Regreso

Viñeta: Kurotomo Palabras: 552

Los personajes y lugares aquí mencionados pertenecen a las CLAMP.


Una ola de nostalgia la invadía cada vez que se encontraba en aquella habitación vacía.

La brisa fresca sopló a través de la ventana abierta y acarreó consigo los pétalos rosas de las sakuras. Algunos cayeron sobre sus largos cabellos negros y otros sobre sus finísimas ropas.

Ella se encontraba sentada en apacible calma respirando el dulce olor de los cerezos. Su espalda estaba recargada contra el marco de la puerta corrediza y desde esa posición podía ver como las montañas se extendían hasta el hermoso cielo azul de esa mañana.

Giró su blanco rostro de porcelana hacía el interior de la habitación y posó su vista sobre el futon abandonado a unos cuantos pasos. Sus mejillas se sonrojaron levemente ante el recuerdo que implicaba ese mullido lecho. Kurogane y ella lo habían compartido la última noche que el ninja estuvo en Shirasaki castillo.

Una añoranza surgía en su pecho y la hacía suspirar constantemente.

Hacía aproximadamente ocho meses que el hombre de mirar escarlata había reclamado los pequeños labios de la princesa como suyos. El ninja había poseído el delicado y pequeño cuerpo de la joven sacerdotisa en un apasionado vaivén.

Habían transcurrido casi ocho meses desde que la sacerdotisa más importante de Japón vio por última vez el rostro inmutable del único hombre al que amaría hasta la eternidad.

Un sentimiento la acechaba en la soledad.

Enlazó sus finas y pequeñas manos alrededor de su abultado vientre. Suspiró profundamente. Las yemas de sus dedos acariciaron dulcemente el redondeado contorno de su estomago. Cerró sus ojos y se dejó llevar por la suavidad de aquel instante.

No deberías estar sola tanto tiempo en mi habitación― Espetó con voz ronca el hombre que se había inmiscuido silenciosamente y la veía con cierto recelo.

No lo haría si no fuera absolutamente necesario― Sus ojos se abrieron lentamente reflejando todo el alivio y la felicidad que le proporcionó escuchar esa voz tan anhelada.

El guardia atravesó la habitación dubitativo.

Y todo ello se detuvo…

En su memoria permanecían intactos los recuerdos de su última noche en el palacio, los besos, las caricias y las promesas susurradas en medio de la noche. Entre suspiros le había jurado a la pequeña mujer entre sus brazos que volvería para permanecer a su lado hasta la muerte y ella le había respondido, entre caricias tímidas y besos dulces, que lo esperaría hasta la eternidad.

Por esa razón el abultado vientre de la princesa Tsukuyomi lo había desconcertado cuando la observaba desde el umbral de la puerta. No quería creer que su princesa hubiera faltado al juramento pero, no sabía cuánto tiempo había transcurrido desde su partida y tampoco sabía lo que ocurrió durante su ausencia.

Se arrodilló frente a la sacerdotisa y miró directamente hacía las preciosas amatistas de Tomoyo que lo veían con absoluta adoración.

Te extrañé tanto― Sonrió la muchacha antes de abalanzarse sobre el guardia para besar suavemente sus labios y cuando ambos estaban tirados sobre el tatami ella tomó el brazo mecánico del hombre para deslizarlo por sobre su vientre. ―Y él también.

…cuando tuvo la certeza de que él se quedaría definitivamente a su lado.

La mirada escarlata del hombre se enterneció. Todas sus dudas desaparecieron es ese momento y fue entonces que la envolvió en sus brazos y la besó con necesidad.


Está situado ocho meses después de los arcos de Nihon.

Ya sé que ya terminó Tsubasa Chronicles… y que el Kurotomo es menos canon que nunca. ¿Y qué? A mí eso me importa un rábano. Me gusta escribir sobre estos 2 aunque no sean pareja ni nada.

Y bueno después de no pasar por aquí desde hace más de un año decidí que sería bueno editarlo. (Porque es un trabajo al que le tengo mucho cariño, lo escribí en la secundaria).

Muchísimas gracias a eclipse total, Usio-Amamiya, pao-chan200, Sakura Michel y a Gab por sus comentarios, en verdad les agradezco por tomarse el tiempo de leer y comentar.

¿¡Qué por qué no termino con el parloteo!?

Está bien. Me marcho.

Besos y chocolates para ustedes.

Alen fuera.

Alen H. Suwa

Editado 24 de enero de 2015