Hola, he regresado un poco más rápido de lo que yo imaginé, pero no podía seguir guardandome esta historia, la cuál surgió a raíz de ver la pelicula "La Liga de la justicia: Paradoja del tiempo", espero esta idea les agrade, con esta, que será mi primera incursión en las historias de varios capítulos, abandonando así los one-shots. Debo aclarar que mezclaré las peliculas con la serie, formando una línea cronológica canónica en esta historia. Bueno, ¡a leer!
Capítulo 1: Hay cosas que no se pueden cambiar
El pequeño osezno agitaba con felicidad, y al mismo tiempo diversión, a su pequeño muñeco con figura de panda, el cual estaba hecho de fibra de bambú. Gateaba con decisión nadie sabía a dónde, pero no iba muy lejos de lo habitual, los pandas lo saludaban con alegría, pues era el primogénito del líder de la aldea Li Shan.
—Adiós Po —saludaban las aldeanas amigas muy cercanas de su madre.
—Ahalala —balbuceaba el pequeño pensando que de esa manera se comunicaba.
Pero sin ver por dónde andaba resbaló por la colina rodando a través de la nieve en picada, los demás pandas se alarmaron y con la rapidez que pudieron corrieron para alcanzarlo y evitar que se lastimara, y justo cuando iba a caer al vacío unas manos con cariño lo detuvieron, pero no impidiendo que el muñeco resbalara de las manos del pequeño y se desplomara en el abismo.
—Hay Po, ¿que es lo que haré contigo? —dijo su madre sonriéndole, pero entonces el bebé comenzó a llorar por la pérdida de su juguete preferido, lo arrulló tratando de controlar su llanto, besándole la frente de manera maternal —. Hijo, debes entender que hay cosas que no se pueden cambiar, y esta es una de ellas.
Lo dejó en la caja, sonreía tratando de callarlo, las lágrimas brotaban de sus ojos pero ella no quería que se perturbara, el pequeño calló entonces aprovechó para subir a la colina y servir de carnada para los lobos sacrificando su vida para que su hijo viviese.
Encendió el incienso, se sentó en la posición de la mariposa, cerró los ojos meditando, para después de unos minutos abrirlos y pronunciar:
—Feliz cumpleaños mamá —una mano se posó sobre su hombro derecho, volteó por reflejo topándose con Tigresa, su compañera y esposa con la que llevaba diez años casados.
—Hola Po —saludó ella sonriéndole, él la miró casi inexpresivo, algo muy raro en él.
—Si tan sólo no hubiese nacido —ella se inquietó un poco por las palabras que sus labios pronunciaron.
—Po no te culpes…
—No, si no lo hubiera hecho ella seguiría viva, o al menos si hubiese sido más grande tal vez la pude haber protegido de esos lobos.
—Po, no sabías kung fu, no hubieras hecho gran cosa y también te hubieran matado, no te tortures con esto, por favor —pidió ella besándolo.
—Po y Tigresa —habló Peng interrumpiendo el momento —, los cerdos trillizos, Fung y sus cocodrilos, Temutai y Junjie —ellos negaron con la cabeza y bajaron a toda velocidad.
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Saqueaban todo lo que podían, los secuaces de Temutai, Jungie y de Fung abarrotaban lo que se encontrara a cinco metros a su alrededor, los trillizos golpeaban a todo aquel que se interpusiera.
—Así es soldados tomen todo lo que deseen —indicó Temutai.
—Mis leopardos traten de no olvidar nada.
—Si gran Junjie —dijeron al unísono los seis leopardos.
—Gary y los demás traigan esas joyas que tanto necesitamos para ampliar nuestra guarida.
—Eso no podrá suceder mientras estemos nosotros aquí —dijo desde el techo Po: quién portaba una shen keng blanca con detalles negros en las mangas, un pantalón de seda negro y un non là de paja, similar al que usaba Grulla, junto a él Tigresa: la cual traía puesta su típica shen keng dorada con florecillas y pantalón de seda negro.
—Toda la pandilla junta —habló Tigresa —, me parece que esto se trata de una reunión de venganza.
—No exactamente —comentó Fung —, es una parte de la bonificación por el trabajo.
Saltaron hacia sus enemigos combatiéndolos, no tardaron mucho en detenerlos y atarlos para evitar que escapasen, incluso fue algo muy, pero muy rápido.
—¿Quién los unió? —exigió Po una respuesta.
—¿A qué te refieres panda? —preguntó Temutai.
—Sin ofender, pero ustedes no son lo bastante listos para llevar esta cosa acabo —mencionó Tigresa de forma seria explicando el punto.
—¡Oye! —exclamaron todos al unísono.
—Tiene mucha razón maestra Tigresa —dijo una voz ronca que todos reconocían, algo se disparó hacia ellos: una flecha, la cual explotó estando a dos metros de Tigresa y Po, sacando una masa gelatinosa que los pegó a la pared se voltearon viendo emerger de la sombra al causante de ello: Tao Tai, el cuál caminaba hacia ellos rodeando a sus secuaces —. Sabía que usar a estos tontos los haría bajar la guardia.
—¡Oye! —volvieron a exclamar los afectados.
—A ellos los motiva la codicia —explicó viéndolos ligeramente atados a espaldas de él —, les falta compromiso, la concentración absoluta.
—¿Y tú no eres codicioso? —cuestionó Po.
—La diferencia es que mi ingenio me permite crea máquinas capaces de facilitarme esfuerzos inútiles, en cambio estos individuos prefieren hacer el trabajo cómo los cavernícolas.
—¿Qué pretendes hacer? —interrogó ahora Po.
—Simple —se acercó a ellos pegándoles un esfera a cada uno de los afectado y presionó el botón de cada uno, en menos de un parpadeo se encontraban en el Palacio de Jade, exactamente en el Salón Sagrado de los Guerreros —, voy a matarlos y derribaré este monumento al ego de los maestros. Le coloqué a cada uno de ustedes una pequeña pero letal arma que explotará y volará no solo el Palacio de Jade, sino todo el Valle de la Paz —los demás se miraron entre sí notando cómo una lucecita parpadeaba.
—¿Cómo las colocaste? —preguntó Junjie.
—Cuando combatieron, mientras estaban ocupados aproveché.
—Estás loco —dijo Tigresa.
—Puede ser, pero valdrá la pena.
—Es a nosotros a quienes quieres muertos, no tienes que asesinar inocentes para derribarnos —habló Po molesto.
—No, no es así, pero elijo hacerlo, sabiendo que sus últimos momentos serán agonía pura, adiós —pero de la nada la masa empezó a vibrar —, no puedes escapar Po, la masa nunca se licuará completamente a pesar del manejo de tu energía.
—Estoy contando con eso —la onda de energía lanzó la masa hacia Tao Tai quedando también pegado al pilar de enfrente —, ahora no tienes elección, desarma las bombas o vuelas con nosotros.
—Muy bien, sí así hago pedazos su trono dorado enlazando al abismo a este valle, mi vida es un pequeño precio —el techo y las puertas fueron destruidos entrando Grulla, Víbora, Mei Ling, Peng, Mono, Mantis y Song.
—Estoy de acuerdo —pronunció Mantis cayendo encima de Temutai —, sus vidas no valen mucho.
—Pero la vida de Po y Tigresa sí —mencionó Víbora.
—Los comunicaste por medio de la mente, ¿cierto? —inquirió Tao Tai.
—Tú tienes a tu pandilla yo tengo la mía —mencionó mofándose de él.
—Claramente nunca deberías hacer estas cosas solo, mira cómo terminaste cubierto de porquería —comentó Song, Po sonrió.
—Concéntrate —cerró los ojos, un extraño brillo se expandió por los alrededores, cuando se disipó Tigresa estaba libre de la masa gelatinosa —. Bombas.
—Es una máquina compleja, no creo que haya tiempo para deshacernos de ellas aquí —dijo Tigresa contemplándolas.
—Podría lanzarles unos dardos de mi sombrilla —aportó Song apuntando a una de ellas.
—Sí pero las harías estallar más rápido —dijo Mei Ling.
—Mei Ling tiene razón, plan B —secundó Grulla.
—¿Cómo se pueden desarmar las bombas? —preguntó Mono acercándose a Tao Tai.
—No pueden, en breve todos estaremos muertos, la verdad duele, ¿no es así? —dijo riéndose de la situación.
—Se nos acabaron las ideas, cada uno lleve a un villano tan lejos como puedan —indicó Po con liderazgo.
—Cuando estén lo suficientemente lejos del Valle empezaremos a desarmarlas.
—No voy a dejarte aquí Po —dijo Tigresa con determinación.
—Tigresa se nos acaba el tiempo, yo estaré bien —ella asintió y se fue cargando a Temuntai junto con Junjie, mientras que los demás agarraban de a dos villanos.
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Grulla tiró a dos leopardos al suelo, Víbora se arrastró hacia el abdomen de los dos, los leopardos se miraron entre sí nerviosos y aterrados. Grulla se elevó a dos metros de altura.
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Song apuntó hacia el cinturón de Fung, quién no dejaba de tambalear.
—Esperar es la peor parte.
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Mei Ling lanzó a Gahry y su otro compañero contra un árbol y caminó alejándose de ellos, ellos se extrañaron ante eso.
—¿No vas hacer nada? —cuestionó Gahry.
—Lo estoy haciendo, trato de tomar distancia para poder efectuar el movimiento —explicó estando a diez metros de ellos.
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Mono sonrió con algo de burla viendo cómo el leopardo y uno de los secuaces de Temutai miraban con terror su inminente final.
—Veamos… —sujetó ambas bombas con sus dedos anular y pulgar.
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Mantis con sus tenazas estaba desarmando la bomba de los secuaces restantes, quienes sudaban frío por la situación en la que estaban metidos.
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Peng y Tigresa asintieron para tomarlas bombas con ambas manos retirándolas de la ropa de ambos villanos para luego lanzar con una fuerza superior al cielo. Explotando y generando ondas de viento por los alrededores .
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Grulla uso el viento separando las bombas de sus ropas, Víbora las golpeó con su cola cual látigo elevándolas a cinco metros de altura.
—¡Alas de justicia! —y con el movimiento deshizo las bombas con facilidad —los villanos exhalaron liberándose del miedo que los carcomía.
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Song disparó una aguja tan fina que cortó el mecanismo de explosión apagando la bomba en menos de un segundo.
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Mei Ling giró sobre si misma lanzando energía que desintegró las bombas en un santiamén dejando a las posibles víctimas a salvo y tranquilos.
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Mono las lanzó al aire y dio una patada voladora alejándolas a diez metros de distancia, las cuales explotaron y crearon un hoyo en medio del bosque.
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Mantis desactivó las bombas con sus tenazas terminando el trabajo.
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La explosión de Mono se miró a través del techo del Palacio, Tao Tai no dejaba de sonreír con maldad.
—Minimizarás las destrucción, pero la bomba final aún seguirá construyendo este monumento a su ego en tu propia tumba —proclamó confianzudo viendo el resultado infalible, pero la masa empezó a vibrar, y con ello Po parecía expandirse entre ella —, ¿qué haces?, no puedes escapar, no alcanzarás la bomba para desactivarla, vas a morir —pero en menos de lo que esperaba Po se encontraba libre de la masa.
—Tienes un gran ingenio Tao Tai, pero eso no te libra de ciertos tropiezos en tus planes —hizo el puño de fuego mongol y lo lanzó frente a Tao Tai absorbiendo la bomba y evitando la catástrofe, Tao Tai miraba al vació incrédulo por lo que acaba de suceder —, parece ser que tus grandes creaciones son bastante delicadas.
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Peng lo tenía atado de manos para transportarlo a la prisión, los demás solo lo miraban expectantes.
—Notificaré a los guardias para que hagan una celda especialmente para usted, para que jamás logre escapar —pronunció la acción a efectuar.
—Entiendo que ahí la comida es buena —dijo Mono bromista al mismo tiempo que Mantis se reía por el chiste.
—Disfrute sus pequeñas y mezquinas victorias Guerrero Dragón, pero sin importar cuanto te esfuerces, no puedes salvar a todos… no a los que te importan —mencionó sonriendo con mofa, haciendo énfasis en la última oración, Po tragó grueso desviando la mirada.
—Mantén la boca cerrada si no quieres que se te metan las moscas —dictó Víbora y Peng bajó por las escaleras.
—No le hagas caso Po, sabes que desde la muerte de su hijo él se volvió loco, casi convirtiéndose en un sociópata que desea asesinar a que se le cruce en su camino —dijo Tigresa tratando de calamar un poco su ánimo.
—Sí es cierto —caminó delante de ella.
—¿Estás bien?
—No te preocupes por mí, estoy bien, nada que no se me pase meditando en el Estanque de lágrimas sagradas —y se fue dejándola sola.
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Poco a poco fue abriendo los ojos; cuando todo se vio más claro se dio cuenta de que había un pergamino delante de él que decía;
El fin está cerca
Se extrañó por eso, pero aun así estiró sus brazos despabilándose un poco, para luego encontrarse en una habitación que nunca en su vida contempló: era más grande que las del Palacio y la de su padre Ping. Tenía muchísimos retratos, la mayoría de él, peor se sorprendió al ver uno dónde estaban sus padres abrazados y lo cargaban a él en medio con sus brazos.
—¿Qué pasa aquí? —corrió tratando de irse de ahí, pero al hacerlo tropezó cayendo por las escaleras, las cuales tenían sólo siete escalones, entonces miró a todos los pandas, los cuales lo miraban extrañados. Pero de entre ellos emergió aquella figura que él recordaba desde pequeño y que visualizaba en sueños.
—Po, ¿te encuentras bien? —preguntó tocándole la cabeza, él retiró su mano y las tomó entre las suyas.
—Estoy muy bien —sonrió por ello.
—Pues vamos, qué el mundo se acabe no impide que celebre mi cumpleaños.
—Claro, pero antes, ¿cuándo me vine del Palacio de Jade? —ella se extrañó por eso
—¿Palacio de Jade?
—Sí, lugar donde habitan los Cinco Furiosos y el Guerrero Dragón, o sea yo.
—Que divertido hijo, después me inventas más historias —pero Po negó con la cabeza.
—No estoy inventando nada, soy un guerrero de kung fu y protejo al Valle de la Paz junto con toda China.
—¿Cómo el maestro Shifu? —al orí ese nombre se congeló.
—¿Shifu está vivo?
Espero que les haya gustado, los invito que dejen sus reviews para mejorar día a día mi escritura, nos vemos en el siguiente capítulo, que deseo no tardar en publicar.
