿Qué? – El de ojos miel, camino por el lugar, tal vez buscando algo, en los cajones que reposan en una esquina, eran de madera algo viejos, encima de ellos una lámpara, de un bello diseño-¿Colombia…me están escuchando? –
_Si, Brasil. Lo escucho. –
_No estoy de acuerdo con esa acción suya- hablo el brasilero, mientras que Colombia en recién nombrado sacaba una botella, de un líquido marrón, claro, trasparente- fue demasiado pronto. –
_No me resistí, la oportunidad estaba allí, y dispare una…y otra y otra vez, y otra vez….y otra vez…hasta que dejo de moverse… - Colombia respondió, y se sentó a un lado de la cama con su licor en mano, para aliviar tensión –nadie lo extrañara…yo no lo extrañaría. – hecho una pequeña risita- México, llévate el coche y…déjalo por allí-
El colombiano, con su acento característico se sacudió el cabello, era castaño con un rizo rebelde en el lado izquierdo, se acaricia las mejilla quizás una de sus pecas, que le daban un pequeño carisma y adorabilidad, se tomó un sorbo de licor, El mexicano, asintió y tomo las llaves que anteriomente se habían puesto en una cajón al lado de la cama, era amplia y ya estaba ocupada.
_Escóndanse ustedes también, por un tiempo. –hablo de nuevo el colombiano con una sonrisa en el rostro, y volvió la vista a la cama, allí sereno respiraba aquel chico, inoportuno, pero, a la vez muy oportuno, gracias a su coche pudieron llegar a ese lugar, era cerrado, con luz tenue y paredes oscuras y frías con una textura metálica, el lugar era grande, fresco, uno que otro ventilador funcionaba aparte de un aire acondicionado que había al fondo del pasillo.
Brasil, aun insatisfecho, lanzo un suspiro pesado, le dedico una mirada algo amarga a el colombiano que le sonrió sin resentimiento, lo vio retirarse del lugar, se perdió por el pasillo, largos paso que hicieron ecos por el lugar, esa acústica era un tanto buena como mala, México se despidió con un asentimiento de cabeza.
_México...espera… -susurro , el joven, si, era un joven de cabellos caoba de ojos brillantes marrones claros, miel como los del colombiano que le llamaba, le extiende la mano y le entrega un papel muy bien doblado.- puedes abrirlo ahora, si quieres.. – le dice arreglándose un poco en la cama, los dedos se encargaron de desdoblar el papel.
Vigílalo.
Colombia miro a México y este hizo lo mismo, antes de asentir y desapareció por el mismo pasillo que el anterior se había marchado, el silencio apareció nuevamente en ese lugar, Colombia, como lo llamaban, curioso nombre y a la vez no, era colombiano después de todo, y no cualquier colombiano.
Pasaron unas horas más cuando despertó, tosió bastante, y se removió en la superficie fría, suave, olía extraño, a metal y un poco a licor, lavanda, intento moverse, mas no se lo permitieron sus manos detrás de su espalda, le dolía, sus piernas unidas inmovilizadas solo podía estirarlas mas no separarlas, la venda en sus ojos era negra, impido la visión, y la luz, su rostro apoyado en las sabanas, solo le da indicio de que esta en una cama, no sabe que grande o que larga, o en lado de esta esta, la almohadas no tardas en aparecer detrás de él, se arrastra hacia ella, forcejea las manos intentando aflojar el agarre en vano.
Se queda en silencio antes de continuar, no escucha nada, ¿lo habrán dejado solo?, escucha el girar de un ventilador un tanto lejos, vuelve a toser, se incorpora como puede intentando sentarse, siente el mareo, la cabeza le da vueltas, no sabe si se está balanceando , pero, siente que la tierra se mueve con él, cierra los ojos con fuerza, se inclina sin saberlo hacia atrás, va a caerse de la cama sin siquiera tener conciencia de ello, algo lo sostiene, hace que su cuello se echó para atrás.
_Uhng,….-Deja salir de sus labios sin fuerza, lo sostiene del lado izquierdo de la camisa, mangas largas, es caliente, cálida la verdad, otra lo sostiene de lado derecho, lo mismo, se deja ser, pues el dolor en la cabeza es demasiado fuerte como para replicar- ung…-intenta nuevamente mover las manos, en vano, están detrás de su espalda, se tambalea a un lado, hasta quedar acostado del mismo, escucha algo.
_No…. – no logro escuchar lo restante, respira pesado, como esta su cuerpo, cierra los ojos detrás de la venda, se vuelve a dormir. –
Pasan tres horas, siente que hacer más frio, el dolor es menor, un dolor en el estómago aparece, intenta moverse, sigue atado, relaja los músculos, ya no siente el mareo, a diferencia de la última vez, siente la cama hundida y un olor a condimento, sopa….pollo, no distingue que es, pero huele delicioso, se queda inmóvil por segundos antes de estirar las piernas en ese lugar, alguien lo ayuda, se sobresalta al instante, está asustado, los recuerdos viene a él, el coche , la pistola, el amarre, el cloroformo en sus fosas nasales.
Da un salto, que es apaciguado al sujetarlo.
_D-Déjame… ¿Quién eres? – Hablo, en automático, sintió la presión en sus antebrazos, lo estaba arrastrando hacia él, el chico tensa el cuerpo y los dientes chocan, está temblando ¿Quién era ese sujeto?, había olvidado los rostros, no les quería ver, no los grabo en su memoria, solo los ojos miel que lo miraban fijamente, con una sonrisa suave y amenazante.
El olor, ese olor delicioso que percibió momentos antes, volvió a aparecer, más fuerte, ¿comida?, Julián respiraba entrecortada, lo obligo a sentarse, y con los puños temblantes detrás de su espalda, no podía evitar que su cuerpo temblara con él, se tensa, el olor es más fuerte, caliente, algo choca contra su boca, por instinto se aleja y se muerde los labios, el vapor volvió a él.
_Abre la boca. – Le dijo, ese acento de nuevo, aunque corto y neutral, Julian lo sintió suspirar, dudo, sus labios temblaron antes de volver a abrirlos levemente, introdujo una cuchara en ella, sopa, liquido caliente de un delicioso sabor, se lo trago sin pensarlo y su estómago se retorció en un rugido, se escucha una risita por parte del contrario, habían pasado ocho horas sin comer, era normal que no se negara- Es ajiaco…. Es delicioso ¿lo ve? , no está envenenado ni mucho menos-
¿Cómo creerle? Lo tenía atado de manos y pies, no podía ver, no podía moverse, otra cucharada se adentra a su boca con delicadeza, tiene una papa, que no duda en devorar, estaba delicioso, la verdad, no estaba salado ni sobrio ,en su punto, quería devorar el plato, masticaba rápido, ganándose una mirada asombrada del otro, secuestrador y causante de todo.
_ ¿cómo sé que no está envenenado? –
Silencio
Le da unas tres cucharadas más.
_Pude haberte matado en cuanto te despertarte.-Julián se tensó, y fijarse en eso escucho una risa- pero no lo hice…-rio el extranjero con acento – Casi se lo termina y aun respira… ¿no?
No respondió solo continuo comiendo, se acomoda un poco apoyando su espalda del espaldar de la cama, que no está muy lejano de él, ya no hay más que comer, no lo escucha más, la presión del colchón desaparece, se ha levantado, se relame los labios, antes resecos, tiene más hambre, pero, no se atreverá a decir nada más, hace frio, el sonido de una aire acondicionado interrumpe el silencio, al poco tiempo lo siguen las ollas y los platos de la cocina algo cercana, el eco hace que es escuche.
Silencio. …pasos, el colchón se hunde
_ ¿qué va hacer conmigo? - la mirada de miel, se centró en el nuevamente, se terminó de sacudir las manos mojadas y tras un silencio que le carcomía el alma a el venezolano hablo.
_Nada – le respondió ¿y por qué lo tenía así?
_ ¿q-que? –
_Que no voy a hacer nada contigo –hablo más fuerte, pensó que el chico no lo había escuchado la primera vez, aunque estaba corta distancia, subió los pies sobre la cama, y movió el cubre cama que allí tenia, -
Un silencio, el parecía cubrirse con las sabanas, y no escucho nada más. Julián se fue deslizando hasta quedar acostado, espero, se quedó inmóvil, un salida, debía haber una salida, todo tenía una salida, respiro profundamente, fingiría quedarse dormido, aunque en ese instante no era sueño lo que tenía, era un poco de hambre, lo escucho suspirar muy cerca de él, el azabache se alejó, le da miedo, si no le quería hacer nada ¿Por qué lo tenía en ese lugar? ¿Por qué no lo soltaba y lo dejaba ir? Julián era inofensivo, no hablaría, no diría nada, olivaría lo de su coche robado, a la mierda! El solo quería irse y seguir viviendo.
Espero y espero, paso mucho tiempo, donde no escucho nada más, un pesado suspiro, se mueve, Buscando una posición comoda seguramente, el silencio continua, y el azabache se va arrastrando lejos de el , pronto encuentra el final de la cama, con algo de esfuezo vuelve a intenta liberar sus manos del a tras de su espalda, en vano .
_ ¿A dónde vas? – se escuchó por fin, la respuesta, el cuerpo cayo en el suelo, producto de la sorpresa, un ruido seco, un quejido, una risa- ¿se mueve mucho cuando duerme? ….o ¿no estaba dormido…...?
Pasaron segundos antes de que lo cargara y lo dejara en la cama nuevamente.
_escucha, Julián…. ¿así se llama? Si,.-Una punta afilada amenaza sus costillas, otorgando presión- No intente escapar, te quedaras aquí hasta que yo diga…¿entiende? –silencio, el venezolano había entendido, aprieta la mandíbula, y se atreve a asentir ligeramente.
Sabia su nombre, ¿Qué más sabia del?, ¿su diploma? ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba su auto? Oh por Dios, perdió sus papeles. Lo perdió todo, seguro quemarían el auto como todo adentro, son Ladrones o Asesinos, a ellos que les importa, ellos solo quería un medio de trasporte y ahora lo desechaban para borrar posibles evidencia, son 5 años, 5 AÑOS, luchando por una profesión.
Para nada, Para morir en un lugar desconocido con un secuestrador sin escrúpulos…y con habilidades en la comida casera, Julián, ahora en la cama, siente la presión volver a la cama, aunque muy cerca de el, lo obliga a volverse, algo le presiona las manos y los pies.
No escucha nada mas, solo el sonido de las sabanas estirarse, frio, silencio, Julián permaneció con los ojos abiertos aun con la venda en ellos, la humedece con el agua salada que brota de ellos, los cierra fuertemente, se muerde los labios, mueve la cabeza hacia un lado, siente la respiración calmada del otro, que sin saberlo, lo está observando muy de cerca, con expresión seria. ¿Está a punto de llorar? Bueno, ese sujeto ha visto mucha gente derramar lágrimas, muchas de ellas por su causa. El colombiano suspiro sonoramente, cosa que hizo sobresaltar al otro, que volvió el rostro junto con el cuerpo hacia otro lugar, El moreno hizo lo mismo.
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El bajo del auto, la noche era joven aun, y las estrellas de la carretera era un hermoso vestido para el cielo bajo de él, el lugar estaba solo, no podía verse ser alguno por ese lugar, solo el sonido de los insecto algunos caballitos del diablo, el Mexicano abandono el lugar, con aquel auto, que antes de transporte le había servido, camino al borde de la carretera hasta que pidió un aventón.
Lo dejaron en un estación de servicio, no muy lejos de su verdadero destino, se despide de la familia que por allí pasaba, camina por la acera de la avenida, atraviesa el parque, y allí, ve alguno uniformados , sospecha de inmediato y toma un camino diferente, hace una llamada, se sienta en un banco cerca de una parada de autobuses, la gente camisa sin contratiempo, ajeno a lo que pasa a su alrededor, la policía ronda por allí, en busca de testigos del reciente desaparecido, Un oficial se le acerca, El detiene su Celular en la oreja, lo ve, y le hace un gesto de que espere un momento, le explica:
Julián Jiménez, 25 años, de estatura promedio, cabello negro, con piel mestiza de ojos claros, la última vez que fue visto , fue en el parque central de la cuidad, por su graduación, su auto placa 05JUL11, El mexicano, asiente al escuchar tal información, sabe perfectamente de quien está hablando, pero, le dice que no sabe nada, que cualquier información se hará saber a las autoridades, con debía de ser, el oficia, asiente , México se retira con una sonrisa.
Camina entre las personas hacia un bar, allí, espera a alguien, pide varios tragos antes de que la persona citada se siente a su lado, Varios segundos pasaron antes de intercambiaran palabras.
_El Jefe no está muy contento contigo…Brasil -
_Lo sé. – Respondió este- Solo soy prudente. Lo que paso hoy no puede ser bueno, se supone que nos mantendríamos a raya por un tiempo…
México volvió a verlo, con una expresión suave, hizo un gesto con los labios, y meneo la cabeza.
_Bueno….como veraz, el Jefe tiene otro planes ahora…-
_uhm… ¿Qué paso con el auto?
_Fuera de alcance… -
_Vi a algunos oficiales de camino.-
_Yo también…ese chico, debe de ser de una familia influyente…
_ ¿qué hará el jefe con él? ¿Pedir rescate…?
_Lo dudo. – Hablo en mexicano seguro- lo conozco, no pedirá rescate por eso, él puede conseguir el dinero que quiere con la droga que trasporta y vendemos- susurro solo para que el brasilero escuchara – Hay cosas que no poder encontrar por todo el dinero del mundo.
_Compañía…
_Si. –El mexicano hizo una pausa y observo por el lugar, estaba medio vacío….o, medio lleno- el Odia estar solo.
Damista.
Sin mas, Una nueva historia.
