Disclaimer: Todo lo que reconozcan pertenece a JKR.
Este fic participa en el minireto de febrero para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Besos robados
Salazar Slytherin no tiene la más remota idea de lo que ha visto en ella. Helga Hufflepuff es torpe, excesivamente optimista, demasiado ruidosa y, a excepción de su llamativo cabello pelirrojo, una mujer con una belleza tan común y corriente como la de cualquier otra.
Pero eso no impide que su mirada se desvíe hacia ella cada vez que se encuentran en la misma habitación. Eso no impide que ella logre sacarle una sonrisa con sus bromas sin sentido y que pierda el sentido del tiempo cada vez que se juntan a corregir los deberes de sus alumnos.
Eso no impide que, ahora que la tiene a solo unos centímetros de distancia, se tiente a besar esos labios que suelen invadir sus sueños con demasiada frecuencia.
—La buena noticia es que creo que no dejará cicatriz —dice Helga, totalmente ajena a sus pensamientos, mientras desliza su varita sobre la herida que uno de sus alumnos accidentalmente le ha hecho en la frente.
—¿Y la mala? —cuestiona él, clavando sus ojos grises en los azules de ella.
—Que estoy segura que el pobre de Merlín se quedará sus próximos siete años de estudio castigado por esto —responde ella, sin poder ocultar la diversión que ese pensamiento le produce.
—No exageres. Creo que en sexto, con buen comportamiento, tal vez lo releve de su castigo —aclara Salazar, haciendo reír a Helga.
La bruja se aleja de él una vez que la herida está curada, dispuesta a marcharse sabiendo que Salazar no es de las personas que agradecen con facilidad.
Pero un arranque de valentía invade el pecho del mago, obligándolo a tomar su mano de improviso y tironear de ella hasta que sus labios se encuentran. Es solo un roce, pero lo suficiente para hacer palpitar el corazón de ambos a una velocidad anormal.
—Gracias —dice antes de dejarla ir, satisfecho por el sonrojo que ha provocado en la pobre Helga. Ella se marcha rápidamente, acalorada por el beso robado, interiormente deseando para que ese momento se repita de nuevo.
