A ver lectores. Esto es un Crossover muy loco que se me ocurrió en un sueño una noche tras ver de maratón los últimos capítulos de Erase una vez y El cuerpo del delito uno detrás de otro, y como consecuencia, soñé esta especie de locura.
Es totalmente inventado, en un mundo paralelo en el que mi protagonista es una versión idealizada de la vida que me gustaría haber vivido (¿y a quien no?) en la que Lana Parrilla (Oh Lana….) es una de mis mejores amigas y (casualidades de la vida fíjate tú) trabajo en la serie junto a ella. (mi personaje ostenta el honor de ser la hija secreta de Regina, Rapunzel, cosa que se explica en mi otro Fic "Two Hearts, one soul"). Además de eso, la explosiva pelirroja de la que se habla un poco más adelante, es Megan Hunt, (Dana Delany) patóloga forense protagonista de la serie El cuerpo del delito. Esa mujer esta demasiado buena para la edad que tiene… quien la pillara… Rawww
Si, estoy mezclando realidad y ficción de una forma rara, pero es mi mente fangirleando en sueños, asique no es mi culpa… no del todo al menos xD
Espero que os guste, y si no, pues… seguiré escribiendo este fic por que la idea me ha molado JAJAJAJA
Espero que a vosotros también. Disfrutad.
Y no dudéis en dejar reviews con vuestras opiniones *_*
Capitulo 1. "LA NOCHE QUE TE HICE MÍA"
Viernes noche, por fin de nuevo me tocaba cantar en el Burlesque. Echaba de menos esas noches de incógnito en las que salía al escenario a disfrutar de uno de mis pasatiempos favoritos, la música, sin tener el local hasta la bandera de paparazis cegándome con los flashes de sus cámaras en su continua búsqueda de la foto perfecta, la instantánea en la que ocurriría una desgracia y se me desabrochase el corsé o, que se yo, me quedase afónica por el miedo escénico…. Chacales todos… Pero también me lo tenía bien merecido por habérseme ocurrido la brillante idea de actuar en aquella gala benéfica cantando "Let it go" vestida de Elsa... Desde luego, ¿a quién se le ocurre? Pues a mi, ¿A quién si no? No se, tal vez sería mi innata necesidad de demostrar que pese a mis "escasos" estudios, por decirlo suavemente, no había conseguido mi papel en OUAT por haberme acostado con ningún pez gordo de la industria, solo por mi esfuerzo, mi valía, y una pequeña ayudita de Lana.
Se me esboza una sonrisilla irónica con ese pensamiento, que escondo contra el vaso de Whisky escocés que estoy bebiendo. Tal vez si que estoy ligeramente enchufada, pero ¿quién iba a pensar que su acción desesperada por ayudarme en el pasado iba a traer consigo semejante despliegue de medios… y de fans?
+++Flashback+++
No era más que una chiquilla desgarbada, con pocos amigos íntimos y ninguno de los demás tipos de amigos. Una tarde de verano quedé con un par de amigas para salir por la zona árabe del centro de Granada para ir a tomarnos un té y tal vez pillarnos una cachimba de frutas. (Toda una rebelde yo, ya veis) Llevábamos ya un buen rato allí, hablando de chicos, de clases, de series, de todo y de nada, como buenas amigas que éramos, cuando la vi entrar. Una belleza morena, de piel bronceada, ojos color chocolate y una cicatriz en el labio capaz de robar la razón de cualquiera. Ahorraremos detalles en ropa y complementos, que no vienen al caso… pero si, había mucho de ella que ver. Grrr…
Recuerdo que pensé que era muy hermosa y que envidiaba al tipo que entrase detrás de ella, pero no entró nadie. Durante más de diez minutos estuvo sentada sola en una mesa junto a la mía sin hacer otra cosa que leer "Cuentos de la Alhambra", libro que yo también tenía en el regazo en ese momento, lo cual me hizo sonreír. Pudo elegir el momento perfecto para alzar los ojos del libro que quisiera, pero eligió exactamente ese instante y me devolvió la sonrisa. Quedé completamente cegada por ella en el instante y tan solo acerté a bajar los ojos y sonreír como una niña pillada cometiendo una travesura. Cogí mi libro y se lo enseñé, mostrándole que yo también lo estaba leyendo, gesto que amplió su ya perfecta sonrisa. Oh, Dioses… debería estar prohibida esa forma de sonreír a la gente, las arritmias son peligrosas para los corazones débiles. Me disculpé con mis amigas, cogí mi libro y mi té y me senté frente a ella en su mesa y nos pusimos a hablar… Me dijo que su nombre era Lana Parrilla, que era algo así como actriz (todo en un español algo entrecortado) y que había venido a España a mejorar su dominio del idioma. Le dije que iba a necesitar algo de ayuda, en mi inglés medio, (la misma ayuda que necesitaba yo, vamos) lo cual nos hizo reír a las dos, y nos hicimos amigas desde entonces hasta el día de hoy, 6 años más tarde. Ella volvió a América un año después, pues solo había venido a Granada por poco tiempo y prácticamente por placer. Seguimos en contacto, hablando por correo electrónico casi cada día. Fue por eso, que cuando me ocurrió… algo… ella se presentó ante mi puerta y me llevó cogida de la oreja a su casa de Vancouver con ella para que olvidase mis problemas personales y viviese… bueno, para que volviese a querer vivir.
+++Flashback+++
Claire estaba terminando su número, justo a tiempo como siempre, y yo ya me había cambiado y llevaba mi corpiño rojo, a juego con mis labios color sangre, medias y liguero. Ligerita de ropa vamos, pero para cantar en un local al que le solo le faltaba que los clientes pagasen a las chicas con billetes de dólar metidos en sus escotes para que lo llamen "Burdel" tampoco hay que esperar demasiado. Tampoco me importaba mucho, ya que solo cantaba allí un par de noches a la semana bajo el nombre de "Scarlet" en referencia a mi larga cabellera flamígera que me llegaba hasta las nalgas (y sin extensiones, todo natural y todo mío). Yo solo cantaba por placer, y gracias a que el dueño del local era un gran fan de mi voz y me hacía el favor… y por que no decirlo, por que mi estudio estaba directamente en el último piso del edificio contiguo y era sumamente práctico abandonar el escenario, recuperar mi ropa, y escabullirme por la puerta de "Artistas" directa al portal de mi bloque y subir en el ascensor hasta casa. Practico, ¿verdad? Eso también pienso yo. Sin clientes fastidiosos que decidan "intentar alegrar la noche" o "ocupar mi boca en algo más placentero"… Agg…
Tomé una larga bocanada de aire para abandonar por fin la barra donde me había refugiado y donde estuve hablando con Joey, el Barman-dueño del local mientras Claire hacía su número para dirigirme al escenario por la puerta lateral cuando la vi. Una belleza pelirroja cuyo vestido color zafiro abrazaba sus curvas con la delicadeza de un amante que envidié al segundo. Bendita tela, quien fuera tú… pensé a la par que me mordía el labio inferior con repentina lujuria. ¿Quién será? Me pregunté. Pero tampoco tuve mucho tiempo para pensar en ella, por que en la puerta a su espalda estaba Jhonny Q, un raperillo de poca monta con el que mi agente me obligaba a "salir" por "el bien de mi carrera" y blablabla… un cerdo machista que no soportaba que una simple mujer como yo tuviera más éxito que él sobre los escenarios tanto como fuera de ellos. Nada más ver su cara me olí lo que iba a pasar. Compartí una mirada de pavor con Joey, quién enseguida llamó a Seguridad para que echaran a Jhonny, pero para cuando llegaron él ya había cogido una botella de Whisky de la barra y la había levantado por encima de su cabeza para romperla contra la mía, cosa que no logró por que yo ya había alzado el brazo a tiempo para protegerme. Lo que no me esperaba fue que me diese un puñetazo con el otro brazo que me impactó de lleno en la mejilla izquierda abriéndome un feo corte en el pómulo. ¡Oh mierda, como escocía! Mi réplica no se hizo esperar, y fue directa a por sus pelotas en forma de un fuerte rodillazo que le hizo doblarse en dos lo suficiente como para que los dos gorilas del local lo cogieran y lo tirasen a la calle sin contemplaciones ni delicadezas. Yo por mi parte estaba examinando un feo corte irregular que la botella había abierto en mi antebrazo derecho.
- ¡Scarlet! ¿Estas bien? –preguntó un colorado Joey de pura furia homicida. Cuanto apreciaba a ese pecho de tonel, pero desgraciadamente esta vez no había conseguido llegar a mi lado a tiempo. Esta vez…
Una mano fría ¿O era cálida? Ya no lo recuerdo. Solo recuerdo una piel casi tan blanca como la mía, una voz dulce y seductora y unos ojos verdes como el mar que me miraban con preocupación mientras yo me hundía en sus profundidades. ¿Había hablado conmigo, no? ¿Qué había dicho? ¡Céntrate!
- ¿Se encuentra bien señorita? Ese corte tiene mala pinta. Debería acudir a un Hospital que se lo curen…
- ¿Qué? ¡Oh, por Dios! No… Est-… Estoy bien, solo escuece mucho. Marie me curará, ¿Verdad Joey? Es una excelente costurera, y no es la primera vez que tiene que remendarme…
¡Estúpida, más que estúpida! ¿Cómo le dices eso? Mentalmente me daba de bofetadas por decir semejantes tonterías. Verdaderas todas, pero, ¿a esa pobre mujer que le importa la vida de una cantante de bar de mala muerte que finges ser? Mira que llegas a ser cortita de luces Lara…
- Yo soy médico, puedo hacerlo yo si me dices donde podemos estar tranquilas.
Ay Dios…
- Vete a casa Scarlet. No tienes por que cantar hoy. Lo importante es que descanses y olvides el incidente de hoy. Yo me ocupo.
- Gracias Joey. Por favor, no llames a la poli. No quiero nada de prensa otra vez, ¿Si? Ya sabes como se pusieron de pesados la última vez. –a nuestro lado, la hermosa pelirroja presionaba un trapo limpio que Joey le había dado contra la herida de mi antebrazo para cortar la hemorragia, que era bastante todo hay que decirlo, y nos escuchaba hablar poniendo cara de no entender que diablos querría decir la especie de Stripper sobre que no quería prensa acosándola. ¿Acaso esas mujeres no estaban ansiosas de sacar tajada de ese tipo de situaciones, salir en televisión y hacer fortuna de sus quince minutos de fama? – Estaremos arriba, no creo que esta amable mujer tenga ningún inconveniente en acompañarme y coserme ese corte, ¿Verdad señorita?
- Oh, por supuesto, ninguno. Llámeme Megan.
Coloqué mi mano ilesa sobre una de las suyas con las que apretaba mi brazo herido a modo de saludo y esbocé mi mejor sonrisa agradecida intentando ignorar el dolor lacerante que me estaba durmiendo el brazo y que ya empezaba a marearme.
- Llámeme Lara. Lara Fay. Sígame, subiremos por detrás. –aún con sus manos bien sujetas entre la mía y mi brazo, tiré de ella hasta la puerta trasera que siempre usaba para salir del bar y subir hasta a casa. De camino una de las chicas me trajo mi bolso, ya que se corrió la voz de que esa noche no iba a actuar.
Una vez arriba, en el último piso de un lujoso edificio del centro de Portland, abrí la puerta y dejé entrar a una completa extraña a mi estudio/loft. Dejé caer las llaves sobre un bol que había siempre junto a la entrada y dejé entrar a Megan en mi casa por primera vez, así como en mi vida.
