Este fue un fic que tuve que escribir para un foro, admito que la pase bien escribiendolo, aunque realmente no me convense mucho, pero ya qué, espero que les guste~!

Vale aclara que Reborn no me pertenece, solo me gusta mucho el yaoi & uso los personajes para divertirme. Ya que obviamente si esa serie fuera mía, habría MUCHO yaoi~

Viendo los Fuegos Artificiales

Un joven de pelo castaño miraba encantado todo en aquel festival, la decoración, los puestos, todo.

-Maestro, no falta mucho para los fuegos artificiales, cierto?- Pregunta entusiasma el joven al hombre mayor a su lado.

-Será pronto, no te preocupes- Respondía tranquilamente, con una sonrisa despreocupada en el rostro, caminando a paso lento, mirando como el menor observaba encantado el lugar.

Continuaron caminando un rato largo, parando de vez en cuando en alguno de los puestos que les llamase la atención y comprando alguna que otra cosa.

- Oye Basil, se de un lugar donde los fuegos artificiales se ven mejor, sígueme- El aludido lo miro con una sonrisa y se hizo aún más grande al escuchar lo que le proponía. Si había algo que le gustaba, era ver lo fuegos artificiales. No lo dudo ni un momento y fue tras su maestro.

No muy lejos, había un pequeño templo, donde se podía ver el cielo perfectamente, sin que ninguna luz molestase. Se sentaron en el último de los escalones, esperando que comenzaran los fuegos, que no tardaron en aparecer en el cielo.

El rostro de Basil se ilumino en cuanto vio el espectáculo sobre su cabeza, sonriendo de forma infantil, sin despegar la vista. Iemitsu simplemente no podía quitarle la vista de encima al menor, que con las luces reflejadas en su rostro, se le hacia algo adorable. Sonrió al ver que este le miraba.

Un leve rubor apareció en las mejillas del castaño al ver que su maestro no le quitaba la vista de encima, desvió la mirado unos segundos algo avergonzando y volvió a mirarle, aún con algo de vergüenza pero más decidido. Y antes de que pudiera reaccionar, el moreno ya había juntado sus labios con los del menor. Lentamente cerro sus ojos, correspondiendo el beso, acercándose solo un poco más a él. El mayo pasó uno de sus brazos por la cintura del otro, acercándole aún más, obligándolo a profundizar el beso.

Realmente todo había pasado muy rápido para Basil, no sabía muy bien en que momento con exactitud, había quedado sentado sobre su maestro. Ese tipo de situaciones venían pasando desde hacia ya mucho tiempo, pero no podía evitar sentir vergüenza.

Paso sus brazos alrededor del cuello del moreno, apegándose más a él, besándole intensamente y sino fuera por la falta de aire, hubiera seguido. Se separa un poco, respirando agitadamente, mirándolo tímidamente y aún sonrojado.

Bajo besándole el cuello al ojiazul, sacándole uno que otro gemido, haciendo que le sujetara con un poco más fuerza. Corrió sutilmente la yukata del menor, buscando más piel que besar y acariciar.

- Ma-maestro.. Aquí no..- Hablo como pudo el joven, moviendo la cabeza, dándole más espacio. Sin intentar siquiera de quitar al mayor.- Oregano, nos debe estar buscando..- Prácticamente gimiendo la ultima palabra.

Volvió a besarle una vez más en los labios al menor, y hecho eso lo soltó para que se levante.- Tienes razón, será mejor que vayamos- Le sonrió calidamente y acaricio su cabeza. No muy convencido el castaño se levanto y arreglo un poco su yukata.

Junto a uno de los tantos puestos del festival, una mujer con gafas miraba con algo de molestia a todos lados, hasta que vio lo que estaba buscando.

-Donde estaban? Los esteva esperando!- Reprocho mientras se acercaba a los dos hombres que bajan las escaleras de un templo.

El mayor sonrió bobamente y rió un poco, mientras el menor miraba uno de los puestos algo sonrojado aún.

-Estábamos viendo los fuegos artificiales.- Respondió alegre el mayor.