Advertencias: Hola a todos, el presente relato está inspirado en la serie The Sentinel (el Centinela) y aclaro que el contenido de estas páginas son fruto de mi imaginación y no poseo los derechos de la misma. Los personajes mostrados en la historia son propiedad de sus respectivos autores y sólo los utilizo con fines de diversión.
No pretendo con esto infringir ninguna ley de copyright ni obtener ninguna ganancia económica.
Todas mis historias contienen Spanking paternal. Si no le gusta, pues ustedes ya saben…
Escribir es mi pasatiempo favorito y el que disfruten de la historia es mi mejor recompensa, así que a leer!
CAPITULO 1:
"EN COMPAÑÍA DE LA AMARGA SOLEDAD."
Era una hermosa y calurosa mañana. El sol brillaba majestuosamente sobre la ciudad de Cascada y cualquier persona hubiese disfrutado de una agradable caminata al aire libre….cualquier persona menos el jovencito Blair Sandburg.
Su cabeza baja y su caminar tardío parecían contrastar la alegre brisa que jugueteaba con sus largos rizos… y mientras sus pasos se volvían más lentos aún, sus pensamientos iban inundando como un incontenible diluvio su mente.
¿Por qué su vida tenía que ser tan difícil a veces?…bueno casi siempre. Para ser sincero cada día de su vida, desde que Naomi le había dejado en aquella estación de trenes casi un año atrás, todo había ido cuesta abajo.
¿Por qué sus compañeros de clase le odiaban tanto?…bueno no todos en general, solo el altivo y arrogante hijo del congresista Dylan Smith…pero un enemigo de ese calibre, era más que suficiente para Blair, que aunque tuviese el orgullo de ser un estudiante prodigio de la Universidad de Rainer, seguía siendo un donnadie, comparado con toda la influencia y el poder que el congresista Smith tenía sobre casi toda personalidad en Cascada.
Lentamente y con signos de agudo cansancio dejó caer su mochila y se sentó sobre la acera de la calle…sostenía dos cartas en su mano y como si en espera de que el contenido de la misma hubiera cambiado desde su última lectura, dio un nuevo y silencioso vistazo al documento:
"Estimado Sr. Sandburg"
"Por este medio se le informa es necesario comparezca ante el Tribunal Disciplinario de la Universidad de Rainer, donde se espera rinda su declaración por los actos barbáricos cometidos en contra del Sr. Dylan Smith Jr. .."
-¡Actos Barbáricos!.. Blair gritó a la calle desierta… ¡Pero si solo fue un simple empujón!... ¡Claro, el muy idiota puede hacer trampa en los ensayos y luego burlarse de mí a su antojo y nadie vio nada, pero si trato de defenderme el mundo se viene sobre mi cabeza, aplastando mi cuello!
"Al mismo tiempo….El chico hizo una pausa para calmar sus gritos y continuó con la lectura… se le informa que se le dará de plazo una semana a partir de hoy para presentarse ante las autoridades universitarias correspondientes, de lo contrario su ausencia dará lugar a la expulsión inmediata…."
-¡Ahora si estoy frito!...¿Qué será de mi vida si no puedo estudiar en Rainer? ...El adolescente preguntó a la nada con sus ojos casi llorosos…
Convertirse en un notable Antropólogo había sido su sueño desde niño…"bueno otro sueño más que no podría alcanzar" pensó con tristeza, mientras arrugaba con odio el papel que tenía en su mano y lo arrojaba tan lejos como sus fuerzas, que no eran muchas en ese momento, se lo permitían.
Pero aún tenía otra carta más por leer…ésta era de un destinatario muy diferente…
"Querido Hijo… solo te escribo para informarte de mi nuevo destino, los monjes tibetanos han dado una inmensa paz a mi alma y ahora siento que mi espíritu libre me guía hacia nuevos horizontes, espero que al recibo de ésta carta, puedas sentirte tan feliz como yo…"
..Y ahí terminó su deseo de seguir leyendo..¿Feliz?... ¿En serio su madre esperaba que él se encontrara feliz de saber que ella prefería un "relajante viaje espiritual" a la compañía de su propio hijo?...
No era que Blair no estuviera acostumbrado a estos tratos, era que ahora, con casi quince años de edad, sin casa, sin ni siquiera un centavo en su bolsillo, con sus sueños rotos, con su estómago rugiendo de hambre, Blair se sentía solo; deseaba con toda su alma contar con un amigo que pudiera tan solo decir "¡Hey Blair no te preocupes por las batallas que traerá el futuro, yo estaré ahí para luchar a tu lado!"…pero toda esperanza se desvanecía muy lejos ahora.
Blair sentía que el mundo caía sobre sus hombros…estaba solo y con una tristeza tan profunda oprimiéndole por dentro, que casi podía ver su corazón encogerse con cada suspiro…y ahí, sin ninguna vergüenza…Blair Sandburg no pudo soportarlo más y lloró…lloró tan fuerte como nunca lo había hecho en su vida, sabiendo que nadie más estaba a su lado para consolarle o burlarse de sus lágrimas y teniendo la plena convicción que por ahora su única compañía… era la amarga soledad.
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El silencioso escenario anterior, era muy diferente a la realidad que se presentaba en la Estación Policial de Cascada esa misma mañana.
Parecía que todo el mundo se había vuelto más loco ese día y para el Detective Especial James Ellison, eso no era buena señal; lo peor de todo, era que tenía que hacer un triple esfuerzo para controlar sus sentidos; sus nervios y su mal humor lo estaban volviendo, sin lugar a dudas, más "peligroso" que cualquier otro delincuente que estaba en la comisaría.
Al llegar a su escritorio, después de una tediosa reunión con su jefe el capitán Banks, notó que había un pequeño sobre manila depositado sobre la mesa. No necesitó abrirlo, con solo leer la letra resaltada en el sobre se dio cuenta de lo que era…los papeles de su divorcio…
¡Genial Ellison!…pensó… ¡Otra cosa más en la que fallas, ni siquiera eres capaz de mantener a una mujer a tu lado por un año entero sin que te odie a muerte!
Pero no tuvo mucho tiempo para seguir auto compadeciéndose por su destino, un segundo después sus pensamientos fueron interrumpidos por un conductor ebrio que había sido trasladado a la estación esa mañana y que acababa de "vaciar" literalmente su estómago en el lobby de la comisaría.
El olor era insoportable, incluso sin sus sentidos de centinela, era todo lo que el detective podía manejar; tomó su chaqueta y ante sus compañeros que lo miraban con ojos de incertidumbre y un muy acalorado grito: ¡ELLISON, HACIA DÓNDE DEMONIOS VAS!...emitido por su jefe; el valiente detective especial James Ellison salió con grande pasos por la puerta principal del manicomio, perdón, la estación de policía, sin mirar atrás.
Había manejado sin rumbo por casi una hora y no podía despejar su mente, se sentía tan fracasado, su padre lo odiaba, o al memos no lo amaba lo suficiente como para dejar sus "importantes negocios" a un lado y comunicarse con él, hace tanto tiempo ya que no tenía una señal de vida del "importante hombre de negocios" William Ellison, ni tampoco de su hermano menor Steve.
Podía animarse un poco al pensar que por lo menos era un buen detective, más sin embargo, tenía ya dos meses de estar tras la pista de un asesino en serie y como informó a su jefe esta mañana, el tipo se había encargado de burlarse de ellos en cada escena del crimen, no tenían ni una sola pista válida, nada, nada , nada, con excepción de un montón de garabatos que hasta hoy tampoco sabía a ciencia cierta si eran o no una pista …y por su puesto la cereza del pastel… los papeles de su divorcio con Catherine.
El aún la amaba, pero las palabras que recibió de ella la última noche que la vio le impidieron decírselo: ¡Eres un ególatra James, no piensas más que en ti mismo y en jugar al héroe, nadie podrá amarte, yo no puedo amarte, si no dejas tu orgullo a un lado y caes a la realidad de que solo eres un simple ser humano"…
El siempre había sido fuerte, su padre le enseño a ser fuerte, su entrenamiento militar no solo agudizó sus sentidos, sino que también le enseño que el mostrar los sentimientos era para los débiles….sin embargo era en ese momento, cuando se había sentido menos fuerte que nunca, era en éste momento y al traer esos recuerdos sobre sí mismo que se dio cuenta de que un agudo sentimiento oprimía su corazón…el gran centinela, volvió su mirada a un lado y se dio cuenta de que estaba solo…y que casi podía, con sus agudos sentidos, saborear la soledad que lo acompañaba …era de un sabor muy amargo.
The Sentinel Page 6
