Entre Crayones Y Juguetes

Capitulo 1 The First Friend

Un paso a la vez, se decía a sí mismo el pequeño castaño mientras se acercaba al colegio.

El niño llamado Kurt de 9 años, ingresaba a su nuevo curso escolar y estaba completamente aterrado. Kurt era un pequeño muy tímido, lo que hacía que sus compañeros lo ignoraran y aislasen. Pero no era solo por eso que temía volver al colegio, ese era el primer año que iba solo en su primer día, pues su madre había fallecido el año anterior y su padre se encontraba trabajando. Esto hacia que Kurt se sintiese solo y totalmente atemorizado.

Kurt había caminado solo las 7 cuadras que lo separaban de su escuela, observando las casas e intentando pensar algunas frases para poder decirles a sus compañeros y así hacerse amigos. Lo cierto era que hasta el momento el único amigo que tenia era su padre, pero este era un hombre grande y el pequeño castaño necesitaba un amigo se su edad para jugar.

El niño de ojos azules observo el establecimiento y suspiro rendido, avanzo lentamente hacia él con la cabeza gacha. Reamente él no odiaba la escuela, le gusta aprender cosas nuevas y jugar en el recreo como a todos los niños de su edad, pero él no tenía con quien jugar y ya se había cansado de jugar solo. Además muchos de los niños se burlaban de él, tan solo por estar solo y no tener amigos y eso al pequeño castaño lo hería muchísimo.

Pero Kurt estaba decido, ese año tendría que hacer amigos, así nadie más se burlaría de él y nunca más se sentiría solo.

Kurt entro a su salón y situó su mochila en el primer banco, delante de todo. Los bancos eran de a dos, por lo que supuso que así sería más fácil tener un amigo. Se sentó animadamente esperando a su compañero de banco, pero cada niño que entraba en el salón pasaba de él y se ubicaba en algún otro sito con algún otro niño.

Cuando entro la última niña al salón, Kurt no pudo evitar dar un suspiro angustiado luego de que ella se alejara hacia otro banco. El castaño, se sintió abatido mientras pensaba en que sería un nuevo tortuoso año, pero en ese momento repentinamente la puerta del salón volvió a abrirse y por ella entro un niño totalmente agitado, con el guardapolvo blanco arrugado, los rizos negros alborotados y unos grandes ojos avellana que demostraban preocupación.

-lamento llegar tarde- dijo el niño moreno a la maestra.

-está bien, no importa, ¿Cuál es tu nombre?-la maestra se inclino hacia él y le revolvió dulcemente los risos al pequeño.

-Blaine, soy nuevo-aclaro el pequeño y sonrió ruborizándose.

Kurt lo observaba desde su lugar, por alguna razón no podía dejar de observar al nuevo niño.

-¿por qué no te sientas junto a Kurt?-la maestra señalo al pequeño castaño, y le guiño un ojo.

-está bien- el niño nuevo camino hacia Kurt, felizmente y se sentó junto a él- hola soy Blaine.

El pequeño de risos alborotados beso la mejilla de Kurt a modo de saludo.

-ho…Hola-dijo Kurt, de manera entrecortada y nerviosa. Intento recordar alguna frase de las que había practicado, pero no recordaba ninguna en ese momento-so…soy K...Kurt.

Blaine le sonrió abiertamente, mostrando todos sus pequeños dientes.

-guau, ¿eres tartamudo?-indago el moreno, curiosamente feliz.

-¡No!-dijo exaltado el castaño-solo… es que estoy nervioso-admitió el niño, clavando sus ojos azules en los bonitos ojos avellana de su nuevo compañero- nunca eh tenido un amigo.

-¿en serio? Pues yo tampoco-confeso, Blaine aun sonriente- mi familia vivía muy lejos de la ciudad y en la escuela no había muchos niños, ninguno de los que había quería jugar conmigo-explico el niño encogiéndose de hombros. Repentinamente hubo una chispa en la mirada de Blaine y su sonrisa se agrado un poco mas- ¿quieres que seamos amigos?

El pequeño castaño, lo miro sorprendido y repentinamente su rostro esbozo una gran sonrisa mostrando todos sus diminutos dientes y encogiendo sus ojos. Los pómulos del pequeño castaño habían enrojecido totalmente, como si fuesen manzanas. Extendió su manita hacia Blaine-amigos.

El pequeño moreno, se quedo por un segundo fascinado ante la bonita sonrisa de Kurt y pensó que este tenía unos dientes muy bonitos, luego estrecho la mano de su nuevo amigo-amigos.

Al día siguiente Kurt estaba completamente ansioso por llegar a la escuela, y camino dando saltos las 7 cuadras que lo separaban de esta. Al llegar el pequeño de risos negros lo esperaba en la puerta.

-hey Kurt- lo saludo este, el castaño se acerco y beso a su amigo en la mejilla.

-hola-dijo tímidamente. Era totalmente nuevo para el pequeño castaño que alguien lo esperara en la puerta del colegio para que entraran juntos y eso realmente lo puso muy feliz.

-mira lo que traje- Blaine extendió las manos mostrándole a su amigo una gran cantidad de pequeños autitos. El castaño, titubeó ante la respuesta que quería darle, realmente a él no le gustaba jugar con autitos y esas cosas, él prefería algo como tomar el té o jugar a la casita, pero Blaine era su nuevo mejor amigo, y no estaba seguro de que si le decía que no quería jugar el otro lo aceptara y siguieran siendo amigos, Kurt tenía miedo de perder al único amigo que tenia.

Finalmente luego de un debate con su propia mente decidió decir la verdad, pues las amistades debían ser sinceras razono el pequeño.

-no me agradan demasiado los juegos con autos- confeso el niño, rascándose los cabellos con preocupación.

El moreno se quedo dubitativo un par de segundos.

-eso no importa- dijo-podemos jugar algo que a ti te agrade.

La expresión del pequeño castaño se ilumino.

-¡juguemos a la casita! Tú serás el papa y yo la mama- sonrió felizmente.

-que tal si mejor fusionamos los juegos-concluyo el moreno.

-¿fusionar?- Kurt no sabía lo que esa palabra significaba, Blaine le sonrió y le explico con aires de sabelotodo, aunque luego se avergonzó por haber sonado así.

-oh, entonces yo quiero el autito naranja-anuncio Kurt, Blaine se lo alanzó de inmediato-será la mamá.

-está bien-asintió el niño de mirar avellana, dedicándole una sonrisa a su amigo- y yo tendré el azul que será el papá y ellos se irán de viaje y tomaran té en el camino y ruuum- Blaine empezó a mover su auto en el aire y comenzó a correr hacia dentro de la escuela. Kurt lo siguió imitándolo y riendo a carcajadas.

Al llegar al salón la maestra los observaba algo molesta. Se había tardado un rato al entretenerse jugando en el camino al salón.

-llegan tarde-dijo con el semblante serio. Los niños guardaron rápidamente los autitos en los bolsillos de sus guardapolvos blancos.

-lo sentimos-dijeron al unísono, agachando la cabeza avergonzados.

-están castigados- los dos pequeños levantaron la cabeza y miraron a la maestra asombrados, luego se miraron el uno al otro con los ojos como platos.

A ninguno de los dos se les había cruzado jamás por la mente ser castigados, ambos eran excelentes alumnos y jamás habían hecho algo malo para que se los castigara. Ambos niños tragaron nerviosamente.

-mi papá se enfadara-susurro Kurt, mientras tomaba lentamente la manita de Blaine en busca de apoyo, el moreno la tomo entrelazando los dedos con los de Kurt y la apretó fuertemente. Ambos suspiraron, nerviosamente y caminaron detrás de la maestra que los guio hacia el cuarto del director.