Advertencia: Hay varios cambios en la persona. De primera a tercera, etc. Espero que no se pierdan.

Resumen: De Sakura, Kakashi, y cómo un gato unió sus destinos.

Disclaimer: Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Personajes y escenarios de Kishimoto-sensei; trama de mi propiedad.


¡Miau!


"En el principio, Dios creó al hombre, y al verlo tan frágil, creó al gato."

- Warren Eckstein


1. Sakura y el Señor Gato.

Siempre he pensado que Kakashi-sensei parece un gato. Más bien es como un gato.

Parece mentira, ¿no?

Tiene ocho perros, debería compararle con ellos. Pero no; a mí me gusta pensar que es como un gatito: tierno, perezoso, sin ningún tipo de obligación, y que si las tiene, las evade completamente.

Fiero en las situaciones más peligrosas, siempre alerta a pesar de su letanía. Oculto en la sombra, listo para atacar a sus enemigos cuando la ocasión lo merece. Oculto tras una máscara de cortesía, pero listo para sacar las uñas en cualquier momento.

Deberían llamarle el ninja gato, en vez de ninja copia. Al menos es eso lo que pienso, y lo que me demostró siempre…

"Gatito, ven acá…"

&

Nueve de la noche, las calles de Konoha parecen salidas de una película de terror de serie B. ¿Quién me dice que no me va a salir un zombie de una de esas esquinas oscuras?, Quizás mamá podría haberme enviado a una hora más normal a comprar, pero como siempre, le faltó algo para la cena, y la que tiene que salir soy yo. A lo lejos, las calles parecen más solitarias que de costumbre y por si fuera poco, el súper de la esquina está cerrado.

"Mierda." Parece que cerraron hace poco, ya que hay luces encendidas por entre las persianas. Mamá va a lamentar haber olvidado el ingrediente esencial de la cena.

Miro alrededor a ver si hay algo abierto, pero todo está oscuro. Comienzo a caminar de nuevo a casa por el mismo camino por el que he llegado, pero un maullido dantesco me para. Aterrorizada, me detengo. ¿Podría ser que un monstruoso felino me estuviese aguardando tras esa esquina? Empiezo a andar detenidamente por la acera, viendo como una sombra se va formando en la esquina de ese callejón. Mis pasos son cortos y temerosos mientras me voy acercando a… ¿La escena del crimen?

Me pregunto en qué mierda estoy pensando.

Sin pensármelo dos veces, harta de la espera, me acercó de una sentada al lugar del que sale el despótico maullido. Mis ojos se agrandan al notar un bulto que sobresale por un montón de basura que seguramente alguien dejó olvidada. Hay que ver, con la fama de limpia que tiene Konoha, y alguien deja aquí tiradas estas cosas. Con el pie, aparto un poco la basura, y algo se mueve.

Enseguida me doy cuenta que es un gatito de pelaje grisáceo; parece callejero y tiene una patita herida. Me mira con sus grandes ojillos grises, como pidiéndome ayuda. Sin poder evitarlo, me compadezco de él y lo cojo en brazos, comprobando el tamaño de su herida. No parece grave, con una de las técnicas aprendidas con Tsunade-Sama sanará.

Me lo escondo en la chaqueta y comienzo a andar a casa. El animalito me mira agradecido y me hace arrumacos; sonrío complacida. ¿Quién diría que mi imaginación me haría imaginar cosas tan terroríficas como un gran gato malévolo y gigante en ese callejón oscuro? Tiemblo al pensarlo. El viento frío de la noche hace volar algunas hebras de mi cabello rosado, y un escalofrío me recorre. Más vale que me apure si no quiero coger un resfriado.

&

Como siempre, mamá se quejó por llegar tan tarde, y por supuesto, me dijo que al día siguiente quería al gato fuera de casa. Asentí a su orden, no quería problemas. Al llegar a la cocina saqué de la nevera una botella de leche y cogí un cacharrito de uno de las estanterías de la cocina. Vertí la leche en el, derramando un poco. Yo y mi torpeza, nunca seré una buena ama de casa. Por suerte había algunas sobras del día anterior, así que se las puse en un platito y fui a mi cuarto haciendo equilibrios para no tirar nada al suelo.

Me senté en la cama y puse todo encima de la mesita de noche. El gatito aún seguía metido en mi chaqueta. Desde hacía rato notaba que no maullaba tan insistentemente, eso me sobrecogió. ¿Podría ser que estuviese muerto? Sin embargo, cuando lo saqué de entre la tela, noté como sus curiosos ojos me escrutaban; la herida de la pata no sería algo problemático de solucionar.

Un chakra verdoso salió de mis manos, y curé la patita del animal, haciendo que quedase como nueva. Sonreí satisfecha. Había mejorado mucho desde acabar el entrenamiento con Tsunade, y ahora controlaba a la perfección varias técnicas médicas complicadas. Desde la partida de Sasuke y luego de Naruto, me había sentido muy sola, y como meta, me propuse ser una buena ninja médico; quizás la mejor. Ahora que Naruto había regresado y formaban equipo con Sai, todo era mucho mejor; la cosa había cambiado para bien.

-Ahora puede comer usted en condiciones, señor gato. –Hablé con tranquilidad, dejando la comida y el animal en el suelo. Me deslicé hasta la puerta y bajé a cenar.

&

Volví en medio segundo con la comida en mis manos, no quería dejar al animalito solo. Tragué acompasadamente mi cuenco de arroz y mi ración de pescado mientras observaba al gatito comer. Veía como cogía cuidadosamente los alimentos y los masticaba de manera delicada. Nunca me había fijado en como comía un gato, pero era algo muy curioso. Dejé mis platos ya terminados sobre la mesita y me tumbé en la cama, viendo como terminaba de comer y bebía la leche del platito.

Cerré los ojos un momento, me sentía cansada. De ahí no pude ver nada más, pues me quedé profundamente dormida.

&

Al siguiente día me desperté con un peso a la espalda que no me dejaba moverme. Cuando pude, giré la cabeza y noté que el gato estaba durmiendo, desparramado en mi espalda con una pose un tanto rara.

-Vamos, despierta y sal de ahí. –Le dije, soñolienta y moviéndome levemente para que saliera de mi espalda. El felino no se movió, sólo abrió los ojos y me miró con la misma curiosidad del día anterior-. ¡Miau!

El gatito giró la cabeza, como si no entendiera lo que le decían. ¿Miau? Sólo a mí se me ocurre hablar en el idioma de los animales y pretender que me entiendan. Me lo quedé mirando raro y él a mí.

En verdad era lindo, esos ojitos grises tan entrañables e inocentes…

Cuando menos lo esperé, su zarpita se dirigió hacia mi cara y el profundo dibujo de unas garritas se dibujo en mi rostro. Salté de la cama sujetándome la frente y mirando con ira al gato. ¿Cómo había podido parecerle linda una cosa tan poco amigable como esa? Me sobé la frente, algunas lagrimitas salían de mis ojos.

Me dirigí al baño y me remojé con agua el arañazo de la frente. Traté de cubrirlo con el flequillo, pero seguía ahí. "Después de todo, Ino tiene razón: Mi frente es demasiado grande." Tenía que deshacerme de ese animal lo más rápido posible, era una molestia.

Volví al cuarto y ahí lo vi, sobre mi cama, como si nada hubiese pasado. No sabía por qué, pero me recordaba a alguien. El animalito se levantó de la cama y avanzó contoneándose hasta mis piernas, las cuales rozó, maullando. Sentí ganas de patearlo y mandarlo volando por la ventana, pero entonces recordé que me podían denunciar por maltrato animal, así que me reprimí. En vez de eso, lo agarré por el pellejo y lo metí en una caja que saqué de la cocina. Le hice unos cuantos agujeros para que pudiese respirar y me lo llevé a cuestas hasta la casa de Naruto; seguro que él podría cuidarlo.

&

Llamé a la puerta de su apartamento, y enseguida que abrió, un olor a sucio invadió mis fosas nasales. Un aroma mezclado a ropa sucia, platos sin fregar, suelo sin limpiar, y toda clase de porquerías que no quería imaginar. ¿Lo malo de vivir solo? Nah, Naruto era un cerdo por naturaleza.

-¡Ei, Sakura-chan! –Enseguida, el rostro sonriente de Naruto se asomó por la puerta.- ¿Qué te pasó en la frente, te peleaste con Ino de nuevo? Parece que tiene buenas uñas. –Hablaba tan rápido que casi ni podía contestar a sus preguntas.

Callé un momento antes de contestar. –No Naruto, sólo venía a ver si te puedes quedar con "esta" cosa. –Abrí la caja un poco, dejando ver unos ojos refulgentes. Por un momento, creí notar cierto atisbo de malicia en aquellos orbes. Pero cuando quise advertirle a Naruto, ya era demasiado tarde.

-Oh, ¡qué lindo animalito! –Dijo él, apretujando y abrazando al animal. La pequeña zarpita volvió a refulgir en el aire, con un brillo metalizado, y al cabo de un momento la cara de Naruto parecía un Picasso. Sai abría disfrutado con aquella obra de arte.

-Lindo Picasso. –Habló una voz conocida para mí.

No esperé ver mi pensamiento realizado, pero una mano me avisó de que había alguien a mi espalda. Cuando giré la cabeza, admiré la típica sonrisa de Sai dirigida hacia mí.

-Hola, Sai. –Dije a modo de saludo-. ¿Qué tal?

-Bien, fea. –Me reprimí las ganas de partirle la cara al oír eso. De todas maneras ya me había acostumbrado hace tiempo.

Mientras ellos hablaban, Naruto intentaba quitarse al gato de la cara. Cuando al fin lo consiguió, sus ojos lagrimeaban, y su cara estaba peor de antes.

-No puedo quedarme a esa fiera. –Habló Naruto, cerrando la puerta corriendo. El gato se metió en la cajita nuevamente, y yo me giré hacia Sai de nuevo, no pudiendo creer la negativa de mi mejor amigo.

-¿Sai? –Preguntó señalando a la cajita, donde el gatito nos miraba con curiosidad, volví a distinguir en él un resquicio de maldad en sus ojos. ¿Acaso era mi imaginación?

Mi otro amigo negó con la cabeza, y alegó que podría arañar sus obras de arte. –Por cierto, Tsunade-Sama te quiere esta tarde en su oficina, parece que quiere decirte algo importante. – Dicho esto, Sai desapareció en una nube de humo.

-Bien, sólo me queda preguntar a toda Konoha. –Suspiré, resignada.

&

Pasó casi toda la mañana buscando un dueño para aquel animalito, pero todos daban excusas baratas al ver la extraña mirada del gatito. ¡Si sólo era un gato!, ¿Cómo alguien podía tener miedo o no compadecerse de un tierno y peluda gatito? Sería porque su mirada era casi humana y podía verse un resquicio de malicia en sus ojos. O porque sus pelitos daban alergia, porque arañaba las cortinas o esparcía la arena de su baño sin compasión. O simplemente porque era un felino y parecía observarte a todas horas. O porque media Konoha se había llevado al menos un arañazo aquel día.

Por más que buscó, todo el mundo le daba excusas baratas, y se sentó en las escaleras de un parque a reflexionar sobre lo que hacer. Eran las once. Repasó la lista de gente que podría quererlo, y se dio cuenta que había alguien en quien no había siquiera pensado.

Kakashi-sensei.

&

Había corrido como una posesa hasta la casa de su antiguo sensei. Antes no había pensado en esa posibilidad, pero ahora que estaba justo al lado de los apartamentos en los que él vivía, merecía la pena preguntarle si lo quería. Sería fácil de convencer, además era la última posibilidad para dejar al animalito en un lugar seguro.

Sin perder más tiempo, subió por la escalerilla de metal que la llevaría hasta la tercera planta. La puerta número tres. Recordaba el lugar exacto como el primer día. Presionó el timbre y esperó un rato. Finalmente sonó un clic; un hombre joven y enmascarado asomó la cabeza por la puerta.

-¿Sakura? –Preguntó, visiblemente sorprendido con la visita intempestiva-. ¿Qué haces aquí?

-Emh, Kakashi-sensei… Vine por esto. –Con tranquilidad, abrió la caja que contenía al "bicho", y se lo tendió a Kakashi-. Me preguntaba si querría cuidarlo.

El hombre de cabello plateado lo tomó entre sus manos y lo miró fijamente. El gatito hizo lo mismo. Ambos parecían retarse con la mirada.

Y de ahí, comenzó una batalla de miradas que decidiría el destino de aquel animalejo…

Continuará…


Nota: ¡Hola! Primero quiero decir que este es mi primer Kakashi/Sakura. Hacía tiempo que deseaba escribir uno, pero no encontraba un tema adecuado. ¿Qué os parece el título?, ¿Cómico, estúpido? ¿Y el resumen? (Me lleno de dudas, jajá)

Esta totalmente dedicado a mi gata, que es un calco del señor gato y que me inspiró esta historia xD. Todo lo que le pasa a Sakura está basado en algunas de mis experiencias, espero que sepáis disculpar algunas expresiones. Ojalá os guste, lo hice con todo mi cariño para vosotros. Saludos, Istha ~